Samuel Abad, Carlos Basombrío, Francisco Belaunde Matossian, Jorge Bruce, Gustavo Carrión, Carlos Iván Degregori (+), Ramiro Escobar, Liuba Kogan, Nelson Manrique, Augusto Ortiz de Zevallos, Luis Pásara, Fernando Rospigliosi, Andrés Solari, Alfredo Stecher, León Trahtemberg, Javier Torres, Sandro Venturo, Celeste Viale, Fernando Villarán.
lunes, 12 de diciembre de 2011
Augusto Ortiz de Zevallos/ UNA SOLA COSTA VERDE Y NO SEIS PARCELAS
La Herradura estará ya recuperada para Navidad y será un regalo para Lima. Esa playa mítica a la que, cuando Leguía, se iba en un tren que explica el túnel. Porque tenía mucha más arena que las demás y porque su pequeña bahía le daba una sensación mágica de estar fuera de la ciudad. Y que entre los 50 y los 80 era la playa de todos.Y será el comienzo y el botón de muestra de recuperar toda la costa para toda la metrópoli. Porque la playa es un espacio para todos. Y porque en la elección municipal eso ya se plebiscitó. Que ese gran espacio no es uno para lotizarlo en algunos negocios, sino para destinarlo al encuentro, al deporte, a la cultura, la recreación, el bienestar, el respeto a la naturaleza y al paisaje. Todo el año, a todas horas.Lo cual, para cualquier analista inteligente y cualquier empresario despierto, produce importantes mejoras económicas: todo lo que está cerca vale más, todo lo que llega a ella se potencia. Y ya es así, por ejemplo, en San Miguel, donde todo lo que está en balcón o cerca es buscado. Y en Magdalena, San Isidro, Miraflores, Barranco y Chorrillos. Valor extendido, predial incrementado, licencias activadas, potencial para gastronomía, turismo, deportes, recreación y cultura.Por primera vez, desde cuando al hacerse el Zanjón, cuando Bedoya se llevó allí la tierra excavada y se generó así espacios ampliados, con la intuición certera del arquitecto Ernesto Aramburú Menchaca, será Lima Metropolitana la que invertirá en este espacio fundamental para la ciudad. Veinticinco soles de los impuestos de cada limeño servirán para que todos tengamos allí playa, espacio, cultura, disfrute y una mejor ciudadanía. Y esa oferta de espacio será una presencia relevante para cambiar los hábitos urbanos. Ya este verano habrá buses playeros, como alguna vez hubo y como tiene que haber de nuevo.Y durante el 2012 se consolidará toda la Costa Verde, con escaleras, rampas, ciclovías y conexiones con todas las avenidas que llegan al litoral y que hoy no llegan a nada: (Brasil, Sucre, Universitaria, Salaverry…). Cambiará esa noción equivocada de que la Costa Verde es una pista, que alguna vez pudo ser rápida, para entender que siendo una vía de borde, es antes que eso, un Paseo Marítimo.Que también habrá en las costas de Villa El Salvador, como inicio de un litoral extendido y valioso. Y ahora veremos que los malecones son para ver mar y no pistas, como deben ser las bancas y los espacios urbanos a crear allí, para que tengan gente. Y que no deben ser como algunas que allí están y que parecen plazas que se cayeron de arriba, porque no dialogan con el mar.Lima es la única capital de toda América del Sur frente al mar. La otra que lo fue: Rio, que sin duda lo disfruta y donde la costa es el emblema de la ciudad. Mientras que hasta hace poco Lima tiene, frente al mar, espaldas. Está Maranguita, está el Leoncio Prado, ya en el Callao. Estuvieron (y siguen) fábricas, talleres, invasiones, barrios duros cuyo frente eran las avenidas de atrás. El atrás es adelante y el adelante, atrás. Y quedan desagües y hábitos que suprimir, vertederos y tierras de nadie.A la metrópoli le corresponde cuidar, recuperar y concertar este bien de todos. No les podemos pedir a seis distritos que nos lo cuiden y sostengan para quienes venimos de 43 distritos. Sí, por cierto, se debe llevar adelante los planes concertadamente, con los seis distritos costeros, como se hace. El proyecto estructurador, aprobado por todos, que ya empezó y se hará durante el 2012, invertirá esos 25 soles por limeño. Es el primer presupuesto del que es responsable Susana Villarán, pues el anterior, éste que termina, lo dejó decidido la gestión de Luis Castañeda, y no había en él un sol de inversión en obras en la Costa Verde.Quizá porque se abre ese escenario prometedor, al que se sumará la inversión del Río Verde, y la consecuente recuperación del centro, que ya empezó con las plazuelas en proceso de ser recuperadas, aparecen extemporáneamente y con afanes de protagonismo algunos opositores.Lo son a que se lleve adelante el programa que ganó democráticamente y con debates explícitos en este tema, las elecciones, para seguir con la cantaleta y el cuento de que la Villarán no hace nada. Esos agoreros deben estar incómodos con el cambio de tendencia en las encuestas, donde los limeños aprueban mayoritariamente que se haga eso que se hace (corregir el caos del transporte, no transigir con ambulantes, recuperar el río, la costa y el centro). Y, si lo que se hace está bien, entonces, obviamente, quien lo lidera no está mal. Y la mejora de su aprobación ya viene, superadas las inercias debidas a esas etiquetas que la prensa chicha y cuasi chicha le regala todos los días en carátula y horarios estelares, como se hacía contra Andrade en los tiempos de Montesinos y Laura Bozzo.En todo caso, en la Costa Verde lo que ya comenzó lo aprobaron los seis distritos, que lo que pidieron es que se materialicen las obras.Ya empezaron.
