En medio de la desolación que nos siguen causando los bárbaros ataques sobre la Franja de Gaza, y sus siniestros misiles de respuesta, resulta alentador que en el Perú, y en este modesto pero afanoso blog, hayamos podido erigir la palabra como arma benigna para cruzar discrepancias. Es lo que debería primar en Oriente Medio, aunque es obvio que, en el mismo escenario del conflicto, es difícil guardar esta suerte de mediana serenidad compartida. Allá –lo recuerdo- hasta una frase mal dicha puede ser explosiva.
Con todo, quisiera permitirme plantear nuevos temas y también referirme a algunos puntos que han surgido de los profusos textos pergeñados, en los últimos días, por columnistas de casa e invitados. El tema nos sigue doliendo y envolviendo….
- No dejo de asombrarme, y lo digo con gran respeto pero a la vez con alarmada sinceridad, por la escasa capacidad de autocrítica que observo en los miembros de la comunidad judía que están opinando públicamente (y en este blog). Más allá de los importantes argumentos que haya para defender la posición de Israel, me deja tristísimo ver que, por más de que hay civiles y niños muertos en el camino -¡42% podrían serlo, según acaba de reconocer la ONU!-, se sigue defendiendo la, digamos, “política oficial” del Estado hebreo. La foto de un niño muerto puede matar el análisis, como dice León Trathemberg. Pero no debería matar la indignación, el rechazo, la ética humanista más allá de toda identidad. Sobre todo si esas muertes la causa quién, supuestamente, me defiende. Si el Ejército Peruano, en medio de una estúpida escaramuza, acaso propiciada por el inefable general Donayre, bombardeara civiles en Arica, se volvería indefendible.
- La prueba de que esto trasciende el legítimo derecho a defenderse es que, en varias partes del mundo, van creciendo voces judías que toman distancia de la barbarie en Gaza. Ya no es sólo el clásico, y a veces solitario, Ilan Pappé. También son un grupo de judíos británicos publicando un manifiesto en The Guardian, los periodistas Gideon Levy y Amira Haas, que escriben para el diario israelí Haaretz. También los movimientos ‘Paz Ahora’, en Israel; ‘Otra Voz Judía’, en Francia; ‘Voz Judía Independiente’, en Canadá; así como el historiador Yakov Rabkin, también desde Canadá (&).¿Existen, en nuestro medio, voces similares a estas, que no equiparen el ser judío con la defensa de la violenta política del actual gobierno israelí? Sería interesante escucharlas. Me resisto a creer que no las haya. Hablen, por favor…Psicoanalistas, no abstenerse. Ya Jorge Bruce dio el play de honor…
- Un elemento común, notorio, en las argumentaciones que, de manera alambicada o abierta, defienden el ataque es ubicarse sólo en el pasado reciente. Es decir, comenzar por explicar el origen de esta escalada a partir del rompimiento de la tregua por parte de Hamás. Si bien es necesario explicar, con ánimo quirúrgico, esta escalada no quirúrgica, sí creo que es menester reconocer el presente y el pasado, no sólo el ayer. ¿La actual situación no fue acaso causada, en enorme medida, por las continuas ocupaciones, ilegales que, como consecuencia de las guerras ganadas, hizo Israel? Egipto y Jordania también pusieron lo suyo, por supuesto, al ocupar Gaza y Cisjordania, pero el consenso internacional es que el gran hilo de la madeja está en los territorios ocupados que Israel no suelta, y además coloniza, desde
- ¿No vale la pena discutir sobre el papel de la ONU? Dios mío, cuánto se parece esa posición a la política descaminada de George W. Bush. Claro que es cierto que los árabes, de manera díscola e irracional, no aceptaron la Resolución 181, que partía el territorio de Palestina. Y que de allí se derivó parte del problema del que ahora hablamos, pero ocurre que luego Israel ha desconocido por lo menos 30 resoluciones de la ONU, a lo largo de los años. ¿Por qué un país puede darse esos lujos frente a un organismo, que no es un gobierno supranacional, pero sí la entidad que representa a la comunidad planetaria? Eso es peligroso, muy peligroso. La ONU, finalmente, es un intento, pálido pero real finalmente, por alcanzar mínimos consensos globales. Si se le desatiende quiere decir que se cree en el poder fáctico y nada más. Sí, claro, se trata de un organismo dominado por las grandes potencias, pero no lo terminemos de hundir amparados en la prepotencia. No es cierto, por último, que es tan ineficaz. Buena parte de la descolonización de África, por ejemplo, se la debemos a la ONU. ¡Y el mismo Estado palestino es un asunto pendiente en la sede de Nueva York!
- Convengo en que la discusión sobre la ‘proporcionalidad’ de una respuesta puede ser engañosa, enredada, nebulosa. Sobre todo si se lleva al absurdo terreno de imaginar que si uno reclama por eso es porque quiere que no se haga nada en defensa propia. Pero si la sacamos totalmente de la discusión, perdemos de vista el fenómeno, doloroso y terrible, de la desigualdad. No estamos hablando de sumatorias de cohetes o misiles, estamos hablando de que ninguna ‘razón de Estado’ puede pasar por encima de tantos cadáveres, sobre todo si son de niños. Esa es la desproporción más brutal e inaceptable. ¿Qué no se le reclama a EEUU, China u otros países? Pues muy mal, pésimo, gracias por recordarlo para estar más prevenidos. Aunque tampoco es tan cierto. A EEUU se le ha enrostrado eso por sus abusos en Irak y a China por lo que hace en el Tíbet. Y al Ejército Peruano cuando entraba a sangre y fuego a Ayacucho. Memoria, memoria…
- También de acuerdo con que Irán, y su impresentable presidente, son un gran problema en Oriente Medio. Hay que meter ese factor en cualquier mesa de negociación y hasta Obama lo ha sugerido (¿lo apoyará Israel si intenta dialogar con este país?). Pero precisemos más el tema nuclear. Detengamos la vocación nuclear de la ex Persia, pero ¿por qué no desnuclearizamos toda, toda la región? No se debe ser atómicamente selectivo. El líder mundial que se atreva a proponer eso debería ser bolo fijo para el Nóbel de la Paz. Irán, además, no se calmará con las amenazas. La experiencia lo ha demostrado clamorosamente. Para cortar el hilo siniestro que une a Hamás con Irán se necesita más inteligencia que bombas.
- Por último, sería interesante que, además de lo ocurrido en este blog, intercambiáramos puntos de vista públicamente, por una razón filosófica y a la vez práctica: en un debate personal, en vivo, puede surgir, lo que Fernando Savater llama la ‘razón dialógica’. Es decir, la posibilidad de que nuestros argumentos dialoguen y nos enriquezcan mutuamente. Ya hay algunas iniciativas por allí, pero lo importante, lo fundamental, es que se acepte el desafío.
Comparto tu punto de vista sobre la masacre que Israel viene realizando en Gaza.
ResponderEliminarLo que no entiendo porque consideras que los arabes actuaron
"de manera díscola e irracional" cuando no aceptaron la Resolución 181 de la ONU que partía el territorio de Palestina.