jueves, 20 de octubre de 2011

SI, NO, SI, NO…

Las dudas los están matando. ¿Respaldamos a Chehade ó lo dejamos caer? Pasan los días y las evidencias de que Chehade mintió aumentan. Además de las contradicciones del “amigo que participó en la reunión por casualidad”, en que reconoce que Andahuasi sí fue parte de las conversaciones, hay un testigo que vio al hermano del Vicepresidente y al “amigo” en el Potao, hablando con el General Arteta, ratificando así su versión de los acontecimientos.

La “crisis Chehade” sigue llenando las primeras planas y el gobierno comienza a mostrar más preocupación. Marisol Espinoza, su colega Vicepresidente, cambió su discurso de apoyo total y ahora habla de investigar. Nadine Heredia, quien cada vez parece más la voz cantante en la pareja presidencial, dijo por tweeter: “tan difícil es caminar derecho??!!”, en inequívoca condena a Chehade. Salomón Lerner ha respaldado tibiamente a Chehade mientras duran las investigaciones, luego de lo cual tomarían una decisión definitiva.

¿Y Ollanta Humala? Silencio absoluto,

Me da la impresión que todavía creen que el tema se va a disolver sólo con el tiempo. Eso es un error político, el caso Chehade va para peor; y si no rompen con el cuestionado personaje, sus conductas pasarán factura al régimen en su conjunto.

miércoles, 19 de octubre de 2011

¿PERDERÁ LA VIRGINIDAD?/ Carlos Basombrío Iglesias

Por variar razones “el caso Chehade” se viene complicando cada día que pasa.

Por un lado las versiones del Vicepresidente sobre los motivos de la reunión con los generales de la Policía son bastante inconsistentes, casi cantinflescas. Por otro porque nuevas revelaciones van poniendo en cuestión su versión. Su amigo –aquel que (dice Chehade) se encontró en la puerta y le dijo “oye si no tienes nada mejor que hacer, vente con nosotros a la reunión con los generales”- ha tenido que reconocer que el tema Andahuasi si fue conversado.

Creo, además, que es altamente probable que nuevas revelaciones terminen de hundirlo.

El punto medular es como va a reaccionar Ollanta Humala. Según Chehade tiene su pleno respaldo. Sin embargo la palabra de Chehade no está precisamente en alto concepto en los últimos días.

Lo concreto es que Ollanta Humala está mudo (igual que con el escándalo Alexis). Todo parece que está viendo como viene la mano, midiendo la temperatura política. Es que Chehade es para él más que cualquier Vicepresidente. Es su abogado personal, aquel que lo libró del “caso Madre Mía”, con todas las cosas que se denuncian, ocurrieron en ese proceso.

Creo que la gran mayoría de la opinión pública discrepa con la complicidad de voces menores del oficialismo con Chehade: “si, muy convincente su versión” “ya explicó todo”, etc. Estoy seguro que la gran mayoría sabe que algo muy oscuro motivó esa reunión y que el General Arteta, conocido por su seriedad personal y profesional, no tendría cómo y para qué inventar esa historia.

¿Qué hará Ollanta Humala?

Es un momento de definición. Si actúa correctamente y toma toda la distancia con respecto a su Vicepresidente que la gravedad de los hechos amerita, su imagen de moralizador se habrá consolidado.

Si, como muchos tememos, termina avalando o pasando por agua tibia lo sucedido,  habrá perdido la virginidad política entre sus electores. Las expresiones “todos son iguales”, “llegan al poder y traicionan” serán cada vez más frecuentes.

Sabemos muy bien las consecuencias políticas que esto conlleva.

