No es mayor noticia que desde este gobierno se cuestione frontalmente a las ONG de derechos humanos. Ni siquiera que lo hagan con ocasión del 60 aniversario de la Declaración Universal.
Se puede discrepar con lo que dicen Alan García, Luis Giampietri o Mauricio Mulder, pero están en su derecho. Además, ha sido esa su posición desde antes de llegar al poder.
Lo que sorprende es que el Premier Yehude Simon sea ahora el escogido para hacerlo y que lo haga con argumentos tan trillados como falsos. Simon ha usado, sin mayor aporte propio, los argumentos con los que siempre se ha descalificado a estos organismos, a la Comisión de la Verdad y, en muchos casos, también a la propia Defensoría del Pueblo.
Veamos:
1.- Les ha atribuido conductas y declaraciones que no han hecho: “… cualquiera puede decirle zamba canuta a alguien (...), pero si encima de eso se acusa de genocida a un gobierno, se le dice fascista, ustedes entenderán que hay razones para molestarse”.
2.- No se preocupan por los militares o los acusan sin pruebas: “yo invito a los organismos de derechos humanos a que nos acompañen al VRAE y que nos presenten las denuncias de desaparecidos con sus pruebas. Pero que reconozcan cuántos policías y soldados dan su vida para la estabilidad democrática”. Simon reconoció que las ONG son sensibles cuando matan a un policía (¡vaya!), pero indicó que “tienen que ser más explícitas y decirlo con más frecuencia para que todos sintamos que existe esa sensibilidad”.
3.- En realidad defienden terroristas: “no acepto que las ONG digan que este es un gobierno que realiza persecuciones y tampoco podemos aceptar que estas organizaciones defiendan terroristas.”
Quiero dejar en claro que no pretendo sostener que las ONG de derechos sean intocables o que no cometan errores. No es tampoco que no se pueda discutir sus puntos de vista. Es normal, incluso, que haya tensión con los gobiernos que fiscalizan. El problema que me interesa poner en discusión aquí es otro, a saber, cómo el poder puede transformar tan rápido a las personas. (¿No habrán secuestrado a Simon? ¿No será un doble?)
Ironías aparte -y si de hablar con franqueza se trata- habría que recordarle a Yehude Simon que está en libertad en gran medida porque justamente esas ONG lucharon incansablemente por la libertad de los inocentes (y no por los terroristas!!!!!).
Que a diferencia de la gran mayoría de los casos que les tocó analizar antes de asumir su defensa -errores flagrantes o abusos manifiestos- en el suyo hubo que vencer muchas dudas y suspicacias para llegar al convencimiento de su inocencia.
Habría que decirle que si durante el gobierno de Paniagua las autoridades hubieran pensado como él piensa hoy, probablemente no sería Premier.
La vaca se olvido que fue ternura: ay Yehude!! ya te subiste al establishment!!
ResponderEliminarya ni caviar se le puede decir
ResponderEliminarHaber, tratando de ver el asunto desde otra óptica:
ResponderEliminarJustamente por lo descabellado que suena que un ex-procesado y encarcelado por terrorismo, como Yehude Simon, brinde declaraciones de este tipo, ¿no valdría la pena preguntarnos si es que hay algo no que no estamos viendo?
Quiero decir: ¿Cuál es la imagen que la defensa por los DDHH está tomando en el país, como para que, incluso quienes han sido recluidos por terrorismo, nos acusen de defensores de terroristas?
Siento que el facilismo es decir: Nos estan atacando. No les gusta que opinemos. No toleran la defensa de los DDHH. Incluso, "la persona se transformó y ahora piensa diferente", para la situación de Simon.
Me parece que dentro de esto hay algo más. Algo que se está observando desde "fuera" de los "círculos de DDHH", pero no desde adentro:
Si un sector de la opinión pública comienza a percibir al "sector ONG" como "pro-terrorista", algo en la estrategia de comunicación puede estar fallando.
En conclusión: creo que no habría que tomar las críticas solo como ataques (para eso ya está el gobierno), sino que cabría preguntarnos y explicarnos qué las motivan. ¿Qué más democrático?
Ahora está de moda que la gente del gobierno diga barbaridades. Ojalá algún día pongamos en el poder a los que tienen los argumentos más coherentes y no a los que consiguieron más portadas en los diarios. Me parece que una actitud que favorece más al terrorismo es cuando no se permite que los grupos de la sociedad civil se organicen para reclamar por nuestro derechos. Y, claro, concuerdo con el post anterior, estos grupos también necesitan organizarse más.
ResponderEliminarNo me equivoqué al dudar de la integridad de este señor SIMON, de cualquiera que se meta en un gobierno como el del APRA, donde se trabaja como una maquinaria arrollando a quien se le cruce en el camino, por que son intolerantes la mayoría y estrictamente fundamentalistas en sus tesis y argumentos, Simon no tiene la personalidad para pisar firme y decir HASTA AQUI LLEGUE ... mas allá ya no es conmigo, le falta lo que la naturaleza le da a las personas CORAJE.Es sorprendente que él sea quien vaya en contra de las ONG que lo defendieron y apoyaron,pero en fín esta vida está llena de ingratitudes y memorias cortas.Pero una persona como este señor no merece llegar más de lo que él mismo se ha proyectado y es quedar en la historia como un detractor y falto de valentía.
ResponderEliminar