domingo, 30 de agosto de 2015

¿RESCATANDO A THOMAS HOBBES? / Gustavo Carrión Zavala


En los últimos días, asistimos a declaraciones de dirigentes políticos que aspiran a convertirse en presidentes del Perú, que intuyo, desean congraciarse con la crispación popular por la inseguridad que se vive, proponiendo que las Fuerzas Armadas se ocupen de las tareas de seguridad de los ciudadanos. Digo crispación popular, pues el ciudadano de a pie, en su desesperación,  opina y clama por la participación de las Fuerzas Armadas en la persecución del crimen y en el patrullaje con fines de garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Se puede entender que los ciudadanos en su desesperación ante la inoperancia de las agencias estatales que tienen que ver con la seguridad ciudadana (Policía Nacional, Ministerio Público, Poder Judicial e Inpe), opten por una solución maximalista y que sea la fuerza armada la que se encargue del patrullaje de las ciudades y que sea parte sustantiva en la oferta por servicios de seguridad.
Es explicable que los ciudadanos, no se detengan a pensar que los países que optaron por estas medidas de militarizar la respuesta a la inseguridad, han concluido en un baño de sangre, que era de estimarse,  si se entiende que los militares están formados para la guerra y no para aspectos que tengan que ver con la seguridad en las ciudades. Leía una propuesta desarrollada por un oficial del Ejército, que por estar en el activo no se identificaba, justificaba que fueron las fuerzas armadas mexicanas las que capturaron la última vez al narcotraficante conocido como el “Chapo Guzmán”, lo que no decía el militar es que frente a este singular positivo, se tendrían que contar por miles las víctimas que quedaron en medio de esta lucha contra el crimen con la participación de militares.
Si bien es cierto que nos explicamos las demandas de los ciudadanos por mayor seguridad y que en esa desesperación, sean capaces de pedir que militares y sus pertrechos sean utilizados como parte de la oferta de seguridad, no podemos tener la misma contemplación con los políticos, que suponemos en afán electorero, pretenden rápidamente colgarse de la crispación popular para ofrecer, de llegar al poder, sacar a las Fuerzas Armadas a la calle para luchar contra la inseguridad.
El ex presidente Toledo ha declarado esta intención hace breves días, un vocero del candidato PPK también afirmó en una entrevista que la policía militar ( un cuerpo diminuto dedicado al cuidado de los cuarteles y locales militares) podrían ser empleados en seguridad ciudadana, y ahora el anunciado candidato Cesar Acuna Peralta, también recurre a este populismo en los ofrecimientos, renunciando a proponer el fortalecimiento de las instituciones que han sido concebidas para , prevenir, indagar el crimen, acusar, sancionar penalmente y administrar la ejecución de las penas y es por ello que me sorprende que cuatro siglos después que Thomas Hobbes, filósofo y politólogo inglés, además de declarar que el “miedo y él nacieron gemelos”, por el temor a la temible armada invencible española, concretara este miedo proponiendo en su obra cumbre el “Leviatán”, que los ciudadanos tienen que renunciar a sus libertades para entregarle al estado la responsabilidad de protegerlos, pero que no podrían exigirle explicaciones a ese Estado, si en el propósito de protegerlos cometen excesos. En otras palabras poder absoluto del Estado para ofrecer seguridad, aun cuando los excesos llegasen a afectar a ciudadanos ajustados a derecho y sin vínculo con la violencia o el crimen.
Como resultaba obvio, la obra de Hobbes fue acusada de absolutismo político y rechazada frontalmente, incluyendo quema de sus libros. Sería sumamente imaginativo suponer que Hobbes, presintiera que cuatro siglos después, en un país llamado Perú, los aspirantes a dirigirlo, no han encontrado otra propuesta que sacar a las calles con fines de seguridad ciudadana a los miembros de organizaciones, concebidas y entrenadas para la guerra, sin importarles las consecuencias que se deducirán de tan absolutista medida, en la que quedarán sin duda lesionados y afectados que nada tienen que ver con el crimen y la inseguridad.

