sábado, 15 de octubre de 2016

Gastón Acurio y Mistura

Tendiendo puentes


Alfredo Stecher
14.10.2016

Hace poco Gastón Acurio, nuestro gastrónomo estrella, político que no aspira a cargos en el Estado, ha escrito para El Comercio un extenso artículo de orientación, claramente constructivo, para una superación de los errores e insuficiencias del último Mistura.

Para quienes no han tenido oportunidad de leerlo o ven positivo refrescarlo, hago acá un resumen, como alguien convencido de la importancia del movimiento gastronómico para la construcción de un Perú mejor para todos, que tiene en Acurio uno de sus mejores impulsores y arquitectos.

Incluso personas que discrepan con algunos de sus planteamientos le reconocen seriedad, visión, honestidad. Y nos induce a reflexionar sobre aquello en lo que se discrepa y a quizá replantearnos cosas en ese nuevo contexto, en parte creado por él, favorable al desarrollo de todo lo que es más positivo. Valoro en especial su visión amplia respecto de nuestra agricultura, y su respaldo en particular a la familiar y a la orgánica.

Inicia diciendo “La vida es un camino que vamos construyendo día a día, con aciertos y errores, alegrías y penas, victorias y derrotas. Una ruta llena de desafíos inesperados, que nos ponen permanentemente a prueba y nos hacen más fuertes.” Concuerdo plenamente.

Celebra lo avanzado por la gastronomía peruana, especialmente en el exterior, bajo la conducción de APEGA, sin que nadie pida algo económico a cambio, e invita a superar problemas surgidos en el país. Invoca a dejar atrás egos, vanidades y desconfianzas, superar conflictos, y propone avanzar con dignidad en lo que son instrumentos de desarrollo, contra las lacras como la pobreza, desnutrición, depredación y contaminación.

Propugna una alianza ya no solo entre privados sino también pública y privada para un Perú con oportunidades para todos.

Para el gran evento Mistura 2017, que contará con un campo ferial permanente más apropiado, con mejores accesos, propone una organización en ocho zonas:

1.         Viaje por el Perú, con pabellones de las regiones -productos, cocina, destinos turísticos y manifestaciones culturales.
2.         Paseo por el mundo, de todos los países de América Latina y algunos otros invitados.
3.         La cocina une a la humanidad, con
·         una plaza de la amistad, para pueblos emparejados -árabe-israelí, peruano-chileno, y otros
·         la plaza de las batallas, para organismos nacionales e internacionales a favor de la sostenibilidad, la buena agricultura, la educación, las oportunidades y la diversidad cultural.
4.         Los grandes restaurantes a precio de feria.
5.         Nuestras tradiciones culinarias
·         cada stand un plato clásico y uno innovador
·         prioridad a nuevos participantes
·         con asesorías de los antiguos
·         comisión por servicios no mayor al 10% y nula para carretillas.
6.         Vamos a cocinar
Escenario principal para charlas y debates, más mesas paralelas:
·         10 cocineros relevantes del mundo como embajadores de buena voluntad de América Latina, y 50 reconocidos de la región
·         redacción de un nuevo manifiesto de los cocineros de América Latina: “Las cocinas de Latinoamérica, un arma de paz”.
7          Espacio de la cultura, de acceso libre.
8          Los niños y la cocina
·         un espacio mágico para que jueguen interactuando con la naturaleza, la huerta, el medio ambiente, la diversidad, la cocina, la mesa, la tolerancia.
·         visitas guiadas gratuitas para grupos de niños de escuelas estatales (inicial y primaria) por toda la feria.

Una excelente propuesta.

