Carlos Iván Degregori, nuestro entrañable y sesudo intelectual, escribe tres artículos en donde analiza tres aspectos importantes de nuestra actual coyuntura.
Ideele lo publica como un adelanto de la edición especial que saldrá la próxima semana, en donde diversos intelectuales analizan el proceso de nuestro país en estos últimos 20 años LEER REFLEXIONES
Samuel Abad, Carlos Basombrío, Francisco Belaunde Matossian, Jorge Bruce, Gustavo Carrión, Carlos Iván Degregori (+), Ramiro Escobar, Liuba Kogan, Nelson Manrique, Augusto Ortiz de Zevallos, Luis Pásara, Fernando Rospigliosi, Andrés Solari, Alfredo Stecher, León Trahtemberg, Javier Torres, Sandro Venturo, Celeste Viale, Fernando Villarán.
miércoles, 28 de julio de 2010
jueves, 22 de julio de 2010
LLANTA DE PRENSA/ Augusto Álvarez Rodrich, Nicolás Lynch, Fernando Rospigliosi
I. García en su ultimo año
II. Las encuestas políticas
III. Terrucos al por mayor
II. Las encuestas políticas
III. Terrucos al por mayor
miércoles, 21 de julio de 2010
MAYOR CONFUSIÓN/ Gustavo Carrión Zavala
El día 19 de julio tuvimos la oportunidad de presenciar a través de la televisión, la entrevista que concediera a canal 6 (RPP) el ministro del Interior, y de las respuestas que diera a los periodistas entrevistadores, nos quedó la sensación de la inmensa contribución del ministro Salazar a aumentar la confusión en temas de seguridad, con explicaciones que además de ininteligibles, pretendían esconder las verdaderas razones de la pobre actuación policial en los diversos temas tratados.
Dijo Salazar, que la Policía es sólo un “eslabón más en la cadena de voluntades comprometidas en la seguridad ciudadana”. Según lo dicho, en temas de seguridad la Policía tiene el mismo tamaño de responsabilidad que otros sectores involucrados, como educación, salud, familia, operadores de justicia y otros más. Si esto fuese así, habría que preguntarle al ministro ¿cuál sería la razón de la sociedad y del estado en incorporar en la estructura estatal una institución-cuerpo como la Policía, si resulta ser en temas de seguridad solamente par de las demás instituciones mencionadas? ¿No es acaso cierto, que no solamente en el Perú, sino en toda sociedad, se constituye un cuerpo encargado de mantener la indemnidad de las personas, en su vida, bienes y ejercicio de libertades y derechos? ¿No es acaso cierto que todo diseño de seguridad ciudadana se hace teniendo como elemento sustantivo a la Policía, pues ese es su fin? ¿No es cierto que la Policía es la organización que debe satisfacer las demandas de seguridad de la ciudadanía y que las demás instituciones eslabonadas, lo son en base al eje fundamental que es la institución cuerpo concebida para ese fin?. Lo que sucede, y no se quiere reconocer, que la actual Policía, en inocultable proceso de descomposición, no da la talla para su verdadera responsabilidad, y ello por desmotivación de sus integrantes, por pésimas condiciones laborales, endeble formación, pésimas remuneraciones, pésimo equipamiento y para sumar, inexistente liderazgo.
Ante la pregunta por el hecho de la muerte de un ciudadano en un patrullero de las “Aguilas Negras”, reconoció que se trató de un exceso policial, empero no explicó que esos excesos tienen su origen en la falta de profesionalismo, deficiente formación y falta de capacitación continua. Como entender que varios policías no sean capaces de emplear técnicas para reducir a una sola persona por más que hubiese sido supuestamente presa de alguna alteración, y aquí encontramos otra falla que venimos señalando, la oferta de poner en patrullaje en las calles 15,000 policías más, se ha convertido en obsesión por cumplir esta cuantitativa meta, sin importar la formación que se imparte en la diáspora de escuelas de formación de sub-oficiales que se han instalado en todo el país y que con una sencilla medición de las capacidades y destrezas de los policías egresados de estas escuelas, nos darían reporte exacto del nivel de improvisación en su formación. Aumenta la gravedad, que estos policías pesimamente formados, tienen una vida útil en la institución de 30 años, por lo que debemos quedar advertidos de la duración de la coyuntura y de la fragilidad de la institución base para cualquier diseño de seguridad ciudadana.
Preguntado sobre el nada encomiable primer puesto del Perú como productor-exportador de cocaína, explicó que en su reciente viaje a EE.UU., había obtenido rectificaciones, que no era del todo cierto el primer lugar, que estamos cerca pero que las cifras que se dieron no fueron exactas. Lo que no explicó fue el porqué, solamente en el año 2009 se habían incautado 10 toneladas de droga, frente a las 300 potencialmente producidas, ni porque de 35000 toneladas de insumos llevados a las zonas del Huallaga y el VRAE, solamente la Policía incauto 490, lo que evidentemente es una pésima performance que configura el fracaso absoluto en la lucha contra el tráfico ilícito de drogas, a pesar de las también absurdas explicaciones que diera a otro programa de televisión el actual Director General de la Policía,(que a su vez dirigió anteriormente la unidad especializada en la persecución de este delito), quién sostuvo que Colombia incautaba 200 toneladas por el apoyo de los EE.UU. y que este apoyo en el caso del Perú no era del mismo tamaño. Cabe aclarar que Ecuador, que no es un país productor y no tiene convenio alguno que lo apoye en la lucha contra el TID, incautó en el mismo 2009, nueve toneladas de droga, obviamente que se trata de la droga que no pudo incautar la policía peruana, con la adición que la policía del Ecuador es de menor dimensión que la de nuestro país.