Augusto Ortiz de Zevallos/ EN RESPUESTA
En La República, el sábado 10-12-11, el
arquitecto Cooper desarrolla reflexiones
muy suyas, que lo llevan tras largos prólogos,
a pretender que dos obras municipales fundamentales de la gestión de Susana Villarán, la Costa
Verde y la Vía Parque Rímac, deben
suspenderse. Hasta que haya esos
concursos de arquitectura que dice preferir y que, como sabemos los arquitectos, también
le gusta organizar, inventando paradigmas y jurados. Podría sonar bien. Frederick Cooper busca
así presentarse como verdaderamente representativo de la profesión arquitectónica,
la que, según su texto, está excluida o ignorada por la gestión de Susana
Villarán.
Como estoy aludido sin que se me nombre, y no es la primera vez, (cuando se recuperó los
colores de Lima, con Barrantes y cuando diseñé el Gran Parque de Lima, con
Andrade, movió firmas para sendas cartas de objeción, con falacias
parecidas), respondo.
El derrotero del artículo es meándrico, inexacto , y quisiera ser acumulativo. Empieza
Cooper, afirmando compungido desde su
pedestal:
“la
señora Susana Villarán, como ha sido usual(…)resultó elegida sin haber dado a
conocer aquel plan de gobierno cuya carencia longeva y perniciosa ha sumido a
nuestra capital en (…)inseguridad, ineficiencia y fealdad- en suma, en el
caos(…)”
.
Lo que es abiertamente falso. Sí hubo plan
y debate, incluyendo y exponiendo precisamente esos dos proyectos, para el
litoral y el río, como parte de ese
plan. En programas televisivos y hasta
en el mitin de cierre. Que Cooper no se haya enterado es un problema suyo. El
electorado sí supo. Y votó. Por esa Costa Verde y por ese Río Verde que ahora
se quiere impedir o enredar para mover revocatorias y quitar el piso a un
mandato legítimo. Cuando quienes Cooper
quería que ganen, perdieron. Esa vez y
las siguientes. Mi amiga Lourdes Flores , Kucksinsky y Keiko. Piña.
Dice también, sobre el equipo de Susana
Villarán, que
“hasta
donde se sepa, no figuran profesionales experimentados en planificación
urbana(…)”
Muchas gracias, pero hasta donde se sabe,
él ciertamente no es uno.
Y si no, que se nos explique (y que empiece
ante los Barranquinos), el lamentable fracaso, de aceptación y de
desfiguración, que el Museo que él diseñó
ha sido en Barranco, sin que nadie recuerde concurso, en suelo público. Desnaturalizando un parque que
era histórico, pintoresco y quizá ingenuo
pero preexistía y era parte de la identidad Barranquina, y que por ello
había sido declarado monumento, condición que antes él le retiró. Para poner allí esos prismas de
fierro que son citas literales a Mies Van der Rohe, para alojar el arte contemporáneo peruano. Convirtiendo todo lo demás en retiros o
espacios subordinados. Proyecto que se ha tenido que cambiar. No le sobra, pues,
legitimidad al objetor.
