domingo, 31 de mayo de 2009

LA GRIPE QUE MATA...

RIESGO MUNDIAL VS CATÁSTROFE LOCAL / Liuba Kogan

La lucha contra la pobreza extrema es una responsabilidad moral ineludible en nuestro país. Que hayan muerto –en lo que va del año-  140 personas debido a las bajas temperaturas (es decir, debido a la pobreza) en la Sierra Sur del Perú; es algo que no sólo hay que lamentar, sino algo sobre lo que se debe actuar eficientemente, con celeridad y con verdadera responsabilidad, considerando  las causas profundas de esta situación y no solo paliando síntomas.  Como plantean hoy muchos intelectuales, la pobreza no solo implica tener ingresos insuficientes para cubrir la canasta básica familiar; sino, muchos otros asuntos: falta de información, inexistencia de servicios de salud, incapacidad para ejecutar los presupuestos asignados, indiferencia respecto a derechos, etc. Es decir, como propone Amartya Sen, Premio Nobel de economía 1998, la pobreza debe entenderse como falta de capacidad para actuar proactiva y libremente

 ¡QUÉ NUESTROS NIÑOS NO MUERAN DE FRÍO!

Yo no quiero que mi hijo muera de frío ante la indiferencia de todo el país. Y ya son casi 200. El Hígado de Aquiles.

 

OTRAS COLUMNAS RECIENTES

HUEVOS DE ESTURIÓN / Sin plan VRAE / Fernando Rospigliosi

La lamentable presentación de Yehude Simon el jueves en el Congreso, muestra que este gobierno no solamente no sabe que hacer en el VRAE, sino que no le interesa en absoluto. Desde el principio, las medidas adoptadas han sido reacciones a sucesos provocados por el narcotráfico y los terroristas. En diciembre de 2006, el Ministerio de Defensa se hizo cargo del problema luego de una emboscada de Sendero contra la policía antidrogas, operación financiada por el narcotráfico. El nuevo plan presentado por Simon es consecuencia del rotundo fracaso de los militares que han sido, en la práctica, los que han estado a cargo del asunto. La emboscada del Jueves Santo, en la que murieron 15 miembros del Ejército, propició que el gobierno admitiera indirectamente el descalabro del la anterior estrategia y la reemplazara con… nada.

¿LA CRISIS YA TOCO FONDO? / Fernando Villarán

Estuve de viaje dos semanas; de regreso al Perú me entero que el ministro de Economía ha dicho que la crisis en el Perú ya había tocado fondo. También he escuchado a algunos comentaristas económicos decir que la crisis no va a ser tan grave, que no hay que preocuparse demasiado por ella, que va a pasar pronto. A muy pocos, en los países desarrollados, China o India, se les ocurriría decir algo así. Entonces ¿a qué se debe tanto optimismo? La respuesta fácil sería decir que quieren agradar al presidente García que sólo escucha las buenas noticias. Algo de esto hay, pero me inclino por una explicación algo más elaborada.

EL FUTURO DE KEIKO/ Jorge Bruce

En un documental sobre la fotógrafa Annie Leibowitz, quien fuera pareja de la escritora Susan Sontag, se retrazan las diferentes etapas de su carrera. Inicialmente se dedicaba a personajes del rock. En la actualidad trabaja para Disney, componiendo situaciones basadas en las películas de la trasnacional, recurriendo a estrellas del cine, la canción o el deporte. Pero el hilo que une los diversos hitos de su ya considerable trayectoria, es una capacidad asombrosa para captar la esencia de los personajes retratados (cualidad que ella niega, alegando que se limita a apretar el obturador cuando le parece el mejor momento). Así, cuando tomaba fotos para la revista Rolling Stone, hizo una secuencia memorable de la cantante Patti Smith. Al ver la expresión de su rostro, la intérprete folk comentó que inicialmente –años atrás- le había extrañado y no se había reconocido del todo. Sin embargo, con el paso del tiempo, explicaba al autor del documental, lo insólito es que había terminado teniendo el rostro de la fotografía.

DISEÑO: ACCIÓN POLÍTICA/ Sandro Venturo

Vamos a conversar del diseño como una actividad que tiene implicancias y consecuencias políticas. Lo que sigue es una reflexión ideológica que apenas tratará los aspectos profesionales del diseño, que no abordará ninguna cuestión técnica ni metodológica. Es ideológica porque me interesa compartir con ustedes algunas digresiones acerca de los supuestos y los impactos de la experiencia del diseño en nuestra sociedad.

 

RIESGO MUNDIAL VS CATÁSTROFE LOCAL / Liuba Kogan


La lucha contra la pobreza extrema es una responsabilidad moral ineludible en nuestro país. Que hayan muerto –en lo que va del año-  140 personas debido a las bajas temperaturas (es decir, debido a la pobreza) en la Sierra Sur del Perú; es algo que no sólo hay que lamentar, sino algo sobre lo que se debe actuar eficientemente, con celeridad y con verdadera responsabilidad, considerando  las causas profundas de esta situación y no solo paliando síntomas. 

 Como plantean hoy muchos intelectuales, la pobreza no solo implica tener ingresos insuficientes para cubrir la canasta básica familiar; sino, muchos otros asuntos: falta de información, inexistencia de servicios de salud, incapacidad para ejecutar los presupuestos asignados, indiferencia respecto a derechos, etc. Es decir, como propone Amartya Sen, Premio Nobel de economía 1998, la pobreza debe entenderse como falta de capacidad para actuar proactiva y libremente.

Felicito a Wilfredo Ardito  del Instituto de Defensa Legal y en su nombre, a todos los que han contribuido a poner en agenda mediática la catástrofe local de la Sierra Sur de nuestro país. Frente a la ineficacia e indiferencia del Estado, el trabajo de la Sociedad Civil resulta vital.

Sin embargo, considero un error conceptual levantar el tema de las muertes por frío en la Sierra Sur como un asunto que se deba contraponer a la cobertura que se ha desplegado en torno a la gripe AN1H1, bajo argumentos del tipo “no es posible que en el mundo hayan muerto menos personas por AN1H1, que en la Sierra Sur y miren todo el escándalo que se hace; la gripe AN1H1 es un asunto que afecta a los que viajan a Punta Cana”.  Lo que falta es hacer escándalo e indignarnos por la indiferencia frente a las catástrofes locales como la que se deriva del frío extremo y la pobreza extrema; pero no desestimar los alcances de un fenómeno diferente: el de un asunto de salud pública de alcance mundial.

Todas las muertes que se pueden evitar y no se evitan, son un escándalo. Pero las muertes por frío/pobreza y las producidas por el virus AN1H1son producto de lógicas distintas.

Lo que quiero argumentar es que el virus AN1H1, representa un riego mundial real, que no debe espectacularizarse, pero sí tomarse con seriedad.  La posibilidad de una pandemia es una realidad potencial. Incluso, los entendidos en el tema señalan que es posible la asociación de AN1H1 con el virus de la gripe aviar (endémico en algunos países asiáticos): probablemente un virus de gran letalidad. Y son los pobres, los que siempre tienden a llevar la peor parte, debido la falta de información, a la malnutrición y a la dificultad para acceder a  tratamientos médicos.  A ello, habría que agregar la variable “contagio” como un asunto fundamental: la pobreza no se contagia, la gripe AN1H1, sí. Y la gente tiende a movilizarse debido a las pulsiones y fantasías que desencadena el temor a la “contaminación”.  Por eso es fácil que los medios enganchen a las personas, que espectacularicen las noticias y que acaparen primeras planas.

Por otra parte, las catástrofes locales, no despiertan masivamente la solidaridad. No conmueven al punto de movilizar a la acción. Pues, se perciben como temas lejanos y locales. Los que actúan sobre las catástrofes locales, lo hacen movidos por la reflexión y el altruismo.  Los otros, son indiferentes: la pobreza aparentemente no contagia.

