Además de incompetencia, terquedad. Desde hace meses se hizo evidente que la estrategia diseñada por las Fuerzas Armadas para combatir los remanentes de Sendero Luminoso en el VRAE estaba equivocada. A pesar de lo cual han insistido en lo mismo. Ahora hay que agregar 14 soldados al elevado número de muertos y heridos de las fuerzas del orden.
Como se advirtió en este blog (El Mito de Viscatán, 29 de diciembre de 2008), ocupar ese macizo montañoso es un grave error. Es un terreno escarpado, inhóspito, propicio para las emboscadas y poco poblado.
Las bases que han instalado los militares en la zona son difíciles de abastecer. Por helicóptero es muy costoso y peligroso, más aún ahora que los senderistas tienen nuevas y más potentes armas arrebatadas a los militares. Por tierra es muy arriesgado, los terroristas siguen merodeando por allí, conocen el terreno y pueden atacar la línea de abastecimientos a su antojo.
Lo peor es que las bases son inútiles, como se ha demostrado hasta ahora. Las columnas senderistas simplemente se han movido a otros lugares y perpetrado más emboscadas, como la ocurrida en Tayacaja, Huancavelica, donde, en octubre del año, asesinaron también a 14 militares y les arrebataron todo el armamento.
La revista “Caretas” en su último número, encuentra un sentido diferente a la instalación de esas bases. Citando fuentes militares anónimas, dice que se trata de instalarse en las rutas del narcotráfico para cobrar cupos. ¿Será cierto?
En cualquier caso, ni los responsables políticos ni los jefes militares admiten sus errores, ni protervas y ocultas intenciones, en caso de haberlas. Inventan sí, excusas ridículas para desviar la atención y sus responsabilidades.
Una de ellas, es que los militares siempre saben lo que hacen y siempre lo hacen bien. Por tanto, nadie puede discutir sobre esos temas. Ellos son los profesionales de la guerra, los técnicos. El resto debemos dedicarnos a debatir cosas como la ayuda social, si hay suficientes postas médicas o programas de lucha contra la pobreza.
Ese argumento es, por supuesto, deleznable. Si así fuera, nadie debería opinar sobre la sentencia de Alberto Fujimori, salvo los abogados penalistas. Nadie debería decir una palabra sobre la crisis económica y las medidas del gobierno, salvo los economistas titulados. Y así hasta el infinito.
Es cierto que en el caso específico de los temas militares, los uniformados han logrado que muy pocas personas se interesen en esos asuntos y sean menos los que se atreven a dar una opinión, básicamente porque casi todos les tienen miedo.
Sin embargo, como decía Georges Clemencau, la guerra es un asunto demasiado importante para dejarla en manos de los militares.
Peor todavía si, como sabemos, las cosas no marchan bien en las Fuerzas Armadas: corrupción, politización, mediocridad. Muchas veces los ascensos y los cargos no se deciden por méritos, sino por vara o cosas peores.
Como dice un historiador británico, “lo cierto es que ha habido una plétora de estúpidos vistiendo los uniformes de todas las naciones, mandando ejércitos, flotas y fuerzas aéreas, enviando a centenares de miles de hombres a morir innecesariamente.” (Geoffrey Regan, “Historia de la incompetencia militar”, Crítica, 2001). A nosotros nos ha tocado una cuota desproporcionada de ellos.
Otra excusa absurda que se ha utilizado para justificar los errores, es que los defensores de los derechos humanos obstaculizan la acción de las Fuerzas Armadas. Si no fuera por ellos, ya habrían acabado con los terroristas.
Según esa versión, las ONGs de DD.HH. interfieren en las acciones y no dejan trabajar a los eficientes militares.
Eso es una ridiculez. Los militares no hacen ningún caso a las ONGs y, además, por lo general no pagan las consecuencias de las violaciones a los DD.HH. Por ejemplo, al comienzo de las operaciones en el VRAE, mataron por error a cuatro campesinos que, según se descubrió después, no eran terroristas sino ronderos. Como la vida de los pobres vale muy poco, nadie es responsable por ello.
Por último se dice que si no se hace nada, no habrá bajas. Así, hay pérdidas militares porque se está avanzando. El problema es que hasta ahora, las bajas son de un solo lado, de las fuerzas del orden. El Ejército instaló un general en el VRAE para dirigir las operaciones, en diciembre de 2006. Ya han pasado casi dos años y medio, tiempo suficiente para esperar resultados.
