jueves, 22 de septiembre de 2011

INFORMACION Y PODER CIUDADANO


Las autoridades tienen la obligación de alentar y de facilitar el seguimiento de sus políticas por la población.
Sólo con información presentada de manera ordenada y exhaustiva es posible el escrutinio público. En cambio, son inútiles los datos proporcionados de modo disperso e intermitente;  más bien, sirven muchas veces para encubrir la inacción y  la improvisación.  
En consecuencia, pedimos que las páginas web de los organismos públicos sean reformuladas, para que, por cada política anunciada, se establezca un espacio fácilmente distinguible, en el que se reúnan y queden registradas, sistemática y cronológicamente, las decisiones efectivamente tomadas para cumplirla,  con indicación del número, fecha, y, de ser el caso, fecha de publicación en el Diario Oficial El Peruano de la correspondiente resolución, directiva u otra disposición legal, así como de cualquier otra medida, incluyendo los nombramientos de responsables y las adquisiciones de bienes y servicios. 
Todos los ciudadanos, y no sólo los especialistas, aspiramos a leer correctamente el accionar de las autoridades, y, así, estar en condiciones de determinar si éstas actúan o no con coherencia y seriedad, más allá de que los resultados buscados puedan a veces demorar por la naturaleza y la complejidad de los problemas enfrentados. Ello, por cierto, incluye, también, la posibilidad de detectar el abandono inopinado de estrategias, lo que, con frecuencia obedece, no a una razón válida, sino a la tradicional y muy costosa incapacidad de mantener un mínimo de continuidad en las políticas públicas del país. El Estado está entonces en la obligación de diseñar y proporcionar las herramientas necesarias para que los ciudadanos podamos  cumplir en las mejores condiciones nuestro deber de fiscalización.
                                                                                              Lima, 22 de septiembre de 2011

Carlos Basombrío
Hugo Díaz Díaz
César Jaime Ramirez
Carmen Berrocal
Jaime de Althaus
Patricia Pinilla
Enrique Carrillo Thorne
Gustavo Ramírez Díaz
Francisco Belaunde Matossian
Jose Pajuelo Oliveri
Alfredo Solf Monsalve
César Zevallos Heudebert
Alfonso de los Heros
José Belaunde Moreyra
Javier Colina Seminario
Maria Luz García Belaunde
Carlos Batalla Sotelo
Manuel Cacho Sousa Barrios
Eduardo Gómez de la Torre
Rosa María Gastañeta Alayza
Benjamín Marticorena Castillo
Gino Costa Santolalla
Alvaro Roca-Rey
Jorge Cárdenas Vidalón
Yvonne Belaunde Olschewski
Alexis Benavides
Gabriela García
Martín Giurfa Jasminoy
Patricia Schroth
Dina Paz Sparks
Eduardo Montenegro Soria
Augusto Cabada
Augusto Lopez Vásquez
Raul Marcel Montalvo Nory
Luis Botto Cayo
Javier Fernández Bravo
Lorena Borgo Hannach
Ana Silvia Pineda
Alejandro Desmaison
Aldo Parodi
Juan Manuel Alpiste Caro
Jaime Alonso Llosa Talavera
Ramiro Escobar La Cruz