¿Cómo lograr que las catástrofes locales tengan cobertura mediática, atención de la ciudadanía y respuesta del Estado? Creo que no es suficiente buena voluntad ni cobertura eventual en medios. Es de vital importancia poner en agenda política los asuntos subyacentes que afectan a los más vulnerables: pobreza, descentralización, educación, ineficiencia, corrupción, etc.  No creo que se trate de competir por primeras planas, sino por presionar al Estado a actuar seriamente sobre los asuntos realmente importantes: con primeras planas o sin ellas.

 

sábado, 30 de mayo de 2009

HUEVOS DE ESTURIÓN / Sin plan VRAE / Fernando Rospigliosi


La lamentable presentación de Yehude Simon el jueves en el Congreso, muestra que este gobierno no solamente no sabe que hacer en el VRAE, sino que no le interesa en absoluto.
Desde el principio, las medidas adoptadas han sido reacciones a sucesos provocados por el narcotráfico y los terroristas. En diciembre de 2006, el Ministerio de Defensa se hizo cargo del problema luego de una emboscada de Sendero contra la policía antidrogas, operación financiada por el narcotráfico.
El nuevo plan presentado por Simon es consecuencia del rotundo fracaso de los militares que han sido, en la práctica, los que han estado a cargo del asunto. La emboscada del Jueves Santo, en la que murieron 15 miembros del Ejército, propició que el gobierno admitiera indirectamente el descalabro del la anterior estrategia y la reemplazara con… nada.
El listado de buenas intenciones presentado por Simon, que todo el mundo sabe no se va a cumplir, revela que no existe ninguna preocupación real del gobierno para asumir el problema en serio.
La cuestión del VRAE no es un asunto de pobreza y no se va a resolver con más profesores o nuevas carreteras. Eso, y muchas cosas más, se necesitan, sin duda, en el VRAE y en casi todo el país. El punto más importante es que el VRAE es una zona liberada del narcotráfico. Esa es la esencia del problema.
El VRAE es hoy en día la mayor zona productora de Pasta Básica de Cocaína del país y está completamente dominada por el narcotráfico. Las autoridades locales están compradas por los narcotraficantes o están amedrentadas por ellos.
La Policía Antidrogas (Direndro) realiza rutinarios operativos en los que destruye pozas de maceración, decomisa algo de drogas e insumos químicos y detiene a narcotraficantes, por lo general de segundo o tercer orden, Nada más.
Lo primero que se requeriría es una acción enérgica y decidida del Estado para combatir el narcotráfico en la zona. Eso no solo implica más policías, comisarías y bases, sino sobre todo una decidida lucha contra la corrupción y controles especiales a los efectivos desplazados a esa región.
Pero eso no se está haciendo ni se piensa hacer. La ministra Mercedes Cabanillas vive a años luz del VRAE, no le interesa en lo más mínimo el tema -lo hizo ostensible el jueves en el Congreso- y no va a mover un dedo para mejorar las cosas. Es más, probablemente las va a empeorar, como lo muestra el hecho que haya nombrado jefe del VRAE al general Ítalo Perochena, que viene del Frente Huallaga, donde además de criticársele por hechos de corrupción, se le reprochó por obstaculizar las operaciones antidrogas de la Dirandro en ciertas zonas.
Cabanillas solo está interesada en ganar puntos en las encuestas en vistas a la campaña del 2011. Eso si lo sabe hacer. Así es que se ocupa de tareas encomiables por cierto, como denunciar a un padre violador, pero no atiende en absoluto temas como narcotráfico, terrorismo,  orden público o seguridad ciudadana, cuestiones complejas que pueden acarrearle inconvenientes a su popularidad.
Así las cosas, el VRAE seguirá a cargo de militares incompetentes que han usado sus derrotas para conseguir más dinero. El narcotráfico seguirá prosperando. Y Yehude ha demostrado que no sólo no tiene idea alguna de que hacer en el VRAE, sino que carece de vergüenza.
Después del desplante que le hicieron los apristas al dejarlo solo, en lugar de irse con un mínimo de dignidad, ha preferido permanecer a la espera de la inevitable patada que lo arrojará fuera en el momento en que Alan García considere que ya lo exprimió completamente y no puede extraerle una gota más de beneficio.

viernes, 29 de mayo de 2009

¡QUÉ NUESTROS NIÑOS NO MUERAN DE FRÍO!

Yo no quiero que mi hijo muera de frío ante la indiferencia de todo el país. Y ya son casi 200.

El Hígado de Aquiles.

¿LA CRISIS YA TOCO FONDO? / Fernando Villarán


Estuve de viaje dos semanas; de regreso al Perú me entero que el ministro de Economía ha dicho que la crisis en el Perú ya había tocado fondo. También he escuchado a algunos comentaristas económicos decir que la crisis no va a ser tan grave, que no hay que preocuparse demasiado por ella, que va a pasar pronto. A muy pocos, en los países desarrollados, China o India, se les ocurriría decir algo así. Entonces ¿a qué se debe tanto optimismo? La respuesta fácil sería decir que quieren agradar al presidente García que sólo escucha las buenas noticias. Algo de esto hay, pero me inclino por una explicación algo más elaborada.

En primer lugar está la trampa ideológica. En nuestro país no ha habido, ni una pizca siquiera, de autocrítica de parte de los economistas neoliberales; o no saben que es esto, o les cuesta demasiado. Por eso se niegan a aceptar la realidad: si la crisis ya pasó, si la crisis es leve, y todo va a seguir siendo como antes, entonces ellos pueden respirar tranquilos, sus ideas y sus dogmas se conservan, no tienen que realizar ningún doloroso proceso de cambio interno.

La segunda razón se basa en un profundo error teórico. Su optimismo parte de que las bolsas de Nueva York, la de Lima, y de otros países, se vienen recuperando en los últimos meses, y piensan que la economía seguirá este mismo camino. El error está en suponer que el mercado de valores, el mercado financiero, y los mercados de bienes y servicios son todos iguales. Son diferentes y tienen comportamientos diferentes; están relacionados, y se afectan unos a otros, pero de manera compleja y sutil.

Las bolsas de valores tienen, aún en épocas normales, bastante autonomía con respecto a la economía real. En épocas de crisis, como la que estamos viviendo, los vínculos se hacen mucho más débiles y las bolsas adquieren una mayor autonomía; de manera que pueden darse golpes especulativos en las bolsas que las hacen subir, cosa que no tiene nada que ver con lo que está pasando en el mundo real.

Los neoliberales se resisten a aceptar que el rol estelar que tuvieron el sector financiero y los mercados de valores antes de la crisis ha terminado, y ya no se va a repetir en muchos años (y probablemente nunca). De hecho, este rol protagónico, sin control, fue uno de los principales causantes de la crisis.

Por lo tanto, para hablar sobre la crisis, sobre su profundidad y su duración, que son los temas en los que existe una genuina preocupación, hay que fijarse principalmente en el sector real. Hay que mirar con detenimiento lo que está pasando en los diversos sectores productivos, qué pasa con el empleo, cuántos despidos se están produciendo, dónde, en qué sectores, qué pasa con el ingreso de las personas, sobre todo los de la clase media y los trabajadores (no interesa que unos cuantos billonarios se hagan más o menos ricos), cuánto está gastando la gente, cuánto está ahorrando, qué innovaciones se están llevando al mercado, qué productos sustitutos están surgiendo, de qué países están viniendo, cuántos ingenieros y científicos están saliendo de las universidades, cuántas pequeñas empresas nuevas se están creando, en qué lugares y sectores, estará mejorando la calidad de la educación, cuánto se está gastando en investigación y desarrollo científico y tecnológico, estará mejorando el clima de competitividad en los diversos países y regiones, existe la infraestructura necesaria, cuán interconectada (en fibras ópticas) está la economía, entre otras variables. Aquí están los verdaderos motores de la economía, del progreso, y no en los precios de una acción o de un bono en alguna bolsa del mundo. (Yo espero que en cinco o diez años los medios de comunicación del mundo estén informando diariamente sobre estas variables, como ahora se informe sobre la especulación en las bolsas)