martes, 18 de octubre de 2011

EL SIGNIFICADO DEL “AGUA” PARA LOS NATIVOS ANDINOS Y PARA LOS PROFESIONALES MODERNOS/ Por León Trahtemberg

En reciente viaje a Andahuaylas (Apurímac) invitado por la Cooperativa San Pedro para dar unas conferencias, se me acercó el sociólogo rural Alfredo  Mendoza Bellido para entregarme un breve libro en formato horizontal escrito junto con Nancy Campos Pérez titulado "Crianza del agua y tradiciones  ambientales en Andahuaylas: prácticas campesinas para contrarrestar el cambio climático y fortalecer la soberanía alimentaria".
A la hora de la cena empecé a hojear el libro y me quedé prendido de la página  5 en la que desarrolla el concepto andino de "madre agua" versus el concepto  occidental del "recurso agua". Transcribo los tres primeros párrafos de la página para que se entienda qué fue lo que llamó mi atención. Dice así.
"Crianza de la Madre Agua o Yaku Mama. En las culturas, dentro de cada palabra, está el concepto y el contenido. Todo depende de la cosmovisión con la que se piense. Así, "Recurso Agua" (concepto occidental) difiere del concepto  andino "Yaku Mama" (Madre Agua). De otra parte, hay una correspondencia entre la lengua y el lugar donde se vive. Es así que "Puquio Mama Waqaychay" en quechua andahuaylino significa ritualidad, protección y amparo al ojo de manante y humedad circundante.
En la epistemología indígena, la forma andina de conocer, pensar, hablar y hacer es sintiendo que todo cuanto existe son madres, vivas, amadas y tienen ánima o espíritu. El agua es Yaku Mama (Madre Agua); la tierra es Pacha Mama (Madre Tierra); el manante es Puqio Mama (Madre Puquio); la coca, Mama Coca (Madre Coca); la Puna es Sallqa Mama (Madre Puna); el maíz es  Sara Mama (Madre Maíz). En nuestras averiguaciones en los Andes de Andahuaylas no hemos podido encontrar una palabra quechua que signifique recurso natural y mineral inerte, sino todo lo que existe en la naturaleza son  vivas, amadas y tienen ánima.
Es así que si la Yaku Mama es madre, no se la negocia, no se la vende, no se la agrotóxica, no se succiona con motobomba del subsuelo, ni se la contamina con la excrecencia del porcino, porque es sangre y fluido de la Pacha Mama, de las entrañas de la tierra amada que cría y amamanta a todos, por lo que su conservación es un ritual donde participa todo el pueblo”.
Más adelante expresa el contraste con un colegio en el que el profesor de ciencias define el agua como "H2O" y en el uso de términos técnicos legales para referirse al agua como “factor de producción”, objeto de explotación,  un "recurso hídrico", como si fuera un objeto inerte, insaboro, inodoro, incoloro, insípido, inorgánico, un bien transable en forma sólida, líquida o gaseosa.
En suma, el agua es tratado como objeto, como cosa, intercambiable, definible por una fórmula química, con lo que pierde toda su esencia espiritual y tradicional.  
Esta confrontación de conceptos, lenguajes, valores, actitudes frente a la naturaleza y sus bienes me produjo múltiples asociaciones con la interculturalidad, con los conflictos entre nativos e inversionistas modernos que explotan los recursos naturales, entre calendarios nacionales y locales, y las cientos de costumbres, fiestas, tradiciones nativas así como el uso del lenguaje autóctono como expresiones de una brecha cultural que cada vez que quiera ser ignorada o reprimida a la fuerza, lejos de producir una sana aculturación  solamente puede producir malestar y resentimiento.
Quién sabe en los colegios y en todas las carreras profesionales que se estudian en institutos y universidades peruanas debería haber un espacio para estudiar estas cosas y reflexionar sobre ellas, si es que seriamente estamos pensando en hacer del Perú una nación inclusiva, tolerante, solidaria y que sea capaz de convertirse en un espacio de convivencia pacífica entre los diferentes grupos étnicos que comparten el mismo territorio.

INFORMACION Y PODER CIUDADANO: NUEVAS FIRMAS



Más personas suscriben el pronunciamiento publicado en este espacio el 22 de septiembre pasado

Milagros Belaunde Martínez
Farid Kahhat
Hernán Lanzara Lostanau
Elaine Ford Deza
Maria Ines Calle Quiroz
Saúl Peña K.
Jorge Delgado V.
Ana María Gubbins Llona
Augusto Bouroncle Reinafarje
Juan Carlos Cortés
Giselle Terrasse Chavez
Patricia Chea Chea
Arlette Mahieux
Yole Tagliabue Sevilla
Luis Botto Cayo
Juan Diego Delgado Gallardo
María del Pilar Luna
Martín Portillo
Salomón Lerner Febres
César Campos
Jorge Montoya Manrique
Federico de Cárdenas
Eduardo Lores
Augusto Rey Hernández de Agüero

