lunes, 10 de diciembre de 2012

ACCIÓN POR LIMA/ Alfredo Stecher


La invitación de una amiga querida, Eliana Otta, joven artista y empresaria, a apoyar un colectivo en el que participa, de lucha contra la perversa campaña de revocatoria de la alcaldesa de Lima, en coordinación con otras fuerzas e iniciativas, me motivó una entusiasta adhesión, que mantengo. Se trata del colectivo Acción por Lima, un grupo de ciudadanas y ciudadanos que, “más allá de haber votado o no por Susana Villarán, creemos importante construir una masa crítica para manifestar nuestro rechazo al proceso de Revocatoria y evidenciar nuestro apoyo a las reformas de largo plazo en la ciudad que vienen siendo implementadas por la actual gestión.”
Coincido con ese objetivo, valorando de Susana Villarán su honestidad y franqueza así como la dedicación y valentía que está demostrando para cambiar la cultura organizacional de la Municipalidad de Lima Metropolitana y afrontar problemas históricos, lo que supera con creces los errores cometidos y las serias limitaciones ideológicas y políticas de fuerzas que representa y aglutina. Destacan por supuesto, al parecer estimuladas o aceleradas por la propia revocatoria, la puesta en marcha del viejísimo nuevo mercado mayorista de Lima, cuyos estudios vi nacer en la década del 60, cuando yo estudiaba en La Molina, y el reordenamiento del transporte urbano, la mayor iniciativa desde el zanjón de Luis Bedoya, que ella trata de completar, de la pista de la Costa Verde de Chachi Dibós y de Limabus, que funciona y es el eje del nuevo ordenamiento.
Me alegra mucho que haya tantos profesionales y otros ciudadanos jóvenes, hombres y mujeres, dispuestos a enarbolar esta causa y a activar y densificar el tejido democrático de nuestra sociedad desde las bases. Señalé que hay que tomar esta campaña sucia como una oportunidad para una contracampaña limpia de profundización de la democracia en Lima, que, se gane - ojalá - o se pierda, será beneficiosa para nuestro futuro político como país.
Un amigo me hace ver que centrarse en el apoyo a Susana Villarán limita la fuerza de la campaña y sus posibilidades de éxito, que dependen de poder aglutinar también a la ciudadanía que no ha votado ni votaría por Susana, pero que valora un funcionamiento democrático limpio, rechaza los oscuros intereses y la manipulación tras el pedido de revocatoria, y considera conveniente que pueda continuar con su gestión y no paralizar todo lo que se está haciendo, con la esperanza además de que esta difícil experiencia le ayude a repensar aspectos críticos de su visión política.
Se trata de salvar a Lima del desbarajuste que significaría tener tres alcaldes en tres años y expresar un rechazo a esa maniobra que afecta el sistema democrático, más allá de diferencias ideológicas y partidarias.
Aunque personalmente considero la posibilidad de revocatoria una medida de excepción democrática, ante casos extremos de inoperancia y arbitrariedad, la experiencia de su aplicación en nuestro país muestra con demasiada frecuencia que el abuso de ese derecho afecta el funcionamiento de nuestro sistema democrático, que al parecer aún no tiene la madurez suficiente. El intento de destituir a una autoridad apenas instalada en su cargo es un factor de desestabilización del sistema. Igualmente un plebiscito puede ser un arma democrática en determinadas circunstancias y condiciones, pero también ser una herramienta de demagogia y disfraz de prácticas dictatoriales.
Al coincidir con esta posición respecto de las revocatorias al menos la principal fuerza opositora en la Municipalidad, el PPC, en particular su líder, Lourdes Flores, es posible una alianza de espectro político más amplio que facilite el éxito, salvar a Lima de una situación muy grave y, de paso, mantener a Susana en la alcaldía y con mejores opciones de poder dar continuidad a su gestión en el siguiente período.
Esto hace recomendable también centrar el ataque en la figura visible de la maniobra, Marco Tulio Gutiérrez, de modo de disminuir la resistencia de quienes por afectos y lealtades comprensibles se identifican con fuerzas y personas que están detrás sin dar la cara, y resumir todo, como el colectivo que estimula este artículo, en “acción por Lima” o similares.
Terminado de escribir esto he recibido el excelente artículo de Steven Levitsky, publicado el domingo 9 en La República, “Las reglas del juego democrático”, que incluyen las del buen perdedor, muy pertinentes.