Como no hay lugar (en esta entrega al blog) para hacerle el seguimiento a todas estas variables, tomemos un solo sector para ver qué está pasando en el mundo: el sector construcción. Ya hace muchos años Keynes dijo que el sector construcción era el elemento clave para explicar el crecimiento de las economías y la generación de empleo. Dijo algo así: por donde va el sector construcción va la economía. El ejercicio de mirar qué esta pasando con este sector (que incluye al de bienes raíces) es crucial, pues como sabemos, arrastra a todas las industrias relacionadas como la del acero, el cemento, los ladrillos, el plástico, el vidrio, conductores eléctricos, por no hablar de refrigeradoras o equipos de aire acondicionado. Un último informe de RGE Monitor, la empresa consultora de Nouriel Roubini, el economista que vio venir la crisis con mucha anticipación, presenta un complicado panorama del sector construcción mundial:

La recesión en el sector construcción de Estados Unidos va por su cuarto año; la construcción de casas, que llegó a ser de 2.3 millones anuales en enero del 2006, actualmente está en los 458,000 anuales; es decir, una caída del 80’%. Por el lado de la demanda, las ventas para familias han bajado 74%, desde el pico de Julio del 2005. Los precios de las casas y los terrenos han caído de 31% desde el 2006. El informe plantea que los precios seguirán bajando, hasta mediados del 2010, y que probablemente llegarán a caer en 44% para esa fecha.

En Europa la cosa está peor, pues su ciclo tiene un rezago de 2 años respecto de Estados Unidos. La burbuja de construcción fue mayor que en USA, empezó antes, a principios de los noventas, por eso la caída es también mayor, particularmente en Inglaterra, Irlanda y España. Se estima que la caída de precios de las casas será de 15% para el 2010 y continuará hasta el 30%, por cuatro o cinco años más. En Rusia, a pesar del gasto del gobierno, la construcción se ha desplomado: la compra de casas y departamentos ha caído en 63% en el primer cuatrimestre del 2009, respecto al año anterior. En toda la región del medio oriente hay paralización en las obras de construcción (dejan los edificios a medio construir); en Dubai, los precios han caído 42% por la falta de demanda. En Sudáfrica la caída en la producción y los precios es la mayor en las últimas dos décadas. En India se han observado caídas de precios que van desde el 15 al 40%.

La única buena noticia viene de China. Su sector construcción está mostrando signos de estabilización: los descuentos en los precios de las casas, la reducción de tasas de interés en las hipotecas, la expansión del crédito a mayores sectores de la población, los incentivos fiscales para las nuevas construcciones, entre otras medidas del gobierno, han logrado esta recuperación. Pero claro, en China no hay economistas neoliberales. Uups (como dicen los colegas de otros blogs), entre los que toman las decisiones en China no hay economistas, a secas. Según Andrés Oppenheimer, los que mandan en la economía y la política chinas son 9 ingenieros. 

lunes, 25 de mayo de 2009

EL FUTURO DE KEIKO/ Jorge Bruce


En un documental sobre la fotógrafa Annie Leibowitz, quien fuera pareja de la escritora Susan Sontag, se retrazan las diferentes etapas de su carrera. Inicialmente se dedicaba a personajes del rock. En la actualidad trabaja para Disney, componiendo situaciones basadas en las películas de la trasnacional, recurriendo a estrellas del cine, la canción o el deporte. Pero el hilo que une los diversos hitos de su ya considerable trayectoria, es una capacidad asombrosa para captar la esencia de los personajes retratados (cualidad que ella niega, alegando que se limita a apretar el obturador cuando le parece el mejor momento). Así, cuando tomaba fotos para la revista Rolling Stone, hizo una secuencia memorable de la cantante Patti Smith. Al ver la expresión de su rostro, la intérprete folk comentó que inicialmente –años atrás- le había extrañado y no se había reconocido del todo. Sin embargo, con el paso del tiempo, explicaba al autor del documental, lo insólito es que había terminado teniendo el rostro de la fotografía.

Ciertas imágenes tienen esa virtud: capturan la fugacidad de un ser y la inmovilizan para nosotros. Aquello que dicha persona oculta, en ocasiones sin saberlo. O, como se dice en psicoanálisis, lo que no sabe que sabe. En el caso de la Smith, tuvieron que pasar años para que ella se encontrara con esa persona que todavía no sabía que sería, o que acaso ya era. Pero al fin se convirtió en ella misma.

En esta fotografía de Keiko Fujimori es difícil saber si lo que se ve es lo que ella misma no sabe que es o quizás aquello que la aguarda. Haciendo el esfuerzo de abstraer por un momento el contexto en que fue tomada, es decir las acusaciones de corrupción vinculadas al dinero que Montesinos le entregaba en efectivo a su padre, entonces Presidente del Perú, quien a su vez lo repartía entre ella y otros miembros de su familia, es interesante preguntarse lo que la imagen muestra.

Hay cierta malignidad en la expresión, que no suele encontrarse en la cara redonda y por lo general afable de la congresista candidata. Incluso cuando se presenta enfadada, como cuando la condena de su padre, tiene algo de bondad que atenúa la dureza de sus emociones. Pero en esta fotografía hay algo que asusta. Es como si en un instante de inatención, hubiera aflorado algo real que sus rasgos pícnicos suelen disimular entre los pliegues de su cara. Pero los fotógrafos acechan como aves de rapiña y pueden caer sobre sus presas en un segundo fatal (eso que la Leibowitz hace sin pensarlo). Algo análogo sucedió con Eliane Karp en la memorable foto con el puño en ristre, en el Banco de la Nación, ante la mirada consternada de su marido, el entonces Presidente Toledo, o el actual mandatario, Alan García, en ese baile de derviche arrebatado que todos recordamos.

El punctum –como diría Roland Barthes- de la foto se encuentra, me parece, en la parte superior de la misma. Si dividimos la imagen por la mitad, es decir por la línea ecuatorial, la sonrisa sola tiene la afabilidad y el encanto que por lo general configuran una agradable placidez en el rostro de la ex primera dama. Pero si nos concentramos en la parte superior, es decir en los ojos y el ceño, entonces nos encontramos con una impresión que desmiente la anterior. Aquí asoma una ferocidad que no le conocíamos. Este efecto se ve reforzado por lo oblicuo de la mirada y lo inexpresivo de sus ojos. De hecho, la expresión proviene sobre todo de la movilidad de los rasgos. Si se observa el círculo conformado por los pómulos, las cejas y al centro el espacio entre la nariz y los ojos, hay una circulación dinámica perturbadora. Paradójicamente, parece una máscara, solo que ésta muestra lo que suele esconderse. Si se la mira fijamente, puede llegar a ser insoportable. Esto es ajeno a la energía o la firmeza. Es una agresiva determinación en marcha, que este psicoanalista solo puede calificar de anal.

Ahora es preciso retomar el contexto que habíamos hecho a un lado.

Es imposible dejarlo totalmente de lado, a decir verdad. No podemos dejar de asociar esa cara con las acusaciones de corrupción. Entonces parece que nos estuviera diciendo algo terrible. Ahora estamos muy lejos de esa muchachita embarazada que lucha por liberar a su padre, injustamente encerrado por un país ingrato.

Esa presencia del mal es algo que muchos sospechamos tras la  fachada de hijita que se inmola por la liberación de su padre. Como si esa expresión nos advirtiera, amenazante: ni piensen que me van a agarrar con esas cuentas montesinistas (donde nos reencontramos con el aspecto anal retentivo; algo similar comenté, en su momento, sobre la citada foto de Eliane). Admito que esa percepción puede ser una proyección de mis deseos de ampayarla en falta. Pero entonces, ¿por qué lo que siento no es satisfacción ni diversión sino inquietud y turbación? Acaso porque, en este caso, lo premonitorio, como en la foto aludida de Patti Smith, nos atañe a todos. Como si esa foto nos anunciara lo que nos aguarda… si no hacemos algo al respecto.

sábado, 23 de mayo de 2009

DISEÑO: ACCIÓN POLÍTICA/ Sandro Venturo


Vamos a conversar del diseño como una actividad que tiene implicancias y consecuencias políticas. Lo que sigue es una reflexión ideológica que apenas tratará los aspectos profesionales del diseño, que no abordará ninguna cuestión técnica ni metodológica. Es ideológica porque me interesa compartir con ustedes algunas digresiones acerca de los supuestos y los impactos de la experiencia del diseño en nuestra sociedad.

