lunes, 10 de diciembre de 2012

ACCIÓN POR LIMA/ Alfredo Stecher


La invitación de una amiga querida, Eliana Otta, joven artista y empresaria, a apoyar un colectivo en el que participa, de lucha contra la perversa campaña de revocatoria de la alcaldesa de Lima, en coordinación con otras fuerzas e iniciativas, me motivó una entusiasta adhesión, que mantengo. Se trata del colectivo Acción por Lima, un grupo de ciudadanas y ciudadanos que, “más allá de haber votado o no por Susana Villarán, creemos importante construir una masa crítica para manifestar nuestro rechazo al proceso de Revocatoria y evidenciar nuestro apoyo a las reformas de largo plazo en la ciudad que vienen siendo implementadas por la actual gestión.”
Coincido con ese objetivo, valorando de Susana Villarán su honestidad y franqueza así como la dedicación y valentía que está demostrando para cambiar la cultura organizacional de la Municipalidad de Lima Metropolitana y afrontar problemas históricos, lo que supera con creces los errores cometidos y las serias limitaciones ideológicas y políticas de fuerzas que representa y aglutina. Destacan por supuesto, al parecer estimuladas o aceleradas por la propia revocatoria, la puesta en marcha del viejísimo nuevo mercado mayorista de Lima, cuyos estudios vi nacer en la década del 60, cuando yo estudiaba en La Molina, y el reordenamiento del transporte urbano, la mayor iniciativa desde el zanjón de Luis Bedoya, que ella trata de completar, de la pista de la Costa Verde de Chachi Dibós y de Limabus, que funciona y es el eje del nuevo ordenamiento.
Me alegra mucho que haya tantos profesionales y otros ciudadanos jóvenes, hombres y mujeres, dispuestos a enarbolar esta causa y a activar y densificar el tejido democrático de nuestra sociedad desde las bases. Señalé que hay que tomar esta campaña sucia como una oportunidad para una contracampaña limpia de profundización de la democracia en Lima, que, se gane - ojalá - o se pierda, será beneficiosa para nuestro futuro político como país.
Un amigo me hace ver que centrarse en el apoyo a Susana Villarán limita la fuerza de la campaña y sus posibilidades de éxito, que dependen de poder aglutinar también a la ciudadanía que no ha votado ni votaría por Susana, pero que valora un funcionamiento democrático limpio, rechaza los oscuros intereses y la manipulación tras el pedido de revocatoria, y considera conveniente que pueda continuar con su gestión y no paralizar todo lo que se está haciendo, con la esperanza además de que esta difícil experiencia le ayude a repensar aspectos críticos de su visión política.
Se trata de salvar a Lima del desbarajuste que significaría tener tres alcaldes en tres años y expresar un rechazo a esa maniobra que afecta el sistema democrático, más allá de diferencias ideológicas y partidarias.
Aunque personalmente considero la posibilidad de revocatoria una medida de excepción democrática, ante casos extremos de inoperancia y arbitrariedad, la experiencia de su aplicación en nuestro país muestra con demasiada frecuencia que el abuso de ese derecho afecta el funcionamiento de nuestro sistema democrático, que al parecer aún no tiene la madurez suficiente. El intento de destituir a una autoridad apenas instalada en su cargo es un factor de desestabilización del sistema. Igualmente un plebiscito puede ser un arma democrática en determinadas circunstancias y condiciones, pero también ser una herramienta de demagogia y disfraz de prácticas dictatoriales.
Al coincidir con esta posición respecto de las revocatorias al menos la principal fuerza opositora en la Municipalidad, el PPC, en particular su líder, Lourdes Flores, es posible una alianza de espectro político más amplio que facilite el éxito, salvar a Lima de una situación muy grave y, de paso, mantener a Susana en la alcaldía y con mejores opciones de poder dar continuidad a su gestión en el siguiente período.
Esto hace recomendable también centrar el ataque en la figura visible de la maniobra, Marco Tulio Gutiérrez, de modo de disminuir la resistencia de quienes por afectos y lealtades comprensibles se identifican con fuerzas y personas que están detrás sin dar la cara, y resumir todo, como el colectivo que estimula este artículo, en “acción por Lima” o similares.
Terminado de escribir esto he recibido el excelente artículo de Steven Levitsky, publicado el domingo 9 en La República, “Las reglas del juego democrático”, que incluyen las del buen perdedor, muy pertinentes.