www.facebook.com/AccionPorLima?fref=ts
www.larepublica.pe/columnistas/aproximaciones/las-reglas-del-juego-democratico-09-12-2012

sábado, 8 de diciembre de 2012

LA INDIGNACION INUTIL/Francisco Belaunde Matossian



Los medios de comunicación destapan casos de corrupción. Luego, viene el rito habitual de reacciones indignadas de comentaristas, autoridades y  líderes políticos ante los hechos denunciados. Posteriormente, sin embargo,  las denuncias quedan generalmente en el olvido, y no nos enteramos de lo que acontece en los ámbitos fiscal y judicial. Lo que suele ocurrir, ya sin provocar indignación, sino, por el contrario, ante la indiferencia casi general, es que los funcionarios públicos involucrados son exonerados o reciben penas mínimas. Es decir, campea la impunidad.
Paralelamente, reportajes periodísticos ponen los reflectores sobre situaciones de grave ineficiencia en entidades públicas, lo que es seguido por el mismo rito de la indignación, a lo que se añaden solemnes anuncios de las autoridades competentes sobre  próximas acciones correctivas. Luego, la cosa queda en el olvido, y, tiempo después, otros reportajes denuncian las mismas ineficiencias.  
En otras palabras, estamos siempre muy dispuestos a dar muestras de indignación, pero bastante menos a mantenernos vigilantes para asegurarnos que, lo que, supuestamente, nos indigna, sea corregido y, sobretodo, no se repita.
Ya es tiempo de madurar como sociedad. Tenemos que dotarnos de una cultura de seguimiento.
En ese cometido, le cabe a la prensa una responsabilidad particular. Debe ir más allá del destape vendedor y completar su faena en una óptica de servicio público: tiene que “adoptar” los casos  de corrupción que denuncia, si no todos, por lo menos los más emblemáticos, y seguirlos en sus periplos por los pasillos judiciales. Así, podría informar periódicamente sobre el estado de los procesos y lanzar alertas cuando se dan incidencias sospechosas.
Lo mismo en cuanto a las revelaciones sobre ineficiencia en entidades públicas. Los anuncios gubernamentales de medidas correctivas tendrían que ser “adoptados” y seguidos en su viaje, o vía crucis, por los corredores y túneles burocráticos, antes de hacerse realidad. Así, la ciudadanía podría contar con “reportes de avance burocrático”. Ello, por cierto, permitiría no sólo alertar sobre inacción o demoras excesivas, sino, también, al revés, constatar que sí se están dando los pasos necesarios y, de esa manera, calmar impaciencias prematuras.  
Lo anterior implica un esfuerzo de creatividad y marketing, pues, de lo que se trata, es que la información sea accesible al mayor número. La forma en que se presentan los datos es crucial: tiene que ser simple y llamativa.
A modo de ejemplo, los medios escritos podrían establecer una página específica para el seguimiento, suficientemente individualizada a través de un diseño particular y un título que impacte. También podrían elaborar una plantilla estándar, que comprenda las etapas de los procedimientos y la cronología de los pasos que se dan.
La estandarización y la regularidad de la información, facilitarían, obviamente, la familiarización del público con los procesos. Por esa vía, a la par de avanzar en cuanto al objetivo de crear una cultura de seguimiento, para una mayor y mejor vigilancia ciudadana, se estaría también cumpliendo una labor de docencia pues se daría al público, un mayor grado de conocimiento sobre el funcionamiento del Estado. Es decir, se trataría de una doble tarea de  educación cívica.
Ojalá los medios asuman ese reto y nos ayuden a pasar de la indignación efímera e inútil, a  una indignación ilustrada y fructífera. 

