He visto expresado en un nítido sentimiento de rechazo popular a la estigmatización internacional contra México. Trato de explicar los prejuicios detrás de esta perversidad expiatoria.
Es necesario diferenciar tres lugares asociados a los momentos de desarrollo del virus: (a) aquel en que se procesa la recombinación (origen) a nivel genético; (b) el lugar en el que se empieza a difundir (paciente cero); y (c) el que sirve de despliegue a la propagación masiva. Estos lugares pueden coincidir o no, parcial o totalmente, y es difícil predecir las relaciones que se establecen entre ellos.
(a) En el caso del H1N1 actual, existirían dos lugares de origen genético, el norte de Estados Unidos, como mostraba precursoramente el artículo de Wuethrich en 2003 (Science Vol. 299 # 5612) y Veracruz (México). Se trataría del H5N1 aviar introduciéndose en cerdos y humanos, reconvertido como H1N1 con cepas aviares, humanas y porcinas (de 2 tipos, euroasiáticas y americanas). Es decir, varios países involucrados. Desde 1997, hay estudios que muestran que es esta forma de crianza de animales es un caldo de cultivo de patógenos. La convivencia apocilgada entre humanos y animales es un medio favorable para la recombinación genética por la frecuencia de interrelaciones. Ellen Silbergeld (investigadora de la prestigiosa Escuela de Salud Pública John Hopkins) respaldó la teoría que considera a estas granjas como mezcladoras excepcionales de patógenos (BBC Mundo 30/mayo/2009).
(b) Ahora bien, respecto al lugar de difusión inicial, los 5 primeros casos se hallaron simultáneamente en México (Veracruz) y en Estados Unidos (California y Texas). Marie Kieny, investigadora de la OMS, subrayó que los detectados en México, Estados Unidos y Europa eran genómicamente iguales en 99%, es decir, el mismísimo virus. No se ha llegado a determinar por qué es más agresivo en México (elmundo.es 29/abril/2009 y 03/mayo/2009), descartando las diferencias de rapidez para acudir a los servicios médicos. (Recordemos que en 1976 la influenza porcina empezó a difundirse en Estados Unidos, con 25 muertes, al igual que el rebrote de 1988 desde Wisconsin).
(c) En cuanto a la propagación masiva, son también los mismos lugares (México y Estados Unidos), en plazos algo diferentes (México una semana antes), aunque hoy la propagación sigue un ritmo mayor en Estados Unidos. En resumen, en el caso del H1N1 actual constatamos una gran coincidencia entre estos 3 tipos de lugares (origen, difusión y propagación).
Sabemos que los sistemas intensivos de producción de cerdos y aves existen en muchos países. Algunas son granjas filiales de grandes transnacionales, no sólo en México y en Estados Unidos. Existe una amplia cantidad de países con características similares que podrían haber sido lugares de origen genético, de difusión inicial y de propagación masiva. ¿Por qué entonces empezó en estos dos países? Probablemente no exista una explicación satisfactoria porque también se hallan involucrados elementos altamente aleatorios en el comportamiento de la mayor parte de virus. Si la hubiese, sería fácil predecir cuál sería el curso del virus y cómo doblegarlo.
Sobre la base de los aspectos más fácilmente detectables y conocidos en virus similares, aparece una amplia gama de interrogantes difíciles de contestar por la aleatoriedad e incertidumbre intrínsecas a su comportamiento. Entre éstos últimos podrían mencionarse: las particularidades de cada virus (cada virus es único en genes y en comportamiento), las rutas y medios de traslado y transmisión, los trazos que sigue la distribución geográfica (que no obedecen a un plano o esquema preestablecido), la diferente forma que tienen los virus para reaccionar (adaptativamente) a las condiciones contextuales y estacionales (las estaciones modifican el comportamiento). Margaret Chan, directora de la OMS ha señalado: "Puede que en un mes este virus desaparezca, puede que se quede como está o puede que se agrave." Le faltó decir “puede que reaparezca aquí, allá o acullá.”
Por ejemplo, el virus del Nilo Occidental tuvo como lugar de origen genético y de difusión inicial a Uganda, en 1937. En los años 1960 brotó en Francia y Egipto, y reapareció de manera más mortífera en Estados Unidos (1999) convirtiéndolo en el principal (y más extenso) lugar de propagación masiva. Tampoco existe una explicación satisfactoria de por qué ha seguido estas trayectorias. Obviamente, los virus no se distribuyen siempre desde los países más pobres, aunque éstos sean más vulnerables y –si son infectados– los más dañados. Si esto fuera así, serían bastante previsibles y habría que exigir a la OMS que abandone a los países avanzados.
Los componentes aleatorios del comportamiento de los virus dejan fuera de juego a las explicaciones mecanicistas y unidimensionales. También dejan sin base a esta humana proclividad para asignar nacionalidad a los virus y satisfacer así la manía cruel de manifestar desprecio y expiación buscando reafirmar banalmente ciertas identidades locales. Hay mentalidades que se regocijan clasificando a sus iguales en categorías sociales, económicas, raciales o de cualquier tipo, para ubicarse al interior de alguno de estos casilleros (imaginarios que buscan convertir en realidades a través de conductas y tratos). Operan de manera semejante en el plano global, construyendo esquemas jerarquizados de valoración entre países. México se ha sido presa de estos prejuicios. Lamentablemente es muy fácil victimizar.