En suma, abunda la incompetencia y la irresponsabilidad. Falta sentido autocrítico y voluntad de rectificación.
Como se advirtió en este blog (El Mito de Viscatán, 29 de diciembre de 2008), ocupar ese macizo montañoso es un grave error. Es un terreno escarpado, inhóspito, propicio para las emboscadas y poco poblado.
Las bases que han instalado los militares en la zona son difíciles de abastecer. Por helicóptero es muy costoso y peligroso, más aún ahora que los senderistas tienen nuevas y más potentes armas arrebatadas a los militares. Por tierra es muy arriesgado, los terroristas siguen merodeando por allí, conocen el terreno y pueden atacar la línea de abastecimientos a su antojo.
Lo peor es que las bases son inútiles, como se ha demostrado hasta ahora. Las columnas senderistas simplemente se han movido a otros lugares y perpetrado más emboscadas, como la ocurrida en Tayacaja, Huancavelica, donde, en octubre del año, asesinaron también a 14 militares y les arrebataron todo el armamento.
La revista “Caretas” en su último número, encuentra un sentido diferente a la instalación de esas bases. Citando fuentes militares anónimas, dice que se trata de instalarse en las rutas del narcotráfico para cobrar cupos. ¿Será cierto?
En cualquier caso, ni los responsables políticos ni los jefes militares admiten sus errores, ni protervas y ocultas intenciones, en caso de haberlas. Inventan sí, excusas ridículas para desviar la atención y sus responsabilidades.
Una de ellas, es que los militares siempre saben lo que hacen y siempre lo hacen bien. Por tanto, nadie puede discutir sobre esos temas. Ellos son los profesionales de la guerra, los técnicos. El resto debemos dedicarnos a debatir cosas como la ayuda social, si hay suficientes postas médicas o programas de lucha contra la pobreza.
Ese argumento es, por supuesto, deleznable. Si así fuera, nadie debería opinar sobre la sentencia de Alberto Fujimori, salvo los abogados penalistas. Nadie debería decir una palabra sobre la crisis económica y las medidas del gobierno, salvo los economistas titulados. Y así hasta el infinito.
Es cierto que en el caso específico de los temas militares, los uniformados han logrado que muy pocas personas se interesen en esos asuntos y sean menos los que se atreven a dar una opinión, básicamente porque casi todos les tienen miedo.
Sin embargo, como decía Georges Clemencau, la guerra es un asunto demasiado importante para dejarla en manos de los militares.
Peor todavía si, como sabemos, las cosas no marchan bien en las Fuerzas Armadas: corrupción, politización, mediocridad. Muchas veces los ascensos y los cargos no se deciden por méritos, sino por vara o cosas peores.
Como dice un historiador británico, “lo cierto es que ha habido una plétora de estúpidos vistiendo los uniformes de todas las naciones, mandando ejércitos, flotas y fuerzas aéreas, enviando a centenares de miles de hombres a morir innecesariamente.” (Geoffrey Regan, “Historia de la incompetencia militar”, Crítica, 2001). A nosotros nos ha tocado una cuota desproporcionada de ellos.
Otra excusa absurda que se ha utilizado para justificar los errores, es que los defensores de los derechos humanos obstaculizan la acción de las Fuerzas Armadas. Si no fuera por ellos, ya habrían acabado con los terroristas.
Según esa versión, las ONGs de DD.HH. interfieren en las acciones y no dejan trabajar a los eficientes militares.
Eso es una ridiculez. Los militares no hacen ningún caso a las ONGs y, además, por lo general no pagan las consecuencias de las violaciones a los DD.HH. Por ejemplo, al comienzo de las operaciones en el VRAE, mataron por error a cuatro campesinos que, según se descubrió después, no eran terroristas sino ronderos. Como la vida de los pobres vale muy poco, nadie es responsable por ello.
Por último se dice que si no se hace nada, no habrá bajas. Así, hay pérdidas militares porque se está avanzando. El problema es que hasta ahora, las bajas son de un solo lado, de las fuerzas del orden. El Ejército instaló un general en el VRAE para dirigir las operaciones, en diciembre de 2006. Ya han pasado casi dos años y medio, tiempo suficiente para esperar resultados.