miércoles, 19 de agosto de 2015

HUEVOS DE ESTURIÓN/ Contradicciones de Nadine/ Fernando Rospigliosi

Después de repasar lo que se ha seguido revelando del contenido de las libretas de Nadine Heredia, nadie en su sano juicio puede dudar que, en efecto, son sus anotaciones. Hoy miércoles 19 de agosto, Perú.21 trae nuevos detalles de lo que escribía Heredia sobre cómo manejar los juicios que se le seguían a Ollanta Humala, la organización de un equipo de comunicaciones incluyendo los montos que hay que entregar a Blanca Rosales [Raúl] Wienner y otros. (http://peru21.pe/politica/nadine-heredia-su-agenda-describe-estrategia-campana-ollanta-humala-2011-2225591?href=hmain1)
Por su parte, Cecilia Valenzuela en El Comercio también abunda en detalles respecto a la relación descrita en las libretas con Nicolás Maduro y el entonces juez Edwin Yalico, que libró a Humala de las acusaciones por su participación en el “andahuaylazo”. Luego Yalico fue premiado en este gobierno con varios puestos públicos. (http://elcomercio.pe/politica/gobierno/nico-y-yalico-cecilia-valenzuela-noticia-1834089)
Como es obvio, después de observar lo que se ha publicado hasta ahora, nadie podría haber falsificado no solo la letra sino los temas, las ideas, las cuentas, los detalles de esas libretas con tanta precisión y esmero.
Las declaraciones de Nadine Heredia el martes 18 confirman, por si quedara alguna brizna de duda, que está enredada en sus propias mentiras. Dijo que las libretas “están contaminadas”.  Luego agregó que el congresista Álvaro Gutierrez las tuvo 9 meses, mucho tiempo, en sus manos y las libretas fueron a Europa y regresaron al Perú, y que en ese trayecto pudo pasar cualquier cosa. Concluyó así: “No puedo dar fe que esas escrituras, esos archivos, no hayan sido manipulados”. (http://peru21.pe/politica/nadine-heredia-su-agenda-describe-estrategia-campana-ollanta-humala-2011-2225591?href=hmain1)
Es decir, lo que sugiere Heredia en esta manifestación es que las libretas son de ella, pero que en todo ese tiempo pueden haberle añadido cosas que ella no reconoce, “contaminándolas”. Esto es absolutamente diferente a decir que todas las libretas son falsas, que todo ha sido fabricado e inventado, como sostienen todavía algunos pocos de sus más fanáticos seguidores.
En síntesis, ni la misma Heredia se atreve ahora a sostener la absurda teoría de que las libretas han sido falsificadas por un genio maligno. Si fuera así, diría simplemente eso: todo es falso. En ese caso no tendría importancia que Álvaro Gutierrez haya tenido las libretas 9 meses o 9 años, ni que hayan ido y venido a Europa. Serían falsas y punto.
Finalmente, lo que le preocupa a Heredia ya no son los detalles de maniobras con jueces y magistrados para librar a Humala de fundadas acusaciones, sus estrategias de campaña, etc. sino las cuentas millonarias que confirmarían que la actual pareja presidencial se embolsó millones de dólares, probablemente venezolanos, para uso particular, incurriendo en el delito de lavado de activos.
Por eso ahora habla de “contaminación”. Es decir, cuando se haga el peritaje que seguramente demostrará que las anotaciones son de su puño, probablemente su última defensa será reconocer que sí, pero tratar de negar las cuentas millonarias. A esas alturas ya no le importará quedar como una mentirosa a la que se le descubren los embustes a cada instante –como a su socio político Alejandro Toledo-, sino evitar una sentencia judicial.


martes, 18 de agosto de 2015

HUEVOS DE ESTURIÓN/ Nadine y Toledo /


Por un extraño proceso de ósmosis, parece que algunas peculiaridades de su socio político, Alejandro Toledo, se han transferido a Nadine Heredia. En poco tiempo ella ha dado tres versiones diferentes y contradictorias acerca de las agendas exhibidas por “Panorama” de Panamericana TV el último domingo, tal como las que proporcionó el ex presidente respecto a su suegra y sus millonarias adquisiciones inmobiliarias.

