El
General Calle, Ministro del Interior, niega haber firmado el al acta de
sujeción, pese a que está su video, su foto y su firma.
El
texto de esa infame carta ha sido ya difundido, pero no el pronunciamiento
de las FFAA cuando al descubrirse tamaña vergüenza, tuvieron que pedir disculpas al país. Aún así, el presidente Valentín
Paniagua destituyó al Comandante General del Ejército. ¡Teníamos un presidente con
moral y coraje!
El
país merece volver a leer este histórico documento, en un momento en que la
pequeñez moral ha regresado a estas tierras. (Carlos
Basombrío Iglesias)
PRONUNCIAMIENTO DE LAS FUERZAS ARMADAS LUEGO
DEL DESTAPE DEL ACTA DE SUJECION:
“Los señores comandantes generales de los
institutos de las Fuerzas Armadas y el director general de la Policía Nacional
del Perú, ante la exhibición de vídeos que muestran a oficiales de las Fuerzas
Armadas y Policía Nacional suscribiendo un Acta de Acuerdos del CC.FF.AA.,
expresan lo siguiente:
1. El 13 de marzo de 1999 se suscribió, un
acta en la que se acordaba, entre otras cosas respaldar el golpe del 5 de abril
de 1992, y la conducta del gobierno de facto de Alberto Fujimori Fujimori y de
quienes comandaban las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, así como las
leyes de amnistía que liberan a los miembros de las Fuerzas Armadas y de la
Policía Nacional que participaron en la lucha antiterrorista asumiendo, en
ambos casos, el compromiso de defender y proteger, individual e
institucionalmente a cualesquiera de sus miembros por responsabilidades
derivadas de dichos actos, en cualquier tiempo, confiriéndole el carácter de un
compromiso de honor personal e institucional.
2. El acta, en cuestión, que refleja la
situación de grave menoscabo institucional que afectó las Fuerzas Armadas y la
Policía Nacional, se explica a luz de los siguientes hechos: a) La violencia
terrorista que enfrentó a los peruanos, durante 20 años, fue el pretexto que
usó el gobierno de facto, a partir del 5 de abril de 1992, para
sobredimensionar el SIN y para someter a control absoluto de éste no sólo a las
Fuerzas Armadas y la Policía Nacional sino a los órganos del poder
constitucional. Para este objeto, Alberto Fujimori Fujimori permitió y avaló la
injerencia indebida y creciente de Vladimiro Montesinos Torres, quien sometió,
paulatinamente, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional al control del SIN
con el consentimiento de los ministros de Defensa y del Interior y de los
comandantes generales de los diferentes institutos. Dicho proceso se facilitó
durante los siete años continuados en que el general del Ejército Nicolás
Hermoza Ríos ejerció las funciones de comandante general del Ejército y de
presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, situación que prosiguió
posteriormente. Fue durante esta etapa que se produjo un grave proceso de
cooptación, sujeción y corrupción que alcanzó no sólo las Fuerzas Armadas sino
todos los poderes constitucionales e incluso a empresarios y otros sectores de
la sociedad civil. b) Como consecuencia del proceso de deterioro institucional
antes descrito, en el mes de marzo de 1999, los señores oficiales generales,
almirantes, coroneles y capitanes de navío de las Fuerzas Armadas del Perú y la
Policía Nacional asistieron a la Base Aérea de Las Palmas, en cumplimiento de
órdenes emitidas por quienes en ese momento desempeñaban los cargos de
comandantes generales de sus respectivos institutos y el de director general de
la Policía Nacional. Participaron de la mesa directiva los ministros de Defensa
y del Interior, el presidente del CC.FF.AA., los comandantes generales ya
señalados, el jefe del SIN y el asesor del SIN Vladimiro Montesinos. c) Las
mencionadas reuniones se llevaron a efecto dentro de las características
siguientes: – La orden de convocatoria no indicaba el motivo de la misma, pero
señalaba la obligatoriedad de la asistencia. – Los documentos que se
suscribieron fueron redactados con antelación sin haber sido sometidos a debate
en dichas reuniones procediéndose simplemente a su lectura. – La suscripción de
los documentos fue dispuesta por la Mesa Directiva en forma intimidatoria y
coercitiva tal como se aprecia en la visualización de los vídeos sin permitirse
ningún tipo de ponencia u observación invocándose además para tal efecto la
disciplina, lealtad y cohesión institucional.
3. Por razón de las circunstancias en que
se suscribieron los documentos en cuestión y sin ánimo alguno de exculpación,
los actuales comandantes generales consideran que son írritos, que no
representan ningún compromiso de honor que vincule a los miembros de las
Fuerzas Armadas y la Policía Nacional individual o institucionalmente y que por
ende no pueden ni deben ser respetados por ellos mismos ni por las instituciones
que representan, ya que no expresan la libre y auténtica voluntad de los
firmantes y además violan principios y normas del Estado de derecho.
4. Los comandantes generales de la Fuerza
Aérea, Ejército del Perú, Marina de Guerra, y el director general de la Policía
Nacional se encuentran firmemente comprometidos en la ejecución de acciones que
conllevan al sinceramiento de la situación que afecta a nuestras instituciones
y, en especial, al proceso de moralización impulsado por el gobierno
constitucional de transición. En tal sentido, se ha procedido a investigar y
denunciar los hechos que implican comisión de delitos, en las instancias
judiciales correspondientes, además de colaborar con todas las investigaciones
dispuestas por el Congreso de la República, el Poder Judicial y el Ministerio
Público.