lunes, 17 de octubre de 2011

MOVIMIENTOS ESTUDIANTILES AYER Y HOY/ Alfredo Stecher


 El movimiento en Chile por una amplia reforma de la educación, al que he seguido atentamente, se encuentra en una encrucijada, después de casi cinco meses de lucha. Sus banderas principales son el fortalecimiento de la educación pública, cambiando la lógica de subvención a la demanda (que es lo que el Gobierno ha propuesto una y otra vez) por dar más recursos a las instituciones del Estado, de modo que todos los sectores sociales puedan acceder a una educación de calidad y gratuita.
Los estudiantes universitarios (y con variante, también los escolares) buscan que la educación sea entendida como un derecho y una inversión social, promotora de equidad y democratización, a través de la gratuidad de la enseñanza en todos los niveles, al menos en las universidades y colegios del Estado, la eliminación del lucro (legalmente prohibido en las universidades, pero ampliamente existente a través de negocios inmobiliarios), un pago justo a los profesores, un sistema más adecuado de acreditación y de control de las entidades educativas, la efectiva libertad de asociación, el sometimiento de sus planteamientos a plebiscito.
Los estudiantes universitarios tienen como cabezas visibles principales a dirigentes reflexivos, del Partido Comunista y afines a la Concertación, con quienes tengo una gran empatía, pero acompañados de una mayoría de dirigentes sumamente radicales, con posiciones ultras. Entre su maximalismo y la torpe y a veces provocadora respuesta del Gobierno, por diferencias ideológicas y un mal entendido principio de autoridad, han llevado al movimiento a un punto difícil, a pesar del altísimo respaldo ciudadano del que goza, visible y en las encuestas (de hasta 80%). Este se ha mantenido alto a pesar de verse empañadas las movilizaciones por sistemáticos actos de vandalismo de jóvenes encapuchados – probablemente una combinación de ultra radicales, anarquistas y delincuentes comunes.
La intransigencia tanto del Gobierno como de muchos dirigentes estudiantiles ha obligado a los dirigentes estudiantiles a no continuar participando en la mesa de diálogo acertadamente instalada por las autoridades. Eso se traduce en la pérdida del semestre para muchos estudiantes – aún más para los estudiantes secundarios que han secundado el movimiento, con énfasis en sus propias demandas, al igual que el denominado Colegio de Profesores.
La ruptura de las conversaciones directas traslada, como ha querido el Gobierno, el tratamiento del conflicto al Congreso, lo que en principio es correcto. Pero también allí se topa con la resistencia de los congresistas, teniendo la Concertación mayoría en el Senado. La sensación de inminencia de la crisis económica está echando paños fríos a las expectativas más elevadas respecto del financiamiento de la educación, pero, lo que es un hecho, es que ésta va a recibir una atención política y presupuestaria preferente en el futuro inmediato y mediato.
El movimiento ha buscado que los estudiantes puedan aprobar el irregular primer semestre en cada universidad, en varios casos con ayuda de las autoridades, pero amenaza con continuar en el segundo semestre la huelga y las tomas de locales. Los analistas más lúcidos de la problemática de la educación y de los movimientos sociales, y coincido con ellos, recomiendan a los estudiantes buscar caminos de entendimiento para poder capitalizar en cambios reales y profundos, pero realistas, el triunfo social y político que ha significado su movimiento hasta ahora. Pero lo más probable es que continúe el conflicto por tiempo indefinido.
Esto me recuerda mi propia experiencia. En 1966 la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), donde he estudiado economía en la antigua Facultad de Ciencias Sociales, inició una lucha contra el cambio de un artículo de los estatutos de la Universidad que disminuía el peso del tercio estudiantil en los órganos de gobierno, al reducir el mínimo de votos necesarios para que un profesor sea ratificado en el cargo, de una mayoría de dos tercios a mayoría absoluta.