martes, 4 de diciembre de 2012

OBSERVANDO CON SIMPATÍA/ MEJORA DE LA COMPETITIVIDAD/ Alfredo Stecher


Uno de los muchos temas en los que la experiencia chilena es ilustrativa para nosotros en el Perú es el de la competitividad.
Pero antes de tratar algunos aspectos de ésta, me permito una digresión coyuntural. Hace unos días, apenas levantado y todavía somnoliento, eché un vistazo al diario y vi que el presidente Piñera, en una reunión con los expresidentes de chilenos, había declarado que Chile no podía acatar el fallo de La Haya si era del tipo salomónico – haciendo referencia al que acaba de emitir sobre el diferendo entre Nicaragua y Colombia. Me alarmé sobremanera, condicionado por la respuesta de parte de Colombia. Felizmente, releyendo y ya más despierto, resultó que Piñera había expresado su comprensible preocupación y que había sido el expresidente Frei, con cierta frecuencia desatinado, quien había dicho que no era aceptable, que es casi, pero no exactamente, no acatarlo. Me volvió el optimismo, porque todo indica que Chile sí aceptará el fallo, cualquiera que sea, por tradición y porque no hacerlo significaría poner en riesgo demasiados intereses económicos y afectar de manera negativa sus relaciones internacionales.
A raíz de este episodio personal he pensado que quizá es así como se generan algunos rumores bienintencionados, aunque no por ello inocuos, de parte de personas que captan superficial y erróneamente algo de la realidad que les preocupa, sin verificar su exactitud y generalmente sin voluntad o capacidad de rectificación.
Volviendo a la competitividad, Chile ya nos aventaja bastante en ello, al ojímetro y en los rankings internacionales – que hay que tomar con pinzas, pero que algo indican, y mucho, cuando las distancias son grandes. Aún así, Chile ha retrocedido once puestos en el ranking del World Economic Forum – elaborado con colaboración de la universidad Adolfo Ibáñez - desde 2004, del lugar 22 al 33, periodo en el que el Perú ha avanzado. Sin embargo un retroceso en el ranking no significa en este caso necesariamente haber retrocedido en competitividad – aunque sí en algunos aspectos, sino que otros países han avanzado más rápido. Es impactante y dramático que el peor lugar en un campo específico lo tiene en la educación primaria, el puesto 119, y el 117 en calidad de la enseñanza en matemáticas y ciencias; también la educación secundaria está en el tercio inferior. Chile nos lleva una enorme ventaja en cuanto a facilidad para hacer negocios, una condicionante de la competitividad, donde, en el ranking Doing Business del Banco Mundial, además ha mejorado catorce puestos desde 2010.
El Gobierno de Sebastián Piñera, a través de su primer ministro de Economía, (más o menos equivalente al nuestro de Producción), Juan Antonio Lafontaine, había lanzado una agenda de 50 medidas de impulso a la competitividad, a ser implementada coordinadamente por quince ministerios y con el Congreso. Esta iniciativa ha perdido impulso con el reemplazo del ministro, quizá por demasiado ambiciosa y por resistencias, pero ha sido implementada una serie de medidas y agregadas otras, y el tema está instalado en la discusión política, también a partir de la problemática de la educación, considerada con razón como un condicionante y determinante importante de la competitividad, y de lo ambiental, especialmente con relación a lo energético, que, bien llevado, la favorece, y, mal llevado, la entorpece.
El presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, había señalado hace tiempo en un estudio que la productividad – base de la competitividad - en Chile es extremadamente variable y altamente procíclica, que los cuellos de botella de la productividad están relacionados con desigualdades educacionales y de ingresos, bajo emprendimiento e innovación, débil diversificación productiva, falta de competencia en algunos mercados e importantes desafíos sectoriales, como el energético.
Aún así hay indicadores de importantes avances en la competitividad, basados en marco legal e institucional, dinamismo empresarial y ventajas comparativas. A título de ejemplo, Chile es líder mundial (2011) en exportación de diez productos, en siete de ellos desde 2001, con participaciones en el total mundial de entre 19% (ciruelas frescas) y 71% (truchas congeladas, excluidos filetes), y 36% en cátodos de cobre refinado. Además, en orden decreciente de valor total, en minerales y concentrados de cobre, uvas frescas, yodo, salmones congelados, excluidos filetes, arándanos frescos, carbonato de litio y manzanas deshidratadas. En el caso de China, principal socio comercial de Chile, es líder en 15 productos.
Entre las reformas pendientes en la agenda, con criterios como reducir costos, tiempos de tramitación y dar mayor certeza jurídica, están la constitución simplificada de sociedades, que permitiría crearlas por Internet, en un día y en forma gratuita, de reducción de plazos para permisos de edificación, de reforma del sistema notarial, con mayor competencia y mejoras tecnológicas para reducir costos y plazos y con creación de un registro consolidado por propiedad y no por transacción (reforma entrampada en el Parlamento por la resistencia del gremio notarial), la mejora del sistema concursal para facilitar la reorganización de empresas en problemas, pero viables, con mecanismos más eficaces, justos y transparentes para liquidar las insolventes, y la firma electrónica avanzada. También incluye la racionalización de permisos requeridos para proyectos de energía y minería (actualmente 60 y 200 respectivamente), la adaptabilidad laboral para el sector agrícola, la apertura del cabotaje a empresas extranjeras para reducir costos en el transporte marítimo y aéreo, visas de trabajo de entradas y salidas múltiples para facilitar la contratación de mano de obra extranjera. Y concede especial importancia a mejoras para las pymes, por medio de un pago puntual de bienes y servicios de parte del Estado, un fondo Corfo para la reconversión productiva, más capacitación a través del Sence y estímulos más accesibles para la reinversión.
De los 2550 trámites para empresas o personas con el Estado, 1950 cuentan con información en el portal de servicios del Estado, www.chileatiende.cl. Pero todavía un 75% de los trámites es presencial. El programa “Chile sin papeleo” busca que en 2013 se alcance un 60% de trámites digitalizados, seleccionados con criterios de demanda, impacto y resultados de encuesta ciudadana, principalmente los que afecten a más personas, áreas sensibles o ejes estratégicos del Gobierno, ahorro para el Estado o las personas, faciliten acciones de la sociedad civil o impulsen el emprendimiento.
Todo indica que las mejoras en la competitividad empresarial se beneficiarían enormemente con un aumento de la competitividad del sistema político para su diseño efectivo y para aprobarlas, tanto en el Estado como en el Congreso.

