En el primer artículo de la serie explique las razones por las que cambiar de raíz la Policía es indispensable en cualquier estrategia exitosa de seguridad ciudadana. Di cuenta de la primera medida, a saber, la depuración profunda de los malos elementos de la policía.
Antes de continuar con las siguientes medidas quiero advertir dos cosas que por obvias no mencione antes. Si bien mi propuesta no compromete a nadie más que a mí son estas en gran medida reflexiones surgidas a partir de la experiencia de reforma de los años 2001 al 2004. También al conocimiento que he logrado adquirir a lo largo de los años posteriores sobre lo ocurrido con diferentes reformas de la policía en casi todos los países de América Latina.
La segunda cosa a advertir es que las propuestas son mencionadas de manera casi telegráfica por naturaleza un artículo breve en un post de un blog. Todas y cada una de ellas requieren un desarrollo mayor, pero ratifico mi convicción de que son viables y que contribuirían en conjunto a tener paulatinamente la policía que el Perú necesita.
Dicho lo anterior continuó con la segunda medida urgente.VER MÁS
Samuel Abad, Carlos Basombrío, Francisco Belaunde Matossian, Jorge Bruce, Gustavo Carrión, Carlos Iván Degregori (+), Ramiro Escobar, Liuba Kogan, Nelson Manrique, Augusto Ortiz de Zevallos, Luis Pásara, Fernando Rospigliosi, Andrés Solari, Alfredo Stecher, León Trahtemberg, Javier Torres, Sandro Venturo, Celeste Viale, Fernando Villarán.
lunes, 28 de octubre de 2013
domingo, 27 de octubre de 2013
10 MEDIDAS URGENTES PARA REFORMAR/ REFUNDAR LA POLICÍA (I) /CArlos Basombrío Iglesias
Todas las encuestas indican, todas las evidencias lo confirman,
la situación de inseguridad se desborda y estamos ante un gobierno
manifiestamente incompetente para hacerle frente. Varios lo venimos diciendo
desde hace ya bastante tiempo: la cosa no es broma, hay que actuar ya e ir a la
raíz de los problemas. Estamos ante un tema en el cual dentro de no mucho
tiempo, habrá que constatar que ya no hay vuelta atrás y que sólo queda resignarse
a lo peor.VER MÄS:::
jueves, 24 de octubre de 2013
¿ FUSIONAR MINISTERIOS DE INTERIOR Y DEFENSA? / Gustavo Carrión Zavala
Guardo un escrupuloso respeto por las
opiniones de Pedro Pablo Kuczynski en materia económica, política
y protección de recursos hídricos. No puedo decir lo mismo de su reciente
opinión, que de ser gobierno fusionaría los ministerios de Interior y Defensa,
con fines de lucha contra la inseguridad. Y no puedo estar de acuerdo por las
siguientes consideraciones:
Las fuerzas armadas tienen una
finalidad constitucional, absolutamente vinculada a la defensa de la integridad
territorial y la soberanía nacional, que resulta ser común a las fuerzas
armadas en el mundo. Por tanto sus miembros son formados como combatientes que
deben oponerse a los hipotéticos enemigos del país y que deben ser dotados de
la consecuente agresividad que les permita imponerse a quienes pretendan
ofender la heredad nacional. Son en esencia profesionales de la guerra
Las policías en el mundo se organizan
para mantener la indemnidad de las personas en su vida, bienes y ejercicio de
libertades y derechos. Ergo los policías deben ser formados como promotores de
la convivencia pacífica y ordenada desempeñándose en las esferas preventiva, disuasiva, control y
reactivas, que posibiliten una vida ciudadana ordenada al evitar las conductas
anómicas, desalentar a quiénes pretendar violar las normas, perseguir a quiénes
finalmente deciden ser violadores del orden legal y recuperar la normalidad
cuando se presenten alteraciones en el orden público. Son en suma,
profesionales de la paz.
Es probable que PPK, se haya sumado a
esa idea equivocada que ubica a la policía como parte del aparato militar del
país, idea que se mantiene vigente y que provoca que la formación de los
actuales policías tenga una marcada impronta militar.
Estamos de acuerdo con los que
sostienen que debe refundarse la policía nacional, pero esta refundación debe
sostenerse en la afirmación de la verdadera identidad de la institución
policial, que no debe ser otra que la organización que cumple una función
ciudadana, al servicio de la ciudadanía y que ella misma es parte de la
urdimbre social.