Debo decir que, en retrospectiva, esa exigencia de dos tercios me parece exagerada. Solo se explica porque quienes redactaron ese estatuto habían formado parte, en la década previa, de un movimiento de renovación de la Universidad, en su tránsito desde Escuela Nacional de Agricultura, en el que profesores jóvenes y representantes estudiantiles coincidían en el interés de sacar de la Universidad a profesores antiguos que no se encontraban a la altura de las nuevas expectativas académicas. Para ello estaban bajo la misma influencia que nosotros, del movimiento lanzado en Córdoba, Argentina, en 1918, por la reforma universitaria. Cuando este artículo de los estatutos comenzó a afectar su propia estabilidad en la Universidad estos profesores, varios de ellos exdirigentes estudiantiles, respondieron con su cambio.
Los estudiantes, en un significativo porcentaje realmente interesados en una buena formación académica, consideramos el cambio una afrenta al tercio estudiantil y respondimos con una campaña interna por su anulación, la que desembocó en una huelga general indefinida, probablemente la única por un solo punto de un estatuto (el artículo 91, si no me engaña la memoria). En ese entonces éramos alrededor de 1800 estudiantes que participábamos masivamente en asambleas generales, con pasada de lista para constatar el quórum. Si mal no recuerdo el resultado de la votación, en urna, con una muy alta participación, fue alrededor de un 90% a favor de la huelga.
La federación de estudiantes estaba en manos de acciopopulistas, con la solitaria excepción de la secretaría general de organización, que tenía a su cargo interior, defensa y organización, que yo ocupaba como representante del Movimiento de Unidad Estudiantil, movimiento único de izquierda. Las elecciones eran cargo por cargo. En el comité de huelga predominaban posiciones más radicales de la izquierda y del socialcristianismo. El acatamiento a la huelga era total, y muy alta la participación en movilizaciones.
Después de varias semanas de huelga las autoridades decidieron dar un ultimátum en el sentido de anular el semestre académico en caso de no levantarse la huelga. Personalmente no tenía problema de afrontar esa pérdida (hay que recordar que la universidad, como entidad del Estado, era en ese entonces completamente gratuita), pero pensaba que una mayoría iba a preferir ceder, por lo que, a diferencia de una mayoría de dirigentes de izquierda, estaba dispuesto a levantar la huelga y a adoptar otras medidas de presión. Sin embargo ni siquiera pude asistir a la asamblea general en que se decidiría nuestra posición, debido a una fuerte gripe con afonía total. Para mi sorpresa, la asamblea, con amplísimo quórum y, si no me equivoco, con alrededor de un 90% de votos – en urna – decidió mantener la huelga. En ello se expresaba, creo, tanto el efecto de nuestra prédica en una gran mayoría, como la falta de ganas de retomar el estudio de parte de una minoría, probablemente significativa.
Las autoridades declararon el receso de ese segundo semestre del año. En tanto los órganos de gobierno seguían funcionando – más espaciadamente – continuamos allí nuestra lucha – yo era también delegado al Consejo Universitario – y transformamos nuestra exigencia en una de obtener un reglamento de evaluación docente con significativa participación estudiantil, a la vez que amenazábamos con seguir la huelga en el siguiente semestre. Por el temor de una parte de las autoridades y con el beneplácito de otra parte de las mismas, más abiertas a las demandas estudiantiles por la calidad docente, obtuvimos ese reglamento con características bastante favorables.
Debo decir que el tercio estudiantil, que en mi universidad ejercíamos y defendíamos, en general, con una posición responsable por la mejora de la Universidad al servicio del país, se prestó en muchas universidades a contubernios entre profesores y dirigencias estudiantiles con intereses entre personales y políticos burocráticos. En nuestro caso, a pesar de nuestras posiciones incorrectas y ultras respecto de la realidad nacional y la solución revolucionaria a sus problemas, defendíamos una universidad autónoma, auténticamente pluralista, con respeto a la libertad de cátedra de cualquier posición ideológica y política, y una real democracia en el movimiento estudiantil.