5. La demostración indiscutible de ese
espíritu es la conducta de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en el
reciente proceso de elecciones generales del 8 de abril último. En ellas han
mantenido un comportamiento que la opinión pública y todos los organismos de
observación internacional han considerado ejemplar, evidenciando así los
esfuerzos realizados por la recuperación institucional, en armonía con los
nobles ejemplos de Bolognesi, Grau, Quiñones y Mariano Santos, inspiradores de
su vida institucional.
6. Consecuentes con los hechos señalados,
las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, en solemne e inequívoco gesto de
rectificación, y sin perjuicio de cualesquiera responsabilidades declaran: a.
Su rechazo y condena a la ruptura del orden constitucional del 5 de abril de
1992, así como la de todo acto o compromiso que podría menoscabar las bases
éticas y jurídicas del Estado de derecho y su repudio a prácticas inmorales en
la administración de los recursos del Estado o en el manejo de la política del
gobierno. Lamentan que algunos de sus miembros incurrieran en infracciones
personales que no pueden ni deben afectar la gloriosa tradición de sus
instituciones que comparten y compartirán los ideales democráticos que dieron
nacimiento a la República. b. Su firme determinación de seguir actuando con
estricta sujeción a la Constitución y a las leyes de la República y su absoluta
subordinación al jefe supremo de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del
Perú. c. Su compromiso de cumplir sus funciones dentro del marco de respeto de
los derechos humanos, el fortalecimiento de los valores morales y, en
consecuencia, de combatir firme y permanentemente cualquier indicio de
corrupción o inconducta en la vida institucional que comprometa tales valores y
principios. Por ello, respaldan las iniciativas destinadas a la formación e
instalación de una comisión de la verdad que permita la unión y reconciliación
nacionales, fundada en la justicia y una equitativa y objetiva apreciación de
los hechos y circunstancias en que se llevó a cabo el esfuerzo por la
pacificación nacional. d. Finalmente, su propósito de reivindicar valores y
tradiciones de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y de perfeccionar sus
instituciones para contribuir más eficazmente a la defensa y al desarrollo
nacionales y al fortalecimiento del estado constitucional y de la democracia en
el Perú.
7. Los comandantes generales de la Fuerza
Aérea, Marina de Guerra, Ejército y el director general de la Policía Nacional
del Perú, recogiendo el sentir de sus instituciones, ofrecen satisfacciones a
la ciudadanía en general, por todos los hechos que, en el pasado reciente,
hubieran comprometido a sus instituciones en actos ajenos al estricto
cumplimiento de su misión constitucional. Esperan, asimismo, que la ciudadanía
reconozca en este acto de franca e histórica rectificación un gesto
indispensable para cerrar una etapa negativa en nuestra historia y abrir así el
camino a una era de genuina paz, fundada en el culto de los valores éticos y
democráticos y en la unión de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional con el
pueblo para la construcción de una sociedad auténticamente libre y justa.
8. Finalmente los suscritos, comandantes generales y director
general de la Policía Nacional, consideramos pertinente poner nuestros cargos a
disposición del jefe supremo de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional
del Perú. Lima, 16 de abril del 2001 Armando Santisteban de la Flor, director
general de la Policía Nacional del Perú; Carlos Tafur Ganoza, comandante
general del Ejército; Víctor Ramos Ormeño, comandante general de la Marina y
Pablo Carbone Merino, presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y
comandante general de la Fuerza Aérea”.
Primero, que no fue ninguna acta de sujeción, solo fue un compromiso voluntario que los militares quienes habían dado el golpe del 5 de Abril del 92, lógicamente tendrían que adherir, si no, de que estaríamos hablando pues, ante tanto samarro que tocaba puertas en los cuarteles en esa época con tal de propiciar un golpe de estado, entre ellos la rata Toledo... Ya pues, no jodan, no se pasen
ResponderEliminarEl desconocimiento de este pronunciamiento ya es punible para un alto oficial.Faltar a la verdad agrava mucho más su posición, más aún cuando se arroga haber combatido la corrupciòn en el Ejército...habría que comprobar su status...
ResponderEliminarDebería tener por lo menos un poco de vergüenza, ya que testosterona no. Muchos militarcitos firmaron docilmente un acta vergonzosa, soldaditos de plomo derretidos por la mafia fujimontesinista. Afrenta para Cáceres, Bolognesi y tantos peruanos verdaderos.
ResponderEliminarLos señores firmaron bajo las condiciones que ellos mismos señalan:) Las mencionadas reuniones se llevaron a efecto dentro de las características siguientes: – La orden de convocatoria no indicaba el motivo de la misma, pero señalaba la obligatoriedad de la asistencia. – Los documentos que se suscribieron fueron redactados con antelación sin haber sido sometidos a debate en dichas reuniones procediéndose simplemente a su lectura. – La suscripción de los documentos fue dispuesta por la Mesa Directiva en forma intimidatoria y coercitiva tal como se aprecia en la visualización de los vídeos sin permitirse ningún tipo de ponencia u observación invocándose además para tal efecto la disciplina, lealtad y cohesión institucional.
ResponderEliminarEntonces, como Cantinflas, no digo ni lo otro sino todo lo contrario..
Disculpen, al final quise decir,
ResponderEliminarcomo Cantinflas.... "No digo esto ni lo otro, sino todo lo contrario"
Pareciera pues que aunque algunos habrán firmado de buena gana, queda el hecho que el general Calle y los demás firmaron el acta de manera forzada, casi como en la época de la GESTAPO. ¿Alguien no firmó? ¿Quién? ¿Qué fué de él?
Pero según los marinos Giampietri y Montoya, la firma solo fue para marcar asistencia, jajajajaja!
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