        La primera, en una escueta respuesta a Rosa María Palacios, era que a ella no se le había perdido ninguna libreta ni agenda. La segunda, la hizo vía twitter el mismo domingo afirmando que las libretas eran falsas o “truchas”. La tercera, en una intervención en Panorama adonde llamó, dio a entender que las agendas si eran de ella y parte de lo allí escrito -se cuidó de no precisar que fragmento - era auténtico y otro no.

        La última versión demuestra la falsedad de las dos primeras. Se le habían perdido las agendas -o alguien se las sustrajo- y no eran falsas, por lo menos no totalmente. La cuestión es, entonces, si mintió dos veces antes ¿por qué creer su tercera versión?

        Los argumentos de defensa que ha esgrimido Heredia son débiles y fútiles. Dice la primera dama que sus cuentas han sido abiertas y que no existen las cantidades que puntillosamente anota en sus libretas como “arqueo”. Pero precisamente las cantidades más importantes US$ 1´965,000 y US$ 1´080,000 según la propia libreta no están en sus cuentas sino en dos cajas -cajas fuertes, se supone, que pueden estar en un banco, una casa, una oficina-, una de Flor y otra sin distintivo. Es por demás obvio que si ella y su esposo tuvieran esas sumas, procedentes de Venezuela o de cualquier otra parte, no podían ir con los billetes al banco y depositarlos.

        Para justificar cifras menores Heredia ha tenido que simular contratos -según testimonio de Martín Belaunde ante la comisión del Congreso- y hacerse pagar sueldos inverosímiles, cuya autenticidad sigue hoy sin una explicación comprobada.

        Los argumentos expuestos claramente por Marco Vásquez y Rosana Cueva en Panorama, en cambio, son muy fuertes. Los peritajes realizados muestran que no hubo suplantación de la escritura, es decir, que no fue un falsificador imitando la letra de Heredia. Los detalles de las libretas -viajes, cumpleaños, etc.- son ciertos. Y, muy importante, Heredia se ha negado a someterse a una prueba grafológica, así como su socio Alejandro Toledo se negó en su momento a someterse a un análisis de ADN para demostrar si era o no el padre de Zaraí.

        ¿Por qué negarse a una cosa tan simple, sencilla y elemental que desbarataría en un instante la supuesta falsificación, que taparía la boca a sus críticos y haría tambalear todas las otras acusaciones e investigaciones en curso? La única razón que explicaría que se rehúse a una prueba de esa naturaleza es que lo escrito en esas agendas, incluyendo los “arqueos”, es realmente de su puño y letra, así como Toledo se negó a la prueba que hubiera demostrado que mintió.

        En esa hipótesis, la situación de la primera dama -y, por supuesto, de su esposo- es realmente muy complicada. Corroboraría que ellos se embolsaron millones de dólares de una fuente ilegal.

viernes, 7 de agosto de 2015

EL CALIFATO Y SENDERO LUMINOSO/ Alfredo Stecher


Estoy convencido de que el califato en Siria e Irak (Estado islámico de Irak y del Levante, o Daesha) y en otras zonas será derrotado, pero nos puede tomar muchos años, quizá tantos como la derrota de Sendero Luminoso, con pérdida no solo de muchas vidas, sino con muchísimo sufrimiento y el descalabro social, económico y político creciente de muchos países de mayoría musulmana, no solo árabes, en África y Asia. Y ya está llevando a un reordenamiento de las alianzas políticas en los países en disputa y su vecindad, junto con mayor poder para las fuerzas militaristas y militares. En el Cercano Oriente lo más significativo es el por ahora tenue alineamiento entre Estados Unidos e Irán, así como su cooperación militar con Turquía.

