La Corte Federal de Miami aprobó finalmente la extradición de Telmo Hurtado al Perú quien hace 24 años atrás, cuando fue teniente del Ejército fue el principal responsable de la masacre de Accomarca, donde murieron 69 campesinos entre adultos y niños. Es un hecho muy importante y positivo que da cuenta que, pese a todo, algo se avanza.
Es que pocas personas, como Telmo Hurtado, sintetizan las barbaridades que se cometieron en el Perú al enfrentar el salvajismo senderista.
Refresquemos un poquito la historia (vale la pena en este país de memoria tan frágil):
En la mañana del 14 de agosto de 1985, las patrullas del subteniente EP Telmo Hurtado Hurtado y la del teniente EP Juan Rivera Rondón –aproximadamente 25 efectivos– bajaron a Llocllapampa, ubicado a tres kilómetros de Accomarca y bajo el pretexto de una asamblea reunieron a los comuneros en la plaza.
Los militares acusaban a los pobladores de terroristas, ya que tenían referencias de que funcionaban dos escuelas populares y un centro de abastecimiento senderista. Separaron a los hombres, de las mujeres y los niños y los agruparon en tres viviendas. Testigos señalan que las mujeres fueron llevadas previamente a una acequia en donde las habrían violado. Luego incendiaron las viviendas y finalmente les lanzaron granadas.
A las cuatro de la tarde, los efectivos se retiraron. Los pobladores que habían logrado escapar regresaron al lugar y constataron la horrible muerte de 39 adultos y 23 niños. Además en las semanas siguientes y cuando se empezó a investigar fueron asesinados varios testigos del crimen para tratar de evitar la acción de la justicia.
Alan García acababa de asumir el poder y en la ocasión actuó con firmeza destituyendo a los varios altos jefes militares; asimismo, el 11 de setiembre de 1985, el Senado nombró una comisión presidida por Javier Valle Riestra que investigó esa matanza y la de Pucayacu.
Como parte de sus indagaciones la comisión senatorial entrevistó al subteniente Telmo Hurtado en el cuartel “Los Cabitos” (Ayacucho). Hurtado no mostró arrepentimiento alguno por lo ocurrido e incluso llegó a justificar el asesinato de niños:
“Uno no puede confiar de una mujer, un anciano o un niño, en estos momentos que estamos viviendo… Los comienzan a adoctrinar desde los dos años, tres años, cuatro años, así sucesivamente llevando cosas, cargando los llevan por distintos sitios… poco a poco, a fuerza de engaños, de castigos, van ganándoles a su causa”.
“Según mi decisión que yo he tomado, yo la considero correcta. Según el punto de vista de ustedes y lo que están pensando en estos momentos, lo van a tomar de otra manera. Ustedes no viven las acciones de guerra que nosotros vivimos acá, No tienen experiencia ni ven las situaciones que nosotros pasamos acá. Las penurias que se tienen o las cosas que se tienen que vivir. Cosa que de repente a nosotros no nos agrada pero tenemos que cumplir para darles un mejor gobierno, estabilidad para ustedes y para que ustedes, en estos momentos, los parlamentarios estén en el Senado. Nosotros tenemos que realizar esas cosas por ustedes”.
Aquí no termina la historia. Catorce años después en 1999 -y casi por casualidad- la revista idéele- descubrió que Hurtado ¡seguía en el Ejército! y había continuado ascendiendo, llegando hasta el grado de Mayor. Estaba en San Ignacio (Jaén) y las campanadas de alerta que ayudaron a identificarlo fueron denuncias de torturas y otros abusos contra los campesinos en la base El Milagro (¡gallina que come huevo!).
El escándalo fue mayúsculo y el propio Fujimori tuvo que reconocer los hechos y ofrecer, ahora sí, darlo de baja. Es probable que él personalmente no supiera de la situación de Hurtado, pero el clima de impunidad en el que se vivía bajo su gobierno (amnistía incluida) hizo posible la complicidad institucional con un criminal tan abominable.
Después de eso Hurtado volvió a desaparecer de la luz pública. Lo siguiente que supimos de él es que había huido a los Estados Unidos (algo para lo que, por más mago que fuese, necesitaba muchas complicidades), dónde finalmente hace un par de años fue detenido y ahora es extraditado.
Pareciera que a Hurtado se le acabaron los trucos de magia y que pagará sus crímenes. Igual habrá que estar atentos. Gente que piensa como él tiene hoy, de nuevo, mucho poder.
Ahora habrá que soportar los argumentos de 'defensa' de Edgar Núñez y Luis Giampiatri justificando los crímenes.
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