www.facebook.com/AccionPorLima?fref=ts
www.larepublica.pe/columnistas/aproximaciones/las-reglas-del-juego-democratico-09-12-2012

sábado, 8 de diciembre de 2012

LA INDIGNACION INUTIL/Francisco Belaunde Matossian



Los medios de comunicación destapan casos de corrupción. Luego, viene el rito habitual de reacciones indignadas de comentaristas, autoridades y  líderes políticos ante los hechos denunciados. Posteriormente, sin embargo,  las denuncias quedan generalmente en el olvido, y no nos enteramos de lo que acontece en los ámbitos fiscal y judicial. Lo que suele ocurrir, ya sin provocar indignación, sino, por el contrario, ante la indiferencia casi general, es que los funcionarios públicos involucrados son exonerados o reciben penas mínimas. Es decir, campea la impunidad.
Paralelamente, reportajes periodísticos ponen los reflectores sobre situaciones de grave ineficiencia en entidades públicas, lo que es seguido por el mismo rito de la indignación, a lo que se añaden solemnes anuncios de las autoridades competentes sobre  próximas acciones correctivas. Luego, la cosa queda en el olvido, y, tiempo después, otros reportajes denuncian las mismas ineficiencias.  
En otras palabras, estamos siempre muy dispuestos a dar muestras de indignación, pero bastante menos a mantenernos vigilantes para asegurarnos que, lo que, supuestamente, nos indigna, sea corregido y, sobretodo, no se repita.
Ya es tiempo de madurar como sociedad. Tenemos que dotarnos de una cultura de seguimiento.
En ese cometido, le cabe a la prensa una responsabilidad particular. Debe ir más allá del destape vendedor y completar su faena en una óptica de servicio público: tiene que “adoptar” los casos  de corrupción que denuncia, si no todos, por lo menos los más emblemáticos, y seguirlos en sus periplos por los pasillos judiciales. Así, podría informar periódicamente sobre el estado de los procesos y lanzar alertas cuando se dan incidencias sospechosas.
Lo mismo en cuanto a las revelaciones sobre ineficiencia en entidades públicas. Los anuncios gubernamentales de medidas correctivas tendrían que ser “adoptados” y seguidos en su viaje, o vía crucis, por los corredores y túneles burocráticos, antes de hacerse realidad. Así, la ciudadanía podría contar con “reportes de avance burocrático”. Ello, por cierto, permitiría no sólo alertar sobre inacción o demoras excesivas, sino, también, al revés, constatar que sí se están dando los pasos necesarios y, de esa manera, calmar impaciencias prematuras.  
Lo anterior implica un esfuerzo de creatividad y marketing, pues, de lo que se trata, es que la información sea accesible al mayor número. La forma en que se presentan los datos es crucial: tiene que ser simple y llamativa.
A modo de ejemplo, los medios escritos podrían establecer una página específica para el seguimiento, suficientemente individualizada a través de un diseño particular y un título que impacte. También podrían elaborar una plantilla estándar, que comprenda las etapas de los procedimientos y la cronología de los pasos que se dan.
La estandarización y la regularidad de la información, facilitarían, obviamente, la familiarización del público con los procesos. Por esa vía, a la par de avanzar en cuanto al objetivo de crear una cultura de seguimiento, para una mayor y mejor vigilancia ciudadana, se estaría también cumpliendo una labor de docencia pues se daría al público, un mayor grado de conocimiento sobre el funcionamiento del Estado. Es decir, se trataría de una doble tarea de  educación cívica.
Ojalá los medios asuman ese reto y nos ayuden a pasar de la indignación efímera e inútil, a  una indignación ilustrada y fructífera. 