Y añade también Cooper, en su usual estilo, sobre
Susana Villarán
“ella
también se apresta a ejercer su gobierno adoptando proyectos de obra pública
que ni responden a sus iniciativas ni constituyen la esperada señal (...)el
emprendimiento de un plan integral que enrumbe la evolución de Lima hacia un
ordenamiento equilibrado y esperanzador(…). A buena entendedora, pocas palabras.
Llámeme.
Y luego, contraviniendo lo que todos saben,
y él también, como ya veremos, dice que
“intempestivamente
se anuncia la remodelación de un sector de Chorrillos(…) y se da a conocer la
pronta realización de trabajos a efectuarse tanto en la Costa Verde como en el
cauce del río Rímac”(…) Ambas propuestas, además de no formar parte de un plan
integral orgánico ni técnicamente sustentado(…)tendrían que haber sido materia
de un concurso(…)
Y suma a esas falsedades (pues lo que llama
intempestivo lo sabrían todos menos él) , algunas admoniciones:
“relegar
esos valores al desván de la retórica impresa y vacua(…) delata una lamentable
coincidencia con el talante improvisado y populista de la mayoría de sus
antecesores(…)
Y luego, dado el sermón, termina ofreciendo el regreso al buen camino
“ojalá
que la gestión de la señora Susana Villarán represente un cambio de rumbo
sustancial respecto a la necesidad de contar con un plan integral para el
desarrollo de Lima y que abandone la nociva y no democrática costumbre (…). Es decir, Llámeme, bis.
Las citas son literales, y el artículo debe
estar en internet, así que respondo a algo que es público.
Falsea hechos decir que son “intempestivos”
estos dos proyectos y obras. La Costa Verde fue debatida y explicada en
público, hace dos años y la maqueta y planos del proyecto están exhibidos en
los portales físicos de la Municipalidad desde principios de este año. Si él no
lo supiera, eso vuelve a ser su problema. Pero lo grave es que sí lo sabe. Hace
rato.
El
proyecto y expediente de la Costa Verde, lo conoce el arquitecto Cooper, porque
se lo expliqué en presencia del alcalde anterior Luis Castañeda, quien me lo
encargó, como siempre he dicho, después de un debate público (ver mis artículos
en Perú 21, que están en Internet), para
corregir errores a los que lo habían llevado otros. Y Luis Castañeda invitó a Cooper,
a pedido suyo. Y él acudió, acompañado
con varios arquitectos profesores de la universidad en que es decano (recuerdo
a los arquitectos Figari, Ledgard y Rodríguez). Todos opinaron a favor y no se
conoce texto en contra, ni suyo ni
de los valiosos colegas a quienes
llevó. Lo intempestivo, entonces, tiene
dos años.
Y lo del “talante improvisado de sus
antecesores” no lo decía entonces. Cuando cultivaba buenos términos en
ese palacio municipal. Y en el de al lado. Y hay más aún. Cuando Cooper organizó y monitoreó el concurso para el Lugar de la Memoria me
pidió y recibió ese expediente que ahora afirma desconocer, y que se necesitaba
porque allí se definía la vialidad y las pautas físicas del entorno. Y sin duda
sabe también que una vez que su jurado falló el ganador, ayudamos a solucionar
con pautas urbanísticas precisas, aprobaciones y licencias. Nada hay, pues, de
intempestivo, salvo su amnesia selectiva.
El expediente de la obra que se hace está
listo, desde que él lo conoció. Tiene SNIP desde el 2010. Y ahora
se convierte en obra. Y ya lo he explicado varias veces invitado en la
Facultad de Arquitectura que él controla. Y no ha habido objeciones porque además, no es
uno de esos ejercicios de figuración, gasto y protagonismo, con estrellas
internacionales, que alienta, sino uno
de respuestas de sobriedad y pertinencia. El proyecto está expuesto en el
Pasaje Santa Rosa.
Y también se falsea, quizás por
desinformación, al hablar de las obras que se harán en el río.
Ocurre, arquitecto Cooper, que la gestión
anterior había dejado firmado el proyecto de la llamada Línea Amarilla, a lo
que usted que se sepa no se opuso. Ocurre también, que el proyecto del Río
Verde lo expusimos y debatimos
extensamente en la campaña electoral. Y que se constató al comenzar la
gestión de Susana Villarán, que no eran compatibles, porque el proyecto que se había
dejado acordado era solamente de vialidad y no proponía una recuperación del
centro y el río. Lo que se consiguió fue que la misma empresa brasileña, OAS,
quien hará las obras y el expediente técnico, porque ya tiene la buena pro que obtuvo en un
concurso de inversión público-privada,
acepte ajustar el proyecto para que sea uno de desarrollo y no solamente
de vialidad. Y donde el centro ahora se va a recuperar, así como todos los
distritos que dan frente al río: Cercado, Rímac, San Martín de Porres,
Agustino, San Juan de Lurigancho. Y probablemente, aguas arriba, Ate, Santa
Anita, Huachipa y ojalá que hasta Chosica y Chaclacayo.
