No es el virus AH1N1 sino la parasitaria comisión que investiga el chuponeo, presidida por Osvaldo Luízar. Esa comisión prometió presentar su informe final en mayo. En meses pasados, Luizar afirmó varias veces que habían realizado grandes descubrimientos.
Llegó mayo y ahora piden que se amplíe su mandato seis meses más.
La verdad es que no han investigado nada y no tienen nada que entregar. Son parásitos que viven de las indagaciones que han hecho la Fiscalía y el Poder Judicial. Y como desde hace varios meses todo está paralizado en esas instancias, ellos se han quedado con su informe en blanco.
Para lo único que ha servido esa comisión es para hurgar en las cuentas bancarias, declaraciones juradas y llamadas telefónicas de los denunciantes. En efecto, sin ninguna fundamentación y aduciendo que trabajan en secreto, demandaron información reservada a las instituciones públicas y privadas.
Sus objetivos han sido los periodistas Pablo O´Brien y Fernando Ampuero, el abogado José Ugaz, sus familiares y los miembros de su estudio, Fernando Rospigliosi, etc.
Es decir, son un instrumento de los corruptos para investigar a los denunciantes.
Sería un escándalo si el Congreso les amplía el plazo a ciegas, sin que hayan presentado nada que acredite que hicieron alguna investigación sobre los chuponeadores y sus amigos, como el almirante (r) Luis Giampietri y el Servicio de Inteligencia de la Marina.
Entretanto, el juez Jorge Barreto no tiene los peritos que necesita para abrir la computadora de Rómulo León, incautada a principios de octubre del año pasado. Y la juez María Martínez no avanza un paso en la investigación del chuponeo.
¿Quién traba las investigaciones en el Poder Judicial y en el Congreso? El gobierno, sin duda.
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