LA GEOMETRIA NATURAL DE UNA PAZ INTELIGENTE/ Augusto Ortiz de Zevallos


Parece que aquí, y en poco tiempo más, se acabará este largo entredicho.
Que creo que tiene varias buenas razones para concluir bien.
1.       Que en el Perú vemos al mar como un recurso que acompaña la tierra, desde siempre, pues hubo pescadores prehispánicos más allá de donde se tiene memoria. Lo vemos y hemos visto siempre como su extensión natural, como su espejo. Y entonces la frontera debe responder a esa naturaleza y no a rayas artificiales y militares, trazadas por  los imperios dominantes en el siglo 19, y antes,  haciendo  fronteras abstractas para repartirse tierras  : con paralelas al ecuador o meridianas. Las líneas que separan el Africa, partes de Asia, y algunos países más jóvenes son de esa fría geometría. Las que reconocen espacios de identidad suelen deberse a mandatos geográficos: cordilleras, ríos, mares, cuencas.
 El mar no es un botín.  Es el espacio natural, la fuente de vida

2.       Si asumimos que la lógica de las  fronteras es un asunto de vida y no de guerras,  los peruanos creemos tener la razón, no solamente por serlo,  sino porque en Chile también se enseña geometría.  Y también se enseña semántica, lo que distingue claramente el significado de fronteras del de acuerdos económicos de pesca o navegación.

3.       Y es que  si ellos tuvieran la razón, quien se bañase en la frontera tendría que entrar al mar con pasaporte, ya que ese quiebre de la línea de litoral haría que, apenas se zambulla, a un metro de la línea de marea,  ya se esté en otro país, lo que es absurdo.

4.       Ojalá en La Haya, convertida en una entidad internacional,  ya se hayan olvidado las visiones de cuando en Europa los corsarios y los  piratas recibían títulos nobiliarios, monumentos y plazas. Y cuando, por ejemplo, robarse el Partenón entero, se presentaba como un acto civilizador.  En el siglo 19, cuando Europa se repartía el mundo.  El siglo 21 y los que vengan deben ser diferentes   

5.        Que nos conviene a todos cerrar este impasse. En el mundo de economía globalizada de hoy, y en un escenario latinoamericano de   emergencia económica y futuro promisorio, debemos superar nuestras miradas y lógicas militaristas y su triste consecuencia en nuestros liderazgos a la medida, caudillescos y patrioteros.  Hacer país es construir futuro y no cultivar odios ni chauvinismos.

Superar esta diferencia con Chile será tan importante como lo fue hacerlo con el Ecuador, mérito que nadie puede negar al gobierno de entonces y a su Canciller De Trazegnies.  Cerrar ahora un largo episodio de traumas y manipulaciones es lo que el país necesita.  Y,  felizmente para el interés nacional,  quedó atrás esta nueva telenovela que iba a haber de un paseo a La Haya de parlamentarios buscafotos, quienes  hubieran echado a perder un trabajo profesional notable y sostenido de esa cancillería peruana a la que han hostilizado tantas veces.

Esa profesionalidad de la Cancillería Peruana, en su momento liderada por Carlos García Bedoya, y luego por Javier Përez de Cuellar,  ha defendido que el Perú se explique y sea oído.  
Y  felizmente éste es un  capítulo atípico de la política peruana , (donde no hay esas telenovelas baratas de revocatorias y de odios mendaces y mediocres)
Ha sido un espacio donde la continuidad de  Joselo García Belaunde y de Alan Wagner en sus tareas establecieron las pautas.  Y a eso ha seguido un liderazgo político serio tanto en la Presidencia de Ollanta Humala  como en el liderazgo este año y medio de Rafael Roncagliolo (ése a quien nuestra simplona derecha  ha querido tantas veces caricaturizar).
Todo lo cual  parece llevarnos ahora a  un escenario de paz inteligente .
Que ha sido ratificado estos días por la declaratoria conjunta y muy explícita de los dos presidentes, de Perú y Chile.
Esperemos que así sea. Y sería bueno desprender conclusiones.
Por ejemplo, que necesitamos políticos que sean estadistas y no oportunistas y protagónicos. Que afronten problemas y no que los escondan y eludan. Que sean honestos y no tramposos. Que los temas de interés nacional, los del país y los de las ciudades, sean vistos con responsabilidad, con generosidad política y no con un simple cálculo de ventajismos.
Y que nuestras autoridades  cumplan sus mandatos y no sean reemplazadas y asediadas  cuando tocan intereses.   Que hacer país ( y hacer ciudad), sea exigido, reconocido  y respetado.  

lunes, 26 de noviembre de 2012

Revocar futuro para re instaurar pasado: el guión de la nueva telenovela de Lima / Augusto Ortiz de Zevallos

El mandato democrático que ganó Susana Villaran, hoy Alcaldesa de Lima,  caminando todas las calles y barrios de la ciudad y debatiendo sus propuestas, hoy se quiere revocar a la carrera, a oscuras y a escondidas.  Frustrando procesos y debates ganados con claridad, y negando los tiempos elementales que una gestión seria necesita para afrontar los problemas urbanos, como el del transporte y los abastecimientos, en una ciudad enorme y conflictiva como Lima.
Casi sin apoyo del gobierno central, además,  celoso de esa vitrina.