El ministro también ha escrito, que la ausencia de resultados puede explicarse a la falta de recursos, sin embargo el director de la Policía declaró que el no necesita mayores recursos, que no se queja por la aparente falta de éstos y que su principal factor para el éxito es su potencial humano. No se ponen de acuerdo en las apreciaciones, pero debemos advertir al director general, que por los niveles de desafección y desaliento del personal policial, este se convierte en su principal problema y no en su principal valor.
Nos parece que ambas autoridades están escondiendo la razón de fondo de la poca efectividad policial, y que está asociada a la creciente e incontenible corrupción. No nos olvidemos finalmente, que la delincuencia crece por múltiples factores, pero que resulta verdad categórica, que siempre crece de la mano del crecimiento de la corrupción policial.
jueves, 15 de julio de 2010
LECCIONES DEL FÚTBOL APLICADAS A LA SEGURIDAD / Juan Briceño Pomar
Acaba de finalizar el campeonato mundial de fútbol Sudáfrica 2010 y España, merecidamente por cierto, se ha alzado con el título dejando en la cuneta a selecciones que aparentemente eran las favoritas.
A decir de los analistas deportivos el triunfo español tuvo como rasgos distintivos:
- Persistencia: no se rindieron ante la adversidad y luego del primer partido en el que sufrieron una derrota ante Suiza supieron superar la dificultad;
- Liderazgo: un gran aglutinador y coordinador -su entrenador- que ha sabido descubrir y complementar las fortalezas y debilidades de sus jugadores, poniendo una importante cuota de realismo, prudencia y saber estar;
- Trabajo en equipo: todos los jugadores son “estrellas” en sus equipos, pero apenas se integraron a la selección de su país se pusieron el traje de faena, dejaron de lado sus expectativas personales y trabajaron juntos para alcanzar un objetivo común; y
- Juego limpio: a pesar de recibir muchas infracciones, sobre todo en el último partido, no cayeron en el juego de sus rivales y mantuvieron su línea.
Estamos ad portas de un proceso electoral en el que elegiremos a nuestras autoridades regionales y municipales para los próximos 4 años y es bueno recordar lo que nos señalan recientes estudios de opinión pública (IPSOS APOYO año 10 Nº 125, 21 junio 2010): para los limeños los tres principales problemas de la ciudad son la delincuencia (73%), el ordenamiento del transporte o tráfico (51%) y la venta de drogas/drogadictos (41%). El 95% considera que la seguridad ciudadana esta igual o ha empeorado con respecto al 2009. Si bien es cierto estas últimas cifras responden a la percepción de los ciudadanos y no a la situación real de inseguridad, también es cierto que esta percepción negativa influye directamente sobre las posibilidades de desarrollo de la ciudad y de los ciudadanos.
La más reciente encuesta divulgada por el IOP-PUCP (14 de julio 2010) muestra que los limeños pensamos que los principales objetivos que debería tener el futuro alcalde(esa) de Lima son mejorar la seguridad ciudadana (64%), combatir la corrupción (41%) y mejorar el sistema de transporte (36%).
Al cerrarse los plazos de inscripción de listas para postular a la Municipalidad Provincial de Lima encontramos que doce (12) candidatos han presentado la documentación correspondiente para competir por dirigir los destinos de nuestra capital.
Dos constataciones: una mala y la otra buena. La mala es la proliferación de candidatos y partidos políticos que pone de manifiesto la fragilidad de nuestro sistema democrático y, por lo tanto, nos indica que queda mucho por hacer en este campo. La buena es que todos los candidatos han tenido en cuenta la opinión de los ciudadanos y han colocado los temas de seguridad y transporte como prioritarios en sus propuestas electorales.
Pasados los primeros momentos en que la mayor parte de los candidatos, sin conocer en profundidad los temas y sólo con el afán de impresionar a los votantes, formulaban declaraciones en las que incluían propuestas de “soluciones mágicas” para los problemas de la ciudad, se va imponiendo el sentido común y empiezan a aparecer propuestas aparentemente sensatas y viables que denotan preocupación por los tópicos y asesoramiento especializado.
En una ciudad en la que, de acuerdo a estadísticas de la Policía Nacional, el año 2009 se cometieron diariamente 193 delitos (2 homicidios, 14 lesiones, 1 secuestro, 7 delitos contra la libertad sexual, 69 hurtos y 66 robos), parece que por fin quienes pretenden gobernarnos han tomado conciencia que si no se adoptan decisiones y se ejecutan acciones inmediatas podemos llegar a los niveles de violencia de otras capitales de la región, con las negativas consecuencias que ello conlleva.
Y ante este panorama ¿dónde entran a tallar las lecciones que nos han dejado los campeones del mundo?, ¿servirán para aplicarlas en materia de seguridad?
No olvidemos que los votantes tenemos el protagonismo en las elecciones y por lo tanto debemos evaluar cuidadosamente las propuestas de los candidatos antes de otorgarles nuestra confianza.
Como mínimo debemos exigirles:
- Que nos transmitan la confianza que la situación se puede revertir siempre y cuando trabajemos sostenidamente en medidas de corto, medio y largo plazo ¿persistencia?