martes, 4 de diciembre de 2012

OBSERVANDO CON SIMPATÍA/ MEJORA DE LA COMPETITIVIDAD/ Alfredo Stecher


Uno de los muchos temas en los que la experiencia chilena es ilustrativa para nosotros en el Perú es el de la competitividad.
Pero antes de tratar algunos aspectos de ésta, me permito una digresión coyuntural. Hace unos días, apenas levantado y todavía somnoliento, eché un vistazo al diario y vi que el presidente Piñera, en una reunión con los expresidentes de chilenos, había declarado que Chile no podía acatar el fallo de La Haya si era del tipo salomónico – haciendo referencia al que acaba de emitir sobre el diferendo entre Nicaragua y Colombia. Me alarmé sobremanera, condicionado por la respuesta de parte de Colombia. Felizmente, releyendo y ya más despierto, resultó que Piñera había expresado su comprensible preocupación y que había sido el expresidente Frei, con cierta frecuencia desatinado, quien había dicho que no era aceptable, que es casi, pero no exactamente, no acatarlo. Me volvió el optimismo, porque todo indica que Chile sí aceptará el fallo, cualquiera que sea, por tradición y porque no hacerlo significaría poner en riesgo demasiados intereses económicos y afectar de manera negativa sus relaciones internacionales.
A raíz de este episodio personal he pensado que quizá es así como se generan algunos rumores bienintencionados, aunque no por ello inocuos, de parte de personas que captan superficial y erróneamente algo de la realidad que les preocupa, sin verificar su exactitud y generalmente sin voluntad o capacidad de rectificación.
Volviendo a la competitividad, Chile ya nos aventaja bastante en ello, al ojímetro y en los rankings internacionales – que hay que tomar con pinzas, pero que algo indican, y mucho, cuando las distancias son grandes. Aún así, Chile ha retrocedido once puestos en el ranking del World Economic Forum – elaborado con colaboración de la universidad Adolfo Ibáñez - desde 2004, del lugar 22 al 33, periodo en el que el Perú ha avanzado. Sin embargo un retroceso en el ranking no significa en este caso necesariamente haber retrocedido en competitividad – aunque sí en algunos aspectos, sino que otros países han avanzado más rápido. Es impactante y dramático que el peor lugar en un campo específico lo tiene en la educación primaria, el puesto 119, y el 117 en calidad de la enseñanza en matemáticas y ciencias; también la educación secundaria está en el tercio inferior. Chile nos lleva una enorme ventaja en cuanto a facilidad para hacer negocios, una condicionante de la competitividad, donde, en el ranking Doing Business del Banco Mundial, además ha mejorado catorce puestos desde 2010.
El Gobierno de Sebastián Piñera, a través de su primer ministro de Economía, (más o menos equivalente al nuestro de Producción), Juan Antonio Lafontaine, había lanzado una agenda de 50 medidas de impulso a la competitividad, a ser implementada coordinadamente por quince ministerios y con el Congreso. Esta iniciativa ha perdido impulso con el reemplazo del ministro, quizá por demasiado ambiciosa y por resistencias, pero ha sido implementada una serie de medidas y agregadas otras, y el tema está instalado en la discusión política, también a partir de la problemática de la educación, considerada con razón como un condicionante y determinante importante de la competitividad, y de lo ambiental, especialmente con relación a lo energético, que, bien llevado, la favorece, y, mal llevado, la entorpece.
El presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, había señalado hace tiempo en un estudio que la productividad – base de la competitividad - en Chile es extremadamente variable y altamente procíclica, que los cuellos de botella de la productividad están relacionados con desigualdades educacionales y de ingresos, bajo emprendimiento e innovación, débil diversificación productiva, falta de competencia en algunos mercados e importantes desafíos sectoriales, como el energético.
Aún así hay indicadores de importantes avances en la competitividad, basados en marco legal e institucional, dinamismo empresarial y ventajas comparativas. A título de ejemplo, Chile es líder mundial (2011) en exportación de diez productos, en siete de ellos desde 2001, con participaciones en el total mundial de entre 19% (ciruelas frescas) y 71% (truchas congeladas, excluidos filetes), y 36% en cátodos de cobre refinado. Además, en orden decreciente de valor total, en minerales y concentrados de cobre, uvas frescas, yodo, salmones congelados, excluidos filetes, arándanos frescos, carbonato de litio y manzanas deshidratadas. En el caso de China, principal socio comercial de Chile, es líder en 15 productos.
Entre las reformas pendientes en la agenda, con criterios como reducir costos, tiempos de tramitación y dar mayor certeza jurídica, están la constitución simplificada de sociedades, que permitiría crearlas por Internet, en un día y en forma gratuita, de reducción de plazos para permisos de edificación, de reforma del sistema notarial, con mayor competencia y mejoras tecnológicas para reducir costos y plazos y con creación de un registro consolidado por propiedad y no por transacción (reforma entrampada en el Parlamento por la resistencia del gremio notarial), la mejora del sistema concursal para facilitar la reorganización de empresas en problemas, pero viables, con mecanismos más eficaces, justos y transparentes para liquidar las insolventes, y la firma electrónica avanzada. También incluye la racionalización de permisos requeridos para proyectos de energía y minería (actualmente 60 y 200 respectivamente), la adaptabilidad laboral para el sector agrícola, la apertura del cabotaje a empresas extranjeras para reducir costos en el transporte marítimo y aéreo, visas de trabajo de entradas y salidas múltiples para facilitar la contratación de mano de obra extranjera. Y concede especial importancia a mejoras para las pymes, por medio de un pago puntual de bienes y servicios de parte del Estado, un fondo Corfo para la reconversión productiva, más capacitación a través del Sence y estímulos más accesibles para la reinversión.
De los 2550 trámites para empresas o personas con el Estado, 1950 cuentan con información en el portal de servicios del Estado, www.chileatiende.cl. Pero todavía un 75% de los trámites es presencial. El programa “Chile sin papeleo” busca que en 2013 se alcance un 60% de trámites digitalizados, seleccionados con criterios de demanda, impacto y resultados de encuesta ciudadana, principalmente los que afecten a más personas, áreas sensibles o ejes estratégicos del Gobierno, ahorro para el Estado o las personas, faciliten acciones de la sociedad civil o impulsen el emprendimiento.
Todo indica que las mejoras en la competitividad empresarial se beneficiarían enormemente con un aumento de la competitividad del sistema político para su diseño efectivo y para aprobarlas, tanto en el Estado como en el Congreso.