sábado, 10 de septiembre de 2011

EUROPA Y LA CRISIS/ Alfredo Stecher


Actualmente pocos dudan de que sea alta la probabilidad de intensificación de la crisis económica mundial, a partir de la conjunción de las crisis de Estados Unidos y de Europa. Con ello va en aumento el riesgo de una depresión mundial que podría durar una década.
En ambos casos las políticas económicas de ajuste fiscal llevan a agudizar la crisis en vez de contrarrestarla, principalmente debido a cegueras ideológicas, concepciones teóricas erróneas y presiones políticas de corto plazo frente a la debilidad del liderazgo de dirigentes con posiciones o intuiciones más ajustadas al carácter y a la gravedad de la situación. Hasta el Fondo Monetario Internacional, a través de su nueva presidenta, Christine Lagarde, al momento de alertar sobre la inminencia de una recesión global, si no se afronta la situación adecuadamente, reconoce la necesidad de medidas de estímulo de la economía en el corto plazo junto con otras de austeridad en el mediano y largo plazo.
¿Qué sucede en Europa, en los países del euro? ¿Porqué un país tras otro cae en una situación crítica, ya hace un tiempo también España, la cuarta economía de Europa, luego nada menos que también Italia, la sexta economía mundial, y tercera de Europa?
La Europa unida, en parte políticamente, en parte por la moneda común, en la Eurozona, en parte por el acuerdo de Schengen sobre migración, ha significado un gran avance para los países europeos. Ha contribuido a una mayor unidad entre su Oriente y Occidente y a la paz entre los países participantes o deseosos de participar, especialmente en los del Este y en los Balcanes, ha fortalecido las bases de desarrollo en común a través de enormes inversiones en infraestructura y en industria en su seno, con una consiguiente mayor prosperidad de sus habitantes, y ha constituido un contrapeso al poder norteamericano, en especial en lo ambiental, contribuyendo al desarrollo de lo que puede llegar a ser una multipolaridad mundial que marque positivamente al siglo XXI.
En este proceso, Alemania ha jugado un rol preponderante, tanto en lo político como en lo económico, como locomotora del conjunto. Los destinos de Alemania y de Europa parecían indisolublemente ligados. Aunque en mucho sigue siendo así, el creciente peso de las exportaciones e inversiones alemanas fuera de Europa, en especial a China, parecen estimular en la política alemana una menor disposición hacia ese rol de liderazgo europeo. Esto se refuerza con el cansancio de un sector mayoritario de la opinión pública alemana respecto de un sacrificio inmediato (sin calibrar adecuadamente los beneficios obtenidos en el mediano plazo) para la incorporación de Alemania del Este y luego de países europeos periféricos.
Los mismos sectores en Alemania que promovieron el euro y la ampliación de su ámbito y gran parte de su opinión pública preferirían ahora andar solos o sólo con los países más fuertes de la Eurozona. Pero todo indica que el costo de esa desintegración sería mucho mayor que los beneficios. No es lo mismo, en términos de procesos y de imagen, no incorporar a alguien que desincorporarlo.
La crisis está poniendo en peligro no solo al euro sino también al conjunto del proyecto europeo. Como señala Mark Leonard, director del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, “Las crisis de Europa no provienen de una falta de capacidad militar o económica. La UE es aún el mayor mercado del mundo y representa el 17% del comercio mundial en comparación el 12% de Estados Unidos, en tanto que Europa dispensa la mitad de la asistencia exterior mundial en comparación con el 20% norteamericano.
La posición de Alemania, atada a la Eurozona a regañadientes, está significando un freno a las medidas políticas indispensables para contrarrestar la crisis, el fortalecimiento de la capacidad fiscal y, en especial, la emisión de eurobonos, es decir, la solidaridad del conjunto – o sea principalmente Alemania – con todos los países en dificultades.
