Está bien: no vamos a decir que Lima no pasó la prueba de las cumbres, que no curó algunas de las profundas heridas de sus pistas o que nuestro arte culinario no se lució en las relucientes bandejas del Pentagonito. Tampoco vamos a desconocer que, en efecto, es posible que las inversiones en nuestro suelo engorden, al ritmo del rap del APEC.
No hasta la alucinógena cifra de los 100 mil millones de dólares anunciados, pero sin duda algún empresario ensayará su huida hacia este territorio que, según nuestro mandatario, es algo así como la zona liberada de la crisis financiera mundial. Lo que me parece sorprendente es la manera en que la ‘Cumbre’ ha fondeado la palabra ‘democracia’.
He buscado el término en las declaraciones, documentos, anuncios, informes, etc., pero no lo encuentro. Por supuesto que no ignoro que APEC es un foro básicamente económico, no vinculante, que procura fomentar la cooperación económica y el intercambio comercial. Pero, ¿el mundo está para hablar solamente de negocios?
Según la Declaración de Lima, no se debe desvincular las gestiones empresariales o comerciales de las urgencias sociales, laborales y ambientales. Responsabilidad social, que le dicen. Pero qué tal si, además de eso, y en la medida que los ‘apecos’ se proponen enfrentar la crisis mundial, se da aunque sea una puntada sobre otros asuntos.
Me temo que va a ser difícil porque hay ropa tendida, sobre todo en el contingente asiático de este foro (pero no sólo allí). En los territorios donde están las 21 economías de APEC, hay 11 en los cuales se aplica la pena de muerte con más o menos intensidad. Y países como China, en donde no se nota que haya una mayor recesión de las ejecuciones.
A Somchai Wongsawat, el primer ministro de Tailandia, lo espera una revuelta popular de proporciones a su regreso de Lima. En el mismo país, se han cerrado unas 300 emisoras de radio y bloqueado algunos sitios de Internet.
El anterior Primer Ministro, Samak Sundaravej fue destituido por participar en un programa culinario de TV. Lo hizo sin autorización y cobrando dinero, algo prohibido por la Constitución del país (como si Yehude Simon hubiera cobrado por participar en la ‘aventura culinaria’ de Gastón Acurio). En Vietnam, para continuar por el sudeste asiático, se ha encarcelado a numerosos disidentes políticos y también se ha reprimido a bloggers y sitios de Internet.
En Singapur, hay detenciones sin cargos ni juicio, según Amnistía Internacional. A su vez, unos ocho objetores de conciencia al servicio militar fueron encarcelados en el 2007 y otros 12 continúan cumpliendo condena. Por añadidura, en el mismo año se ejecutó a 5 personas, por delitos de narcotráfico, lo que provocó alarma en funcionarios de la ONU.
La lista continuaría con los ataques a disidentes o brotes de xenofobia en Rusia, la Ley de Seguridad Interna en Malasia (que permite encarcelar a alguien sin juicio hasta por dos años) o la impunidad por las violaciones a los derechos humanos en Indonesia. Para no hablar del silencio de George W. Bush, en su despedida mundial, sobre Guantánamo.
Claro, se puede levantar, tras este recuento, el viejo truco de las ‘cuerdas separadas’, que sirve para poner distintas velocidades en la negociación comercial con países diferentes. Pero que, puesto en el gran escenario de las relaciones internacionales, suena a la resurrección, a nivel global, del penoso adagio que dice que ‘la democracia no se come’.
Ha sido Barack Obama, al precisar que el TLC con Colombia no se firma aún debido al asesinato de sindicalistas, quien parece estar señalando otra ruta. Y también las autoridades de Papuá Nueva Guinea, país al que casi no se le ha dado pelota en este foro de APEC, las cuales han señalado que trabajarán para abolir la pena de muerte.
Pero no hay que entusiasmarse demasiado: en el ecosistema de los negocios internacionales, o en algunas sedes de gobierno, hay quienes deben soñar con un mundo convertido en un gran chifa, que tiene que seguir funcionando aunque haya crímenes en la cocina. Un ‘mundo feliz’, que desconoce mayormente la crisis moral de este siglo.
Lo más impactante para mí fue que este evento, realizado en un país democrático, se desarrolló en un complejo militar de triste recordación. Más allá del optimismo desbocado del nuestro presidente, la imagen de militares con uniformes camuflados brindando parte de la seguridad fue, por decir lo menos, perturbadora.
ResponderEliminarLa farsa de Apec: hablando en chino
ResponderEliminarMientras el gordo Alan se desgañitaba en la cumbre de APEC, dándole hurras al capitalismo y brindando por la derrota de la crisis mundial, el Citigroup agonizaba. La disociación entre discurso y realidad no podía ser más profunda. Alan hablando en un mandarín que los intérpretes no entendían, es quizá la metáfora más elocuente del evento. Pero no era el único. Todos hablaban en chino, incluido el magullado Bush que pedía a gritos menos proteccionismo y mas libre mercado, cuando los proteccionistas son los yanquis, y las economías mundiales se derrumban tras 30 años de fundamentalismo neoliberal.