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En la actualidad la noción de diseño reúne a un conjunto amplio de actividades creativas: arquitectura, diseño gráfico, diseño textil, diseño industrial, diseño de interiores, en fin, todas ellas orientadas a hacer de la vida una experiencia funcional y al mismo tiempo agradable. Un vaso no sólo es un recipiente de líquidos, es también un objeto que forma parte de una escenografía cotidiana donde todo o casi todo (incluyendo el espacio mismo) busca representar el carácter o el estilo de las personas que conviven dentro de dichas escenografías, dentro de estos espacios que contienen a su vez objetos con significado.

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Pero el mundo del diseño no sólo propone una experiencia sensorial con sentido, también se pregunta por la funcionalidad (eficacia / eficiencia) de las actividades humanas.

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Diseño es, según el diccionario, una actividad previa a la experiencia (dibujar, trazar, delinear, designar....), sin embargo, en los catálogos de diseño lo que se nos presenta son los productos: una línea de ropa, un ensayo fotográfico, una colección de afiches, una antología de edificios, y así sucesivamente. Para el sentido común, para la gran mayoría de consumidores e incluso para gran parte de los propios diseñadores, exponer "diseño" pasa por presentar productos, no necesariamente las ideas que los originan, no los debates acerca de las ideas o las concepciones que le dan sentido a las tendencias que los consumidores sigue automáticamente.

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 El trabajo del diseñador es un pequeño eslabón de una cadena de producción, distribución y consumo en la que se juegan intereses de diversa índole: económicos, políticos, culturales y, claro está, narcisistas. Por ello, diseñar es también negociar permanentemente, con uno mismo, con los capitalistas, con los proveedores, con los clientes, con todos los involucrados en este proceso.

No existe creativo fuera del mundo, a menos que se haya creído el cuento decimonónico del creador tocado por la divinidad.

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La noción del diseño que compartimos proviene de la revolución industrial, esto es, la producción de manufacturas a gran escala y a precio unitario a la baja. Por ello no debe sorprendernos que hayamos pasado del diseño masivo y anónimo, a las propuestas de diseño provenientes de corrientes o vanguardias –pienso, como todos, en Bauhaus que proponía una idea de sociedad mejor-, y que en las últimas tres décadas el diseño sea gobernado por marcas, sean éstas marcas de autor o corporativas.

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Cambió el mercado y con él también las dinámicas sociales y culturales. Acaso uno de los factores más relevantes para el actual panorama del diseño esté asociado a la “democratización” de las modas y el hedonismo. Lo que antes era exclusivo de las aristocracias sociales y culturales en arquitectura, diseño textil y decoración, por solo citar algunas disciplinas del diseño, hoy se ha extendido a sectores sociales que también han sofisticado y diversificado su consumo. Casi todos los grupos sociales, digo los “integrados al mercado”, consumen “diseño” porque ofrece una experiencia de integración social y cultural, de modernización y cosmopolitismo, que compite los canales tradicionales de integración, a saber, el mercado laboral y la participación política.

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El diseñador, como todo creador, se enfrenta consciente o inconscientemente a la imagen de Dios: cada vez que inventa algo está re-creando el mundo.

El diseño propone configuraciones de los cursos de acción de las personas. Señala pistas y referencias, El diseño constituye espacios, condiciona nuestros cuerpos. Cristaliza identidades. El diseño propone formas de vida. Favorece unas, desanima otras. Siempre toma partido. Diseñar es tomar decisiones. Diseñar es impactar para bien o para mal en la vida de la gente. Diseñar es hacer política.

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El arquitecto, como todo diseñador, cuando prefigura tiene una idea del tipo de sociedad que está proponiendo, es decir, del tipo de relaciones sociales que va a promover y, a su vez, está contribuyendo a levantar un paisaje que determinará en el largo plazo la identidad y el cosmos de su comunidad.

Un diseñador que no es consciente de las consecuencias de su obra no sólo es irresponsable sino que se pierde la oportunidad de potenciar su propio trabajo, de llevar al límite su propia creatividad.

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En pocos años el ciudadano que no sepa "leer" y "escribir" imágenes vivirá como "analfabeto visual" y, tal como sucede en nuestros días con los analfabetos, tendrá serias dificultades para desenvolverse en su sociedad.

En el caso de los diseñadores la cosa es más grave. Muchos diseñadores son analfabetos visuales: no tienen dominio sobre el lenguaje que producen a pesar de que son diestros en el uso de aplicaciones gráficas, a pesar de que son hábiles para adecuarse a la última versión del software de diseño gráfico.

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Los diseñadores, por lo menos en el Perú y en países como el nuestro, son formados para repetir los discursos visuales predominantes. Detestan el debate teórico, le temen al “floro” y por eso lo descalifican. Tienen un uso intuitivo del color, se guían por el buen ojo, no porque hayan experimentado con las fuentes y los límites de las paletas de color disponibles, sean impresas, analógicas y electrónicas. No saben componer, es decir, no sólo no tienen dominio sobre la gramática y las múltiples posibles sintaxis del discurso visual sino que, inclusive, no están entrenados para reflexionar acerca de lo que hacen y de las consecuencias de lo que producen.

La mayoría de diseñadores desconocen los procesos del mercado en el que participan, no tienen idea de por dónde van los debates acerca del diseño que ellos repiten mientras se ponen al día en las revistas internacionales de diseño, impresas o vía web, no sospechan siquiera cuáles son las relaciones de su labor con otras disciplinas y terminan siendo autores subordinados al cliente que detestan, al jefe de mercadeo que los dirige, al productor ejecutivo del lugar en el que laboran.

Muchos de los diseñadores que he conocido en estos últimos veinte años apenas han visitado una imprenta y preferirían realizar sus obras sin contacto con sus contrapartes. Los diseñadores que conozco, y son muchos, no tienen siquiera conciencia de las consecuencias políticas de su trabajo y del potencial transformador de sus realizaciones.

¿Se puede desarrollar una trayectoria profesional relevante de esta forma?

 (Fragmentos de la charla en el Centro de la Imagen / miércoles 20 de mayo)

viernes, 22 de mayo de 2009

HUEVOS DE ESTURIÓN / El faenón de Barreto / Fernando Rospigliosi


El juez Jorge Barreto ha realizado un gran faenón en beneficio de los corruptos. Casi ocho meses después de destapados los petroaudios, ni siquiera ha abierto oficialmente la computadora de Rómulo León Alegría. 

No se trata de falta de recursos o simple negligencia. El presidente de la Corte Suprema, Javier Villa Stein, aclaró ayer jueves que recién el 11 de mayo, veintinueve semanas después de la incautación de la computadora de León, Barreto había enviado una relación de posibles técnicos que podrían realizar las pericias.

La computadora ha viajado de un lugar a otro y a estas alturas nadie sabe que quedará en ella. A juzgar por el nivel de control y manipulación que tiene el gobierno de las instancias judiciales que ven el caso, no sería extraño que ya hubiera desaparecido parte de la información.

Desde el primer día Barreto tuvo un comportamiento sospechoso. Mientras el fiscal actuó con diligencia e incautó la computadora que ya había sido movida de la oficina de León Alegría, Barreto arrastró los pies para dictar la orden de arresto a los implicados.

En los meses siguientes ha hecho todo lo que estaba a su alcance para obstaculizar el proceso.

Juega en pared con la juez María Martínez, que tiene en sus manos el caso de los chuponeadores. Allí tampoco pasa nada. Martínez arrebató al fiscal el inmenso material incautado a Ponce Feijoo y sus secuaces, para sentarse encima de él y empollarlo.