Precipitándose así, con ayuda del JNE de cuando el apurado presidente anterior, calendarios , para que  no haya tiempo para que se vean las obras.
Mejor quememos etapas; corramos con  Lima primero, y ya vendrá todo lo demás del país, después.  Y qué importa si se saltan elementales procedimientos y coordinaciones, como correspondería  a un Poder del Estado.  Para eso, como decía el Doc en los vídeos, uno es autoridad. Así es la cojudez. 

Y hay que aprovechar este clima enredado,  y que hay un eco que se ha conseguido con abundantes cámaras televisivas y manipulando  titulares confusos, además de regalarle protagonismo a esos actores secundarios que revocan  (quienes  incluyen a un pintor de paredes que declara ganar mil soles mensuales y a quien, para las fotos,  le han prestado una corbata vieja).  Para que se presten a esto, con  apoyo del marco turbio de la prensa ésa que , cuando Fujimori,  canjeaba  titulares por favores , o de la que responde a malas leches y odios .
Coro al que se incorpora, un día sí, otro también , y un día no, la prensa que fue seria  y ahora es una parodia de sí misma.  Y que con este suicidio traiciona su identidad, su credibilidad  y su trayectoria.
Todo vale. Al fondo hay sitio. La telenovela comienza. 

Esta  telenovela le propone a  Lima regresar al siglo 19.  Parece una de esas venezolanas, donde terratenientes algo feudales tratan de hacer  llorar a damas y damiselas por atreverse a ser modernas. Esas donde todos  tienen tres o cuatro nombres y siempre hay atrás un fondo de caballos que corren o relinchan. Y en la mesa, adornándola, curas (o mejor, cardenales), bendiciendo lo que venga, como cuando Franco.

Seguramente porque " la Villarán " (qué se habrá creído) se coló,  sin vela,  en este entierro. Esa insolente que comenzó en dos por ciento, y que, maldita sea, terminó ganando una elección.
La que racionaliza el transporte y ordena La Parada, sin entender que la política consiste en disimular y no en hacer. Y malogra así  negocios y los  viejos y cómodos escenarios otoronguiles de hoy por tí, mañana por mí,  que les encantan a los partidos oficiales de toda la vida, ahora que ya no están liderados por  gente con convicciones y trayectoria.

Y, peor aún,  atreviéndose, además, a ser honesta. 
Y a cosas peores. A hablar claro. Y a afrontar problemas. 
 Con lo cual deja mal a nuestra clase política, experta en esconderlos. En hueveo, en floro.

A revocarla, se ha dicho. 
Pero ahora, va a haber que encontrar  explicaciones sobre por qué.

Pues La Revocatoria, la telenovela que ya empezó, no nos  presenta ni razones ni denuncias.  Como habría podido esperarse.  Si en vez de estas telenovelas tuviéramos escenarios de liderazgo razonable. Casi es más un concurso de baile.

Ya empezó y, gracias al JNE anterior, nos impedirá a los ciudadanos ir a la playa un domingo de Marzo y también dormir tranquilos,  (pues su cómputo de cuarenta casilleros a marcar por cédula, batirá records Guinness:  de tardanza, y de inutilidad).  
Ya ha habido algunas revocatorias antes, en pequeñas ciudades, revocando a tramposos. Donde las listas de regidores eran cortas y todo el mundo sabía quién era quién.
Pero esta vez en Lima habrá 40 preguntas, una por Regidor, es decir sobre quienes casi nadie conoce y entonces llenar la respuesta será una rifa. En que se juega la ciudad.
Y los resultados serán un enredo de pelea de pulpos, que habrá que pedirle a Fernando Tuesta que explique, porque ni siquiera estará doña Magdalena Chú.

Sin explicaciones sobre por qué habrá todo este enredo, en Lima  el discurso de los revocadores visibles es más bien "Queremos revocarla porque nos da la gana, porque nos sale de los forros. "
Sin dar la cara, y negando esos obvios nexos, recursos, encargos, camionetas, y disimulando esos fideos y  galletas canjeados  por firmas.  Y disimulando esas gorritas y camisas amarillas, del color estridente del resaltador luminoso que usan los asesores para subrayar en los escritos con que justifican sus ingresos cuando los contratan mensualmente y hay que llenar el informe.  El mismo color del que se pintó toda Lima,  Plaza de Armas incluida, escaleras, barandas, hospitales y todo lo que se pudiese ver. Hace poco.

El principal actor telenovelesco de toda esta mediocre farándula , es, como se sabe, un ambicioso extra o actor secundario , con tantos enormes afanes de protagonismo, como metidas de pata y de audio y que, en esos roles variopintos de nuestra farándula,  ha ido desde el izquierdismo cuando Barrantes, en que fue Regidor, hasta el otro  lado del espectro político peruano, a servir ahora a esa derecha de tres letras que está nostálgica de cuando no había que ganar elecciones como ahora  y los alcaldes eran amigotes del presidente.

