
Nadie sabe con certeza a quién escucha el presidente de la República; incluso hay quienes afirman que no escucha a nadie porque él tiene inteligencia, sabiduría y experiencia de sobra. Esto último puede ser cierto para los militantes del partido aprista a quiénes considera sus súbditos, pero es muy probable que exista gente que lo aconseja y dice cosas al oído (otra cosa es que les haga caso). De todas las personas que se reúnen con García es bastante plausible pensar que Giampietri, Cipriani y Aldo M (si pongo su apellido nadie lo va a reconocer), están entre los más influyentes. Ellos han venido ganando espacio y han tenido mucho que ver con el endurecimiento de la línea política de confrontación y polarización que ha aplicado desde el inicio de este segundo gobierno; empezó con los ataques al SUTEP, a las ONGs de derechos humanos, pasó por el enfrentamiento con los humalistas “antisistema”, Chávez y Evo Morales, y terminó con los nativos, a quiénes acuso de terroristas, asesinos, comunistas.
De estos tres asesores de la línea dura, que en términos gringos se podrían calificar de “halcones”, ciertamente Aldo M es el más articulado. Sus editoriales (en los que se despacha como si fuera un diario de adolescente, sin censuras internas, y que deben ser el deleite de los psicoanalistas), incluyen ordenes, instrucciones y consejos al gobierno, a las FFAA, al APRA, y sus aliados.
Ya desde el 6 de junio (al día siguiente de los sangrientos sucesos) decía:
- Hay que imitar la firmeza con que Chile ha tratado sus problemas con los radicales mapuches para proteger su industria forestal. El presidente Ricardo Lagos declaró terrorista a la sediciosa "Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco".
- Cafeína a raudales, antenas paradas, serenidad, imaginación, recopilación veloz de inteligencia... En suma: máxima alerta en estos días. Aquellos que sospechamos que estamos asistiendo a una bien diseñada maniobra desestabilizadora alentada desde el exterior (Caracas y La Paz, ONG ambientalistas e indigenistas radicales), pensamos que se viene una próxima escalada dentro de este programa conspirativo.
- Ya pronto aparecerán las ONG caviares para intimidar con juicios a los uniformados. También escucharemos los rollos de sus "tontos útiles" (Defensoría del Pueblo, curas, fujicaviares, prensa "progre", los bloggeritos, los "políticamente correctos", etc.).
El 15 de junio, en su editorial que tituló “Guerra de varios frentes” dijo, entre otras cosas:
- El frente del Congreso ha sido pacificado radicalmente con esta suspensión de los más revoltosos.
- El frente internacional es tarea de las -a menudo inútiles- embajadas y del Ejecutivo. El gobierno puede encontrar muy poderosos aliados en medios decididamente antizquierdistas y antichavistas como The Wall Street Journal (la influyente Mary O'Grady ha estado en Lima y sabe muy bien quiénes son las ONG caviares, Humala, Chávez y Evo. La conozco)
- El frente ONG pasa por el cierre y bloqueo del dinero que llega de las que financian los proyectos más radicales (Amazon Watch, Ibis, Racimos, Oxfam, Fundación Soros, las clericales alemanas, etc.)
- El frente serrano es complicado. La asonada ha comenzado en Andahuaylas con el radical FEDRA y lo de Doe Run en La Oroya podría complicar a Lima. El FACA de Arequipa seguramente fregará pronto.
- Y para desgracia nuestra, todo esto tiene para largo... para muy largo. No sé qué espera Alan que no prepara a su FAP con todo el napalm necesario. (En realidad esto lo dijo el columnista engreído de Aldo M: Andrés Bedoya Ugarteche, pero como lo mantiene y no le llamó la atención sobre este comentario abiertamente fascista y genocida, lo dejo como parte de las “instrucciones” de guerra).
- Los nativos que cerraron pistas y asesinaron policías son unos héroes románticos, unos idealizados "buenos salvajes". Preocupa que el tiburón radical haya probado sangre y notado que la presa es débil y confusa.(16 de junio).
Ciertamente, un mensaje de guerra, enfrentamiento, muerte, sangre; los impulsos más primarios desbordados. Lo que aterra es que lleguen al más alto nivel de decisión del gobierno, y peor todavía, que se haya convertido en realidad.
Felizmente para el Perú, esta estrategia y su implementación vienen fracasando rotundamente. No es otra la conclusión que nos ofrece la reciente encuesta de IPSOS-APOYO publicada el día domingo 21 en El Comercio. De acuerdo a sus resultados, toda esta campaña de enfrentamiento entre peruanos, de satanización de los indígenas, de invención de enemigos internos y externos, se he estrellado contra la vocación de paz, y el sentido común, de la gente.
Ante la pregunta ¿Quiénes son los responsables de la muerte de policías y nativos en los enfrentamientos del 5 de junio?, los mil encuestados respondieron: Alan García (57% ), Mercedes Cabanillas (39%), Yehude Simon (24%), Alberto Pizango (17%), Policía Nacional (17%), Extranjeros infiltrados (11%), Comunidades nativas (7%), ONG de la zona (5%).
La desaprobación de los principales involucrados es altísima: 84% para Alan García, 82% para la bancada aprista, 77% para Mercedes Cabanillas. Preguntas específicas como ¿Quién cree que tiene la razón en el conflicto de la selva?, se responden: las comunidades nativas (57%), el gobierno central (18%). ¿Cree usted que el número de víctimas mortales fue mayor entre los policías o entre los nativos? Respuesta: Hubo más muertos nativos (63%), Hubo más policías muertos (27%).
Millones de dólares gastados en propaganda a través de todos los medios de comunicación, con toda la carga agresiva y descalificadora de la estrategia de guerra, no sirvieron para nada. Hasta en el número de muertos, la población no le cree al gobierno. (Es curioso que nadie mencione a los heridos, que hasta donde se sabe fueron 240, 210 de los cuales han sido nativos y pobladores amazónicos).
Es evidente que si García sigue con esta estrategia confrontacional estará arriesgando su propia permanencia en el gobierno, y poniendo en peligro el proceso de recuperación de la democracia que empezó en el 2000 con Valentín Paniagua.
Esta es la última oportunidad del presidente para rectificar rumbos, pues le queda sólo un año de gobierno (el último año siempre está dominado por la campaña electoral y el poder real de los presidentes baja notoriamente), y por lo tanto no puede fallar en su decisión. Tiene que convocar a un gabinete de unidad y reconciliación nacional, que integre a todas (y me refiero a todas) las fuerzas políticas y sociales, con un primer ministro concertador y convocante, para que nos permita superar los traumas del 5 de junio, y al mismo tiempo, enfrentar la crisis mundial, que se viene mucho más fuerte de lo previsto.
Por ello, y a diferencia de lo que piensan muchos, no estoy por la salida inmediata de Yehude Simon, pues el presidente va a necesitar algunas semanas para armar un gabinete y una agenda nacional con esta nueva perspectiva.