1. Es importante que quienes tenemos ideas más acertadas y más
realistas sobre cómo alimentarse mejor, las difundamos lo más posible, con el
ejemplo y por todos los medios a nuestro alcance.
2. Pero un avance más rápido de una alimentación más sana exige que se
generalice una ofensiva cultural -ya iniciada en diversos países y en foros
internacionales-, en todos los ámbitos y desde todos los niveles de
responsabilidad, por una concientización de personas influyentes en los medios
de comunicación y en la industria y publicidad, más responsable, comprometida
con contribuir al cambio de los hábitos alimenticios.
3. El aumento de la presencia de alimentos de mayor calidad nutricional
o menos dañinos en el mercado puede ser estimulado e inducido por regulaciones
y controles estatales razonables, por programas alimentarios nutricionalmente
positivos –radicalmente diferentes de la mayoría de los actuales- y por
presiones culturales y mediáticas a las empresas de la industria alimentaria y
de comida rápida, así como en su seno, pero requiere principalmente de cambios
desde la demanda –la lenta modificación de percepciones y hábitos de los
consumidores; también de cambios curriculares de los programas de formación
alimentaria, culinaria y médica.
4. En cuanto a lo que se puede hacer desde el Estado, destacan la fijación
de máximos de azúcar, sal y aditivos artificiales, normas de etiquetado
realmente informativo y comprensible, que facilite su lectura e interpretación
por los consumidores, leyes sobre transgénicos, su reglamentación y su
cumplimiento, censos adecuados y estadísticas de libre accesos, programas
estatales de capacitación nutricional no convencional, en especial para
maestros y funcionarios municipales, programas alimentarios con énfasis en la
promoción de una alimentación sana, propiciar una mejor orientación de los
currículos educativos y de los programas de alimentación. entre otros.
5. Además el Estado debería tener iniciativas propias y apoyar las
privadas, sea de empresas o de instituciones sin fines de lucro, como servicios
e instituciones de defensa del consumidor, centros de investigación sobre
nutrición y salud así como laboratorios de análisis de alimentos.
6. Igualmente requiere de una normatividad más estricta y controles más
efectivos de pesticidas en la agricultura así como de antibióticos preventivos y
estimulantes del crecimiento y del rendimiento en la industria avícola y de
engorde de vacunos.
7. De más largo aliento es la modificación de muchas características de
nuestro entorno y de nuestra vida diaria, que incluyen medios de transporte
público más eficientes -para tener más tiempo para nuestra alimentación-, el
(re)descubrimiento de la naturaleza, la generación o el fortalecimiento de
movimientos por una vida más sana, de afirmación de las identidades locales y
regionales así como de sus insumos y productos típicos, entre otros.
8. Al sector empresarial privado le corresponde aplicar las normativas
y, en lo posible, anticiparse a su generación y aplicación.
9. Para insumos más sanos, la agricultura orgánica o ecológica, con sus
variantes, garantizada por sellos que certifican su carácter, combinada en
parte con el comercio justo, es la mejor respuesta, a la vez que constituye un
gran aporte a la reducción de los efectos climáticos negativos, y es, en
principio, capaz de alimentar bien a toda la humanidad, con alimentos más
nutritivos y sabrosos, por lo que debe ser estimulada y apoyada; también la
ganadería de pastoreo.
10. Pero es imposible generalizar la agricultura ecológica en el corto o
mediano plazo, no solo por resistencias, sino también por insuficiencia de
técnicos, de colectivos agrícolas y de empresas dispuestas y capaces de
aplicarla bien, por políticas estatales incorrectas y por limitaciones
derivadas de la aún reducida investigación para diversas realidades y problemas
productivos.
11. Actualmente en nuestros países hay un enorme déficit de oferta
incluso respecto de la incipiente demanda, ambos felizmente en crecimiento,
lento pero seguro.
12. Por necesitarse menores cantidades para nutrirse bien con productos
orgánicos, es decir, una relación precio/unidad de complejo nutricional con
frecuencia más ventajosa, se compensa en gran parte o totalmente el precio
todavía más elevado de muchos de sus productos.
13. La mayor conciencia ambiental, junto con la vinculada a la
agricultura y consumo orgánicos, lleva también a una mayor consideración y
aprovechamiento de la estacionalidad y mayor cercanía física de la producción
de productos perecederos, que facilita abaratar la comida –además de disminuir
el impacto climático del transporte y puede favorecer a los agricultores.
14. La agricultura orgánica forzosamente convivirá durante mucho tiempo,
quizá siglos, con la agricultura convencional, convivencia tanto más positiva
mientras más piense la convencional en el largo plazo y sea cuidadosa en el uso
de agroquímicos, comprenda y respete el carácter vivo de los suelos, evite los
transgénicos o sea al menos cautelosa en su introducción; y aplique técnicas
como diversificación, rotación y asociación de cultivos, cobertura vegetal,
abonos verdes, labranza cero o mínima, intercalado de especies forestales,
arbustivas o menores –como barreras de viento y contra la propagación de plagas,
a la vez que hospederos de insectos beneficiosos-, terrazas para evitar la
erosión, riego tecnificado, y quizá hasta abonos por compostaje y humus.
15. Esto es promovido también en parte por algunas transnacionales de
comercialización de productos frescos a través del sello mundial de buenas
prácticas agrícolas –físicas, sociales y ambientales-, Globalgap, instaurado
por grandes cadenas comerciales ante las demandas de sus consumidores,
especialmente europeos, y están haciendo crecientemente, al menos en parte,
incluso algunas grandes empresas productoras convencionales más avanzadas o más
presionadas por sus consumidores y algunos accionistas.
16. Otros sellos desarrollados por organizaciones con preocupación
ambiental y social para la producción agroalimentaria son el Bird Friendly, de
producción de café amigable para aves, Utz Certified, para café, cacao y té, y
Stop climate change, frente al cambio climático; y, por la industria, el de
Starbucks, para la producción de su café, y el 4C, Código común para la
Comunidad Cafetalera, todos expresión de una creciente demanda de los
consumidores por productos más sanos y procesos más responsables socialmente y
más favorables al ambiente.
17. La agricultura orgánica puede beneficiarse aprendiendo de los
avances positivos en conocimientos, tecnologías y capacidades técnicas y de
gestión de la convencional.
18. La agricultura hidropónica es más artificial que la convencional, y
por ello no recomendable, pero tiene la ventaja de normalmente no aplicar
pesticidas, especialmente útil en el caso de tomates, y de no tener, por lo
general, patógenos.
19. La mejora de nuestra propia cultura alimentaria será –ya está
siendo- un poderoso estímulo de mercado a la diversificación de nuestra
agricultura y de nuestra industria alimentaria, lo que es también un apoyo, sin
costo adicional, al freno del cambio climático a través de la reducción de
emisiones y así una contribución al fortalecimiento de nuestra economía que
necesita mantener algunas fuentes contaminantes en lo energético hasta que se
desarrollen las energías renovables.
Continuará
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