Y este actor secundario está amparado por actores que se esconden, esperando actuar, cuando todo esto sea un enredo, en la próxima telenovela.  Aunque esconderse cada vez se les hace más difícil. Entre otras razones porque ya se le acabó el discurso al extra protagónico quien no expone otro programa que querer que todo regrese a un supuesto escenario ideal anterior.
Según dice,  o le encargan decir, cuando Luis Castañeda era alcalde (y él cobraba agradables consultorías mensuales) todo en Lima estaba bien. Y ahora todo está mal.

Esta telenovela con baile continuará. De aquí a marzo. 
Almodóvar se preguntaba bien qué hemos hecho para merecer esto.

OBSERVANDO CON SIMPATÍA: RESPUESTAS A LA ABSTENCIÓN/

Los resultados de las elecciones municipales del mes pasado, incluyendo el inesperado nivel altísimo de abstención, han removido la escena política chilena.
Aparte de propuestas de reimplantar la obligatoriedad del voto (manteniendo la inscripción automática), cuyo tratamiento, de resultado incierto, quedará para después de las elecciones presidencial y parlamentarias del próximo año, hay consenso de que hay un descrédito generalizado de la política y que será necesario reconquistar o conquistar electorado, y de que por ello será imposible, por impresentable, no hacer primarias para la elección de candidatos a la presidencia (como ya lo ha hecho tres veces la Concertación) y para al menos una parte de las candidaturas a la Cámara de Diputados y al Senado. La mayor resistencia a esto último proviene de la UDI y, en cada partido, de actuales congresistas que temen perder su cupo.
Además muchos analistas y políticos plantean otros cambios legislativos. Hasta han aumentado las voces que piden una asamblea constituyente, mientras otras consideran que bastarían reformas a la Constitución de parte del Congreso.
Entre las propuestas están la reforma a los partidos, un sistema electoral más representativo, el financiamiento público de los partidos y más mecanismos de participación ciudadana directa, como primarias obligatorias o un plebiscito, hacer más fácil ejercer el derecho a voto, por ejemplo con voto por internet, voto desde el extranjero, voto por correo y adelantado.
Varios de estos puntos están en la agenda legislativa hace mucho tiempo. Está ya vigente la ley de primarias, que sin embargo deja mucha discrecionalidad a los partidos, y Piñera se ha abierto al voto desde el extranjero. Las primarias tienen una normatividad obligatoria para su realización, organizadas y financiadas por el Servicio Electoral, con participación de quienes determinen los partidos, con los padrones oficiales si son abiertas a todo ciudadano, en una misma fecha, pero no es obligatorio convocarlas. Están entrampadas la reforma del sistema electoral binominal, que favorece el bipartidismo vigente y dificulta la representación parlamentaria de otros partidos, y la reforma a la ley de partidos.
Un planteamiento que encontramos en todo el abanico de posiciones políticas podría resumirse como que el electorado pide ser encantado y no aburrido con el discurso político, con discusiones de fondo y no solo eslóganes y caras sonrientes, que las propuestas son más importantes que las personas que candidatean.
Pero la realidad actual (en realidad en todo el mundo) hace que las personas sigan teniendo un peso gravitante, particularmente Michelle Bachelet, especie de madre de la patria sin presencia discursiva (por su cargo internacional - secretaria general de ONU Mujeres - y por táctica), y, en la derecha, Laurence Golborne (independiente más cercano a la UDI) y Andrés Allamand (RN), bastante parecidos entre sí en cuanto a su tendencia pragmática y posiciones, – y algo alejados de las dominantes en cada partido. Ambos tienen un muy bajo nivel de intención de voto en las encuestas actuales (mucho más alto el de Golborne) frente a una posible – y muy probable – candidatura de Bachelet. Otros líderes de la Concertación que han expresado su decisión de ser precandidatos en las primarias obtienen un 1 o 2% o no aparecen.
La escena política, de dos bloques principales que no quieren dejar de ser bloques, para facilitar su triunfo, y que están conformados por partidos con enormes contradicciones internas y afinidades transversales, así como el tipo de relación establecida con el electorado, hacen muy difícil la preeminencia de un discurso programático, más aún cuando la nueva coyuntura hace que ambos bloques estén interesados en logros legislativos, la Alianza para poder mostrar más resultados, la Concertación para – como esperan - heredar un gobierno con más problemas resueltos.
Otro factor en contra de un mayor peso de lo programático, como sostienen diversos analistas es que, como en Estados Unidos, el voto voluntario probablemente llevará a que primen las campañas negativas, de descalificación del adversario, y a que se priorice temas de alto contenido emocional, lo que propiciará polarizaciones, de modo que además puede desestimularse la participación de quienes no se hallen a gusto con ello y desprestigiar aún más a la política.
Finalmente, si bien a raíz del carácter de las elecciones municipales ha aparecido con mayor fuerza la idea de escuchar a los votantes, esto es más difícil de aplicar en elecciones parlamentarias de circunscripciones más amplias y aún más en el nivel presidencial.
Pero la idea de escuchar, en principio correcta, se asemeja en parte a la de orientarse por las encuestas, lo que, aparte del descrédito reciente de éstas, ha llevado a uno de los problemas y a la vez fortalezas del sistema actual: que, por un lado, las posiciones se van asemejando y que el conjunto del espectro político tiende a encontrarse más en el centro, por otro lado, a que en muchos problemas que exigen una solución urgente y factible, pero sin o sin una clara preferencia pública, se posterga decisiones indefinidamente, de lo que son expresión los muchos proyectos de ley entrampados hace años o lustros en el Congreso.
El escuchar tiene que partir de lo programático y de propuestas fundamentadas que den marco y viabilidad a la expresión de exigencias y aspiraciones realistas, e ir acompañado de una explicación de los criterios con los que se escucha, con los que se va a decidir qué de lo que se escucha va a ser asumido o con los que eventualmente se reformulará las propuestas. De lo contrario alimenta un populismo que puede ser nefasto por ineptitud o por reducir todo a la conquista y mantención del poder.

