Por supuesto,
los frentes son muchos, pero aquí van unos apuntes sobre cuatro de ellos:
1) EL FRENTE DE LA SOSPECHA
Ollanta Humala
ha hecho esfuerzos meritorios para calmar muchas de las aprensiones que
despertaba, particularmente en los campos de la economía y la vigencia del
sistema democrático. El problema es que también parece estar esforzándose en
enviar señales en la dirección opuesta: una serie de designaciones en cargos
públicos levantan serias dudas en cuanto a la relación de su administración con
el estamento militar y a la lucha contra la corrupción y el narcotráfico. No es
muy atinado menospreciar los cuestionamientos e interrogantes.
2) LA CALLE
Es, sin duda,
un frente particularmente complicado, por la combinación de las expectativas
generadas por las promesas de cambio, la recurrencia de conflictos sociales y
la acción de grupos y personajes radicales con agendas que exceden largamente
los reclamos legítimos.
El gobierno
quiere aliviar de entrada la presión, con el rápido lanzamiento de programas
tales como Pensión 65 o Cuna Más, amén de la imposición, también en un plazo
breve, del impuesto adicional a las empresas mineras.
A lo anterior,
deberá añadirse un trabajo político fino para descolocar y aislar a los
extremistas, combinando firmeza con ductilidad. Ello requiere capacidad de
anticipación, lo que implica tener ojos y oídos en todo el territorio nacional.
La nueva
administración no puede permitirse reeditar la arrogancia, torpeza y desidia de
su antecesora en ese terreno, no sólo por una cuestión de responsabilidad y de
interés nacional, sino también porque no tiene las mismas espaldas políticas de
las que ésta gozaba. Si falla, puede terminar rápidamente arrinconada y sin
aire, como le sucedió con frecuencia al gobierno de Alejandro Toledo.
3) LA SEGURIDAD
El
ofrecimiento de “mano dura” es, a estas alturas, un chiste de mal gusto y,
además, está totalmente desenfocado. Más bien, debe existir el compromiso de
una “mano inteligente” como señaló Federico Salazar en el diario La República,
así como, de manera crucial, una “mano limpia”. Es decir, se requiere que todas
las autoridades involucradas actúen con eficiencia y honestidad; en otras
palabras, que hagan su trabajo razonablemente bien. Es tan simple como eso,
pero, a la vez, por lo visto, muy difícil que se dé. Necesitamos que el
Ejecutivo, y en particular el Ministerio del Interior, el INPE, la fiscalía y
el Poder Judicial nos sorprendan en ese sentido.
Algo deberá
hacerse también respecto del nuevo Código Procesal Penal que, según diversos
comentarios, al limitar los plazos para las investigaciones, estaría
favoreciendo a las delincuentes.
Finalmente,
corresponde a la sociedad civil y a los medios de comunicación hacer una
marcación estricta y organizada a la Fiscalía y al Poder Judicial, para evitar
que se sigan tomando decisiones cuestionables y sospechosas en contra de los intereses de la colectividad.
4) LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL
Es una nueva
invitada al escenario; puede cambiar radicalmente el panorama si se acentúa y
complicar seriamente las posibilidades del gobierno de cumplir con sus promesas
sociales. Se requerirá de toda la destreza del
Ministerio de Economía y del Banco Central, para sortear exitosamente
sus embates.
Estimado Francisco,solo para tocar el tema de la seguridad, creo que es importante que los delitos esten bien tipificados a la hora de efectuar las denuncias y llevarlas al Poder Judicial, poco puede hacer la PNP si durante la investigacion no participa un miembro del Ministerio Publico y si este no efectua junto con la policia la denuncia. Muchas veces los casos quedan en nada por un mal trabajo en esa etapa.
ResponderEliminarCreo por otro lado que deberia desaparecer la estructura militar en la PNP, mucho grado, rango, poco personal, mucha diferencia salarial, plantéo solo 4 escalas, Oficial, Sargento, Teniente y Capitan, para la Policia de patrullaje y otras 4 en la parte de investigacion con la misma denominacion, para ser investigador se requeririan estudios profesionales y escuela policial.
Si se plantea mejorar la seguridad se debe efectuar cambios radicales y estructurales.