3 comentarios:
Señor Solari:
1. A propósito de su comentario, ¿no le parece raro que la gripe asiática y la española se llamen así, y que la aviar y la de las vacas locas también, mientras que a ésta, inicialmente llamada porcina o norteamericana, se le cambió rápidamente el nombre?
2. ¿Tendrá algo que ver con los poderosos ganaderos del norte o con el orgullo gringo de que nada malo debe estar asociado a su imagen?
3. Inmediatamente los medios masivos se alinearon con las órdenes de Washington sin importarles que las otras enfermedades se llamen como se llaman sin que nadie les ponga un nombre "científico".
4. ¿Imperio estadounidense o mentalidad colonial?
Muchas gracias.
Luis Enrique, con mucho gusto, comento y contesto tus preguntas, siguiendo la numeración que les das.
1. Hoy es ya más que evidente que el cambio de nombre se debió a la presión del fuerte (muy fuerte) lobby ganadero estadounidense, debido a que cada vez es más contundente la verdad que el origen de la incubación de este virus fueron este tipo de granjas (hacinamiento, calor, vacunaciones de los animales más insecticidas, etc.), y también a que las ventas de carne de cerdo se desplomaron en varias partes del mundo empezando por Estados Unidos. Si no se les hubieran caído las ventas, estoy seguro que se seguiría llamando influenza porcina, y bien puerca, porque de los cuatro componentes genómicos del virus 2 son de cerdos, 1 humano y 1 aviar. Pero tengamos en cuenta también que esto era ya algo conocido, muy conocido, como señalaba ayer Silvia Ribeiro en La Jornada, En 1999 ese virus ya estaba presente en 20.5% de los cerdos de granjas en 23 estados de Estados Unidos, según reportó ese año la publicación Journal of Virology.
2. Así es, los medios se alinearon con Washington para ponerle el nombre que el gobierno quería darle, porque ahora, como antes, son poseedores de la verdad científica. ¿Esto no es acaso implícitamente censura de la investigación científica?. Lo que no ha llamado mucho la atención, pero sigue indignando, es la influencia de estos grandes productores de cerdos no sólo en Estados Unidos, si no a nivel mundial a través de los grandes laboratorios farmacéuticos, sobre la OMS que fue la que, manejada por estos intereses, formalizó el cambio del nombre. Es decir, fue la oligopolizada producción de cerdos en mancuerda con las grandes farmacéuticas. Son un mismo poder unificado, incluso con la participación (infiltración?) directa de personeros del poderío militar (guerra bacteriológica, virológica) y de la política dentro de este mismo poder. CCN Money del 31/oct/2005, decía: “Rumsfeld no es el único político de peso pesado beneficiándose de la demanda de Tamiflu, manufacturado y comercializado por el gigante suizo Roche”. Ojo, “no es el único”, varios pesos pesados están metidos y lucrando, en la medida en que son destacados accionistas. Una inmundicia más de esta fase monopolista, corrupta y mafiosa del capitalismo actual, pero digamos que un “asco legal”, porque la ley les permite ser jefes de Pentágono, destacados políticos, accionistas de farmacéuticas, etc. Pero esto en cualquier parte se llama conflicto de intereses. Una sociedad que se precie de ejemplo democrático debería transparentar estas informaciones e impedir legalmente la yuxtaposiciones de estos poderes y cargos públicos.
3. Esto lleva a responder tu última pregunta ¿imperio estadounidense o mentalidad colonial?. La conjunción de estos intereses económicos, oligopolizados de manera concentrada, incluyendo lo financiero, con los de la política y la estrategia militar, nos coloca en la definición más clásica del imperialismo. Pero más allá, ahora en conjunción también con intereses transnacionales muy bien combinados, mixturizados. Remarquemos lo que decía CNN, nada menos que CNN, Rumsfeld (Secretario de Defensa en ese entonces) y varios otros peso pesados de la política y lo militar estadounidense, engranados con farmacéuticas suizas, etc. Va más allá de la definición clásica del imperialismo, pero en esa misma dirección, es decir un imperialismo con mayores capacidades globales. Entre mentalidad colonial e imperialismo no existe, a mi modo de ver, una disyuntiva, pues son conceptos y realidades complementarias, dos caras de una misma moneda. Ahí la dejo, hay toda una discusión al respecto que sería larguísimo tan sólo reseñar.
4. Las grandes granjas Smithfield, Tyson, Cargill son transnacionales, y entre ellas controlan la producción y comercialización de carne de cerdo en Estados Unidos y disponen de un lobby igualmente fuerte y en alta conexión con las instancias del Ejecutivo (Obama o no Obama presente). Eso es el típico poder oligopolista.
5. Es obvio que cualquier gobierno que se precie de representar los intereses de toda la nación, tendría que formar una comisión independiente con plenos poderes para que investigue (re-investigue en realidad) a estas granjas como generadoras de nuevos patógenos y proponga las medidas para superar esta causa, que tendría que ser, a fuerza, la transformación de esta forma de crianza (cruel además) de animales. Están en juego millones de vidas.
6. Ciertamente, es este un orgullo patrio muy estrecho (pero todopoderoso) diciendo que Estados Unidos sólo genera cosas positivas. Es parte de un orgullo gringo, también pedantesco y propio de Homero Simpson.
7. El problema de fondo es que estamos encarando problemáticas planetarias con mentalidades de chacra-nacional. (Desarrollar este punto sí tomaría mucho espacio, pero quiero dejarlo señalado).
Saludos.
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