Me he generado un marco para las noticias que nos llegan todos los días y preguntado por las diferencias y las coincidencias con nuestra terrible experiencia.

El Estado islámico –EI-se ampara (en la rama más reaccionaria y más beligerantemente yihadista) de una religión monoteísta excluyente, de alcance mundial, que promete la salvación en el más allá como premio al sacrificio terrenal, como lo ofrecía y exigía el cristianismo en su primer milenio de expansión universal, y el judaísmo respecto de sus vecinos y su propio pueblo, con similares resultados en términos de sufrimiento infligido. En el caso del cristianismo, felizmente la evolución de las sociedades y un centro relativamente moderado de su rama principal, con sede en Roma, le quitó el filo beligerante de antaño. Y de las otras ramas, las ortodoxas estaban más interesadas en usufructuar los beneficios de su participación en el Poder, y las protestantes, aparte de más fragmentadas, en servir de contrapeso a la católica, de consolidarse en alianza con el Poder frente a las tendencias liberalizadoras en las sociedades modernas, teniendo tanto la católica como las protestantes ramas a su vez progresistas. Es bueno recordar que en la historia de la humanidad, durante el Medioevo cristiano, en gran medida fundamentalista y oscurantista (también con notables excepciones), han sido reinos musulmanes en el Cercano Oriente, África del Norte y España los que han sido tolerantes con otras religiones y han conservado y desarrollado de manera significativa el legado científico y filosófico greco-helénico-romano, enriquecido por el persa, cuya expresión más notable fue la inmensa biblioteca de Alejandría, en Egipto.

El Estado islámico tiene mucho en común con Al Qaeda, del que se escindieron sus dirigentes, centralmente, su orientación salafista – wahabí (que es también la de la gran mayoría de los mahometanos en el mundo, en particular de la teocracia de Arabia Saudita y de la inmensa mayoría de la población del Estado laico de Turquía, dividida a su vez en varias ramas) y su antagonismo con el islam chiita (mayoritario y religión oficial en Irán, siendo minorías fuertes en varios países). También tienen en común su antagonismo con Occidente; pero para Al Qaeda este es lo central de su estrategia, con la idea de minar su moral, su cohesión interna y su economía, aspirando a que los estados occidentales se descompongan, mientras que para el Estado islámico su objetivo principal inmediato es el exterminio de los chiies, físico o por conversión obligada, con acciones terroristas ocasionales en Occidente para aumentar su atractivo para captar adherentes que refuercen su capacidad bélica y de gobierno. Es un hecho que, al menos hasta ahora, una amplia mayoría de sus víctimas son musulmanes chiies u otros que no se le someten.

Superan a Al Qaeda en tener efectivamente al menos un Estado (y fragmentos de otros), algo tangible, aunque con fronteras flexibles, con extenso y amplio control territorial, arrancado a países desgarrados por guerras y guerras civiles, en las que ejerce funciones estatales. Esto le facilita atraer a miles de personas de diferentes partes del mundo para engrosar sus filas en reemplazo de los caídos a través de fronteras porosas (hasta hace poco principalmente la de Turquía). Lo favorece también el moverse, al menos por ahora, principalmente en un medio social étnica y culturalmente bastante homogéneo, con una lengua común, el árabe, aunque disponiendo de intérpretes para muchas otras.