En suma, abunda la incompetencia y la irresponsabilidad. Falta sentido autocrítico y voluntad de rectificación.
Todo bonito mi estimado Rospi ... pero ... y la solución ... esas críticas ya las sabemos de memoria desde hace años ... pero ... qué hacemos, que planteamos como sociedad civil o como líderes de opinión ... ante la inoperatividad de los partidos y la connivencia de los políticos con la corrupción en el VRAE ...¿Qué planteamos en concreto?
ResponderEliminarCoincido contigo, Jaime.
ResponderEliminarSeñor Rospigliosi:
ResponderEliminarSE ATACAN LAS CONSECUENCIAS PARA NO VER LAS CAUSAS
Una vez más espectamos sorprendidos una serie de informaciones que vienen de lugares lejanos de la selva peruana a los cuales ni siquiera los periodistas tienen acceso. Estas nos cuentan de cosas que a la mayor parte de la población le suenan difíciles de comprender.
1. En primer lugar, se dice que han muerto en una emboscada una serie de militares. La primera pregunta que se hace el poblador común es: ¿qué hacían estos allí? Y la respuesta es sumamente extraña: “remanentes de terroristas al servicio del narcotráfico”.
2. De ello se ha desprendido un neologismo, muy peruano por cierto, denominado “narcoterrorismo”, que en verdad confunde más que aclara. ¿Qué es eso de “narcoterrorismo”? Porque para el pensamiento simple una cosa es el terrorismo, una actividad eminentemente política, con fines políticos, y otra es el narcotráfico, que tiene fines explícitamente económicos. ¿Es posible que ambos se mezclen y den una actividad distinta? Los defensores de ello argumentan que, en Colombia, sí se da ese caso con las FARC, donde, para sobrevivir, han hecho una alianza con las mafias a cambio de protección. Pero el hecho que se alíen y obtengan beneficio mutuo no necesariamente crea una nueva actividad, diferente a las dos.
3. En mi opinión, lo que existe es el narcotráfico y la guerrilla compartiendo sus coincidencias, pero no veo dónde pueda existir, como entidad aparte, nueva, el “narcoterrorismo”, con sus propios fines y principios. Me parece más bien un concepto forzado que no describe la realidad ni el fenómeno, sino que más bien distrae hacia otro lado el análisis del problema que es el narcotráfico y la subversión.
4. Aparentemente, por las informaciones recibidas que, en verdad, son muy poco confiables, existe un remanente de senderismo en la zona. Pero ¿es esto cierto? Porque la duda razonable salta debido a los pocos o nulos indicadores de que dicha actividad subversiva realmente exista. No se dan los indicios ni las pruebas del accionar político que caracteriza a todo movimiento de esa naturaleza; no hay comunicados, ni discursos ni planes de gobierno. Sus acciones contradicen la lógica de todos los grupos armados que buscan, a través de sus actos, dirigir un mensaje a la población sobre su existencia. Claro, los argumentos que se dan son que “han cambiado de estrategia, que ahora utilizan otro método distinto al original”, etc. Pero todo ello suena muy gaseoso, poco creíble y parece más bien una excusa muy similar a la que usa el gobierno norteamericano para justificar el peligro mundial de Osama Ben Laden como una gran potencia que se enfrenta a Estados Unidos.
5. Pero la pregunta más saltante es: ¿y qué pasa con el narcotráfico, a quien acusan de ser el responsable de que subsistan los grupos armados? Por lo visto ese tema no se toca. ¿Por qué? ¿Qué hace que para los peruanos la existencia del negocio de la droga sea un asunto de manejo discreto, silencioso, que mientras que no haya enfrentamientos no se hable de ello? Todo parece indicar que lo que se busca es senderizar el problema para eludir al narcotráfico. La violencia de la zona se le atribuye a los subversivos pero no a los narcotraficantes (que, curiosamente, solo en el Perú andan desarmados y no son violentos). A las mafias se las califica solo de “aliados”, pero nada más, como si el tema fuera un asunto sagrado que mejor es no tocar.