En los últimos tiempos, se ha incorporado
en la teoría el concepto comunitario de la función policial. Y digo en la
teoría, porque resulta sumamente difícil que el concepto, más allá del debate,
forme parte de la actuación de policías formados militarmente e inmersos en ese
maniqueísmo militar-civil que los aleja de la ciudadanía, que es la razón
principal de su existencia.
El problema no es singularmente
peruano. En Colombia se viene discutiendo la formación del ministerio de la
seguridad ciudadana, que absorbería a la policía nacional, actualmente ubicada
en el ministerio de Defensa. Las primeras voces discrepantes frente a esta
posibilidad han surgido del colegio de oficiales generales y de la asociación
de ex directores generales de la policía. Esto nos dice que el mayor arraigo de
las formas militares en la policía se ubica en los altos mandos, ante la
convicción que la verticalidad militar es la mejor forma de afirmar el mando,
esta posición en sociedades democráticas es altamente debatible. Creemos que es
el momento de incidir en la formación profesional policial de los agentes,
relativizar la formación militar, que actualmente ocupa la mayor parte del
período formativo y migrar hacia una organización identificada con la función
ciudadana que cumple.
Debemos recordar, que los grandes
logros contra el crimen organizado, especialmente terrorismo y narcotráfico, se
dieron con trabajos de paciente pesquisa policial y que los últimos sucesos de
afectación a poblaciones civiles por parte de las fuerzas armadas (Mazangaro),
obedece básicamente a que los miembros de estas instituciones están formados
para la guerra.
El tema da para un prolongado debate,
pero en inicio, considero un despropósito mezclar profesionales de identidades
distintas y que resulta contraproducente militarizar a la policía y a la vez
policializar a las fuerzas armadas.
CENTRO IDEAS, 35 AÑOS DE SERVICIO AL PAÍS (1)/ Alfredo Stecher
Como cofundador, ex -y ahora otra vez- directivo de una de las más antiguas ONGs del Perú, el Centro Ideas, comprometido con la promoción del desarrollo, me permito un auto publicherry. Quiero visualizar con algunas pinceladas lo que ha significado para nosotros ser ONGD, es decir organización no gubernamental para el desarrollo, sin fines de lucro, con una rica y polifacética experiencia similar a la de muchas ONGDs.
Nos preciamos de haber estado en varios aspectos y temas entre los pioneros del gran cambio cultural que ha vivido y sigue viviendo nuestro país, en consonancia e interactuando con procesos similares a nivel internacional, que pueden resumirse en el concepto de desarrollo democrático, sostenible y más equitativo. Me referiré a ellos, a título personal, con un cierto sesgo hacia aquellos con los que he tenido mayor cercanía, con el prisma de la mirada retrospectiva y enfatizando lo positivo.
Cumplimos en noviembre 35 años desde nuestra fundación como Centro de Investigación, Documentación, Educación, Asesoría y Servicios, por un grupo de seis personas, con motivación altruista y voluntad de servicio público; tres mujeres y tres hombres, de izquierda, pero no de una sola posición política – con Luis Ruiz, Teresa Ciudad, Marina Irigoyen, Rosario Bernardini y Gabriel Carrasco. La idea inicial era canalizar fuentes progresistas internacionales hacia el apoyo organizativo y luego también técnico a sectores populares en lucha económica. Al inicio trabajamos principalmente con campesinos sin tierra que ocupaban y trabajaban tierras no cultivadas de las cooperativas formadas por la Reforma Agraria del Gobierno Militar en las antiguas haciendas, en Piura y con campesinos aimaras en Puno; también con organizaciones de pobladores en Ate-Vitarte. El contexto era el gobierno del general Morales Bermúdez, que había destituido al general Velasco, con la Asamblea Constituyente ya instalada, como parte del proceso de restauración democrática exigido por los partidos y las movilizaciones populares, con el que nos identificábamos.
Nuestros estatutos y la composición inicial ya indicaban dos rasgos fundamentales permanentes: normas de funcionamiento democráticas para la institución y proyectadas hacia las organizaciones sociales, e igualdad de condiciones de la mujer y preocupación por el rol de la mujer en la vida económica y social. Esto iba acompañado del compromiso por el cambio social, de carácter no partidista y no confesional, y la autonomía respecto de los partidos políticos en los que algunos todavía participábamos, válido tanto para la propia institución como para las organizaciones sociales, y para éstas respecto de la institución.
