miércoles, 25 de marzo de 2009

EL MESÍAS Y EL MECIDO / Carlos Basombrío Iglesias


Las soberbias declaraciones de Alan García ante financistas de América Latina reunidos en Lima han llenado los titulares de los diarios.

Vale la pena recordarlas. Son para ponerlas en un marco:

“En el Perú, el presidente tiene un poder: no puede hacer presidente al que él quisiera, pero sí puede evitar que sea presidente quien él no quiere. Yo lo he demostrado”. Añadiendo: “De manera que puedo garantizarle a todos los que quieran traer un centavo a este país, que ese centavo está garantizado por la estabilidad política que va a tener el Perú en los próximos 10 años. Esto es mi contribución al largo plazo de la pos crisis que va a haber”.

Impertinentes y antidemocráticas, sin duda.

Peor, todavía, porque no es un exabrupto. Es lo que tratará de hacer. No creo que necesariamente consiga sus objetivos, pero esa es otra historia. En un artículo que acabo de publicar en otro lugar explico por qué, a mi juicio, no habría que sobrevalorar su capacidad de intervenir. (Quiere y tratará, pero no podrá tanto como cree, Semana Económica).

Ahora bien, tampoco hay que dramatizar y pasarse de la raya. Algunos congresistas han hablado hasta de vacancia. ¡Por favor! Hay que guardar proporciones. Ante una confesión de parte como la de García, lo que resta es simplemente vigilarlo mucho más de cerca. Marcarlo como Reyna a Maradona.

Pero hubo otras declaraciones ese mismo día que pasaron casi desapercibidas, pese a venir de quien, se supone, es la segunda persona más importante en el gobierno.

Yehude Simon declaró:

“Los grupos de la derecha y la izquierda política ya tienen formados sus respectivos frentes electorales. Alejandro Toledo, Lourdes Flores, Luis Castañeda y Pedro Pablo Kuczynski forman el frente de la derecha. La izquierda del siglo XXI tendrá su frente con el APRA y los movimientos regionales, y creo que esto es lo mejor que le puede pasar el país".

Simon, creyéndose ingenioso, no parece tener límites en su capacidad de decir disparates.
Entretengámonos un rato y asumamos por un instante que hay un mínimo de coherencia e inteligencia entre las declaraciones políticas que hacen el mismo día el Presidente y Premier sobre temas políticos.

En la hipótesis -negada, por supuesto- de haber en el Perú los dos bloques políticos que imagina Simon, habría dos posibilidades:

1.- Que Toledo, Flores, Castañeda y compañía sean el “antisistema” al que García llama a derrotar. Ello en la medida en que su partido se encontraría en el otro frente, el de la continuidad para los próximos diez años.

2.- O también, si asociamos “antisistema” a “izquierda”, como se hace usualmente y dado que Simon se proclama como el abanderado de la izquierda, sería más bien, a su Premier, a quien el presidente impediría llegar a Palacio.

En fin, hablando más en serio, bien haría Yehude Simon en tratar de gobernar, de ocuparse de asuntos importantes y no dedicarse a su hasta ahora nada exitosa campaña preelectoral.

Como he dicho antes, desde que se restableció la democracia todos los primeros ministros, desde Dañino hasta Del Castillo, pasando por PPK, Merino, Solari o Ferrero fueron–coincidencia o discrepancias aparte- muy relevantes en el momento en que ejercieron la función.

En cambio la “levedad” actual de la PCM llamaría la atención del propio Kundera.

3 comentarios:

  1. Señor Basombrío:

    1. Se ve que el país está entrando ya a la lucha electoral. Es entonces un buen momento para hacer análisis y evaluaciones. El señor Farid Matuk acaba de declarar cuál es la situación técnica del INIE, el cual aporta datos estadísticos sin sustento de ningún tipo: solo emite cifras. Su director era subdirector del mismo en la época de Fujimori. ¿Nos sirve eso para medir algo? Según Matuk, la realidad es que, a fines del presente año, el crecimiento del país será cero, mientras que a comienzos del próximo será de menos uno. ¿Eso pesará en algo en la política?

    2. Es notorio que el señor García es un converso de mentira, alguien que quiere hacer creer que es más papista que el Papa y más derechista que la ultraderecha. ¿Todos lo creen? Difícil; sus errores demuestran ello. Por tratar de vender esa idea tropieza con conceptos que nunca ha manejado bien. ¿Qué dicen los empresarios ante ello? Muchos están desconcertados por cuanto tampoco manejan bien los términos teóricos que sustentan su riqueza. Para ellos, como dice bien De Soto, la cosa es más simple: hacer dinero con el Estado. Mercantilismo puro.

    3. En otros tiempos este gobierno habría sido calificado de Plutocracia, pero con la crisis de intelectuales (la mayoría de las mejores mentes se han dedicado a hacer negocios y pequeña empresa o son asesores) casi no queda nadie que pueda analizar políticamente a país. Se ha implantado un fundamentalismo de mercado que lo determina todo, y la sociedad en pleno sigue los dictados de la economía como si fuera el alfa y omega de la existencia humana. Marxismo puro con vestimenta de derecha.