En paralelo al Poder Judicial, el Congreso, también manipulado completamente por el gobierno, ha jugado su papel en el encubrimiento, con la ayuda de una oposición inepta en algunos casos y corrupta en otros.

La comisión Abugattás, que investigó los petroaudios, fue saboteada y terminó en un fracaso estruendoso. La comisión Luizar, que investiga el chuponeo, ha representado una farsa grotesca. Su única misión ha sido investigar a los denunciantes y no a los delincuentes.

Por último, fabricaron una comisión para, supuestamente, investigar a Petro Tech. Otra farsa, cuyo único objetivo ha sido distraer la atención, una verdadera cortina de humo como en los mejores tiempos de Vladimiro Montesinos.

La idea que tratan de vender es que el verdadero problema está en Petro Tech y no en los negocios turbios de los altos funcionarios del gobierno, con los que se reunían León Alegría y Fortunaro Canaán. Una maniobra solo respaldada por los ayayeros más descarados del gobierno.

Otra de los dividendos de esa comisión, es poner en la picota y perseguir a funcionarios de anteriores gobiernos, como Jaime Quijandría, Carlos Herrera Descalzi. Y Mario Pasco, ministro en este gobierno pero totalmente ajeno a la deshonesta cúpula aprista. 

Y también al funcionario de la empresa Alberto Varillas, por ser el esposo de la periodista Rosa María Palacios, que se ha mantenido firme, con una posición independiente del gobierno, pese a todas las presiones que ejercen contra ella.

A Petro Tech, ahora en manos de colombianos y coreanos, el “gobierno de los ricos” -como lo calificó Lourdes Flores-, probablemente no la toquen ni con el pétalo de una rosa, a pesar que varios competidores salivan por hacerse de sus lotes.

En suma, el gobierno ha demostrado una extraordinaria habilidad para encubrir la corrupción, proteger a los sinvergüenzas y atacar a los que los que denuncian la podredumbre. Para eso ha contado con la ayuda de Yehude Simon, que se ha prestado dócilmente a la función de pararrayos que le asignaron, y de una oposición de pacotilla, dedicada a apagar el fuego de sus rabos de paja cada vez que alguien se los enciende.

Así las cosas, solo cabe esperar nuevas investigaciones y revelaciones de parte de los medios independientes.

EL REGRESO DEL “MAGO” HURTADO/Carlos Basombrío Iglesias


La Corte Federal de Miami aprobó finalmente la extradición de Telmo Hurtado al Perú quien hace 24 años atrás, cuando fue teniente del Ejército fue el principal  responsable de la masacre de Accomarca, donde murieron 69 campesinos entre adultos y niños. Es un hecho muy importante y positivo que da cuenta que, pese a todo, algo se avanza.

Es que pocas personas, como Telmo Hurtado, sintetizan las barbaridades que se cometieron en el Perú al enfrentar el salvajismo senderista.

Refresquemos un poquito la historia (vale la pena en este país de memoria tan frágil):

 

En la mañana del 14 de agosto de 1985, las patrullas del subteniente EP Telmo Hurtado Hurtado y la del teniente EP Juan Rivera Rondón –aproximadamente 25 efectivos– bajaron a Llocllapampa, ubicado a tres kilómetros de Accomarca y bajo el pretexto de una asamblea reunieron a los comuneros en la plaza.

 

Los militares acusaban a los pobladores de terroristas, ya que tenían referencias de que funcionaban dos escuelas populares y un centro de abastecimiento senderista. Separaron a los hombres, de las mujeres y  los niños y los agruparon en tres viviendas. Testigos señalan que las mujeres fueron llevadas previamente a una acequia en donde las habrían violado. Luego incendiaron  las viviendas y finalmente les lanzaron granadas.

 

A las cuatro de la tarde, los efectivos se retiraron. Los pobladores que habían logrado escapar regresaron al lugar y constataron la horrible muerte de 39 adultos y 23 niños. Además en las semanas siguientes y cuando se empezó a investigar fueron asesinados varios testigos del crimen para tratar de  evitar la acción de la justicia.


Alan García acababa de asumir el poder y en la ocasión actuó con firmeza destituyendo a los varios altos jefes militares; asimismo, el 11 de setiembre de 1985, el Senado nombró una comisión presidida por Javier Valle Riestra que investigó esa matanza y la de Pucayacu.


Como parte de sus indagaciones la comisión senatorial entrevistó al subteniente Telmo Hurtado en el cuartel “Los Cabitos” (Ayacucho). Hurtado no mostró arrepentimiento alguno por lo ocurrido e incluso llegó a justificar el asesinato de niños:


“Uno no puede confiar de una mujer, un anciano o un niño, en estos momentos que estamos viviendo… Los comienzan a adoctrinar desde los dos años, tres años, cuatro años, así sucesivamente llevando cosas, cargando los llevan por distintos sitios… poco a poco, a fuerza de engaños, de castigos, van ganándoles a su causa”.

“Según mi decisión que yo he tomado, yo la considero correcta. Según el punto de vista de ustedes y lo que están pensando en estos momentos, lo van a tomar de otra manera. Ustedes no viven las acciones de guerra que nosotros vivimos acá, No tienen experiencia ni ven las situaciones que nosotros pasamos acá. Las penurias que se tienen o las cosas que se tienen que vivir. Cosa que de repente a nosotros no nos agrada pero tenemos que cumplir para darles un mejor gobierno, estabilidad para ustedes y para que ustedes, en estos momentos, los parlamentarios estén en el Senado. Nosotros tenemos que realizar esas cosas por ustedes”.

Aquí no termina la historia. Catorce años después en 1999 -y casi por casualidad- la revista idéele- descubrió que Hurtado ¡seguía en el Ejército! y había continuado ascendiendo, llegando hasta el grado de Mayor. Estaba en San Ignacio (Jaén) y las campanadas de alerta que ayudaron a identificarlo fueron denuncias de torturas y otros abusos contra los campesinos en la base El Milagro (¡gallina que come huevo!).


El escándalo fue mayúsculo y el propio Fujimori tuvo que reconocer los hechos y ofrecer, ahora sí, darlo de baja. Es probable que él personalmente no supiera de la situación de Hurtado, pero el clima de impunidad en el que se vivía bajo su gobierno (amnistía incluida) hizo posible la complicidad institucional con un criminal tan abominable.


Después de eso Hurtado volvió a desaparecer de la luz pública. Lo siguiente que supimos de él es que había huido a los Estados Unidos (algo para lo que, por más mago que fuese, necesitaba muchas complicidades), dónde finalmente hace un par de años fue detenido y ahora es extraditado.  

Pareciera que a Hurtado se le acabaron los trucos de magia y que pagará sus crímenes. Igual habrá que estar atentos. Gente que piensa como él tiene hoy, de nuevo, mucho poder.

jueves, 21 de mayo de 2009

LA SELVA Y LAS CAVERNAS DEL SUBDESARROLLO/ Andrés Solari Vicente


En políticas públicas el Perú se halla a la zaga en América Latina respecto a pensar y actuar sobre el desarrollo de sus regiones y localidades, porque ha sido de los países más fuertemente preñado por el neoliberalismo y porque los peruanos casi siempre queremos ser más papistas que el Papa.

Varios razonamientos e imágenes quedan claros desde ya en este conflicto de prepotencia estatal contra las comunidades nativas de la selva peruana que viven acorraladas en economías de pequeño alcance con escasísimas oportunidades y difíciles condiciones de vida, marginadas de las políticas públicas, aunque con una cultura muy rica y formidable sobre el bosque tropical. Entre estas ideas queda claro el carácter avasallador de las empresas transnacionales contra el medio ambiente amazónico, así como el incumplimiento del gobierno respecto al Convenio 169 de la OIT que el Congreso aprobó y, también por supuesto, queda claro que no existe la sensibilidad gubernamental para atender este sentimiento mayoritario de las poblaciones y comunidades implicadas.