Desechamos expresamente privilegios para los fundadores, limitamos la reelección inmediata en un cargo a una sola vez y hemos dado a quienes trabajaban en Ideas la posibilidad de convertirse en asociados.
Inicialmente nos veíamos más bien en contraposición al Estado, pero a los pocos años, comenzamos a colaborar con el Estado, primero a nivel municipal, para ayudar a orientar mejor su gestión. Muchos de nuestros colaboradores han tenido posteriormente roles destacados y positivos en diferentes empresas, organizaciones civiles y estatales.
Hemos querido prefigurar en nuestro microcosmos aspectos básicos de cómo queremos que mejoren nuestra sociedad y nuestro Estado, con criterios, tareas y metodologías que el Estado podría asumir. Claro que también hemos cometido errores, tenido defectos importantes y pequeños conflictos, pero ha sido invariable nuestro compromiso con altos estándares éticos y con una progresiva evolución de conceptos y metodologías para aportar mejor al desarrollo del país. Seguramente hubiéramos debido ser aún más innovadores, más ambiciosos en cuanto al impacto y más preocupados por la sostenibilidad de nuestras iniciativas y resultados.
Nuestra cultura organizacional, de la cual estamos orgullosos, se ha caracterizado por la valoración de lo que ahora llamamos capital humano y relacional, por relaciones muy horizontales y amicales, de respeto mutuo, por la búsqueda de consensos y el acatamiento de decisiones mayoritarias, por el cumplimiento de los compromisos asumidos, por un equilibrio entre el centro y las regiones así como por el estímulo al surgimiento de liderazgos institucionales desde las regiones, por transparencia, por el fomento del desarrollo personal y profesional y de la movilidad interna, por la solidaridad, por ningún tipo de discriminación. Hemos mantenido una política de evitar excesivos desniveles de ingresos y de tener un ambiente de trabajo positivo, correspondida con una gran dedicación y compromiso con la institución.
Hemos valorado y estimulado las iniciativas personales y el aporte creativo, así como las discrepancias y críticas alturadas. Hemos recurrido repetidamente a diagnósticos organizacionales y de personalidad y a talleres para mejorar la dinámica interna.
Hemos practicado la equidad de género y hemos tenido y tenemos en nuestro seno mujeres y hombres feministas y no feministas, pero todos respetuosos de las mujeres y de diferentes opciones sexuales y contrarios al machismo en sus expresiones más negativas. Siempre hemos estimulado y apoyado el acceso de mujeres a cargos de dirección en la institución y en las organizaciones sociales y de promoción. Actualmente son mujeres nuestra presidenta, Luz María Gallo, proveniente del programa Piura, las responsables de nuestros tres programas de promoción y de la administración, así como dos de los cinco miembros del Consejo Directivo.
Nuestros proyectos han solido estar a cargo de profesionales y técnicos de diferentes generaciones, con un trabajo interdisciplinario, e incluir la formación de promotores técnicos y organizacionales así como la formación de dirigentes comunitarios. Posteriormente agregamos el apoyo a la gestión de autoridades municipales y el fomento de la cooperación entre entidades populares y municipales y entre municipalidades y con programas del Gobierno central. Muchas personas de organizaciones populares con las que hemos trabajado han llegado a ejercer de manera positiva cargos en organizaciones populares y municipalidades.
Nos hemos propuesto, con perspectiva nacional, un trabajo de largo aliento en las zonas y regiones de intervención, conscientes tempranamente de que el apoyo que brindamos debería tener tanta continuidad como la que necesitan las empresas de sus profesionales o asesorías económicas y técnicas. Aunque también hemos trabajado en otros lugares, nuestro enraizamiento se centra en Piura, Cajamarca, Lima metropolitana y Lima región.
Hemos procurado sistemáticamente un uso austero, eficiente y transparente de los recursos, con una administración proba, y hemos tenido regularmente autoevaluaciones, además de las evaluaciones externas periódicas. Hemos sido una de las primeras ONGs en usar computadores para una gestión más eficaz, incluso antes que las agencias de cooperación que nos apoyaban.