A la base de la crisis están el no ajuste en los estados de sus gastos a sus posibilidades (que debería hacerse sin afectar en demasía las bases de su crecimiento futuro), el carácter incompleto de la unificación europea, sin los mecanismos políticos necesarios para afrontar una crisis económica profunda y prolongada, y la creciente contradicción entre el peso económico y político del mundo de las finanzas frente al de la economía física, su base productiva. Cada vez es mayor el riesgo sistémico de la especulación financiera extrema. Los mercados están nerviosos, como se dice al constatar su volatilidad, pero los grandes especuladores están en su salsa apostando contra las economías europeas más débiles y el euro.
Europa cruje también bajo la presión de crecientes tendencias nacionalistas, chovinistas, racistas, antiinmigrantes, contrarias a la integración, antidemocráticas, algunas de ellas desde el gobierno, como en Italia y Hungría.
La crisis se manifiesta particularmente en la prima de riesgo europea, la diferencia entre la tasa de interés que tienen que pagar unos estados de Europa por sus bonos respecto de la tasa de interés que paga Alemania por sus bonos. Al igual que la de Estados Unidos su tasa de interés ha caído por debajo del 2%. Últimamente las primas de riesgo de los bonos a diez años de España e Italia – otra vez aumentando - habían llegado a superar el 6%, quedando la italiana aún un poco por encima de la española, después de las intervenciones del Banco Central Europeo para contrarrestar el embate del mercado contra ambas economías. A cambio el BCE exige intensificar la austeridad y acelerar las reformas económicas de liberalización, con la consiguiente agudización de los conflictos internos. A mayor prima de riesgo, mayor el costo de endeudamiento de los países y su peso en el presupuesto nacional.
La oposición alemana a estas acciones de salvataje se explica por su reticencia, y la de otras economías europeas centrales y del Norte, a financiar el abaratamiento de la deuda de países que han gestionado mal su economía. Además temen que la intervención del BCE se financie imprimiendo más dinero e impulsando así la inflación. Lo cierto es que una cesación de pagos de parte de España e Italia traería consecuencias mucho más graves para Europa que una inflación que, por el momento, no es una amenaza seria. Incluso una cesación de pagos de la minúscula Grecia (2% del PBI europeo) amenaza con desestabilizar el conjunto de la eurozona. Felizmente en los últimos días hasta Ángela Merkel parece estar comprendiendo esto, aunque sigue manteniendo una posición más dura que aumenta el riesgo.
El comportamiento de los mercados tras la ligera rebaja de la calificación de deuda de los Estados Unidos de parte de Standard&Poors y de indicios de recesión en Estados Unidos, así como de la mayor percepción de riesgo en las economías europeas, ha sido de pánico, inicialmente contenido, pero que amenaza con desbocarse. El problema central no lo constituyen los bonos de los Estados Unidos, que por mucho tiempo seguirán siendo la inversión más segura, sino la tendencia a la recesión y al aumento del desempleo, acentuada por las políticas de austeridad, que amenaza la estabilidad política. Los economistas más lúcidos proponen al respecto más bien estímulos fiscales en el corto plazo, a la vez que implementar ajustes fiscales profundos de más largo plazo.
Tanto la política norteamericana como la europea han evidenciado ser disfuncionales al crecimiento y desarrollo económicos y propiciadoras de una profundización de la crisis. Ambas requieren de una profunda reforma, objetivamente mucho más difícil en Europa por la contradicción entre sus intereses nacionales y sus políticas de integración, pero subjetivamente más difícil en los Estado Unidos por el entrampamiento ideológico de la política.