Se confunde, quizá esta vez por
desinformación e inexperiencia urbanística, la infraestructura y el
ordenamiento territorial y vial, con el supuesto de que el proyecto vaya a ser
una arquitectura definitiva a lo largo de kilómetros. Y si el enfadado comentarista
se acerca a la Plaza de Armas o pregunta podrá constatar que hay abundantes escenarios para inversión e
iniciativa privada, y por tanto para nueva arquitectura, que el proyecto genera
y que no había en Línea Amarilla. Sería bueno que sepa además que el proyecto
se ha presentado ya en cuatro foros sobre posibilidades de inversión privada.
Por último, aunque seguramente también por
desconocimiento, se pretende y afirma, en una columna sobre ciudad y
arquitectura, que no hay en proceso un plan integral para el desarrollo de
Lima. Tampoco es verdad. Pero dejo este tema para otra nota.
Augusto Ortiz de Zevallos/ STEVE JOBS, EL ÚLTIMO RENACENTISTA
Muerto joven a los 56, en un mutis tan elegante
como lamentable, Steve Jobs marca nuestra época y le ofrece algo parecido a lo
que hizo el Renacimiento, y a lo que antes hizo Grecia: acercar arte e
inteligencia. Arte que cambia
cosmovisiones. Convertir al ser humano en la medida de todas las cosas,
empoderarlo y reemplazar sus miedos por su libertad. Y entonces democratizar la
cultura y dar herramientas para que prevalezca la creatividad sobre la
repetición.
Su pugna con Bill Gates fue la del creador contra
el negociante, entender que esa formidable herramienta que se necesita (los
españoles la llaman mejor que nosotros: ordenador, algo que permite organizar;
mientras nosotros le decimos banalmente computadora, como los gringos: algo
cuantitativo) debe ser algo que nos
permita expresarnos y proponer y no solamente eso que fideliza clientes y
genera cautivos. Jobs creó herramientas de libertad, Gates, de consumo. En esa pugna dialéctica
claramente el romántico era Steve Jobs.
Esa generación californiana, en territorio
librepensador y hippie, a quienes el Estado de Nixon los había obligado contra
su conciencia a ir jóvenes a Vietnam, consiguió vengarse años más tarde de ese
Estado impositivo y mediocre. Los ordenadores fueron un gran acto de rebeldía,
como es todo el arte según Camus. Permitieron y permiten tener, primero en la
oficina, luego en casa y ahora en la mano, toda la información que necesito y
toda la capacidad de comunicación y persuasión que quiero. Con lo cual el
Estado policiaco resultó impotente. Y poder así organizar futuro, ese poder que
antes lo tenían el ejército o el aparato político.
Esa revolución es enorme. Y son esos ordenadores y
smartphones que impulsó Jobs a quienes debe Estados Unidos que haya ganado
Obama. Y, antes, en España, que perdiese Aznar, desnudadas sus mentiras. Y
también ahora que los Indignados se multipliquen de ciudad en ciudad y país en
país y hayan caído dictaduras en toda Africa del Norte. Y que le quede poco
tiempo a los regímenes dictatoriales centroamericanos, porque ya las puertas de
la información no se pueden cerrar.
Pero además de multiplicar información las
hermosas herramientas de Steve Jobs, que son obras de arte, poéticas y
metafóricas, han dado la base para una
estética nueva, en la imagen y hasta en la palabra. El estilo de nuestro
tiempo, en artes y pensamiento, se nutre de que los ordenadores sean como son.
Y es el ser humano quien, teniéndolos, adquiere autonomías y libertades que
antes se impedían y temían. Humanismo, entonces.
Los renacentistas, al inventar la perspectiva,
buscaban que todo se ordene desde el ojo y que en el centro de ese espacio
representado ahora esté la persona y ya no Dios. Antes, el ser humano veía
desde abajo a un Dios inalcanzable e omnipotente de quien se reverenciaba esa
omnipotencia. El Renacimiento al ordenar el espacio desde el ojo, prevaleciendo
la horizontal y ya no esa vertical subordinada y temerosa desde abajo,
convirtió al observador en sujeto. Cada ser humano escogía su mirada y su
entidad. Y ahora ve todo el espacio que le importa. El mundo cambió cuando se
pasó de los miedos a la lucidez y a la razón.