viernes, 16 de noviembre de 2012

OBSERVANDO CON SIMPATÍA: LA ABSTENCIÓN ELECTORAL/ Alfredo Stecher


En el Perú tenemos la inscripción electoral automática, por tener DNI y la edad mínima, 18 años – y voto obligatorio, con multa (no siempre aplicada) e imposibilidad de hacer trámites bancarios, hasta para cobro de un cheque, de aplicación rígida. Me pregunto cuán acertado es esto.
Chile ha cambiado su sistema electoral de inscripción voluntaria y voto obligatorio a inscripción automática y voto voluntario, aplicado por primera vez en estas elecciones municipales del 18 de octubre. El efecto ha sido una muy elevada abstención electoral, casi del 60%, muchísimo mayor que los pronósticos más pesimistas, y lo contrario de lo que la clase política esperaba obtener, una participación más amplia que en elecciones municipales anteriores (siempre con menor porcentaje de votantes que las generales).
Varios sondeos previos habían pronosticado una participación electoral del 60%, lo que ha dejado en mal pie a las entidades encuestadoras y cuestiona sus metodologías – que lógicamente se han puesto a revisar.
Pero el mayor contraste es con las expectativas del Gobierno, que el diario El Mercurio (EM) reseña así: Presidente Piñera (con el optimismo que lo caracteriza) “Será la elección con mayor número de votos en la historia del país”; el Ministro del Interior y como tal, vicepresidente, Hinzpeter anunció un “aumento de hasta un millón”. La realidad les dio una impresionante cachetada.
Tanto la Coalición de Gobierno como parte de la oposición y muchos expertos preveían además un sesgo de clase favorable a las personas de mayores ingresos, con estudios que pronosticaban una abstención 20% más alta en los sectores de menores ingresos, pero que, según EM, resultó a la inversa, 20% más elevada en los de ingresos más altos.
Algo similar constata el economista Eduardo Engel, profesor de economía de U de Chile y Yale, en un artículo titulado Entendiendo y revirtiendo la abstención (en La Tercera - LT). Revisa por separado tres factores que inciden en la abstención: ingreso, competencia y población, y agrupa a los municipios en cinco quintiles según su peso en cada caso.
La abstención fue 13% más alta en comunas de altos ingresos, por PIB per cápita, y de casi 20% si se agrupan según el Índice de Desarrollo Humano: quizá porque las cosas funcionan bien, algo análogo a países desarrollados.
La abstención fue menor donde las elecciones fueron más reñidas, en sus resultados, pero solo un 4% menos. Debería tomarse según cuán competitiva creían los electores sería la elección, dato que no existe.
La abstención fue menor en comunas de menos habitantes, que puede ser por un mayor interés o por mayor interacción con autoridades, o por menor costo de participación en precio y tiempo de traslado (según otra fuente, 30% de ausentismo en comunas pequeñas y 66% en grandes).
 Paso revista a las explicaciones de algunos analistas destacados (con ligera edición):
Eduardo Engel, economista (LT), considera que la no participación podría deberse tanto a que los electores aceptan o están resignados al status quo, como a que no lo aceptan (lo que abre un gran campo de investigación).
Jorge Navarrete, abogado (LT), la considera un síntoma más de cuán extensa es la brecha entre las estructuras de representación formal y la dinámica social a la que se supone representa. La inscripción automática fue un acierto (propugnada por Lagos, Bachelet, Piñera y Enríquez-Ominami (de éste como exigencia para apoyo a Frei en segunda vuelta), el voto voluntario una torpeza (de gran parte de la representación política), ya que la vida en comunidad no solo da derechos sino también importa obligaciones.
Axel Buchheister, abogado (LT), en ¿Tiene oportunidad la centroderecha?, dice que quizás el voto voluntario salvó a la Alianza de un desastre peor, ya que en la abstención puede haber predominado un rechazo a un gobierno que no siente o ya no sienten suyo. No se entiende la razón para votar por la centroderecha, que no se diferencia en sus propuestas de la Concertación y cuando la tesis de que basta una buena gestión ha quedado desmentida.
Veo que la abstención electoral es considerada por todos como una expresión de desafección de un alto porcentaje del electorado con el sistema electoral, con los partidos y con el sistema democrático, en un grado que depende del diferente peso de las motivaciones de la abstención. Si se excluye al seguramente elevado porcentaje de personas que no han acudido a votar por comodidad, pensando que de todos modos ganaría la opción de su preferencia, tenemos personas para quienes el resultado era indiferente, debido a no sentirse representados por ninguna lista, y otras que sienten disgusto con lo que consideran el sistema y el modelo predominante, que probablemente incluye a muchos de los participantes en protestas estudiantiles y medioambientales, que habían llegado a ser muy masivas. 
Este segmento obviamente no se abstiene de votar por comodidad.
Casi no se toca un problema obvio y probablemente significativo: que muchas personas figuran en el padrón electoral, transmitido del Servicio de Registro Civil e Identificación, con una dirección desactualizada, que figura en su carné de identidad (aparte de muchos, incluido Salvador Allende, ya fallecidos). En el Perú la obligatoriedad del voto lleva a muchísima gente a viajar a sus lugares de votación, lo que, como subproducto positivo, lleva a fortalecer o retomar vínculos con sus pueblos o ciudades de origen.
Axel Buchheister, abogado (LT) agrega al tema de la dirección no actualizada dos problemas adicionales: dispendio de recursos para armar mucho más mesas de sufragio que las necesarias y mayor posibilidad de fraudes por inasistencia de personas seleccionadas para dirigirlas (y acceso a la mesa de personas que podrían tener la intención de manipular los resultados).
Personalmente me inclino más por un voto obligatorio (definitivamente sí en nuestro país, donde son grandes las posibilidades de maniobras de facilitación o de impedimento a ejercerlo), considerándolo como un derecho que implica un deber, pero tengo dudas en el caso de Chile, porque hay argumentos fuertes en el sentido de que la voluntariedad obligaría a mayores esfuerzos de las fuerzas políticas frente a los electores. En la OCDE, el marco de referencia obligado para Chile, que ya es miembro, 26 de 33 países tienen voto voluntario. En todo caso, incluso quienes se autocritican de haber contribuido a instalarlo, esperarán la evaluación del proceso electoral general del próximo año antes de un posible cambio. El Gobierno ha anunciado un proyecto de ley para corregir los errores más gruesos en el sentido de depurar el padrón electoral y de mejorar la capacitación de los vocales de mesa.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

