A partir de estos últimos días hasta culminadas
las elecciones municipales los ciudadanos de Lima y del interior del país seremos
observadores de una serie de planteamientos y cuestionamientos entre los
candidatos municipales. La ventaja de este
sufragio en relación a los anteriores, es que no estarán centrados tan solo en criterios
políticos sino, sobre todo, en planteamientos técnicos sobre temas puntuales
como la mejor forma de solucionar los problemas de violencia e inseguridad en las calles, el caos vehicular,
entre otros temas y la manera cómo solucionarlos.
Los candidatos están exhibiendo ya lo mejor de sus programas y con
estricto criterio técnico me inclino, hasta ahora, por las propuestas que vienen
difundiendo la necesidad de empoderar a la Policía Nacional como la única
institución encargada por la Constitución de la lucha contra la delincuencia y
la problemática del tránsito, por las razones siguientes:
1.
Dividir la
responsabilidad del crimen menor y del control del tránsito en dos
instituciones, la Policía Nacional y los servicios de serenazgo, es a mi
criterio una respuesta sin mayor sustento, que lejos de mejorar la respuesta
del Estado en la lucha contra la delincuencia, lo ahondaría aún más,
considerando que los cuerpos del serenazgo han sido formados con criterios
diferentes, unos de los otros.
2.
La
creación de una Policía Local Metropolitana, conformada por serenos o la
municipalización de la policía, como piensan algunos, es otorgar más funciones
y responsabilidades a las que ya tienen los alcaldes. Resulta por tanto
contraproducente, en momentos en que hay que sumar y no restar, llevar a cabo
experimentos de última hora. Yo creo que parte de la responsabilidad de estas
propuestas no son solo de los alcaldes, sino de los que actualmente tienen el
manejo y el control de los servicios de serenazgo, en su mayor parte oficiales
superiores de la PNP y de la FF.AA en retiro, que por mantener pequeñas cuotas
de poder pueden estar generando este tipo de propuestas, sin pensar que la
Policía Nacional es una institución tutelar
del Estado encargada por la Constitución para garantizar y mantener el
poder de policía del Estado.
3.
La
finalidad del serenazgo es apoyar la labor policial de vigilancia en sus respectivas
demarcaciones mejorando la capacidad de respuesta ante hechos delictivos, afianzando el ordenamiento del tránsito
vehicular y desarrollando actividades preventivas y educativas, bajo el comando
operativo de los comisarios de policía. El Consejo Nacional de Seguridad
Ciudadana, al constatar estos casos, ha debido diseñar Guías de Procedimientos
o Protocolos bastante específicos para que hechos de esta naturaleza no se repitan y donde estén claramente precisadas
cuales son las funciones y responsabilidades de la Policía Nacional y de los
Comisarios y cuáles de los Gerente de Seguridad Ciudadana y de los Servicios de Serenazgo.
4.
La
propuesta de que los policías de las comisarias retomen las calles como policías
preventivos o policías de proximidad, similar a la Guardia Civil de hace 40
años, es recuperar un valioso legado que no hemos debido renunciar. Ese policía
era el mejor antídoto para fortalecer las relaciones ciudadano-policía. Si algunos
candidatos al municipio metropolitano lo exhiben como propuesta, bienvenida sea
dicha propuesta que debería ser secundada con el voto favorable de la familia
policial al momento de las elecciones.
5.
Evidentemente,
la situación ha cambiado radicalmente –Hoy, nuestra Capital pasa ya los diez millones de
habitantes en una megápolis que tiene “todas las sangres” representadas en varias Limas incluyendo El Callao-y, como no se
puede cambiar la historia, debemos entonces pensar en soluciones acorde con los
tiempos actuales, donde la presencia cada vez más alarmante de nuevos delitos,
exigen de la Policía Nacional, una institución cohesionada y eficiente tanto en
prevención como en investigación y en el
control de la criminalidad y violencia.
6.
Lo que es
necesario definir con claridad es cuáles de las políticas sobre seguridad
ciudadana deben ser responsabilidad de los alcaldes y cuáles del Ministro del
Interior. Yo sostengo, conforme lo señala la Ley 27933 y su Reglamento, que los
Comités Locales de Seguridad Ciudadana deben continuar dando la pauta de la
lucha contra la delincuencia en las calles, teniendo a los comisarios como las
únicas autoridades locales encargadas de ejecutar dichas políticas en
estrategias. Ese tipo de delincuencia protagonizada en su mayor parte por
jóvenes y adolescentes en riesgo debe ser sancionada por los jueces de paz de
las comisarias con penas de servicios
comunitarios. Dejar impune la mayor parte de estos delitos es avalar el
comportamiento riesgoso de estos jóvenes y adolescentes, que necesitan
orientación más que sanción.
7.
El
Ministerio del Interior y el Comando de la Policía Nacional, deben interiorizar
en las autoridades locales y en el personal policial la diferencia que existe
entre los ámbitos territoriales y niveles especializados. Los Comandos
Territoriales son los que detentan la administración de las unidades
preventivas y de control del tránsito a nivel nacional encargadas de la lucha
contra la delincuencia en las calles y el caos vehicular. Este es un trabajo
integral y multisectorial que empieza a nivel local con la actuación de los
Comités Locales de Seguridad Ciudadana y personal policial de las comisarias. En
cambio, las Direcciones Especializadas, son todas aquellas unidades encargadas
de la lucha contra el crimen mayor, terrorismo, narcotráfico a gran escala y
develando los conflictos sociales graves de sectores que pretenden
desestabilizar al Estado. En este marco, una responsabilidad importante es
luchar contra las nuevas formas de delito que se vienen presentando en el país,
mediante las unidades de investigación criminal, en coordinación con los otros
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley-Jueces, Fiscales, INPE, etc.
8.
Existen,
evidentemente aspectos complementarios muy importantes para que este
concepto se haga realidad, y es tener
mayores recursos y medios, implementar unidades móviles de instrucción que
continuamente estén visitando las comisarias, crear conciencia del servicio
ético policial para eliminar la corrupción policial, construir “complejos
policiales” en ciudades importantes, que den cabida con confort al personal,
eliminar los servicios individualizados, etc.; y, sobre todo, crear conciencia
en los alcaldes que son los presidentes de los comités locales de seguridad
ciudadana, sobre la necesidad de apoyar sin reservas el esfuerzo policial y de
los servicios de serenazgo de sus jurisdicciones.
9.
En cuanto
al trabajo para devolver la sensación de seguridad de las personas en las
calles, la comunidad ha dado siempre muestras de pleno respaldo a la labor del
personal de las comisarias. Es tiempo pues que los policías devuelvan esa
confianza con más entrega y compromiso. Como dice el especialista en tránsito
Coronel PNP-R Javier Del Busto Duturburu, lo recomendable es educar e inculcar
valores: “Educar hoy al niño, para mañana no sancionar al adulto”. La sanción
para tener un efecto en la conciencia vial
del usuario, tiene que tener un carácter educativo y mejor si es
comunitario, social o humanitario.
10.
La Policía
Nacional, dice Del Busto, debe cumplir con brindar apoyo a la autoridad
competente, sin que esto signifique pasar a depender directamente de ellas. La
Policía Nacional, como Institución Tutelar del Estado tiene una organización dentro del Poder Ejecutivo. Una
línea o cadena de comando y de disciplina vertical. No puede desmembrarse y
estar al servicio directo y subordinado de otras autoridades distintas a su
organización, escapando sus efectivos del alcance de control de su Comando.