jueves, 13 de octubre de 2011

CRISIS, ATERRIZAJES EN PICADA O CONTROLADOS/ Alfredo Stecher


En la crisis actual o gran contracción hay un importante componente de ineluctabilidad, pero otro que depende de lo que se haga y no se haga en cada espacio político-económico, sea en el sentido de amortiguarla con acciones adecuadas, sea en el de agravarla por inacción o medidas inadecuadas o también como profecía autocumplida, por la que, como sociedades y mercados, podemos alcanzar los peores resultados por convencernos de que son inevitables.
La economía mundial y cada economía componente de ella, probablemente sin excepciones, tendrán un aterrizaje forzoso. La cuestión es solo si ese aterrizaje, siendo de todos modos grave, es relativamente amortiguado o si es una caída en picada, tipo desastre, como los casos de Irlanda e Islandia antes y de Grecia ahora, y si el desastre se limita a algunos países o se extiende como reguero de pólvora o castillo de naipes que se derrumba.
Según el secretario general de la OCDE, Europa ya vive algo no muy distinto de una recesión. Considera que la situación actual es producto de “cuatro fracasos enormes: en regulación, supervisión, gobierno corporativo de las empresas y gestión del riesgo.” En la apreciación de la coyuntura actual se subraya mucho el parecido de algunos indicadores del sistema financiero con aquellos previos e inmediatamente posteriores a la caída de Lehman&Bros – lo que llaman el “momento Lehman” -, que desencadenó el casi colapso del sistema bancario.
En el caso de Europa los intereses nacionales, la miopía y la debilidad política dificultan la preparación de un aterrizaje menos desastroso. Europa está al borde del abismo ante la al parecer inevitable suspensión de pagos de Grecia – postergada un tiempo por el reciente rescate adicional - y ante el probable efecto dominó sobre otras economías europeas. Felizmente sus cabezas políticas parecen estar aprendiendo a golpes y se quedan hasta ahora a un paso del abismo, haciendo esfuerzos por un salvataje tanto de Grecia y otras economías como de los grandes bancos. A ello contribuye el estimado del costo del efecto extremo de la salida de Grecia (deseada por algunos) de la eurozona: según un analista, desplome de PIB griego en entre 40 y 50%, bancarrota de sus bancos, duplicación inmediata de su deuda, necesidad de enormes sumas para recapitalizar entidades de crédito y seguros en toda Europa, descrédito de Europa en su conjunto, probable liquidación del euro y de la propia Unión Europea. Otro estimado es que incluso Alemania podría sufrir una reducción de hasta 40% de su PIB.
Con razón, aunque a regañadientes, Ángela Merkel, la canciller alemana, ha afirmado que “el euro es una garantía de la unidad europea o, dicho de otra manera, si el euro fracasa, Europa fracasa”, y está propugnando medidas mayores para evitar el desastre. En particular plantea, junto con Nicolás Sarkozy, el presidente de Francia, un plan para recapitalizar la banca europea – señal de lo crítica que es la situación de ésta. Pero la principal fuerza en los esfuerzos por estabilizar la economía europea, insuflando liquidez, es el Banco Central Europeo, a su vez presionado por el FMI – hasta ahora en contra de la resistencia alemana - hacia una política aún más activa y amplia de respaldo de los bonos soberanos europeos, cuya pérdida de valor en los mercados son la principal amenaza para la banca tenedora de éstos. También el Banco de Inglaterra está inyectando liquidez a su economía a la vez que mantiene bajos los tipos de interés para estimular la inversión.
Crecen las voces a favor de medidas contracíclicas y contra la excesiva austeridad para evitar una contracción más aguda, situación a la que se está encaminando Europa hasta ahora. Como dice Krugman, la política de austeridad inmediata es como la sangría de la medicina antigua, que debilita al paciente y hace más problemática su recuperación futura.
Europa, además de las medidas de salvataje de sus bancos y de las economías más débiles, necesita una fuga hacia adelante: fortalecer y ampliar el euro, lo que exige tener una política fiscal común, fortalecer la política de Schengen, de libre movimiento de personas, y tener una política exterior común. Nada asegura que eso se logrará, pero es posible.
Sin embargo hay opiniones, que no comparto, como la del premio Nobel de economía, Myron Scholes, que considera que la pregunta no es si la eurozona colapsa, sino que cuándo.
Creo que Europa va a hacer lo que Churchill dijo o se le atribuye haber dicho sobre Estados Unidos, que hacía siempre lo correcto una vez que había probado todas las demás alternativas.
Una de las paradojas de la situación actual es que la crisis que amenaza con desintegrar a Europa está movilizando fuerzas que ayudarán a mantenerla e incluso a estimular al G-20, grupo de las 20 principales economías, a abordar nuevamente las tareas que ha dejado planteadas y abandonadas, en particular la regulación, control y freno de los capitales especulativos. La principal herramienta en ese sentido parece ser la llamada tasa Tobin o Robin Hood, impuesto sobre intercambios monetarios internacionales, con el objetivo de restar atractivo a las operaciones especulativas de muy corto plazo. Ésta es técnicamente factible y cuenta con un creciente respaldo académico y político – aunque es resistida por Obama. Hasta el FMI propone una tasa fija sobre activos bancarios, especialmente los de mayor riesgo, y una tasa sobre los beneficios. Otra medida necesaria es una mayor regulación de los bancos en el sentido de limitar su capacidad para incurrir en inversiones arriesgadas.
Navegamos en aguas procelosas. A escala mundial mucho dependerá de que primero Europa y luego China logren un aterrizaje amortiguado y eviten la caída en picada.
Hasta ahora en el Perú parecemos inmunes a los efectos más graves de la agudización de la crisis, pero es probable que los buenos tiempos económicos se nos estén acabando.