Sin embargo, no se ha hecho mucho hincapié en dos temas. En primer lugar, sobre el tipo de comportamiento económico regional de las compañías transnacionales petroleras, mineras y agro-extractivas, que es un comportamiento similar al de los enclaves tradicionales, que actúan como islotes tecnológicos dedicados a extraer el recurso natural, pre-procesarlo en el mejor de los casos, y dedican sus excedentes a alimentar financieramente a sus casas matrices, sin irradiar desarrollo alguno a su alrededor, más allá de la contaminación y el atropello a los derechos humanos, quedando rodeados de océanos regionales de pobreza, marginación y exclusión, frecuentemente sostenidas a costa de represión.

Los impuestos que se les exige pagar en el caso peruano son una verdadera desdicha. El argumento justificante señala que los capitales acuden a donde mejores condiciones se les presentan, lo cual es cierto. Pero ¿de qué sirve un mayor nivel de inversión y cierto empleo si es que las zonas en donde actúan se empobrecen más, quedan contaminadas y sin el recurso natural (que antes era un bien inexplotado pero finalmente riqueza en reserva). Ni siquiera se produce una transferencia de capacidades y habilidades tecnológicas por el blindaje con que se manejan estos procesos y/o por la ausencia de una política de Estado nacional con estos objetivos. Estas inversiones tampoco son acompañadas de un abanico de posibilidades y proyectos de agroindustrias locales con perspectivas y mayores alcances, como se hace en países desarrollados. Es decir, son enclaves.

En segundo lugar, desde las exigencias que plantea el desarrollo, el principal daño es el que ocasiona la política de prepotencia y arbitrariedad (racista y exclusionista, finalmente) al socavar el accionar de defensa de las riquezas del territorio de parte de uno de los principales sujetos participantes en los procesos de desarrollo local, como son las organizaciones sociales, reduciendo las posibilidades de este tipo de desarrollo. La comisión implícita que han asumido las políticas anti‑desarrollo (el neoliberalismo entre ellas) es desbaratar las iniciativas de desarrollo local, especialmente aquellas que representen potestad democrática de base. Para estas concepciones, en América Latina, es la gran empresa el único sujeto capaz de generar desarrollo, o en el peor de los casos, la gran empresa subordinando el accionar de los demás actores locales.

Poniendo en perspectiva lo anterior, es preciso señalar que entre otras concepciones nuevas y alternativas sobre el desarrollo, discrepantes de fondo con el neoliberalismo, tomaron impulso −desde principios de los años 1990 e inspiradas en experiencias exitosas− diversas versiones de lo que se ha llamado desarrollo local (o desarrollo basado en el territorio), entendiendo el concepto de territorio como el espacio social donde lo que importa en primer lugar son los sujetos locales (organizaciones sociales, empresas, gobiernos locales, partidos, iglesias, individuos, etc.) y sus interrelaciones portadoras de impulsos culturales, redes productivas y sociales capaces de transformar sus territorios en todos sus aspectos y de provocar un mejoramiento sustentable de las condiciones de vida locales, incluyendo el despliegue de la democracia local y regional, así como la reafirmación de sus pobladores como ciudadanos. Todo esto como procesos simultáneos que se apoyan mutuamente. Así, interesará la inversión pero por igual −o más− interesará que se fortalezcan en el mismo proceso los sujetos locales y su actuación colaborativa, como condición de desarrollo. Todo proceso de inversión que no logre articularse a la localidad y a su tejido socio‑productivo y cultural, y por tanto, a los sujetos claves y al capital social, terminará siendo regresivo. De igual manera, será infinitamente más valioso un proyecto con ciertas deficiencias pero elaborado por las propias comunidades nativas, con el apoyo de asesores o no, que uno impuesto desde las burocracias de gobierno.

Esto pasa incuestionablemente por algo elemental, que es, el respeto a las iniciativas locales de crecimiento, de conservación, de mejoramiento, y de crecimiento y desarrollo de las localidades. Obviamente tiene que ver con la defensa irrestricta de los sujetos portadores de estas iniciativas y de la cultura local que les sirve de base y los define, aún si sus primeras iniciativas puedan tener diversas carencias. Esto no debe llevar a entender que la política debe ser la aceptación seguidista (populista) de estas iniciativas, sino que debe provenir de la maduración dialógica de un proceso de construcción entre todos los saberes (popular local y académico universal) en uno consensuado, pero que se erija en el respeto de las iniciativas locales y las trate de llevar −si fuese necesario− más allá de sus propias y naturales condicionantes.

En esta idea del desarrollo, los espacios sociales y políticos locales de negociación son esenciales para que las genuinas protestas, discrepancias o críticas, encuentren los causes naturales para convertirse en energía social de desarrollo originario, en empresarialidad (comunitaria y/o privada) y especialmente en construcción de ciudadanía y democracia locales, que se arraiguen institucionalmente. En el caso actual, lo que las organizaciones de nuestra Amazonía piden es lo que en todo el mundo se reconoce como un derecho elemental de los pueblos: ser consultados y tenidos en cuenta como sujetos centrales del desarrollo. Esta sería la única forma de edificar sujetos reales fuertes y altamente críticos‑propositivos si es que estamos hablando realmente de generar condiciones para el desarrollo y la democracia local. Desde el neoliberalismo, el objetivo es obstruir la creación de condiciones básicas para un desarrollo de la Amazonía y estimular el caos, la disipación de energías locales y la frustración.

Estas nuevas concepciones de desarrollo, se fundan en el papel participativo de los sujetos sociales locales que actúan desplegando iniciativas, que son promisorios de desarrollo, si se las respeta, alienta, sostiene y combina con otros saberes. Pero también, si una buena parte de los recursos generados por estas grandes inversiones retornan para apuntalar el desarrollo de proyectos productivos, educacionales, sociales, de salud, que generen nuevas oportunidades locales. En esta perspectiva, el Estado debe ser un promotor y regulador de engranamientos productivo entre empresas (grandes y medianas nacionales o transnacionales) con empresarios locales/regionales privados y/o comunales. Estamos hablando de desarrollo local (descentralista) con un fuerte apoyo del Estado central, es decir, no desde la óptica neoliberal, donde cada localidad debe vérselas como pueda.

Una de las principales substancias de la democracia es la consulta al pueblo y las comunidades amazónicas así la exigen. No existe ni democracia ni desarrollo de ninguna clase impuestos desde afuera, o a punta de prepotencia. Todas las experiencias de este tipo finalmente se han retrotraído y degenerado. El drama peruano actual es la ausencia de un bloque de fuerzas políticas de izquierda y centro izquierda que tenga la capacidad de expresar convergentemente estos genuinos intereses y darles un cauce de desarrollo. Somos un país que no encuentra todavía cómo traducir su profundo descontento, e ir más allá de éste, para desarrollarse y superar las convulsiones fascistoides.

martes, 19 de mayo de 2009

INTUICIONES/ /UN VIEJO LINDO/ Sobre la partida física de Mario Benedetti/ Ramiro Escobar


Tras la muerte de Mario Benedetti, acaecida el 15 de mayo del 2009 en Montevideo, naufragué en dos modestos empeños dominicales: encontrar una foto de él joven y no ponerme cursi. Por más que buceé en la infovía a la pesca de una imagen del poeta rozagante, al menos cuarentón, no lo conseguí. Y a pesar de que luché, armado de viril racionalidad, contra la envolvente ternura de sus versos, igual me he conmovido.

Lo de las fotos quizás sea una mera casualidad, una simple decisión de las webs y los editores, pero algo me dice que, para todas las generaciones, Benedetti era ése que hemos visto estos días flotando en los portales de decenas de diarios de habla hispana: un anciano bonachón, de ojitos amorosos, de sonrisa dulce, de porte modesto y carente de toda pretensión figuretti. Una suerte de vate veterano, respetable en verbo y alma.