Otro elemento que le da superioridad es un mejor conocimiento del enemigo militar, gracias a los altos oficiales del Ejército y de la Inteligencia de Sadam Husein, desbandados a raíz de la ocupación norteamericana, pero que anteriormente habían sido adiestrados por norteamericanos para reforzar su capacidad de enfrentamiento con Irán (en guerra iniciada por Irak). El entrenamiento recibido por los muyahidines (punto de partida de Al Qaeda) por los norteamericanos contra la invasión soviética en Afganistán había sido de menor nivel, más bien operativo. Además el gobierno chií instaurado por los norteamericanos en Bagdad se ha enajenado a la mayoría suní y tiene fuerzas armadas que destacan por su ineptitud, desmoralización y corrupción, además de haber bandas armadas chiies fuera de su control, y las eficaces fuerzas armadas sirias se enfrentan a múltiples levantamientos en todo su territorio, parcialmente atajados, pero no aplastados, lo que ha facilitado el control de gran parte del país por el EI.

El ejército yihadista, si bien se encuentra con fuerzas de tecnologías muy superiores, en particular aviones y drones, las enfrentan con una combinación de ataques frontales, de tácticas de engaño, de infiltración masiva, con actos terroristas solo como un elemento complementario.

El EI dispone de muchísimos recursos, a nivel de entre uno y dos millones de dólares diarios, por el control de muchos pozos petroleros y la exportación de sus productos, por los impuestos y aranceles de importación que recauda, por las extorsiones que realiza con amenazas y toma de rehenes, por petróleo y electricidad al parecer incluso para Damasco, capital de Siria, y por aportes desde sus simpatizantes en Occidente (y al parecer siguen recibiendo dinero desde políticos y millonarios de Estados árabes). Se dice que, a pesar de que el consumo de drogas es drásticamente reprimido, cultiva cannabis para exportación. Y se afirma que tiene un control riguroso de sus recursos, con drásticos castigos por aprovechamiento personal o negligencia.

Los relatos de refugiados y la sofisticada publicidad del EI muestran terribles ajusticiamientos de sus enemigos y crueles sanciones a infractores de su legislación represiva, aplicando estrictamente la sharia, pero a la vez, frente al caos previo, garantizan tanto un orden básico como el suministro de agua y electricidad a la gran mayoría de la población que oprimen, facilitan el comercio y la producción, mantienen en sus puestos a gran parte de los funcionarios (que muchas veces todavía son pagados por el Estado subvertido), y tienen políticas flexibles frente a demandas específicas de ciudades, pueblos y segmentos poblacionales mientras no contradigan sus normas religiosas. Esto vale también para los miles de voluntarios provenientes de países de Europa, del Norte de África y de otras partes, no todos de origen árabe, incluso para mujeres, asignando a cada una el tipo de rol y de actividad en que prefiere desempeñarse, como pareja de héroe, como enfermera o médica en hospitales y centros de salud femeninos, como parte de una brigada militar femenina, entre otros.

Todas estas características no las tuvo y, en gran parte, no las podía tener Sendero Luminoso, por su ideología en realidad nacionalista reaccionaria, no arraigada en amplios sectores de la población. Pero si su salvajismo no hubiese sido tan generalizado, si no hubieran primado el terrorismo y un primitivismo técnico, si hubiera respetado las dinámicas económicas, y, principalmente, si hubiera tenido una política de gobierno flexible y de cierta eficiencia en las áreas temporalmente bajo su control, el enfrentamiento hubiese sido mucho más difícil, de mucho más largo aliento y aún mayores costos sociales y económicos.

Y también hubiese sido menos costosa, en recursos materiales y vidas humanas, frente al Sendero brutal que vivimos, una acción más inteligente y selectiva de parte de las fuerzas estatales (como la de los ingleses en Malasia en la década del 50), sin las acciones represivas también sistemáticamente brutales que no fueron solo excesos inevitables en una lucha. Fue finalmente lo poco de inteligencia policial que sí tuvimos lo que permitió descabezar un Sendero ya muy debilitado por haberse enajenado las simpatías de las masas campesinas indígenas, de las capas medias rurales y de casi toda la población urbana.