jueves, 6 de octubre de 2011

LA CRISIS SE APRESTA A GALOPAR/ Alfredo Stecher


La crisis económica mundial es un tema ya tan trillado que casi no da ganas de tocarlo. Y sin embargo es importante que tomemos más conciencia de sus características e implicancias.
La buena noticia es que el mundo seguirá existiendo, que seguirá habiendo producción y mercados. No estamos ante un fin del mundo – aunque sí ante un mundo en acelerado cambio en todas las esferas. La mala noticia es que todo indica que la crisis económica se está agravando a paso acelerado, que será muy profunda y que tiene para rato. Una década es un buen estimado. Desde agosto hay claramente una inflexión en el debate público: ya parecen ampliamente mayoritarias las voces académicas, empresariales y políticas que creen entre segura y más probable una recesión, y los mercados reaccionan en consonancia.
Concuerdo con la precisión del economista Kenneth Rogoff, quien considera erróneo calificar a la situación actual de gran recesión, como si fuera una más de las muchas vividas desde la Gran Depresión, y propone calificarla como “segunda gran contracción” (habiendo sido la primera la Gran Depresión de 1929, en tanto crisis financiera típica, con lo que coincido - sin embargo seguiré usando la palabra crisis por su uso más común). Afirma: “El verdadero problema es que la economía mundial está gravemente sobreapalancada y no existe ninguna salida rápida sin un esquema para transferir riqueza de los acreedores a los deudores, ya sea a través de cesaciones de pago, represión financiera o inflación.” En concreto propone que los gobiernos faciliten la rebaja de las hipotecas a cambio de una participación en cualquier apreciación futura del precio de las viviendas, realizar un rescate mucho mayor de Grecia, a cambio de pagos más altos dentro de 10 o 15 años, y dejar que la inflación alcance entre un 4 y 6%, que, siendo una transferencia injusta y arbitraria de ingresos de los ahorradores a los deudores, es sin embargo el único camino rápido hacia una recuperación. De hecho el valor de las propiedades inmobiliarias de las familias en Estados Unidos cayó de 13,5 billones de dólares en 2006 a 5,3 billones en 2009, según la Reserva Federal, y ha seguido cayendo, sin que cambiara por ello el valor de las deudas hipotecarias, de modo que hay 11 millones (28,4%) de propietarios con deudas superiores al precio de sus propiedades.”
Como muchos otros analistas y especialmente los responsables de las políticas económicas, un analista técnico de los mercados bursátiles, John Bollinger, trata de tranquilizarnos respecto de la crisis, él con la aplicación de su modelo predictivo, de bandas de precios, del comportamiento de los activos en el mercado. Según este modelo los principales índices bursátiles han tocado piso y deberían pasar a una tendencia al alza. Que el modelo al parecer haya sido útil en los últimos lustros, lamentablemente no garantiza que lo sea de aquí en adelante, dada la singular situación de acumulación de problemas en la que se encuentra la economía mundial.
Quienes como él pronostican una pronta salida de la recesión señalan que ésta se ha debido a elementos puntuales que no se repetirán (elevación de precio del petróleo por las crisis en el Norte de África y el Medio Oriente y el aumento del precio de los alimentos, que redujeron el ingreso disponible de los hogares, el terremoto del Japón, que afectó la cadena industrial mundial, así como el empantanamiento político en los Estados Unidos y la cesación de pagos de Grecia, que serían superados). Obviamente no comparto esta opinión, porque éstas y peores cosas seguirán sucediendo. La crisis financiera ha sido comparada con razón con un huracán, de recorrido y magnitud prácticamente imposibles de prever. Me llama la atención que Warren Buffet esté entre quienes prevén una crisis relativamente corta.