6. Todo parece indicar que, senderizando el problema del narcotráfico en el Perú, es cómo se evita tocar fondo y meterse en camisa de once varas. Porque es más fácil combatir y culpar a un grupo de 200 hombres medianamente armados que hacerlo contra uno de los negocios más grandes y rentables del mundo, y con el cual muy pocos se atreverían a enfrentarse. Así, mientras la gente se ocupe de “los terroristas”, se olvidará del problema crucial y este continuará su rutina, hecho que ni el Estado peruano ni las fuerzas armadas pueden eliminar porque nuestro país forma parte de una cadena mundial que imposible de romper (a riesgo de que le cueste la vida a quien intente hacerlo).
7. Entonces, lo que parece es que no se quiere tocar el tema del narcotráfico porque, en verdad, es un problema tan grande que rebasa la capacidad de manejo (ni Estados Unidos ni México, con todo su arsenal, pueden evitarlo; menos podría hacerlo el Perú). Pero como desgraciadamente la necesidad de aparentar que se hace algo obliga a emplear estrategias militares, eso lleva a que se produzcan inevitables choques con los intereses de la droga, con las consecuencias que todos sabemos. Como esto lo conocen bien los altos mandos militares peruanos, prefieren no sacrificar su mejor gente y envían para ello a muchachos inexpertos como carne de cañón. Todo en aras de simular un accionar contra la droga.
8. En conclusión, los enfrentamientos armados que se producen en la zona no son otra cosa que la reacción del narcotráfico mundial que le dice al Estado peruano que se mantenga a la distancia. Ante ello, como el Estado no puede admitir ante su población que dicho negocio es más poderoso que el Perú y todas las naciones juntas del planeta, opta por culpar de los enfrentamientos a grupos guerrilleros, inflados y satanizados, para así desviar el tema hacia un asunto político que realmente no lo es.
Muchas gracias.
Qué se puede hacer? Que se hizo antes, sin un centavo adicional de presupuesto, en época de austeridad, sin 50 muertos de las fuerzas del orden:
ResponderEliminarMINISTRO ROSPIGLIOSI PRESENTÓ PROGRAMA DE AYUDA PARA ASHÁNINKAS LIBERADOS
En sucesivos operativos “Tormenta” se ha logrado recuperar a más de un centenar de nativos cautivos de Sendero Luminoso
El Ministro del Interior Fernando Rospigliosi, viajó hoy a Mazamari, Meteni y Puerto Ocopa, en la selva de Junín, con la finalidad de presentar el Programa de Ayuda Integral para los Asháninkas liberados de Sendero Luminoso y que fueron recuperados por la Policía Nacional en sucesivos operativos Tormenta.
Asimismo presentó los resultados del Operativo Tormenta VII, llevado a cabo entre el 9 y el 14 de Diciembre, en el cual se logró liberar a otro grupo más de asháninkas que había sido reclutado a la fuerza, esclavizado y sometido a vivir en condiciones infrahumanas por los remanentes de Sendero Luminoso en la zona.
El titular del despacho arribó a la localidad de Mazamari a las 10 de la mañana acompañado del Director General de la PNP, general, Gustavo Carrión Zavala, así como de altos oficiales de la institución. En el lugar fue recibido por el general PNP, Alejandro Fernandez Dávila, Director de Operaciones Especiales de la PNP, quien está al mando de los exitosos operativos Tormenta, y de inmediato se trasladó hacia el Centro Poblado de Meteni y a Puerto Ocopa.
Al llegar a la primera comunidad Fernando Rospigliosi resaltó la importancia del proyecto, el mismo que dijo busca brindar a las poblaciones Asháninkas recuperadas de la Cuenca del Río Ene, las condiciones mínimas para lograr su estabilidad socioeconómica en un área pacífica y disminuir así las probabilidades de que puedan ser utilizados por movimientos subversivos, a la vez de fortalecer la institucionalidad del Estado.
Contará con servicios básicos
Como parte de sus actividades en la Comunidad Nativa de Meteni, el titular del sector colocó la primera piedra del futuro Local Comunal, el mismo que es financiado por FONCODES, con un monto de S/ 60,370.00; así como presentó la maqueta de la futura comunidad, la misma que contará con todos los servicios básicos.