viernes, 9 de septiembre de 2011

MÁS DEL CIUDADANO “DEDO”/ FRANCISCO BELAUNDE MATOSSIAN

                                              
El diablo está en los detalles, según una vieja expresión. Una versión actualizada, laica y muy peruana sería: la mecida de las autoridades  está en los detalles; en esos datos  que aburren y que da flojera mirar; aquellos en los que nadie repara y que están escondidos tras los bombos y platillos y los discursos generales y huecos.
Así por ejemplo, la página web del Ministerio del Interior, tiene un ícono con el título “Lucha contra la corrupción”. Cuando uno ingresa a ese rubro, hay otro denominado “Qué estamos haciendo”. Hasta acá,  la cosa promete. Eso es exactamente lo que necesitamos saber para un buen seguimiento. Lamentablemente, lo que leemos después es decepcionante. Así, se dice:
“ ….los distintos órganos conformantes del Sector vienen desarrollando una serie de actividades….
Entre las principales actividades desarrolladas, podemos mencionar:
…. Mejoramiento del sistema de abastecimiento de combustible para vehículos policiales a través de tarjetas electrónicas”.
No hay ninguna precisión sobre qué se ha hecho concretamente para ese supuesto “mejoramiento”.
No pues; lo que se tiene que indicar es: la numeración y fecha de la resolución o directiva que ordena el mejoramiento, la que convoca a licitación para la adquisición de las tarjetas, y así sucesivamente, hasta llegar a la implementación del programa, luego de lo cual, por cierto, viene la evaluación del mismo. Es decir, nos tienen que contar la película entera y al detalle, para que la persona interesada y los ciudadanos “dedo” estén plenamente enterados. De otro modo, estamos ante una tomadura de pelo. No nos están informando de nada.
Ciertamente, la nueva administración recién se instala, y hay que darle tiempo para que ordene las cosas, pero tampoco demasiado. Esa página web tiene que ser reformulada lo más pronto posible, como una herramienta fundamental para la transparencia y la lucha contra la corrupción.  
Tendrán que incluidas en esa página, las acciones tomadas últimamente.  Así, nos hemos enterado a través de la prensa, que el ministro del Interior, ha emitido un memorándum dirigido a las comisarías, en el que se prohíbe, entre otras cosas, el hurto de gasolina y del rancho de los policías, el cobro de cupos para patrullar, etc. Al margen de que resulte curioso, que sea necesario prohibir prácticas que, de por sí, constituyen delitos, lo que se tiene que hacer es indicar el número y fecha de ese memorándum, y las acciones que, se supone, se irán tomando para su aplicación, así como una evaluación de los resultados. Si, dentro de unos meses, no hay nada, sabremos que ese memorándum, divulgado a través de la prensa, habrá sido otra burla a la ciudadanía.
Entiendo, por diversos comentarios, que el nuevo ministro es una persona seria y con buena voluntad. Esperemos que lo confirme con hechos y que tenga las fuerzas y la constancia necesarias para domar el tremendo toro que tiene al frente.
Obviamente, lo señalado es aplicable a todos los demás sectores del aparato estatal.    
      

