1.- Nunca debió ocurrir: 9 policías y 25 nativos es el balance preliminar de los muertos de hoy. No ha sido una tormenta en cielo despejado. Con dos meses de conflicto la posibilidad de una tragedia era predecible y crecía día a día. Hubo tiempo de sobra para pensar y actuar bien. Procediendo con inteligencia, eficacia y sensibilidad esta historia pudo y debió terminar sin ningún muerto.
2.- Hay responsables penales: Los muertos no se mataron solos. Ni los policías, ni los nativos. Ojalá la justicia peruana esté a la altura de las circunstancias y los culpables sean identificados y sancionados. Los que mataron a unos y los que mataron a otros. Los autores materiales directos, los autores intelectuales, los instigadores y los cómplices.
3.- Los extremistas consiguieron el desenlace que buscaban. Lograron que se cumpla su profecía los que querían que se luche “hasta morir” para derogar los decretos (claro, siempre y cuando los que se mueran sean otros); y, del otro lado del extremismo, se le dio el gusto a los que venían reclamando que se entrara a “solucionar el problema a cualquier precio” (de nuevo, el precio es para otros).
4.- ¿Qué viene ahora? Parece que hay enormes tensiones al interior del Ejecutivo sobre cómo actuar en los próximos días. No creo que las Fuerzas Armadas estén demasiado entusiastas de que se les entregue esa papa caliente (menos todavía después de lo del helicóptero del VRAE ¡vaya viernes este!). Mucho de lo que ocurra dependerá de lo que a su vez hagan los nativos. No queda claro que pasará con su huelga en las horas y días que siguen. ¿Continuará? ¿Se radicalizará? ¿Se replegarán?
5.- Hay responsables políticos: Así como los logros se festejan y se difunden, cuando ocurre un hecho como el de hoy tiene que haber responsables políticos que asuman las consecuencias. Notoriamente, en este caso, estas responsabilidades (políticas, insisto) alcanzan individualmente a medio gabinete y, específicamente, al Premier. Si hubiera sentido de responsabilidad (política) una renuncia colectiva inmediata no debiera pasar del fin de semana.
5.- La frivolidad del Congreso: El Congreso - al que le correspondería ahora sancionar, políticamente- es parte importante del problema y tiene a su vez sus propias responsabilidades. Evadieron tomar una posición (sea en un sentido u otro) usando las peores triquiñuelas de la política tradicional. Lo del jueves -con opositores dormilones y gobiernistas meciéndolos para postergar la decisión- es de una frivolidad del tamaño de la tragedia que sobrevino.
6.- Yehude Simon: el peor final. Un premierato light, mediocrón y sólo funcional al objetivo de Alan García de salir de la crisis de los “petroaudios”, pudo haber terminado en un desdibujamiento final y desaparición de la escena. Pero la terquedad de aferrarse al cargo (la fatuidad del poder) ha hecho que Yehude Simon termine su gestión cargando en sus espaldas una tragedia tan espantosa como la de Bagua. Simon puede renunciar, puede ser censurado o puede sobrevivir, administrativa y cronológicamente, un tiempo; pero luego de lo de hoy su premierato ya concluyó. De hecho ya había concluido cuando el fracaso del Plan VRAE en el Congreso y había vuelto a morir en el escándalo de la toma de Panamericana por la SUNAT. (¿Siquiera le avisaron? ¡Parece que no!). Triste final.
7.- Monumental fracaso operativo policial. La policía se planteó abrir hoy el tránsito en la “Curva del Diablo”. Tuvieron todo el tiempo del mundo para prepararse y obtener información de inteligencia. Como es obvio debían conseguirlo al menor costo humano posible. Más de 30 muertos dan cuenta del tamaño del fracaso. El “moqueguazo” y el desalojo del Bosque de Pomac terminan pareciendo deslices menores, comparados con la magnitud del fracaso operativo de hoy.
8. Repercusiones duraderas: Lo de Bagua no es un episodio que pasará al olvido fácilmente. Será uno de los hitos negativos del segundo gobierno de Alan García. En sus relaciones con la selva y en orden público, hay con lo de hoy un antes y un después. Sus repercusiones son, además, internacionales, ya que se juntan muchos de los temas sensibles de este mundo globalizado: pueblos nativos, medio ambiente, derechos humanos, tratados de libre comercio.
Muy bien, vas afinando, vas afinando. Espero que tu embelesamiento por AGP según un anterior artículo tuyo se desvanezca. AGP está demostrando que es un experto pero en la política mediocre y 'mediocrona' como tu bien dices.
ResponderEliminarUn desgraciado viernes que nos hace ver cuán distanciado estamos de los pueblos nativos que pueblan nuestra inmenza y rica selva amazónica.Y una clara demostración de la cruel manipulación a la que someten a esa nación nativa,polarizándola contra el Estado y reahogándola en su ignorancia,Permitiendo que crean cosas tan irreales como que si se cumplen los DL les van a arrebatar sus tierras o los van a utilizar para traficar con sus órganos vitales.
ResponderEliminarToda una desgracia que enluta al país y que debe mercer una investigación para dar con los responsables políticos y de hecho de este baño de sangre.
... y la prensa peruana estaba con los circos de le gripe del chancho, lo de panamericana, preparando teleton para puno,
ResponderEliminarInsisto en que el Perú de hoy necesita de gobernantes que tengan un mínimo de cacumen político y percepción de dialogo para definir procesos en beneficio de las grandes mayorías y la preservación de nuestros preciados recursos. El futuro y la integridad democrática de nuestra nación no deben estar en juego ni menos manejado por ineptos que ven solucionar problemas sociales con violencia irracional. La democracia implica dialogo, aceptación e inclusividad de acuerdos en beneficio de la mayorías sin menguar la razón de las minorías. El Gobierno actual no tiene este precepto democrático. La cachiporra y la sinrazón del troglodita son su visión de cambio. La solución para los problemas sociales, culturales, económicos -que en la fuerza de la razón son históricos-, pasan por la participación inclusiva y proactiva de los ciudadanos. Sin ello, la democracia y el estado de derecho son inexistentes. También en este foro se ha comentado que la mejor manera para desarrollar a nuestros pueblos es fundamentalmente la educación, y en los estándares actuales, la preservación y extracción estratégica de nuestros recursos naturales. Para ello necesitamos que el gobierno actué en forma pulcra, transparente y entable dialogo con los beneficiados, es decir con nosotros (con el pueblo) y especialmente con las sociedades que viven y trabajan los campos en donde estos recursos se encuentran. Al igual el gobierno necesita cambiar de estrategia y en vez de invertir capital y esfuerzos en armamentos para justificar matanzas, necesita invertir en transferencia de tecnologías (es decir ciencia y tecnología). A la larga este esfuerzo hará más seguro y competitivo a nuestro país. La capacitación permanente de nuestra población hará que nuestra sociedad desarrolle y sea dialogante, tolerante y participe con peso en el ámbito internacional de negocio e industrialización. Sin educación, capacitación y participación inclusiva de nuestros pueblos, por miles de TLCs que firmemos bajo la cachiporra y la irracionalidad, el Perú no progresara y quedara reducido a ser un país proveedor de recursos naturales y mano de obra barata para trabajos de poco calibre, y las matanzas entre hermanos continuará por los siempre.
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