    4. Está clara la intención del señor García: preservarse en el control del poder aun fuera de la presidencia. Es, como dicen, un animal político, y no puede vivir fuera del elemento que le da la vida. Su mente toda está concentrada en cómo conservar ese poder a costa de lo que sea. No es un altruista ni un soñador cuya mayor pasión sea el país, la nación o algo parecido. Eso es obvio. Y tal parece que está utilizando su habilidad titiritesca para manejar a amigos y enemigos como si se tratase de un espectáculo teatral. Todas las piezas las va a mover del modo que le convenga.

    5. ¿Soportará la sociedad peruana un cuadro como ese? ¿Será tan dócil y sufrida como el señor García cree que es? ¿Aceptará mansamente ser manipulada para que salga elegida la señorita Keiko y sea él el poder tras el trono? ¿Tendremos una vez más un consorte presidencial extranjero (como Karp y Nores) que dice mucho de nuestra realidad sicológica profunda (porque eso no puede ser casualidad; algo tiene que ver).

    Todas son preguntas que se irán decantando conforme pasen los días. Veremos si la situación internacional será lo suficientemente benigna con este gobierno como para permitirle terminar su período. Lo veremos.

    Muchas gracias.

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  2. Alan García como expresión de su poco respeto por la democracia y su desorden emocional continúa patinando defendiendo lo que no puede defender. Pero vayamos al grano, la expresión de Alan ante el IFI, no es gratuito. Como conocido es, el presidente actual tiene mucho por responder ante un gobierno realmente democrático. El primer ‘desgobierno’ de Alan García tuvo muchas falencias y estuvo totalmente plagado de corrupción, asesinatos, torturas, desapariciones, etc.; y estos en suma cuenta no han sido independientemente investigados. Alan, en este su primer gobierno, ha sido también -en muchos casos- acusado de enriquecimiento ilícito y ello tampoco ha sido investigado con el rigor del caso. Los términos de estas acusaciones han prescrito, y de una buena fe, el no ha sido declarado culpable o inocente. En este su segundo gobierno, ganado como el candidato del “mal menor” y mantenido dentro de un sistema económico que favorece a las transnacionales y los grupos de poder, Alan tampoco esta siendo opuesto con el rigor político del caso. Últimamente el gobierno se ha visto salpicado por corrupción generalizada y posiblemente institucionalizada. El parlamento y el poder judicial, como en épocas pasadas, están haciendo oídos sordos y las “investigaciones” que han emprendo sobre estos hechos, que a la luz del día son crímenes, se ha estancada en los pasadizos del poder y en el correr del tiempo. Entonces, en este embarullo, el interés por mantener un sistema que le sea benigno es imperativo. Su sobre-vivencia como “buen político y patriarca” del sistema, necesita de manipulación y concubinage desde las mas altas esferas de poder económico, judicial y social.

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  3. CONFESIÓN DE PARTE
    Ante un auditorio compuesto por banqueros de América del Sur el presidente García no encontró mejor ocasión para -en un acto de supremo alarde- expresar algo en verdad muy por debajo de la inteligencia de quien es considerado uno de los más notables oradores políticos de la historia del Perú. Sin embargo, lo que ha dicho el Dr. García es simplemente una tontería, un exabrupto de evidente ralea caudillesca.
    Sentado al lado de Dionisio Romero -el banquero más acaudalado del país- y acaso perturbado por lo poco que podía hacer y decir a sus cautelosos oyentes y circunstanciales visitantes para subordinar su atención, más allá del protocolo, el Dr. García desembuchó algo que luego dijo que no dijo: “En el Perú, el presidente tiene un poder: no puede hacer presidente al que él quisiera, pero sí puede evitar que sea presidente quien él no quiere. Yo lo he demostrado”
    ¿Qué quiso decir, al margen de lo explicito, su señoría el Dr. García? ¿Y por qué lo hizo? Tengo la impresión que el mensaje fue recordarles a los banqueros que por muchos recursos que posean no todo es cuestión de dinero en los impredecibles territorios de la política. Y que en consecuencia los políticos son tan o más importantes y poderosos que los banqueros. Por si fuera poco, pues ni hizo falta que lo nombrara, les enrostró -como prueba de ese poder- la derrota de un famoso escritor frente a un desconocido ingeniero que él contribuyó en hacer conocido durante las elecciones de 1990.
    ¿Por qué lo hizo? Creo hallar la respuesta apropiada en el recuerdo de una casual conversación con un líder campesino (que pasó de las casacas andinas de bayeta a los ternos de riguroso casimir al ser elegido parlamentario) y que un día -al de ser designado para conformar una comisión investigadora- obligó a comparecer al más renombrado, y menos visto, líder de los banqueros del Perú. (El mismo banquero a quien el Dr. García ordenó expropiar durante su anterior gobierno y luego -según confesión de parte- derrotar a su candidato). El mismo que perturbado, acosado y fatigado por el interrogatorio a que era sometido terminó simplemente por decirle al pundonoroso Brad Pitt de Apurimác: “Mire señor, quiero recordarle que usted es congresista por cinco años y yo banquero por toda la vida”.
    Cierto que con sus palabras además de corroborar la nunca desmentida bastardía aprista del fujimorismo el Dr. García ha provocado dos reacciones contrapuestas: la resignada gratitud de los banqueros y la furiosa pataleta de uno de los aspirantes a sucederlo. Pero esa es otra historia.

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