Estamos viviendo la crisis de dos de los tres grandes centros de poder económico y político: ya de años, Estados Unidos, reciente, Europa. Todo indica que el tercero, China, también se encamina hacia una crisis, no solo por el contexto internacional, que afecta sus exportaciones, sino también por un cada vez más precario equilibrio entre los imperativos económicos internos y los socio-políticos; sus grandes problemas son la inflación, la desigualdad y la corrupción. Ojalá China logre postergarla, de modo de contribuir a un aterrizaje menos violento de la economía mundial.
Thomas Friedman considera que Estados Unidos está ante la elección entre una década dura y un siglo malo. Por extensión esto vale para todo o gran parte del mundo.
Tenemos simultáneamente una crisis de liquidez y de iliquidez: una falta de liquidez de las entidades financieras encargadas de proveer dinero a la economía real y un exceso de liquidez especulativa. El mercado financiero paralelo o sistema bancario a la sombra, que resumidamente podemos llamar el de los derivados o apalancados, es en la práctica un esquema Ponzi, como el aplicado por Madoff, solo que a mucho mayor escala.
¿Cuáles son los refugios de esta colosal liquidez, que incluye a millones de propietarios de acciones, de bonos y de dinero en efectivo? Los no especuladores profesionales buscan principalmente preservar el capital:
Sus refugios son la deuda pública de los países más solventes (Alemania, Suiza, Estados Unidos), el oro, las monedas duras (corona noruega, yen), depósitos en bancos custodios, garantizados por el fondo de garantías de depósitos (bancos de bancos, como el Bank of New York Mellon y el JP Morgan Chase). Hasta ahora también funcionaban como refugios muchas materias primas, pero ante el creciente temor de una recesión mundial el alza de sus precios se está viendo frenada y revirtiendo. Las bolsas, en las que se expresan muchas de las decisiones de estos actores, están a la cola de los acontecimientos, como manada sin rumbo, reaccionando positiva o negativamente ante los últimos datos disponibles.
En la crisis se combinan además problemas de insolvencia con problemas de falta de liquidez. Por un lado tenemos la potencial insolvencia de los bancos y de varios estados europeos, principalmente del Sur (Irlanda e Islandia – ésta hasta ahora fuera de la eurozona - ya están de salida en un proceso penosísimo), debida a burbujas, a déficits y alto endeudamiento de los estados y a la tenencia de parte de los bancos de deudas estatales desvalorizadas, en un contexto de insuficiente crecimiento y hasta decrecimiento de las economías nacionales. Por otro lado tenemos además la falta de liquidez por la creciente desconfianza entre los actores económicos, lo que lleva a algunos analistas a calificar la crisis como una crisis de confianza, aunque ésta es en realidad la consecuencia de los fenómenos económicos subyacentes.
La crisis de confianza se manifiesta por ejemplo en la incapacidad de los bancos europeos de obtener créditos habituales de más de un día, interbancarios, lo que ha obligado al Banco Central Europeo a ofrecerles acceso ilimitado a sus subastas y a los estados a prepararse para nuevos rescates. Aún así acaba de entrar en crisis uno de los más grandes bancos europeos, Dexia, semipúblico, que será rescatado por segunda vez por los estados en los que actúa (Francia, Bélgica y Luxemburgo).
Una idea de la situación de los bancos la da la caída en el último año del valor bursátil de dos de los más grandes bancos alemanes, Commerzbank 74%, Deutsche Bank más de 50%. La bolsa española ha caído casi un 20% en lo que va del año y un 50% desde sus máximos históricos en 2007. Muchas empresas valen ahora menos en bolsa que en libros y están expuestas a opas (ofertas de adquisición) hostiles, para las cuales sin embargo no aparecen oferentes, indicador de mercado de que se espera tiempos peores.