- Que quienes se postulen para Alcaldes se comprometan a liderar y coordinar los esfuerzos de todos los actores que deben intervenir en la solución del problema ¿liderazgo?
- Que sus propuestas afronten el reto de la seguridad con una visión integral; estableciendo un objetivo común; determinando claramente las atribuciones, responsabilidades y roles de las entidades que deben intervenir; propiciando la activa participación de la ciudadanía; y, rindiendo cuentas públicas del empleo de los recursos, así como de los resultados que se vayan alcanzando ¿trabajo en equipo?
- Que no nos propongan soluciones facilistas, inmediatistas, que no están entre sus atribuciones aplicar o que sean violatorias de los derechos humanos. Está comprobado que la “mano dura” no es la medida más adecuada para los problemas de inseguridad. ¿juego limpio?
Un primer análisis de las propuestas de los candidatos desde una óptica que le ha dado buenos resultados a los campeones mundiales de fútbol puede servirnos para orientar nuestra decisión al momento de votar.
A decir de los analistas deportivos el triunfo español tuvo como rasgos distintivos:
- Persistencia: no se rindieron ante la adversidad y luego del primer partido en el que sufrieron una derrota ante Suiza supieron superar la dificultad;
- Liderazgo: un gran aglutinador y coordinador -su entrenador- que ha sabido descubrir y complementar las fortalezas y debilidades de sus jugadores, poniendo una importante cuota de realismo, prudencia y saber estar;
- Trabajo en equipo: todos los jugadores son “estrellas” en sus equipos, pero apenas se integraron a la selección de su país se pusieron el traje de faena, dejaron de lado sus expectativas personales y trabajaron juntos para alcanzar un objetivo común; y
- Juego limpio: a pesar de recibir muchas infracciones, sobre todo en el último partido, no cayeron en el juego de sus rivales y mantuvieron su línea.
Estamos ad portas de un proceso electoral en el que elegiremos a nuestras autoridades regionales y municipales para los próximos 4 años y es bueno recordar lo que nos señalan recientes estudios de opinión pública (IPSOS APOYO año 10 Nº 125, 21 junio 2010): para los limeños los tres principales problemas de la ciudad son la delincuencia (73%), el ordenamiento del transporte o tráfico (51%) y la venta de drogas/drogadictos (41%). El 95% considera que la seguridad ciudadana esta igual o ha empeorado con respecto al 2009. Si bien es cierto estas últimas cifras responden a la percepción de los ciudadanos y no a la situación real de inseguridad, también es cierto que esta percepción negativa influye directamente sobre las posibilidades de desarrollo de la ciudad y de los ciudadanos.
La más reciente encuesta divulgada por el IOP-PUCP (14 de julio 2010) muestra que los limeños pensamos que los principales objetivos que debería tener el futuro alcalde(esa) de Lima son mejorar la seguridad ciudadana (64%), combatir la corrupción (41%) y mejorar el sistema de transporte (36%).
Al cerrarse los plazos de inscripción de listas para postular a la Municipalidad Provincial de Lima encontramos que doce (12) candidatos han presentado la documentación correspondiente para competir por dirigir los destinos de nuestra capital.
Dos constataciones: una mala y la otra buena. La mala es la proliferación de candidatos y partidos políticos que pone de manifiesto la fragilidad de nuestro sistema democrático y, por lo tanto, nos indica que queda mucho por hacer en este campo. La buena es que todos los candidatos han tenido en cuenta la opinión de los ciudadanos y han colocado los temas de seguridad y transporte como prioritarios en sus propuestas electorales.
Pasados los primeros momentos en que la mayor parte de los candidatos, sin conocer en profundidad los temas y sólo con el afán de impresionar a los votantes, formulaban declaraciones en las que incluían propuestas de “soluciones mágicas” para los problemas de la ciudad, se va imponiendo el sentido común y empiezan a aparecer propuestas aparentemente sensatas y viables que denotan preocupación por los tópicos y asesoramiento especializado.
En una ciudad en la que, de acuerdo a estadísticas de la Policía Nacional, el año 2009 se cometieron diariamente 193 delitos (2 homicidios, 14 lesiones, 1 secuestro, 7 delitos contra la libertad sexual, 69 hurtos y 66 robos), parece que por fin quienes pretenden gobernarnos han tomado conciencia que si no se adoptan decisiones y se ejecutan acciones inmediatas podemos llegar a los niveles de violencia de otras capitales de la región, con las negativas consecuencias que ello conlleva.
Y ante este panorama ¿dónde entran a tallar las lecciones que nos han dejado los campeones del mundo?, ¿servirán para aplicarlas en materia de seguridad?
No olvidemos que los votantes tenemos el protagonismo en las elecciones y por lo tanto debemos evaluar cuidadosamente las propuestas de los candidatos antes de otorgarles nuestra confianza.
Como mínimo debemos exigirles:
- Que nos transmitan la confianza que la situación se puede revertir siempre y cuando trabajemos sostenidamente en medidas de corto, medio y largo plazo ¿persistencia?
- Que quienes se postulen para Alcaldes se comprometan a liderar y coordinar los esfuerzos de todos los actores que deben intervenir en la solución del problema ¿liderazgo?