LA PRENSA Y LA CORRUPCION/Francisco Belaunde Matossian




Los medios de comunicación son actores claves en la lucha contra la corrupción, pues ponen en conocimiento del público muchos casos de malas acciones de funcionarios públicos que, de otro modo, pasarían desapercibidos.
Sin embargo, los destapes no bastan. Luego de unos días de escándalo, las denuncias suelen caer en el olvido y no tenemos idea de lo que pasa posteriormente a nivel policial, fiscal y judicial. Lamentablemente, como sabemos, en esas instancias, la corrupción es frecuente, por lo que es indispensable una actitud vigilante por parte de la ciudadanía. Ello sólo puede ser alcanzado mediante la instauración de una cultura de seguimiento.
En ese cometido, a los medios les corresponde también un papel clave e ineludible, en alianza, eventualmente, con instituciones especializadas en la lucha contra la corrupción. 
Se podría así elaborar un software que comprenda una plantilla estandarizada de seguimiento de los procesos, lo más simple posible y, por lo tanto, accesible al mayor número, y,  en base a ello, un sistema de alertas, ante la actuación de determinado juez o fiscal.
Mientras se produce ese instrumento, los medios escritos pueden, desde ya, ayudar a generar la cultura de seguimiento, estableciendo en sus páginas, secciones suficientemente individualizadas y llamativas en las que enmarquen las noticias que, en ocasiones, sí proporcionan, sobre la marcha de los procesos.   Por supuesto, ello tendría que hacerse de manera regular, de manera tal que se convierta en una costumbre. Esas secciones requerirían por cierto, de títulos que llamen la atención como, por ejemplo, “Marcación Estricta”, entre muchos otros. En otras palabras, para luchar contra la corrupción se requiere también de marketing. 
Ojalá los medios, de manera individual y/o colectiva, a través de organismos como el Consejo de la Prensa peruana, asuman ese reto. La salud de nuestra sociedad y de la democracia, lo exige.