Asimismo, resaltó que Meteni es un proyecto Multisectorial impulsado por el MININTER y en el que a la fecha se encuentran colaborando entre otros, el Programa de Apoyo al Redoblamiento (PAR), el mismo que aprobó la construcción de viviendas para los recuperados y destinó un fondo de S/ 60 mil nuevos soles; El Programa Nacional de Apoyo Alimentario (PRONAA) que ha creado un comedor comunal en la zona; La Dirección de la Unidad de Gestión Educativa de Satipo y la Dirección Regional de Educación, quienes han considerado la creación del Centro Educativo de la Comunidad de Meteni para la primera semana de enero próximo, con lo cual se dará curso al proyecto de construcción de la escuela.
Rospigliosi resaltó también el valioso apoyo de la Cooperación Técnica Internacional, como es el caso de la colaboración del Comité Internacional de Cruz Roja, quienes han brindado ropa, medicinas, equipo médico para el botiquín comunal y una radiofonía para uso de la comunidad.
Por su parte el Servicio Alemán de Cooperación Social Técnica (DED) hizo una donación inmediata con aporte de 5 mil dólares, con lo cual se ha adquirido un bote y motor, para el servicio de atención de salud, así como la adquisición de alimentos, red de pesca, panel solar y el aporte inicial para la construcción del Centro Educativo de la Comunidad.
También hicieron sus aportes en alimentos y medicinas la Asociación para la Conservación del Patrimonio del Cutivireni (ACPC) y el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP).
A su turno, Freddy Rojas, Asháninka y presidente de la nueva Comunidad Nativa de Meteni, agradeció el apoyo del Ministerio del Interior, el mismo que según resaltó es el iniciador de este importante proyecto, que ha permitido que su comunidad pueda volver a tener esperanzas de una mejor futuro.
Hasta antes de este operativo Tormenta VII, la Policía Nacional, en diversos operativos, había logrado liberar a cerca de un centenar de asháninkas esclavizados con fuerzas combinadas de la DIRCOTE (Dirección Contra el Terrorismo) y la JEFOSAPES (Jefatura de Operaciones Especiales), quienes se internaron en la enmarañada selva y tuvieron que enfrentarse a los senderistas.
Nuevo Rescate
En esta nueva operación contraterrorista, los nuevos asháninkas rescatados fueron conducidos a la localidad de Meteni en donde el Ministerio del Interior ha logrado reubicarlos y viene coordinando un Programa Integral que permita reinsertarlos en sus comunidades sin el temor de ser nuevamente reclutados por Sendero Luminoso.
Las fuerzas combinadas de la DIRCOTE y la JEFOPESP compuesta por medio centenar de hombres, intervinieron en las intersecciones de los ríos y quebradas donde aún se ocultan los senderistas. La estrategia policial busca destruir y aislar los campamentos senderistas que aún quedan en la zona y mantienen esclavizados a los asháninkas como “masas cautivas” que siembran sus chacras y les proporcionan alimentos. Al liberar la policía a los nativos Asháninkas y dejarlos sin sus bases locales de alimentos, los remanentes senderistas quedan en el desamparo y tienden a huir e internarse en la selva.
Operativos Tormenta
Los operativos Tormenta, que se realizan desde el 2001, buscan aislar y destruir a los remanentes de Sendero Luminoso que aún operan en la Selva Central así como salvaguardar la vida y los Derechos Humanos de los Asháninkas, a la vez que aíslan a los remanentes senderistas de sus fuentes de sustento.
En el operativo Tormenta II, realizado en el mes de noviembre del 2002 los comandos de la PNP incursionaron en tres campamentos terroristas denominados Mapi I, Mapi II y Alegría. En Mapi I se destruyó 30 chozas luego de un enfrentamiento armado de aproximadamente 30 minutos. En Mapi II, conformado por 16 chozas, hubo un enfrentamiento de 15 minutos y en Alegría, se ubicaron 21 chozas que fueron arrasadas luego 45 minutos de combate.
En esas operaciones se decomisó armamento y gran cantidad de cartuchos para AKM, máuser, fusil G-3, FAL, fusil Galil, para escopetas de retrocarga, para escopetas calibre 16 así como 3 granadas de guerra tipo piña, explosivos y propaganda y documentos de Sendero Luminoso, recuperando a 15 nativos.
Posteriormente, en el Operativo Tormenta III en San Martín de Pangoa, se destruyeron 3 campamentos y en el Operativo Tormenta V se liberaron a otros 24 asháninkas de la zona Zakirantari los cuales también habían sido reclutados a la fuerza por los remanentes senderistas.