- Que sus propuestas afronten el reto de la seguridad con una visión integral; estableciendo un objetivo común; determinando claramente las atribuciones, responsabilidades y roles de las entidades que deben intervenir; propiciando la activa participación de la ciudadanía; y, rindiendo cuentas públicas del empleo de los recursos, así como de los resultados que se vayan alcanzando ¿trabajo en equipo?
- Que no nos propongan soluciones facilistas, inmediatistas, que no están entre sus atribuciones aplicar o que sean violatorias de los derechos humanos. Está comprobado que la “mano dura” no es la medida más adecuada para los problemas de inseguridad. ¿juego limpio?
Un primer análisis de las propuestas de los candidatos desde una óptica que le ha dado buenos resultados a los campeones mundiales de fútbol puede servirnos para orientar nuestra decisión al momento de votar.
miércoles, 14 de julio de 2010
LOS PRONOEI Y LAS INEQUIDADES EN LA EDUCACIÓN INICIAL/ Vanetty Molinero Nano
Esta semana se celebra el aniversario de los PRONOEI (Programa No Escolarizado de Educación Inicial). Un programa a través del cual el Estado brinda atención educativa a 248,527 niños de 3 a 5 años, pero cuya existencia y permanencia descansan principalmente en la capacidad de organización y participación de la comunidad y en el compromiso y entrega de promotoras y docentes coordinadoras.
Para que se abra un PRONOEI, es la comunidad organizada quien tiene que solicitar el servicio a la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL), dar el local y el mobiliario para su funcionamiento, y proponer al personal voluntario de la comunidad que podría hacerse cargo de la atención educativa de los niños. El Estado, por su parte, solamente aporta con el pago para la propina de la promotora, personal no profesional en educación, que se hará responsable de la atención educativa de los niños; pone a una docente coordinadora (generalmente una profesional en educación inicial) que se responsabiliza por capacitar y monitorear entre 8 y 10 promotoras; y establece normas que regulan la organización y funcionamiento de los programas, normas que muchas veces son declaraciones de buenas intenciones pero resultan inviables en la práctica.
Por ejemplo, la norma señala que la participación de los niños en los programas no escolarizados “no generará ningún pago, quedando prohibido el condicionamiento de la inscripción de los niños al pago de alguna contribución”. Sin embargo, los PRONOEI no reciben ningún presupuesto para la intervención pedagógica, para los materiales educativos, para el mantenimiento del local, para el pago de los servicios básicos. Dicha situación convierte los aportes de las familias en una necesidad para que el PRONOEI pueda sostenerse. La norma también señala cuáles tienen que ser las condiciones que deben reunir la infraestructura y el mobiliario de los locales en los que funcionará el PRONOEI, pero en la mayoría de los casos funcionan en el local y con el mobiliario que la comunidad ha conseguido.
Dada estas condiciones, los PRONOEI han terminado siendo para el Estado una estrategia de bajo costo que le ha permitido ampliar la cobertura de la educación inicial en las zonas en donde vive la población peruana con menores recursos económicos. Sin embargo, es a esa población a la que el Estado le exige condiciones para brindarle el servicio educativo y de la cual requiere su aporte para el sostenimiento del mismo. ¿No debería ser en esa población donde el Estado tendría que invertir mayores recursos?
Los PRONOEI no deberían seguir siendo programas pobres para pobres. La realidad del país justifica la diversificación de la oferta educativa de educación inicial con programas no escolarizados, pero esa diversificación no debería significar ahorro. Por el contrario, ofrecer un servicio no escolarizado tendría que ser más costoso que uno escolarizado, puesto que tiene que adecuarse a las condiciones locales y ser flexible para atender a aquellos niños que no pueden acceder a un servicio educativo regular. El enfoque comunitario presente en la filosofía que dio surgimiento a los PRONOEI no debería desvirtuarse y servir para justificar el abandono estatal. El componente comunitario desprovisto de las condiciones necesarias, es inviable para proveer un servicio educativo de calidad, más aún cuando éste funciona en poblaciones pobres.
Por otro lado, la manera en que funcionan los PRONOEI, sosteniéndose sobre el voluntariado de las promotoras, termina dando lugar a una situación de subempleo. Las promotoras, al tener la categoría de “personal voluntario”, no tienen un vínculo laboral con el Estado, y por lo tanto, no gozan de derechos laborales. En promedio, su ingreso por propinas bordea sólo el 60% del salario mínimo. ¿Es justo que coloquemos la responsabilidad del sostenimiento de los PRONOEI en los actores más vulnerables?
La ampliación de la cobertura de la educación inicial no puede centrarse en el aumento de las cifras de atención. Ésta tiene que responder a los principios de equidad y calidad, dándose prioridad a la atención a la niñez en situación de exclusión, pobreza y vulnerabilidad, tal como lo señala la Ley General de Educación y el Reglamento de la Educación Básica Regular. Para ello se requiere de inversión, que depende de decisión política. Decisión que parece no existir en la actual gestión. No puede pretenderse pensar que “El Perú Avanza”, si no se invierte en la primera infancia.
Para que se abra un PRONOEI, es la comunidad organizada quien tiene que solicitar el servicio a la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL), dar el local y el mobiliario para su funcionamiento, y proponer al personal voluntario de la comunidad que podría hacerse cargo de la atención educativa de los niños. El Estado, por su parte, solamente aporta con el pago para la propina de la promotora, personal no profesional en educación, que se hará responsable de la atención educativa de los niños; pone a una docente coordinadora (generalmente una profesional en educación inicial) que se responsabiliza por capacitar y monitorear entre 8 y 10 promotoras; y establece normas que regulan la organización y funcionamiento de los programas, normas que muchas veces son declaraciones de buenas intenciones pero resultan inviables en la práctica.