Si en el Renacimiento lo que importó era ver
libremente desde nuestros ojos y poder ser individuos, y si, para ello se
inventó la perspectiva, midiendo y
organizando el espacio perceptible, lo
que se hizo en el Humanismo fue celebrar la especificidad de cada persona.
Y ahora la libertad puede estar en cada mano. Y
cada vida ya no se rige por fatalidades sino que puede escogerse. El ordenador
Apple y las invenciones sucesivas de la familia de la manzana nos dan poder y
nos abren un futuro que dependerá de lo que cada uno quiera y haga.
Steve Jobs, que te vaya bien allá arriba, y si hay
Dios (o dioses, que sería mejor, como cuando los griegos) convéncelos de que
nos merecemos más que esto de andar con miedos. Y saludos a Picasso.
Gracias.
viernes, 2 de diciembre de 2011
LA CRISIS ESTÁ GALOPANDO/ Alfredo Stecher
No solo cada semana, sino casi cada día nos encontramos con
datos y pronósticos pesimistas. Para retomar la imagen hípica: la crisis ya
está galopando. Y lo está haciendo como si la economía estuviera en un tobogán
con trechos de diferentes ángulos de inclinación - algunos relativamente
horizontales, cada vez menores y menos frecuentes. En estos momentos estamos en
uno de esos trechos, caracterizados por alzas en las bolsas mundiales (y por
enormes ganancias de muchos grandes especuladores). Dudo que dure más de una
semana. Pero parece que esos remansos de esperanza de solución y tranquilidad
me incitan a insistir en el tema.
Poco a poco, a ritmo creciente, la mayoría de los
economistas y políticos están asumiendo la crisis como una realidad o como una
amenaza creciente e inminente. Cada vez se lee y escucha más la figura de la
economía al borde del precipicio y el augurio de un impacto aún mayor que el de
su antecesora – o inicio – de 2008/09.
No quiero asustar. Pero puede ser útil tomar algunos
ejemplos de expresiones muy recientes, inimaginables hasta hace poco, cuando
había que recurrir a Krugman o Roubini para encontrar una preocupación
parecida.
Dos destacados y sensatos economistas chilenos (vale la pena
destacarlo como una excepción en nuestra profesión), Sebastián Edwards: La
probabilidad de una hecatombe peor que
la del año 2008 es altísima; y Eduardo Engel: Que el precio de la libra de cobre caiga a un dólar (de más
de tres actualmente) es un escenario improbable pero lejos de imposible (y
sería catastrófico para el Perú y Chile).
Un editor de Financial Times: La eurozona tiene solo días
para evitar el colapso y La
situación me recuerda las últimas horas del Titanic (una figura usada frecuentemente por periodistas
especializados).
Un ejecutivo de un fondo de alto riesgo: Se está jugando con
fuego.
Un analista inglés, Timothy Garton Ash, sobre la política de
Alemania: Solo tiene razón en un 70%, un porcentaje que en un mundo de pánico
en los mercados puede convertirse de pronto en un 100% de error.
El ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Radoslaw
Sikorski: Solo Alemania puede salvar a la zona euro y la Unión Europea de una
crisis de proporciones apocalípticas.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) ha señalado hace pocos días en su informe que a menos que se
adopte medidas contundentes para impedir la crisis en la eurozona, las
consecuencias serán devastadoras
para la economía mundial.
Y hasta un alto asesor del Gobierno alemán: Serios riesgos
de un desastre real.
El viceprimer ministro chino, Wang Quishan: La recesión
económica global causada por la crisis financiera internacional será crónica.
Wang ha planteado la necesidad para la economía china de
centrarse en su propio mercado. Esa noticia es particularmente alarmante, por
más que solo remache lo que ya sabíamos, porque proviene de la principal
locomotora de la economía mundial. Un pésimo augurio.
La crisis griega ha resultado ser solo la punta de un enorme
iceberg compuesto por las principales economías europeas. Hasta hace unos días
se decía, “excepto la alemana – y algunas más”, pero la reciente dificultad del
Banco Central de Alemania para colocar nuevos bonos a largo plazo podría indicar
que no será la excepción, a pesar de que luego los bonos alemanes han seguido
siendo comprados a tasas bajísimas, solo ligeramente superiores a las
norteamericanas. Finalmente la crisis es del euro, también la moneda de
Alemania.