.Sobre lo cursi, hay más verso que rebanar. Conozco gente – en su mayoría escritores, algunos jóvenes- que casi lo detestaban, que prácticamente lo habían proscrito del Olimpo literario porque, presuntamente, era huachafo, simplón, superfluo. Un amigo mío –poeta premiado él- literalmente rabiaba, en prosa, cuando escuchaba su nombre, al parecer porque su masivo éxito (el de Benedetti, por cierto, no el suyo) era sospechoso.

Algo así como que, dado que sus poemas les gustaban tanto a las secretarias como a los curas, Benedetti estaba condenado a ser un escritor fácil, menor. De hecho, siempre observé que el autor uruguayo no era tan tan mencionado en las pocas conferencias o cónclaves literarios a los que asistí. Como que se le consideraba un militante de izquierda, de buena prosa y con peculiares poemas amorosos, pero no mucho más.

Ese miedo a coincidir con los gustos masivos (con la gente con pésima ortografía acaso) me llamó continuamente la atención. Podía expresar la soberbia literaria de ciertos ‘iniciados’, aunque también la resistencia a admitir que hay algunos seres que por alguna razón, o más bien motivo profundo, logran encontrar el punto de encuentro sutil entre la forma, el contenido y la conexión con cualquier alma, por despistada que ésta sea.

Como lo hizo Luciano Pavarotti con el bel canto, el autor de poemas como Te quiero o Táctica y Estrategia ayudó a la poesía a descender desde las alturas de los entendidos al llano donde habitan todas las humanidades. Y donde cualquier conciencia transida, sea la de un oficinista o la de una colegiala enamorada, reclama su derecho a la ilusión escrita, a la palabra transformada en esperanza, al verbo trocado en instante hermoso y perdurable.

Mi táctica es quedarme en tu recuerdo/ No sé cómo ni sé con qué pretexto/, pero quedarme en vos… ¿Qué tienen de extraordinarias estas palabras? Nada, probablemente nada, si las sometemos a los parámetros de la Academia Sueca, que, todo indica, nunca miró a Benedetti con mucho interés. Pero para el amante desolado, para la joven desamorada, esas simples líneas podían significar un modo de hacer la vida más intensa.

Después de Neruda, como ya se ha dicho, es el poeta más leído, el más socorrido, el que se pone en cartitas de amor o se escribe en paredes inolvidables. Y al igual que el vate chileno fue un izquierdista orgulloso hasta el fin (¿qué hace que los poetas más militantes sean también los más románticos?), un hombre que no claudicó, que fue siempre él mismo, poética y políticamente. Jamás fungió de bombero de sus propias ideas.

Por esa persistencia política, alguna gente lo odió y lo amenazó, al punto que en 1973 se tuvo que ir de Uruguay. Pasó a Argentina, donde la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) también lo puso en la mira, para después aterrizar en el Perú, donde se quedó un tiempo. Los más veteranos sabrán precisar este dato, que yo no recuerdo por mi edad, pero creo que fue el ´demócrata´ Morales Bermúdez quien, a su vez, lo deportó de aquí.

Recaló entonces en España, donde sí tuvo más aire para escribir, hablar y pensar. Años después, en 1985, vuelve a Uruguay y a partir de allí tiene una vida que va y viene entre España y América, y en la cual sus poemas se transforman en canciones, que Joan Manuel Serrat y otros trovadores cantan en recitales. Su popularidad entonces crece, pero su humildad se mantiene incólume, serena. Y su compromiso político progresista ídem.

Hoy que se ha ido, leo que le escriben, con admiración y agradecimiento, gentes de toda edad, izquierdistas, apolíticos, románticos y revolucionarios. Hay quienes prefieren obviar sus ideas y más bien flotar con sus versos. Hay quienes lo ven como el hombre consecuente, que jamás se distanció, totalmente, de la Revolución Cubana, por ejemplo. Asimismo, sus odiadores de antaño, literarios y políticos, remueven también su memoria.

Yo prefiero recordarlo en todos sus ángulos, en todos sus aciertos y errores, en su inmensa modestia y en su inteligente sencillez. En su prosa de oficinista y en sus versos ligeros aunque certeros. Me queda su joven sonrisa de viejo lindo, su limpieza de carácter, sus poemas de amor simplemente acariciantes, sus líneas de denuncia sin vergüenza. Su capacidad de ser famoso, querido, admirado y a la vez ‘normal’.

Pudo haberse equivocado. Pudo ser más erudito. Pudo, quizás, hablar más alto sobre otras cosas, como los desvaríos de Fidel Castro. Pero si hizo que miles de personas soñaran con un mundo más justo, o con un amor posible, esos silencios y limitaciones le pueden ser perdonados. Finalmente, como escribió en un famoso poema, llamó a ‘defender la alegría’ y eso es, al final del camino, lo más revolucionario que nos legó a todos y todas.

Descansa en paz, maestro de la ternura, la esperanza y la modestia.

sábado, 16 de mayo de 2009

HUEVOS DE ESTURIÓN / Favor a los corruptos / Fernando Rospigliosi


La ministra Mercedes Cabanillas le ha hecho un gran favor a los corruptos de la Policía con la nueva ley del Régimen Disciplinario. Ahora aquellos que sean sancionados con la expulsión, podrán recurrir al Poder Judicial y regresarán a la institución con todos sus beneficios.

Eso es lo que ocurría hasta el 2004, cuando se elaboró y promulgó la ley del Régimen Disciplinario que acabó con los reingresos dispuestos por el Poder Judicial.

El Poder Judicial objetaba la arbitrariedad de las sanciones: no había un debido proceso, derecho a la defensa, doble instancia, etc. en los organismos policiales. Hasta ese momento, el Poder Judicial ordenaba el reingreso de unos 150-200 policías por año. Muchos de esos eran delincuentes: asaltantes, extorsionadores, secuestradores. Pero, inevitablemente, iban al Poder Judicial y les daba la razón, aunque hubieran estado en la cárcel y recibido una sentencia por el delito cometido.

Es decir, no importa la sanción penal que hubiera recibido, el Poder Judicial cuestionaba la sanción administrativa que la Policía había impuesto al efectivo y ordenaba que se reintegre a la institución. No había manera alguna de evitar su reincorporación.

Como consecuencia de la reforma policial se adoptaron varias medidas para luchar contra la corrupción. Una de ellas fue la del nuevo Régimen Disciplinario. Para elaborar una ley que no permitiera el reingreso de los expulsados por la puerta falsa, se coordinó con el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional.

Mientras la comisión del Ministerio del Interior –integrada por abogados y policías- avanzaba en la redacción del proyecto, un delegado del ministro (y miembro de la comisión) conciliaba lo desarrollado con las personas nombradas para tal efecto por los presidentes de la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional.

El proceso fue largo y engorroso, pero valió la pena. La ley fue aprobada en el Congreso el año 2004. Ni un solo policía sancionado con ese régimen disciplinario pudo regresar a la institución por orden judicial. (Siguieron retornando posteriormente policías expulsados con la anterior ley).

Por cierto, ha habido problemas con el Régimen Disciplinario del 2004. El más importante, la ineficiencia y/o corrupción de los tribunales encargados de sancionar. Como los sucesivos ministros y jefes policiales no le dieron importancia al tema, los miembros de los tribunales no siempre eran los más idóneos. Tampoco se preocuparon de darles la formación básica que requería el puesto.

Ese no es, por supuesto, un problema de la ley, sino de su aplicación. La mejor ley del mundo no sirve si su aplicación no está en manos de las personas adecuadas.

En otro plano, un organismo fundamental para la lucha contra la corrupción, fue abandonado. La Oficina de Asuntos Internos (OAI) dirigida por un civil y dependiente directamente del ministro, era decisiva para la lucha anti corrupción, en la medida que la Inspectoría, el órgano policial encargado de esa tarea era muchas veces un ente dedicado al encubrimiento y carcomido por la corrupción.

Era determinante que la OAI estuviera dirigida por un civil honesto, competente y valiente, porque tenía que enfrentar intereses poderosos. Pero desde el 2004 en adelante la OAI fue abandonada, se convirtió en un organismo irrelevante y sirvió solo para dar trabajo a algún amigo del ministro de turno.