Por ejemplo, la norma señala que la participación de los niños en los programas no escolarizados “no generará ningún pago, quedando prohibido el condicionamiento de la inscripción de los niños al pago de alguna contribución”. Sin embargo, los PRONOEI no reciben ningún presupuesto para la intervención pedagógica, para los materiales educativos, para el mantenimiento del local, para el pago de los servicios básicos. Dicha situación convierte los aportes de las familias en una necesidad para que el PRONOEI pueda sostenerse. La norma también señala cuáles tienen que ser las condiciones que deben reunir la infraestructura y el mobiliario de los locales en los que funcionará el PRONOEI, pero en la mayoría de los casos funcionan en el local y con el mobiliario que la comunidad ha conseguido.
Dada estas condiciones, los PRONOEI han terminado siendo para el Estado una estrategia de bajo costo que le ha permitido ampliar la cobertura de la educación inicial en las zonas en donde vive la población peruana con menores recursos económicos. Sin embargo, es a esa población a la que el Estado le exige condiciones para brindarle el servicio educativo y de la cual requiere su aporte para el sostenimiento del mismo. ¿No debería ser en esa población donde el Estado tendría que invertir mayores recursos?
Los PRONOEI no deberían seguir siendo programas pobres para pobres. La realidad del país justifica la diversificación de la oferta educativa de educación inicial con programas no escolarizados, pero esa diversificación no debería significar ahorro. Por el contrario, ofrecer un servicio no escolarizado tendría que ser más costoso que uno escolarizado, puesto que tiene que adecuarse a las condiciones locales y ser flexible para atender a aquellos niños que no pueden acceder a un servicio educativo regular. El enfoque comunitario presente en la filosofía que dio surgimiento a los PRONOEI no debería desvirtuarse y servir para justificar el abandono estatal. El componente comunitario desprovisto de las condiciones necesarias, es inviable para proveer un servicio educativo de calidad, más aún cuando éste funciona en poblaciones pobres.
Por otro lado, la manera en que funcionan los PRONOEI, sosteniéndose sobre el voluntariado de las promotoras, termina dando lugar a una situación de subempleo. Las promotoras, al tener la categoría de “personal voluntario”, no tienen un vínculo laboral con el Estado, y por lo tanto, no gozan de derechos laborales. En promedio, su ingreso por propinas bordea sólo el 60% del salario mínimo. ¿Es justo que coloquemos la responsabilidad del sostenimiento de los PRONOEI en los actores más vulnerables?
La ampliación de la cobertura de la educación inicial no puede centrarse en el aumento de las cifras de atención. Ésta tiene que responder a los principios de equidad y calidad, dándose prioridad a la atención a la niñez en situación de exclusión, pobreza y vulnerabilidad, tal como lo señala la Ley General de Educación y el Reglamento de la Educación Básica Regular. Para ello se requiere de inversión, que depende de decisión política. Decisión que parece no existir en la actual gestión. No puede pretenderse pensar que “El Perú Avanza”, si no se invierte en la primera infancia.
martes, 13 de julio de 2010
LLANTA DE PRENSA/ Augusto Álvarez Rodrich, Fernando Rospigliosi
I. El Perú avanza… en corrupción
II. Lourdes no te rajes
III. Todos quieren ser estrellas
II. Lourdes no te rajes
III. Todos quieren ser estrellas
viernes, 9 de julio de 2010
LLANTA DE PRENSA/ Augusto Álvarez Rodrich, Mirko Lauer, Fernando Rospigliosi
I. Gaseonalismo
II. Come curas
III. Gabinete 2011
II. Come curas
III. Gabinete 2011
jueves, 8 de julio de 2010
ANTES DE LA FINAL/ Luis Pásara
Como me observó críticamente un amigo, al entrar a los Octavos de final habría de empezar otro campeonato. Así ha sido, para beneficio de los millones que tenemos puestos los ojos en el Mundial y que, en más de un partido, hemos logrado ver buen fútbol. Pese a todo. Es decir, vuvuzuelas, la pelota adoptada por la FIFA, ciertos vicios ya instalados entre los jugadores y los desaciertos descomunales de los árbitros.
Lo más absurdo del ruido de moscardones que acompaña cada partido, es que según se ha podido saber tarde, proviene no tanto de los espectadores sino de los sistemas de audio de los estadios. ¿Alguien puede explicar esto y, sobre todo, que con las quejas presentadas, la FIFA no haya hecho nada para poner fin a la tortura aplicada a jugadores y espectadores?
Otro desacierto de la FIFA ha sido la adopción de una pelota cuyo peso ligero ha seguido siendo un problema para todos, en los tiros libres que iban en dirección imprevista o a la hora de atajar disparos que rebotaban caprichosamente.
Los jugadores no han dejado de poner la suyo. Los reclamos al árbitro se han generalizado: a cada falta que se sanciona, siguen gritos, protestas o gestos despectivos. No parece que se tratara de profesionales sino de jugadores de barrio. La teatralización que corresponde, ya casi naturalmente, a cada falta recibida, real o imaginaria, también se ha hecho habitual. Aunque la tv permite, mediante las repeticiones, apreciar la magnitud del daño causado, los gestos de dolor que siguen a cada roce corresponden a una lesión que merecería hospitalización.