domingo, 4 de septiembre de 2011

EL CIUDADANO “DEDO”/FRANCISCO BELAUNDE MATOSSIAN


                              

No es el que critica o se queja. Es el que vigila.
La crítica y la queja vienen cuando no se da lo que uno esperaba.
No se da lo que uno esperaba, porque no se hizo lo necesario para que se dé. La crítica y la queja entonces, llegan tarde. Es mejor entonces, vigilar para asegurarse que se haga lo necesario para que se dé lo que uno espera. Esto, que es puro sentido común, no es, sin embargo, lo más común. Ello, muy probablemente, porque implica más esfuerzo que esperar que las cosas no se den para llorar, cuando, efectivamente, no se dan.
Vigilar es estar atento a lo que se hace o no se hace, y dar la alerta, de ser necesario.
Hay mecanismos que nos ayudan a estar atentos. El más elemental es concentrar en un cuadro de seguimiento toda la información referente al objetivo que se quiere alcanzar: se registra el día en que la autoridad competente hizo la promesa de alcanzar ese objetivo así como, sucesivamente, las acciones que se van adoptando. Si, al cabo de un tiempo prudencial, éste último rubro está en blanco, saltará a la vista, sin necesidad de hacer ningún esfuerzo de concentración, que esa autoridad le ha tomado el pelo a la gente. Se le llama la atención, o, eventualmente, se pide su remoción. Es más difícil “mecer” a la población teniendo a la vista un cuadro que deja en evidencia que no se ha hecho nada o casi nada. La información dispersa, en cambio, es inútil.  
Las ONG especializadas en políticas públicas, deberían hacer esa tarea como un servicio al país. Es decir, por ejemplo, en materia de educación, no sólo se requiere cuadros en los que figuran los resultados PISA o los índices de fracaso escolar. Necesitamos cuadros y curvas en los que quede flagrantemente graficado lo que hacen y no hacen las autoridades. Para despertar conciencias, hay que utilizar todas las herramientas, no sólo en cuanto a las posibilidades que ofrecen los programas informáticos, sino también en materia de diseño gráfico, de marketing y de publicidad. En estos tiempos, lo  visual es fundamental y, para llamar la atención del público, se requiere poner el mismo empeño y la misma creatividad que la que se pone para promocionar un producto comercial. Se trata de una inversión del más alto interés nacional.
Hay algo más: así como ese esfuerzo contribuiría a poner en evidencia a las autoridades indolentes, también jugaría en sentido inverso: ayudaría a contrarrestar las muestras de impaciencia prematuras o las críticas malintencionadas y demagógicas. Es decir, se haría justicia a las autoridades que sí trabajan, pero que requieren de tiempo, por la naturaleza de los problemas que les toca resolver, para que sus acciones den frutos. Naturalmente, los especialistas tendrían que comentar las acciones a medida que se van dando, y dar las alertas que correspondan. Entre esas acciones, están, por cierto, los nombramientos de funcionarios. En otras palabras, más que fijar metas cifradas y plazos perentorios, lo que no siempre es pertinente ni posible, se trata de asegurarse que la autoridad esté trabajando adecuadamente, porque si es así, los resultados se darán forzosamente en su momento. Es una manera también de ayudar a que no se corten los esfuerzos valiosos que se emprenden, mediante el cambio o la remoción de funcionarios y, por lo tanto, a que se instale, por fin, una cultura de la continuidad, en el manejo de la cosa pública, algo que sólo parece haberse alcanzado en el terreno macroeconómico y comercial. Si de eficiencia en el gasto se trata, tenemos que cortar la tradición de los inventores de la pólvora que se suceden unos a otros en los cargos públicos y tiran por la borda lo ya hecho para comenzar de nuevo.
No sé hasta qué punto esta propuesta tendrá eco. Por eso es que hago un pedido especial a nuestros amigos especialistas en cuestiones de seguridad: que reserven en sus columnas y artículos periodísticos, como costumbre, un espacio, diferenciado visualmente y lo más llamativo posible, en el que nos digan qué medidas concretas se van tomando en ese terreno, y si, a su juicio, son buenas o no.  
Por último, lo señalado es, por supuesto, también aplicable al seguimiento de las investigaciones y de los juicios por corrupción. Demasiadas veces, tras los escándalos periodísticos, los casos son olvidados y se desvanecen en esa suerte de Triángulo de la Bermudas que, con frecuencia, constituyen la policía, la fiscalía y los tribunales, sin que nadie se entere. En ese sentido, hay que felicitar al Instituto  de Democracia y de Derechos Humanos de la Universidad Católica (IDEHPUCP), por haber iniciado el seguimiento de algunos procesos de corrupción, e informar de ello en su página web. Es un servicio al país que debe consolidarse y desarrollarse mucho más.
En conclusión: tenemos que instaurar una cultura de la vigilancia ciudadana. Es decir, y dejando de lado toda elegancia retórica: seamos ciudadanos “dedo” para que no nos metan el dedo. 