Ante las esperanzas o desesperanzas de muchas personas por entender
la calidad y el poder de las principales economías e instituciones económicas
mundiales en manos de tecnócratas o de políticos que se guían por éstos, Paul
Krugman, a mi juicio el más lúcido economista, ha dicho hace poco que en su
mayoría son más bien ideólogos románticos que no quieren ver en la realidad lo
que no encaja con su ideología. Y tiene mucha razón. Destacan en esto los
economistas alemanes de mayor peso. Él señala que, a la vez que espera que los
europeos cambien de curso a tiempo, considera más probable que lo sigan camino
a la ruina.
En resumen, la crisis económica actual, que va llevando al
mundo a su segunda Gran Depresión, es el desinfle progresivo y progresivamente
más acelerado de un conjunto de burbujas generado por un gran esquema Ponzi de
apalancamiento excesivo de los instrumentos financieros cada vez más
desconectados de su base material en la economía real. Ese desinfle es
inevitable y son inevitables la recesión, la destrucción de un porcentaje significativo
de la riqueza actual y un deterioro de la calidad de vida de la inmensa mayoría
de las personas vía aumento de la desocupación y reducción de remuneraciones,
entre otros. Lo que es evitable es un daño extremo a la economía real y a las
sociedades humanas causado por políticas equivocadas frente al desempeño de los
mercados.
Hasta ahora nos encaminamos hacia un escenario dantesco, de
colapso del euro y de recesión mundial aguda, porque las autoridades políticas
andan rengueando detrás de los acontecimientos económicos, y las autoridades
económicas no pueden – algunas tampoco quieren – adoptar medidas que podrían
eventualmente posibilitar un aterrizaje menos dramático de la economía.
La Unión Europea necesitaría desplegar todos los mecanismos políticos
posibles para evitar una profundización catastrófica de la crisis, y no hay
seguridad de que lo haga – a tiempo. A medida que la crisis se prolonga se va
convirtiendo de financiera en crisis de solvencia. Los intereses récord que han
estado pagando Italia y España, cinco o seis veces más altos que los más altos
que paga Alemania, son insostenibles en tanto contribuyen a aumentar las deudas
ya demasiado altas. Ya Francia, Bélgica y Austria, que parecían inmunes, han
visto aumentar significativamente sus primas de riesgo (respecto de las tasas
de Alemania). Y el hundimiento de su economía está poniendo en aprietos al
gobierno británico y cuestionando su política de ajuste fiscal. La
desprestigiada pero aún poderosa agencia de calificación crediticia Moody’s amenazó
a modo de ultimátum con una rebaja generalizada de las notas de solvencia en la
Unión Europea si no adoptan medidas para estabilizar los mercados hasta inicios
de 2012.
Las necesidades de recursos para salvar a los países en
peligro de insolvencia - incluyen ahora a Italia y España, la tercera y cuarta
economía de la zona euro, y pueden arrastrar a Francia, la segunda economía en
tamaño - son de un orden muy superior a la capacidad de las entidades
financieras y políticas que tendrían que rescatarlos. El Fondo Europeo de
Estabilidad Financiera no logra superar el orden de las centenas de miles de
millones de euros. Los líderes ya han reconocido que necesitarán el apoyo del
Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, pero también los
recursos de éstos resultan limitados frente a la magnitud potencial del
salvataje necesario. Hay un enorme riesgo de colapso del sistema financiero –
lo que la caída de Lehman&Brothers en 2008 desencadenó ha mostrado lo
terrible que puede ser eso. Y esta vez sería peor.
Ante el derrumbe progresivo de un cerro por una falla
geológica profunda no hay fuerza que lo pueda detener, pero sí puede adoptarse medidas
para minimizar los daños.
Yo no pierdo la esperanza – y la creo realista - de que el
liderazgo político europeo logre evitar lo peor, de modo que la inevitable
depresión mundial no alcance los niveles dantescos que ahora parecen probables.
Ángela Merkel, de quien al parecer todo depende, está mal asesorada y es terca,
pero ha demostrado ser capaz de cambiar de posición ante evidencias de su
equivocación. Es posible – y deseable - que la Unión Europea, después de ser
zamaqueada violentamente y resultar seriamente golpeada en este proceso, se vea
a la larga fortalecida.