Además, los forcejeos en el área. Se ha hecho normal que, antes de un tiro de libre o un tiro de esquina, entre los jugadores contrarios ocurra de todo en el área penal. Los árbitros, en el mejor de los casos, detienen la ejecución del tiro y advierten a los contrincantes, quienes no toman en serio la notificación e inmediatamente después vuelven a los agarrones, empujones, pisotones y, por supuesto, insultos que sobrepasan las barreras lingüísticas. En este Mundial se han superado todos los límites. Algo hay que hacer al respecto.
Ese algo tiene mucho que ver con los árbitros, que además pusieron lo suyo. Tanto el gol no reconocido a Inglaterra frente a Alemania como el reconocido a Tévez en posición adelantada, en el Argentina-México, dejaron en todo aficionado un sabor amarguísimo en el primer día de los Octavos. Porque este asunto se repite en los Mundiales una y otra vez. La diferencia consiste en que, desde hace algunos años, existe la tecnología para evitar los errores arbitrales de envergadura. Y la FIFA se empeña en no usarla.
Se especuló con la posibilidad de usar un “chip” en el balón, que advirtiera de su ingreso a la valla. Se probó en algún campeonato europeo la figura del árbitro de área, para contar con otro ángulo en los casos de posiciones adelantadas y penales. Se ha discutido la introducción del recurso que, desde hace años, utiliza el football estadounidense: chequear los videos. La FIFA ha rechazado cualquier cambio de una manera incomprensible.
¿Incomprensible? Algunos creen que hay que mantener en el fútbol el azar que visita el partido con un error de arbitraje. Para aceptar el argumento habría que suponer que decisiones como las que hemos visto en este Mundial corresponden necesariamente a un error. Suficientes denuncias públicas conocemos, respecto a los “arreglos” que hay en éste y otros deportes, como para atribuir candorosamente todo desatino al error. Puede haber mafias detrás. Y la FIFA sería cómplice de ellas.
Antes de la gran final, ya puede concluirse en que la FIFA perdió este Mundial. El asunto se le ha ido de las manos. Como en la economía mundial, la sensación es que no hay nadie a cargo. Menos mal que logramos, a pesar de todo, vimos algo de buen fútbol.
Un fútbol que, como en todo campeonato, tiene algo de justicia y cierta imprevisibilidad. Las tempranas eliminaciones de Italia y Francia correspondieron al renglón justiciero del balance.
En rigor, Francia ni siquiera tenía derecho a ir a Sudáfrica. Pero la eliminación de Brasil fue, hasta cierto punto, imprevisible. Y la de Ghana fue lamentable y casi absurda.
Llegaron a semifinales cuatro buenos equipos y, aunque parecía que la disputa quedaría limitada a dos grandes históricos –Alemania y Holanda– los hechos han puesto a España, por primera vez, en el compromiso de jugar una final del campeonato mundial. Con un equipo que ha ido de menos a más en Sudáfrica, pero todavía no logra el nivel con el que ganó la Copa de Europa hace dos años, imponiéndose a Alemania en la final. En particular, el equipo español exhibe una desproporción entre el dominio del campo que ejerce y la producción de goles que logra.
Holanda es un equipo riguroso y potente, con un estilo que –a diferencia del español, tomado del Barcelona Fútbol Club– parece centrarse en la eficacia. El domingo 11 habrá, pues, no sólo un choque de países sino una competencia de estilos futbolísticos. A disfrutar.
Lo más absurdo del ruido de moscardones que acompaña cada partido, es que según se ha podido saber tarde, proviene no tanto de los espectadores sino de los sistemas de audio de los estadios. ¿Alguien puede explicar esto y, sobre todo, que con las quejas presentadas, la FIFA no haya hecho nada para poner fin a la tortura aplicada a jugadores y espectadores?
Otro desacierto de la FIFA ha sido la adopción de una pelota cuyo peso ligero ha seguido siendo un problema para todos, en los tiros libres que iban en dirección imprevista o a la hora de atajar disparos que rebotaban caprichosamente.
Los jugadores no han dejado de poner la suyo. Los reclamos al árbitro se han generalizado: a cada falta que se sanciona, siguen gritos, protestas o gestos despectivos. No parece que se tratara de profesionales sino de jugadores de barrio. La teatralización que corresponde, ya casi naturalmente, a cada falta recibida, real o imaginaria, también se ha hecho habitual. Aunque la tv permite, mediante las repeticiones, apreciar la magnitud del daño causado, los gestos de dolor que siguen a cada roce corresponden a una lesión que merecería hospitalización.
Además, los forcejeos en el área. Se ha hecho normal que, antes de un tiro de libre o un tiro de esquina, entre los jugadores contrarios ocurra de todo en el área penal. Los árbitros, en el mejor de los casos, detienen la ejecución del tiro y advierten a los contrincantes, quienes no toman en serio la notificación e inmediatamente después vuelven a los agarrones, empujones, pisotones y, por supuesto, insultos que sobrepasan las barreras lingüísticas. En este Mundial se han superado todos los límites. Algo hay que hacer al respecto.
Ese algo tiene mucho que ver con los árbitros, que además pusieron lo suyo. Tanto el gol no reconocido a Inglaterra frente a Alemania como el reconocido a Tévez en posición adelantada, en el Argentina-México, dejaron en todo aficionado un sabor amarguísimo en el primer día de los Octavos. Porque este asunto se repite en los Mundiales una y otra vez. La diferencia consiste en que, desde hace algunos años, existe la tecnología para evitar los errores arbitrales de envergadura. Y la FIFA se empeña en no usarla.