martes, 4 de octubre de 2016

Cara o/y sello






Alfredo Stecher Schauer 

Estamos acostumbrados a que nuestras monedas tengan cara y sello integrados. Pero en otros aspectos de la realidad, especialmente en política, no nos tomamos la molestia de ver si al otro lado de la cara hay sello o, al otro lado del sello, cara, o ignoramos lo que vemos. En otras palabras, si veo algo blanco, qué aspectos negros tiene, algunos con toda seguridad, y viceversa, lo que nos llevará a verlo más bien gris y a la necesidad de ver si predomina el blanco o el negro, y, si es algo complejo, como suele ser la realidad, en qué partes es más blanco y en cuáles, más negro. Aclaro que la noción de blanco y negro se refiere a día y noche, no a lo racial. La idea es obviamente priorizar lo más blanco y apreciar lo blanco también en lo gris más oscuro, y considerar lo negro también en lo gris claro. Y mejorar el lado predominante así como el que uno prefiere.
No existe nada que no tenga dos o más lados físicos, y también dos o más lados en el uso que le damos.
En la prehistoria e historia de la humanidad, para dar solo algunos ejemplos, el cuchillo ha resultado utilísimo para mejorar nuestra alimentación y para defendernos con mayores chances de éxito de otro humano agresor o de un animal predador, pero también para atacar a otros; la lanza, arco y flecha y el hacha, además de herramienta para aumentar las fuentes de sustento, nos sirven igualmente para defendernos o agredir. El caballo, y luego la carroza, son medios de transporte, pero ello tanto para la paz como para la guerra. Y hay infinitos ejemplos del múltiple uso de muchos elementos naturales y de lo inventado por el genio del ser humano, para bien y para mal.
¿A qué viene esto?
Como siempre, ante objetos o usos nuevos, hay quienes los aplauden y quienes los denostan, pero también quienes valoran unos aspectos y critican otros. Es el caso de los medios de comunicación virtual masivos. Por supuesto que tienen sus lados de sol y sus lados de sombra. El problema no son las nuevas herramientas, sino el uso que les damos.
Me ha inspirado escribir esto un artículo en la excelente revista mensual del museo Smithsonian, de Washington, sobre los inicios del teléfono y la contraposición de la conversación cara a cara y la producida a distancia. Cuando Graham Bell inventó en 1876 el teléfono y luego lo mejoró, logró vender en el primer año 3000 aparatos, y, en 1900, ya había un millón en todo EEUU, casi exclusivamente para uso empresarial. Muchos empresarios prohibían su uso a las mujeres, para que no interfirieran con el negocio. Un crítico social advertía de que no debería ser usado para chismes entre mujeres estúpidas. Incluso el gerente de una compañía de teléfonos constató con una encuesta que el 30% de las llamadas eran puro parloteo. Poco a poco se dieron cuenta de que era más rentable vender sus aparatos para eso y para bromas que para negocios, de modo que pronto subrayaron cuánto podían reducir el aislamiento y acercar a amistades. En cambio, algunos críticos se preguntaban si favorecía la movilidad física o la flojera, si quebraba la vida familiar y la práctica de visitar a otras personas. Otros, en cambio, subrayaban que contrarrestaría la soledad.
Mark Twain, el excelente humorista norteamericano que conocemos más por sus novelas Tom Sawyer y Huckleberry Finn, de aguda observación de las inequidades sociales, con sentido crítico, en este caso, equivocado, escribió un artículo Una conversación telefónica, en que reproducía una desde un solo lado (mecanismo que utilizó hace décadas un escritor para una conversación a distancia israelí – palestina). Un diario inglés observó en 1899 que el uso del teléfono da poco margen para la reflexión, que engendra febrilidad que no contribuye a la felicidad doméstica. La empresa Bell advirtió en 1910 del riesgo de aumento de comportamientos rudos, como disociaciones a lo Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
Un ingeniero de la compañía telefónica ATT predijo que fomentaría la comprensión mutua de lenguajes y contribuiría a hacer de la humanidad una hermandad. Un partidario hizo notar en 1915 que por la ausencia de señales corporales tenemos que estar más atentos, que por eso quizá podría reducir malentendidos y hasta evitar guerras.
Ya sabemos qué efectos tuvo y cuáles no, y hacemos bien en ver ahora objetivamente qué problemas y qué beneficios están generando las nuevas herramientas de comunicación. Solo menciono que, aparte de otros resultados positivos, un estudio reciente muestra que adolescentes que las usan más para comunicarse son los que más se ven cara a cara con amistades.
Hay advertencias en el sentido de que niños no lo usen muy temprano, en lo que concuerdo por el posible daño cerebral causado por las ondas, en un tejido neuronal todavía incipiente; y, de todos modos, que el tiempo de uso sea estrictamente limitado. Hay estudios que indican que mientras más temprano el uso (aparte de lo muy difícil que es impedirlo), más se desarrolla su uso positivo, siempre que una supervisión cauta eduque en el sentido de evitar contenidos inapropiados y abusos, y controle que eso sea efectivo.