Hoy día, en el colmo del despropósito, el jefe de la OAI es un general de la policía en retiro, ascendido durante el montesinismo y que fue Inspector de la Policía Nacional. O sea, lo mismo que nada.

La nueva ley del Régimen Disciplinario ha sido también criticada porque coarta la libertad de información. Es verdad. En ese punto también se ha retrocedido todo lo avanzado durante la reforma policial. Desde el 2002 al 2004 se realizaron reuniones, seminarios y talleres, en los que participaron varios ministros del Interior y organismos como el Consejo de la Prensa Peruana y el Ipys. Se hicieron en Lima y en provincias, tratando de mejorar la relación entre prensa y Policía.

Eso se plasmó también en normas que hoy día han sido cambiadas para prohibir y sancionar drásticamente cualquier expresión policial que no sea la del comando.

En suma, en este y otros temas, la ley representa la vuelta al pasado. De hecho, ha sido elaborada por los asesores de la ministra, oficiales en retiro y actividad retrógrados y reaccionarios, además de incompetentes y corruptos. Los típicos oficiales que a lo largo de décadas han sido responsables por la progresiva degradación de la Policía, los que siempre se han opuesto al cambio, a la reforma, a la modernización.

Son de los que tienen una sola bandera y una sola consigna: más plata para la Policía. Estandarte que hoy enarbola la ministra Cabanillas.

A Cabanillas le interesa un bledo las consecuencias de la nueva ley del Régimen Disciplinario. Cuando los policías expulsados luego de un proceso sumarísimo que dura cinco días, vayan al Poder Judicial, arguyan que se ha violado su derecho al debido proceso y obtengan una resolución judicial reincorporándolos, ella ya no será ministra.

Lo único que le interesa a Cabanillas es el hoy, su popularidad, lo que dicen las encuestas, obtener carátulas que la pinten como la Thatcher peruana. Eso le fascina. De hecho, es muy hábil para vender su imagen, como lo muestran los sondeos de opinión que la ubican como la ministra más popular del gabinete.

Mientras tanto, la Policía sigue deteriorándose y los problemas de seguridad ciudadana y orden público empeoran.

miércoles, 13 de mayo de 2009

MODORRA DE OTOÑO / Carlos Basombrío Iglesias


Cómo será la modorra política que adormece al país desde hace ya varias semanas, que la de Evo diciéndole chabacano a Alan y la de la discusión de si el Congreso debe o no investigar a Nadine, compiten como las noticias de la semana.

Mirando más allá de la anécdota cotidiana, en lo que va del 2009 García ha logrado revertir casi por completo la situación política bastante complicada en la que llegó a estar desde mediados del 2008.

Con esta habilidad para “enfriar el partido” y para definir la agenda, Alan García está demostrando que es de lejos el político más hábil de los que actúan en la escena pública peruana. Es cierto que bien podría responder él, al halago, que dado el nivel de la mayoría de los otros protagonistas, el elogio no es tampoco tan generoso.

Pero veamos, García ha contenido la caída libre en su popularidad, incluso ha recuperado alguna y se ha estabilizado en un tercio de aprobación y dos de desaprobación. No es para ir de fiesta, pero basta y sobra para gobernar en un país en el que los políticos inspiran el respeto que conocemos.

Tiene un Primer Ministro que no gobierna en nada, pero al que lo deja hacer en temas marginales a cambio de ser un fiel escudero. Cada vez que un asunto importa y Yehude Simon se lanza por la libre, los ministros importantes lo desautorizan en público y sanseacabó.

Mucho más importante, García ha logrado enterrar la complicadísima historia de los “petroaudios”, la que está ahora completamente sepultada en el Poder Judicial, en donde pasados seis meses no se mueve un papel. Baste decir que la computadora de Rómulo León Alegría no ha sido aún “oficialmente” abierta, aunque quién sabe qué es lo que ya se puede haber hecho extraoficialmente. Al principal implicado ya lo han exonerado del único cargo por el que podría purgar prisión prolongada y es muy probable que lo veamos en un tiempo no muy lejano en las calles de Lima a la búsqueda de nuevos “faenones”. Por su parte la caja de pandora en que se convirtieron las incautaciones a Business Track está igualmente congelada. Allí tampoco nadie toca nada o, dirían los mal pensados, eso nos hacen creer.

El Congreso está también bajo el mismo influjo. Aquí el método para conseguirlo es el otoronguismo. Son pocos, son “patas” y a casi todos les gusta demasiado las ventajas del poder. Es impresionante que se haya descubierto que 84 congresistas, o sea casi todos, hayan cobrado viáticos que no podían cobrar, de acuerdo a una norma aprobada por ellos mismos poco tiempo antes. Con tanto rabo de paja y algunas prebendas por aquí y por allá (un viajecito a las Europas y hasta los más bravos se acomodan) la situación está bajo control. Más allá de la retórica inflamada que a veces se escucha desde las bancas de la oposición, en el Congreso no pasa nada importante que el partido de gobierno no quiera que pase.

Sumémosle la situación de los “líderes de la oposición”. Para empezar Ollanta Humala está limitado de saque por su incapacidad de generar ideas interesantes sobre ningún tema. Si al menos pudiera reivindicar coherencia personal con lo que predica y no hubiese caído en los mismos vicios que cuestiona, le quedaría la autoridad moral. Y no la tiene. Si bien es bastante obvio que detrás de la denuncia de Correo contra su esposa está Alan García empezando a cumplir su promesa de mover a su antojo el mapa electoral del 2011, ello no cambia que las denuncias sean serias y concretas y que no hayan podido ser respondidas. ¿Qué otros líderes? ¿Lourdes Flores? Navega a la deriva sin saber dónde ir ni cómo, al punto que a Toledo, con una visita breve cada tres meses, le va mejor. ¿Castañeda? Por ahora, salvo el silencio, todo es ilusión.

A favor de García está también que la crisis económica no se siente como en otras latitudes; más todavía, la crisis internacional ha ayudado a bajar aquí la inflación, principal causa de su desaprobación el año pasado (aun cuando ahora la tendencia internacional de precios bajos podría empezar de nuevo a revertirse); también ayuda que la gran inversión en infraestructura pública del plan anti crisis permite en algunos lugares del país mostrar a un gobierno que hace obras.

De hecho las protestas sociales que pudieron haber empeorado con la crisis están siendo hasta ahora, en el 2009, bastante menos serias que las del 2008. Y aún en los casos en que son importantes -como la de los nativos de la selva, por ejemplo- el no hacer nada y el dejar que se agoten en sí mismas parece ser la nueva norma…y hasta ahora les funciona.

En el Perú no pasa nada y eso tiene su lado bueno. Por lo menos no tenemos las calamidades que asolan a otros países parecidos al nuestro. Miren nomás esta semana el impresionante video del abogado que denuncia en Guatemala que el presidente sería el responsable de su muerte y al día siguiente lo matan. Esa no es precisamente el tipo de “acción” que aquí extrañamos.

Pero esta grisura intensa que marca la política peruana desde ya varios años tiene a la vez un lado profundamente deprimente. No hay ilusión. No hay ideas nuevas. No hay renovación generacional. Al menos para los que vemos (creo que la mayoría) como una pesadilla que Keiko Fujimori termine en Palacio, asesorada por su papi y, quién sabe, también por el otro de los siameses.

Ahora bien, como siempre el Perú da sorpresas y todo puede cambiar de un día para otro. Por allí este gris se vuelve negro o pasa al rojo vivo. Por allí la sorpresa es de otro signo y comienzan a aparecer, más bien, cosas interesantes en el horizonte.

Habrá que esperar para saber. Entre tanto esta intensa e inmensa mediocridad que sintetiza nuestra política puede tener su lado positivo. Quizás sea eso es lo que nos pueda librar de los efectos del N1H1. Puede que siga vigente lo que dijo un presidente peruano hace un siglo a la población alarmada por la llegada de un barco con la peste: “no se preocupen, acá hasta los microbios se acojudan”.