Se especuló con la posibilidad de usar un “chip” en el balón, que advirtiera de su ingreso a la valla. Se probó en algún campeonato europeo la figura del árbitro de área, para contar con otro ángulo en los casos de posiciones adelantadas y penales. Se ha discutido la introducción del recurso que, desde hace años, utiliza el football estadounidense: chequear los videos. La FIFA ha rechazado cualquier cambio de una manera incomprensible.
¿Incomprensible? Algunos creen que hay que mantener en el fútbol el azar que visita el partido con un error de arbitraje. Para aceptar el argumento habría que suponer que decisiones como las que hemos visto en este Mundial corresponden necesariamente a un error. Suficientes denuncias públicas conocemos, respecto a los “arreglos” que hay en éste y otros deportes, como para atribuir candorosamente todo desatino al error. Puede haber mafias detrás. Y la FIFA sería cómplice de ellas.
Antes de la gran final, ya puede concluirse en que la FIFA perdió este Mundial. El asunto se le ha ido de las manos. Como en la economía mundial, la sensación es que no hay nadie a cargo. Menos mal que logramos, a pesar de todo, vimos algo de buen fútbol.
Un fútbol que, como en todo campeonato, tiene algo de justicia y cierta imprevisibilidad. Las tempranas eliminaciones de Italia y Francia correspondieron al renglón justiciero del balance.
En rigor, Francia ni siquiera tenía derecho a ir a Sudáfrica. Pero la eliminación de Brasil fue, hasta cierto punto, imprevisible. Y la de Ghana fue lamentable y casi absurda.
Llegaron a semifinales cuatro buenos equipos y, aunque parecía que la disputa quedaría limitada a dos grandes históricos –Alemania y Holanda– los hechos han puesto a España, por primera vez, en el compromiso de jugar una final del campeonato mundial. Con un equipo que ha ido de menos a más en Sudáfrica, pero todavía no logra el nivel con el que ganó la Copa de Europa hace dos años, imponiéndose a Alemania en la final. En particular, el equipo español exhibe una desproporción entre el dominio del campo que ejerce y la producción de goles que logra.
Holanda es un equipo riguroso y potente, con un estilo que –a diferencia del español, tomado del Barcelona Fútbol Club– parece centrarse en la eficacia. El domingo 11 habrá, pues, no sólo un choque de países sino una competencia de estilos futbolísticos. A disfrutar.
miércoles, 7 de julio de 2010
LOS VIVOS Y LOS SONSOS DE LA CRISIS FINANCIERA / Fernando Villarán
Debo a Luis Pásara y Alberto Gonzales haber entrado en contacto con este magnífico cuento que circula en la Internet española:
Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran.
Buena parte de la población le vendió sus animales.
Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y
otro tanto de la población vendió los suyos.
A continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos
burros.
Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito,
dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.
Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma
aldea para que ofreciera los burros, esta vez a 400 euros cada uno.
Ante la posible ganancia a obtener la semana siguiente, todos los aldeanos
compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió
prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.
Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y
nunca más se les vio.
De inmediato, la aldea quedó llena de burros y de endeudados.
Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron
pagar el préstamo.
Buena parte de la población le vendió sus animales.
Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y
otro tanto de la población vendió los suyos.
A continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos
burros.
Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito,
dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.
Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma
aldea para que ofreciera los burros, esta vez a 400 euros cada uno.
Ante la posible ganancia a obtener la semana siguiente, todos los aldeanos
compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió
prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.
Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y
nunca más se les vio.
De inmediato, la aldea quedó llena de burros y de endeudados.
Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron
pagar el préstamo.
Quienes habían prestado dinero recurrieron al Ayuntamiento diciendo que si
no cobraban, se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y
se arruinaría todo el pueblo.
Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar
dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los
propios prestamistas. Pero éstos, ya cobrada gran parte del dinero, no
perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado.
El Alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también
endeudado.
Entonces se pide dinero a otros ayuntamientos; pero éstos le dicen que no
pueden ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar
después lo que le presten.
Resultados:
Los vivos del principio, forrados de dinero.
Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la
que seguirán cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso
adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a
cubrir toda la deuda.
Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida.
El Ayuntamiento, igualmente arruinado.
Así funciona el libre mercado y así viene a salvarlo la socialdemocracia española.
No se quién es el autor de esta cuento, pero ciertamente ha logrado presentar de manera simple y jocosa, las complejidades de la crisis financiera iniciada en Wall Street, que explotó en setiembre del 2008, llevando al mundo a la mayor recesión desde la segunda guerra mundial.
La moraleja, es clara: los mercados financieros no pueden funcionar solos, sin regulación. Desde siempre han existido vivos que le han vendido el monumento de San Martín, de la plaza que lleva su mismo nombre, a los incautos recién bajados de la Sierra. Sólo tenemos que recordar a Carlos Manrique que embaucó a miles de compatriotas con la promesa de altas tasas de interés por sus “inversiones”. Y desde siempre, también, han existido sonsos que son capaces de embarcarse en supuestos negocios maravillosos sólo para terminar perdiendo su dinero.