Hemos apostado siempre a la cooperación entre instituciones y a la formación y fortalecimiento de redes, tanto de promoción como de investigación. Hemos estado entre los fundadores y primeros directivos de la Asociación Nacional de Centros (ANC) y aportado desde allí al logro de una normativa legal más o menos adecuada para las ONGs. Y hemos impulsado la realización de la primera conferencia nacional por la descentralización y el desarrollo, con participación de personas del Estado, de partidos políticos, de organizaciones sociales y de intelectuales.
Hemos contribuido a los esfuerzos de paliar las consecuencias de los dos grandes fenómenos del Niño, especialmente en Piura, y a los procesos que llevaron a la regionalización del país.
Como muchas otras ONGDs y la propia ANC, ofrecimos resistencia a los embates del terrorismo y uno de nuestros directivos, dirigente popular en Ate-Vitarte y subdirector del Programa Urbano, Zacarías Magallanes, fue víctima de su insania. Contribuimos a generar mecanismos de toma de conciencia al respecto y de seguridad entre ONGDs y organizaciones populares. Nuestra presencia en zonas populares, así como la de otras ONGDs, ha apoyado a las organizaciones contra el terrorismo y favorecido la pacificación.
En un siguiente artículo tocaré algunos de los temas de nuestra intervención.
martes, 1 de octubre de 2013
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE EL LIBERALISMO Y EL NEOLIBERALISMO?/ Fernando Villarán
Respuesta corta:
El liberal es
partidario del libre mercado y de las empresas privadas que actúan en él.
Generalmente lleva estas ideas al plano político, en donde es entusiasta
promotor de las libertades individuales.
El neoliberal, además
de esto, considera al Estado la fuente de todos los males y plantea que no
tenga ningún rol en la economía. Se hace de la vista gorda frente a los
monopolios y oligopolios que dominan los mercados y recortan oportunidades.
Respuesta un poco más
larga:
El liberalismo
comienza con el libro de Adam Smith “La riqueza de las naciones” de 1776, en
Inglaterra. Se expande por Europa, Norteamérica y luego por todo el mundo occidental.
El mercado que Smith vivió, estudió y propuso fue un mercado libre y
competitivo, en el que había oportunidades para todos. Este mercado permitió la
revolución industrial inglesa y la gigantesca creación de riqueza y bienestar
para la población que vino posteriormente. A principios del siglo XX su propio
éxito se transforma en problema, al crecer la producción por encima de la
demanda real y se genera la gran depresión de 1929 que duró más de diez años,
probando que el mercado y las empresas privadas no pueden actuar solas.
John Maynard Keynes
reforma y salva al capitalismo, introduciendo al Estado en el manejo de la
economía, diseña las políticas económicas, fiscales y monetarias, así como las
instituciones como los Bancos centrales, el Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial que regularían los mercados. A partir de la segunda guerra
mundial fue responsable de la mayor época de prosperidad en occidente y algunos
países asiáticos.
El neoliberalismo se
comienza a gestar en la década de los sesenta, con los trabajos y aportes de
Milton Friedman, pero entra plenamente en vigencia con Ronald Reagan en Estados
Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido, a principios de los ochenta,
privatizando, desregulando y reduciendo los impuestos a las corporaciones y a
los más adinerados.
El componente anti
Estado lo añade Ayan Rand, una filósofa rusa que fue perseguida por el régimen
soviético y migró a Estados Unidos. Ella critica la intervención del gobierno
en la vida política y en la economía, y plantea su práctica desaparición; para
que no queden dudas sobre esto propone que la tributación sea voluntaria.
A partir de allí vino
la desregulación financiera, la concentración del poder en unos pocos bancos,
la regresión en la distribución de los ingresos y el sobre endeudamiento de las
empresas, las personas y los Estados. Los instrumentos financieros creados por
los bancos de inversión norteamericanos, como los derivatives y los securities
precipitaron la crisis del 2008 y su secuela que dura hasta el día de hoy.
Los países que lo
promovieron y aplicaron como Estados Unidos, el Reino Unido, Irlanda, España,
Islandia, entre otros, se paralizaron o retrocedieron, mientras que los países
que lo rechazaron y aplicaron modelos más pragmáticos y menos ideologizados
siguen creciendo y creando riqueza , como es el caso de China, India, Corea del
Sur, Alemania, Finlandia y Brasil, por citar sólo unos cuantos.
El liberalismo fue un
gran avance para la humanidad y el neoliberalismo un grave retroceso.