Uno de los operativos más exitosos, el Tormenta V se efectuó en el mes de agosto de este año en que se logró recuperar a 45 asháninkas esclavizados, entre hombres, mujeres y niños en las partes altas de la selva. El Ministro Rospigliosi se desplazó en esa oportunidad hacia la zona, a la localidad de Puerto Ocopa, cercana al río Tambo, para recibir a los recuperados en el marco de una exitosa operación denominada “Esperanza”.
Más Asháninkas recuperados
En esta oportunidad, el ministro Rospigliosi viajó a recibir a 12 Ashaninkas que se suma al centenar ya recuperado y reubicado en el Centro Poblado de Meteni en donde se ha implementado un Programa de Ayuda del Ministerio del Interior, a través del Comisionado para la Paz y el Desarrollo para la Selva Central, doctor Luis Maury Parra.
La presencia de cada vez más asháninkas recuperados, obliga a dar una mayor asistencia alimentaria así como una cobertura social más amplia, constatando la salud de niños y adultos.
Para ese efecto, Maury Parra viene coordinando las acciones que garantizan a estos ciudadanos un sustento así como una comunidad que pueda sostenerse en el futuro en Meteni, y para ello organiza la solicitud y reparto de donaciones, gracias al apoyo de Organismos No Gubernamentales como Caritas, el Centro Amazónico de Antropología Aplicada (CAAAP), la Asociación para la Conservación del Patrimonio del CUTIVIRENI (ACPC), el Comité Internacional de la Cruz Roja, y de instituciones del Sector Público como el propio Ministerio del Interior, la UGE-Satipo, la Municipalidad de Satipo, el Pronaa de Huancayo , y el puesto de salud de Puerto Ocopa, entre otros.
Que el canto de la Selva llegue a tu corazón
En esta oportunidad, el sector Interior está llevando en Helicópteros y camiones, la generosa ayuda de la población peruana con los niños Asháninkas víctimas de la violencia de Sendero Luminoso, luego de la exitosa campaña “Que el canto de la Selva llegue a tu corazón” realizada por Radio Programas del Perú y también la conseguida luego de la difusión de un reportaje en el programa periodístico “Cuarto Poder” de Canal 4.
La exitosa campaña de solidaridad ha permitido recepcionar cerca de 4 toneladas de víveres, además de panetones, juguetes, medicinas, ropa y útiles escolares para los niños Asháninkas del Centro Poblado de Meteni y Puerto Ocopa.
Informe de la CVR
El reciente Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación ha señalado que por lo menos 6,000 integrantes de la etnia Asháninkas han fallecido a causa de la violencia establecida en la zona por los grupos terroristas en las últimas décadas.
Los efectivos policiales antiterroristas que vienen llevando a cabo los diversos Operativos Tormenta, cuentan con el apoyo de ronderos e informantes civiles, y están habilitados con teléfonos satelitales que les sirven para comunicarse con los helicópteros a fin de que con refuerzos desde el aire, puedan ubicar tanto a los nativos cautivos como a los subversivos.
San Isidro, 14 de Diciembre 2003
Para solucionar este problema, primero habría que preguntarse para qué se quiere continuar realmente la guerra contra el narcotráfico, si la demanda por cocaína seguirá presente en el mundo. ¿Quiénes son los principales consumidores de la cocaína que se produce en el Perú? Pues son los gringos (EE.UU.), españoles, ingleses, etc. Ahí es donde está el billete para el narcotráfico, no en los pasteleros de las esquinas de Lima.
ResponderEliminar¿Vale la pena que los soldados peruanos estén luchando para que en el extranjero no consuman cocaína peruana? ¿Para qué se lucha esta guerra? ¿Es por presión de gobiernos como EE.UU? ¿Por qué mejor no controlan la entrada del producto a su país y el consumo excesivo de sus ciudadanos?
http://condimento.wordpress.com/2009/04/25/cocaina-y-dolares-de-wallstreet-en-el-vrae/
Una posible solución sería la legalización de las drogas para lograr un mejor control del consumo y comercialización y para reducir la criminalidad que vienen con el narcotráfico. (Pero no la legalización en Surquillo sino en el mundo. La revista The Economist se ha manifestado a favor de la legalización y tiene un planteamiento interesante).
http://condimento.wordpress.com/2009/03/18/legalizacion-de-las-drogas/