En el caso de la crisis actual, el sector financiero entero se prestó como el terreno perfecto de esta gigantesca estafa. Los vivos de los bancos de inversión se aprovecharon de que la mayoría de los ahorristas, inversionistas, especuladores de corazón y “futuros millonarios”, no conocen ni dominan los vericuetos de los instrumentos financieros opacos, que ellos crearon y vendieron a todo el mundo. Los sonsos abundan, como en el caso del cuento, que pensando que van a hacer el negocio de su vida (en este caso comprar los burros a 400 euros para venderlos al precio prometido de 500 euros), son capaces de arriesgar los ahorros de toda su vida, o de endeudarse, comprometiendo sus ingresos futuros.
Tanto los vivos como lo sonsos actúan en el “libre mercado” y son llevados por su “interés particular”, como nos lo dijo desde hace muchos años Adam Smith. Ambos creen que están haciendo un buen negocio, con la diferencia que los sonsos no tienen información de todo el esquema, y los vivos sí la tienen, además de controlar la situación.
Por ello, se necesita una institución que mire el conjunto de la situación, que defienda el interés general, por encima del interés particular; y esa institución es ciertamente el Estado. Un Estado regulador del mercado, sobre todo, del mercado financiero. Esto es lo que está tratando de hacer Barack Obama en Estados Unidos, y por intentarlo, el partido republicano y los conservadores de su país lo están acusando de “socialista”, de querer acabar con la libertad en el mercado, alentados por no pocos medios de comunicación que defienden los intereses de los banqueros (los vivos). Es decir, los sonsos están pidiendo a gritos, que el Estado no se meta, para que puedan seguir siendo engañados por los vivos. En los próximos meses vamos a ver si se salen con la suya.
sábado, 3 de julio de 2010
ORGANIZAR LA DEMANDA DE SEGURIDAD/ Gustavo Carrión Zavala
La sensación de inseguridad permanece imbatible en las mediciones de opinión, como principal problema manifestado por los ciudadanos, y ello a pesar que cada día se invierte más en medidas de seguridad (rejas, vigilantes, canes, cámaras de video, etc.), que no logran disminuir el temor de los ciudadanos a ser víctimas de la delincuencia.
Esta persistencia ha hecho afirmar con pesimismo a algunos especialistas, el fracaso de la “seguridad ciudadana”, quién sabe muchos de ellos estén contribuyendo a este aparente fracaso. En este último fin de semana prolongado, un especialista en temas de seguridad consultado por una emisora radial, proporcionaba un conjunto de recomendaciones, que de no adoptarlas, seríamos inminentemente víctimas de la delincuencia, lo que va aumentando la ansiedad de la ciudadanía y obviamente, optan por no salir y dejar sus viviendas solas o en su defecto sacrificar a algún miembro de la familia.
Frente a esta creciente sensación de indigencia frente al delito, los postulantes a las elecciones regionales y municipales, como hace cuatro años, ensayan un conjunto de ofrecimientos, desde operar la seguridad ciudadana con las juntas vecinales, adquisición de equipos de seguridad, patrulleros para la policía y serenazgo, programas de choferes vigilantes, vecino vigilante, etc. etc. , promesas que se olvidarán tan pronto ganen las elecciones y se dé inicio al frenesí constructor, que es la forma práctica de gastar los recursos regionales y municipales a fin de lograr los famosos “diezmos” de quienes ganan los concursos para ejecutar obras, y ante las demandas ciudadanas por seguridad, tendrán siempre a la Policía a quién culparán de la inseguridad, escondiendo sus responsabilidades legales en argumentos tan deleznables, como el de no tener mando sobre la Policía y por ello no poder asumir el liderazgo en temas de seguridad. Ante este abandono, volverán los esfuerzos dispersos, las buenas voluntades, organizaciones vecinales episódicas, gastos en serenazgo en proporción a la riqueza del distrito, y un sinfín de acciones descoordinadas y a menudo singulares, que ocasionan además de un gasto mayor una ineficacia sostenida.
No somos pesimistas para declarar como otros el fracaso de la seguridad ciudadana, o como para sostener que faltan recursos para implementar un plan serio que permita satisfacer con éxito las demandas de seguridad. Sostenemos por el contrario, la necesidad de organizar la demanda de seguridad, asumiendo los presidentes regionales y alcaldes provinciales y distritales el liderazgo para poder armonizar todos los esfuerzos que se vienen adelantando para superar la inseguridad y poder ofertar seguridad en relación directa con una demanda organizada, sustentada en datos confiables, estadísticas de victimización, georeferenciación del delito, registro de malvivientes, microcomercializadores, todo registrado y seguido en observatorios de la actividad criminal, que vayan induciendo un registro nacional de las personas que viven al margen de la ley y quiénes son susceptibles de caer en el delito.
No se trata entonces sólo de implementos, tecnología y acciones dispersas, se trata de todo ello debidamente organizado, puesto en manos de los diferentes actores del sistema y exigir resultados a cada uno de ellos. Que la policía no siga siendo el gran pretexto para escamotear responsabilidades claramente fijadas en la ley de seguridad ciudadana.
viernes, 2 de julio de 2010
LLANTA DE PRENSA/ Augusto Àlvarez Rodrich, Mirko Lauer y Fernando Rospigliosi
I. New York Spy Story
II. La flotabilidad de Meche
III. Alianza Sendero-Keiko
II. La flotabilidad de Meche
III. Alianza Sendero-Keiko