sábado, 3 de septiembre de 2011

LA INTELIGENCIA ES LAICA/ Augusto Ortiz de Zevallos.


Como muchos, soy ajeno a este culebrón asombroso entre un Rector elegido y representativo  y  un Cardenal que quiere que lo llamen el Gran Canciller (que suena algo así como Dark Vader)  y quiere las llaves para cambiar el destino de una universidad con la que nunca tuvo afinidad. Yo ni estudié ni enseño en la PUCP, pero sí creo, ahora, que a esa sigla que si se pronuncia es casi obscena, le sobra una consonante. Y que si debe ser UCP o UP, mejor. Pues lo Pontificio, además de huachafo, es académicamente contestable. Para no pocos Papas y sus obispos cortesanos la tierra estaba mejor plana, Galileo estaba jalado en Astronomía, Eva, la costilla de Adán, era culpable de un pecado con cara (y biotipo)  de serpiente y Darwin un hereje cualquiera, la ciencia, una amenaza, Freud, un judío perturbador  y el arte, pecado.  Hubo, es verdad, Papas inteligentes. Julio II, sin SNIP, le encargó a Miguel Angel pintar La Sixtina. Y felizmente no le hizo caso a sus cardenales que querían que les pongan calzoncillos a sus desnudos; cardenales que quedaron retratados por Miguel Angel en el infierno mientras ese inteligente Julio II, no les hacía caso y mejoraba Roma.
Y es que Iglesia y Universidad no se parecen. Repetir dogmas es lo contrario a preguntarse si tienen sentido. Y decir Universidad es decir universo, pluralidad, y por tanto libertad, diferencias, apertura, curiosidad, investigación e inteligencia.  Hay que reconocer que eso ha habido también en la iglesia católica, donde hubo monasterios con notables bibliotecas pero también centurias oscuras en que las quemaban.  Y que, tras  el oscurantismo y haber inventado la siniestra (y no santa Inquisición), con torturas y ejecuciones en la hoguera,  algunos arrepentidos pensadores  cristianos participaron de la Ilustración y la academia, levantando las excomuniones a la ciencia y al pensamiento.  De todo  lo cual es heredera hoy nuestra notable, plural  asediada La Católica, codiciada en dos terrenos.  El intangible del discurso intelectual y el tangible, porque tiene debajo de sus edificios el terreno que vale un chupo de plata. Asediadores  disfrazados de soldados de Cristo quieren eso con mucho más misticismo que lo poco que les importan los debates sobre pedagogía.
Por eso el notable logro colectivo e  intelectual  de La Católica, a la que no pertenezco y en la que nada se me ha perdido, es haber superado el proyecto inicial Rivagüerino y ser hoy una fuente de inteligencia y liderazgo en el Perú reconocida en el mundo. Y  mienten clamorosamente quienes cuentan que todo se debe a una chacra donada en los años 40, chacra que hoy vale un huevo.  La “marca” La Católica, eso que produce matrículas, prestigio y credibilidad,  vale por su trayectoria de décadas y no por los camotes que pudo cosecharse. Y Riva Agüero hoy vale más por su generoso  legado (y por sus textos de juventud en que era anticlerical) que por lo que escribió al final de su vida en que cultivó camisas negras y fue Ministro de regímenes autoritarios. Riva Agüero ha ganado, no La Católica. Pero, “Entre abogados te veas”, dice una maldición gitana, que algunos le echan hoy a la PUCP.
Lo que se juega para el Perú en esta telenovela es perder ese espacio sustantivo  y convertirlo en mediocre.  Los jerarcas que quieren asaltarla son expertos en dobles estándares,  cuando el Fujimorismo de antes y de la reciente segunda vuelta, que perdieron y de la que ahora quieren resarcirse, capturando La Católica.
Queda claro lo que puede esperarse. Cada semana, en el púlpito y en RPP,  nuestro Cardenal deja claro que para él la Universidad debe ser un colegio de monjas tardío y quizá lisuriento. Decir cojudez se perdona con una Ave Marìa,  y un rosario tiene cincuenta,  pero es peor creer en derechos humanos.  O en condones, que ya abren a plenitud ese infierno, donde Miguel Angel en San Pedro de Roma pintó Cardenales.  El  Cardenal que se alucina Gran Canciller, y cuyo dedo debe designar al Rector, proclama que la Universidad Católica está para verdades pontificales ya sabidas y no para especular. Ni dudas ni murmuraciones. La actual libertad de pensamiento  es el demonio reencarnado y algo a exorcizar. Habrá que botar a  los impíos, empezando por quienes viven opciones personales ejerciendo y reclamando libertad.  Un convento, sin sotanas y con todas las sotanas que se pueda.  Sin cojudeces. Con picota y ejecuciones. Y mentes primitivas y mediocres.
Recuerdo que en mi colegio religioso, el del cardenal, hubo un cura gringo, buena gente pero de  IQ bajo cero, que enseñó Filosofía en quinto de media. Y abrió el curso diciendo que todo lo escrito después de Aristóteles no servía para nada (“…is nonsense”) y que nos enseñaría a perseguir herejías, por ejemplo, las de Sartre o Camus, esos franceses indigestos. Hacerse botar de la clase y jugar fulbito era el paradigma.   Y sabemos en Lima que un antecesor parecidamente Franquista, el Cardenal Guevara, había excomulgado a todos, y todas quienes fuesen a bailar el mambo de Pérez Prado, cuyo rostro además evidenciaba rasgos satánicos. Historietas de “Vidas Ejemplares” sobre santos ensangrentados que a uno le hacían leer desde primero de primaria y no dejaban dormir lo demostraban. El diablo tenía barba y bigote y era oscurito.  Y no abundemos en evidencias de ese Franquismo inspirador. Aún no aparecen los restos de Garcìa Lorca, bien ejecutado, por ser poeta, progresista y homosexual.  Picasso era otro hereje irredento, como Buñuel, o Miró, o Cernuda. Todos al infierno.  Mientras el Dictador Franco fue “Caudillo de España por la gracia de Dios” bajo palio cardenalicio.
Confundir universidad con evangelización es frecuente. Y por cierto habrá que combatir en los jóvenes la presencia de Satán  transmutado en forma de hormonas.  La misión de la  Universidad Católica, debe ser alejar jóvenes del pecado y entonces que piensen poco y discutan menos.
Así que la mesa está servida- y el catch-as-can está claro- De un lado el rector Marcial Rubio, las autoridades elegidas y jóvenes que se atrevan a pensar.   Del otro la Cruzada, ésa que en su momento capturó haciendas, en Andalucía, en nombre de Dios Padre. Y que entonces expulsó por impíos, a los judíos, como el Premier, y a los árabes, como el presidente del Congreso.  Arbitra nuestro Poder Judicial, en sus indescifrables compartimentos, y  que debe escoger una vez más entre avergonzarnos o hacer país, entre restaurar el Virreinato, ahora del Vaticano, o afirmar que somos República. Una en que nos encontremos todos, incluyendo esos liderazgos católicos inteligentes que crean que hay que construir futuro y no parroquias.