LA GEOMETRIA NATURAL DE UNA PAZ INTELIGENTE/ Augusto Ortiz de Zevallos


Parece que aquí, y en poco tiempo más, se acabará este largo entredicho.
Que creo que tiene varias buenas razones para concluir bien.
1.       Que en el Perú vemos al mar como un recurso que acompaña la tierra, desde siempre, pues hubo pescadores prehispánicos más allá de donde se tiene memoria. Lo vemos y hemos visto siempre como su extensión natural, como su espejo. Y entonces la frontera debe responder a esa naturaleza y no a rayas artificiales y militares, trazadas por  los imperios dominantes en el siglo 19, y antes,  haciendo  fronteras abstractas para repartirse tierras  : con paralelas al ecuador o meridianas. Las líneas que separan el Africa, partes de Asia, y algunos países más jóvenes son de esa fría geometría. Las que reconocen espacios de identidad suelen deberse a mandatos geográficos: cordilleras, ríos, mares, cuencas.
 El mar no es un botín.  Es el espacio natural, la fuente de vida

2.       Si asumimos que la lógica de las  fronteras es un asunto de vida y no de guerras,  los peruanos creemos tener la razón, no solamente por serlo,  sino porque en Chile también se enseña geometría.  Y también se enseña semántica, lo que distingue claramente el significado de fronteras del de acuerdos económicos de pesca o navegación.

3.       Y es que  si ellos tuvieran la razón, quien se bañase en la frontera tendría que entrar al mar con pasaporte, ya que ese quiebre de la línea de litoral haría que, apenas se zambulla, a un metro de la línea de marea,  ya se esté en otro país, lo que es absurdo.

4.       Ojalá en La Haya, convertida en una entidad internacional,  ya se hayan olvidado las visiones de cuando en Europa los corsarios y los  piratas recibían títulos nobiliarios, monumentos y plazas. Y cuando, por ejemplo, robarse el Partenón entero, se presentaba como un acto civilizador.  En el siglo 19, cuando Europa se repartía el mundo.  El siglo 21 y los que vengan deben ser diferentes   

5.        Que nos conviene a todos cerrar este impasse. En el mundo de economía globalizada de hoy, y en un escenario latinoamericano de   emergencia económica y futuro promisorio, debemos superar nuestras miradas y lógicas militaristas y su triste consecuencia en nuestros liderazgos a la medida, caudillescos y patrioteros.  Hacer país es construir futuro y no cultivar odios ni chauvinismos.

Superar esta diferencia con Chile será tan importante como lo fue hacerlo con el Ecuador, mérito que nadie puede negar al gobierno de entonces y a su Canciller De Trazegnies.  Cerrar ahora un largo episodio de traumas y manipulaciones es lo que el país necesita.  Y,  felizmente para el interés nacional,  quedó atrás esta nueva telenovela que iba a haber de un paseo a La Haya de parlamentarios buscafotos, quienes  hubieran echado a perder un trabajo profesional notable y sostenido de esa cancillería peruana a la que han hostilizado tantas veces.

Esa profesionalidad de la Cancillería Peruana, en su momento liderada por Carlos García Bedoya, y luego por Javier Përez de Cuellar,  ha defendido que el Perú se explique y sea oído.  
Y  felizmente éste es un  capítulo atípico de la política peruana , (donde no hay esas telenovelas baratas de revocatorias y de odios mendaces y mediocres)
Ha sido un espacio donde la continuidad de  Joselo García Belaunde y de Alan Wagner en sus tareas establecieron las pautas.  Y a eso ha seguido un liderazgo político serio tanto en la Presidencia de Ollanta Humala  como en el liderazgo este año y medio de Rafael Roncagliolo (ése a quien nuestra simplona derecha  ha querido tantas veces caricaturizar).
Todo lo cual  parece llevarnos ahora a  un escenario de paz inteligente .
Que ha sido ratificado estos días por la declaratoria conjunta y muy explícita de los dos presidentes, de Perú y Chile.
Esperemos que así sea. Y sería bueno desprender conclusiones.
Por ejemplo, que necesitamos políticos que sean estadistas y no oportunistas y protagónicos. Que afronten problemas y no que los escondan y eludan. Que sean honestos y no tramposos. Que los temas de interés nacional, los del país y los de las ciudades, sean vistos con responsabilidad, con generosidad política y no con un simple cálculo de ventajismos.
Y que nuestras autoridades  cumplan sus mandatos y no sean reemplazadas y asediadas  cuando tocan intereses.   Que hacer país ( y hacer ciudad), sea exigido, reconocido  y respetado.