Esa profunda fisura entre las palabras y los hechos, impregnó todo el evento. La cumbre que debió ser una fiesta neoliberal terminó siendo casi el velorio de una ideología. En Apec no habia nada que celebrar. Era patético ver a Bush ya de salida, hilvanar un discurso que se caía a pedazos como Wall Street. Un tufillo despótico oriental vinculaba al sultán de Brunei, al presidente chino, a Alan y a los miembros de la Confiep. Frente a la carencia de propuestas el disparate puro animó el bunker del pentagonito: cien mil millones de dólares de inversión directa, la crisis mundial está en los cerebros de los pesimistas, la voluntad empresarial lo mueve todo. El mundo se está cayendo y este exclusivo cénaculo de empresarios baila con anteojeras en su propio funeral y con Alan a la cabeza.
¿Resultados? Ninguno a la vista. Las economías de la APEC repitieron de paporreta las conclusiones del G-20, y prometieron inversiones imposibles, un libre comercio inexistente, préstamos sin futuro y cooperaciones de papel. Toda una farsa para ocultar los fríos dígitos de la realidad
Definitivamente APEC, copada por una jauría de empresarios neoliberales de la cuenca del Pacífico, ha perdido el rumbo, y aferrados a sus viejos dogmas creen que pueden seguir engañándonos con las mismas recetas que nos condujeron a la hecatombe económica. Anacrónicas proclamas vacías de contenido, ideas huecas, lugares comunes, la misma jerigonza insulsa y perversa de los ricos de la tierra, asumida como propia por politicos y empresarios sin imaginación y sin escrúpulos. Y en medio de toda esta opulencia y dispendio de portaviones y limusinas dobles, de hoteles y barreras que hacían de Lima una ciudad sitiada por los poderosos, una inesperada yuca. Un TLC con china entre gallos y medianoche, discutido por cuatro pendejos entre cuatro paredes, para enriquecerse a costa de los treinta millones de peruanos. Guaneros de mierda...
Nota.- Reconocimiento especial merecen los empresarios de Gamarra que le pararon el macho a la ministra Conterno y expulsaron del Parque Cánepa a ese mamarracho de gente llamado Jack Ma, cuyo único valor es haberse forrado los bolsillos vendiendo por internet. Qué nivel. ¿No tenemos otros valores, acaso?
Estimado Señor Ramiro Escobar, déjeme decirle que lo que ha escrito me parece uno de los comentarios más previsibles sobre el APEC. No es que yo esté en contra de abolir la pena de muerte o que no busque mayor transparencia en el gobierno de las naciones, pero creo que si se ha planeado hacer, como usted ya mencionó, un foro básicamente económico, entonces suena caprichoso que ahora queramos que sea también sobre democracia. Yo no estoy negando que economía y Democracia son temas vinculables, pero si estos países quieren "lograr una mayor cooperación económica e incrementar el intercambio comercial" ¿por qué vamos a frenar tales esfuerzos?, ¿acaso no son importantes?,¿acaso le hacen daño a la democracia, señor Ramiro Escobar?
ResponderEliminarComo usted mencionaba, "el mundo no está para hablar solamente de negocios", ¿pero acaso solo se habló de negocios? En el APEC también se dieron "puntadas" sobre otros asuntos, según tengo entendido, como Educación, aunque no sé si sirva de mucho simplemente dar "puntadas", que es lo que usted reclamaba, sobre todo, si se pueden hacer foros sobre eso en otra oportunidad, con muchos más países vinculados en el debate y con una agenda que no esté centrada en los puntos que en el APEC ya se están tratando.
Además, se está tratando de salvaguardar las economías del pacífico de un insano proteccionismo porque esto originó la caída de muchos regímenes democráticos en el pasado, lo que trajo consecuencias devastadoras, como se puede apreciar en la experiencia de los totalitarismos europeos del siglo XX. Cuando se busca mantener una estabilidad económica que preserve la democracia, se está actuando también con Responsabilidad Social, por lo que creo que hace mal al desvincular lo acotado por la Declaración de Lima con temas que van más allá de lo económico.
Finalmente, debo decirle que aunque lo que usted ha dicho sobre varios países del Asia es algo que debemos tomar con seriedad, creo que incluso el ejemplo modelo que usted puso, el de Barack Obama, también tiene un lado obscuro. Yo leí hace unos días en el País que Obama pretendía renegociar el TCLAN, y la causa no era que Amnistía Internacional u otro organismo haya denunciado serios atropellos contra los DD.HH. en México, sino que los términos de tal tratado no son muy beneficiosos para Estados Unidos en este momento; Obama, por otro lado, quiere replantear el TLC con Colombia para que, entre otras cosas, se firme durante su mandato y bajo los términos de los demócratas.
El señor Escobar concluye hablando sobre la crisis moral de este siglo, pero debo recordarle que en siglos anteriores no se hablaba tanto de democracia como ahora, por lo que no creo que simplemente estemos haciendo que las piezas sigan funcionando.