Era y es importante distinguir entre senderistas, por un lado, y marxistas-leninistas y maoístas en general, por el otro, con posiciones erróneas pero respetables que han terminado contribuyendo mucho a la conquista de derechos sociales en nuestras sociedades y al retorno a la democracia, incorporándose a esta, y que actualmente son dominantes en algunos países con los que comerciamos y negociamos. También lo es reconocer que la inmensa mayoría de los musulmanes del mundo y de su clero (salafista) o expertos en religión (chiies) interpretan su religión como pacífica y tolerante (claro que con subyugación o severa restricción de las libertades de las mujeres y otros rasgos reaccionarios).

No para justificar al yihadismo, sino para situarlo en el contexto de menor desarrollo cultural y de los otros monoteísmos, es bueno recordar que el Dios del Antiguo Testamento, Jehová de los ejércitos, ordena innumerables veces el exterminio de poblaciones judías enteras por no rendirle pleitesía y a otros pueblos para abrirle campo al suyo. Conviene recordar que la Iglesia cristiana, luego Católica, desde su ascenso al Poder, hasta el Renacimiento, ha intentado y en gran medida logrado exterminar a los cristianos disidentes –maniqueos, cátaros o albigenses, valdenses, husitas, hugonotes- lo que llevó luego a la Guerra europea de los 30 años, en el siglo XVII, principalmente en territorio alemán. Es justo decir que tanto (reyes y príncipes) católicos como luteranos lucharon para subyugar a los anabaptistas (guerras campesinas en Alemania).

Nos apena y es condenable que sean destruidos monumentos de incalculable valor histórico en territorio ocupado por el EI (además de los que son víctimas de combates), pero también eso tiene antecedentes en la Biblia, en la historia cristiana y en América, donde los conquistadores construyeron sus templos sobre los cimientos de los aztecas y andinos, y luego la Iglesia Católica llevó a cabo una sistemática extirpación de idolatrías.

Ha sido el capitalismo, junto con el mayor desarrollo de las ciencias y de la cultura, lo que ha creado las condiciones para una lenta pero sostenida superación del sectarismo religioso en Occidente. Es la globalización capitalista lo que más está erosionando el Poder del islamismo retrógrado (así como de otras autocracias).

Debo algunas ideas respecto del EI a un artículo en el diario El País, de España, de la economista Loretta Napoleoni.

lunes, 3 de agosto de 2015

EL DILEMA GRIEGO-EUROPEO Y NOSOTROS/ Alfredo Stecher


Europa nos importa, no solo por provenir de ella muchos de nuestros antepasados –además de los autóctonos, los de África y de Asia-, sino por ser el mayor bloque de muchos países, que es uno de nuestros principales mercados y proveedores, con una organización democrática, por más que sea notablemente deficiente. Su desempeño económico y político, al igual que el de Estados Unidos y China, tiene enormes repercusiones en nosotros.

Grecia tiene cerca de 11 millones de habitantes, 130 mil km2 –más o menos como Ancash, Lima, Ica y Junín juntos, o Arequipa más Cusco. Su caso actual, además de la importancia para ellos mismos y Europa, posee una gran carga simbólica, en tanto cuna, gracias a sus antepasados muy remotos, de la democracia como sistema de gobierno, y de una cultura que es componente central de las raíces de la europea, que es también la nuestra -en fructífero mestizaje con la preibérica y otras. Grecia fue de los primeros países en adoptar el sufragio universal en el siglo XIX. Fueron los griegos los que usaron la palabra Europa -inicialmente, en Homero, el nombre mitológico de una reina de la isla Creta, princesa fenicia raptada por los minoicos-, y, ya en el siglo quinto antes de Cristo, usada por Heródoto, primer historiador sistemático conocido, como nombre para todo lo situado al Oeste de Grecia. Es bueno recordar que fueron griegos los principales iniciadores de la filosofía, ciencia, historia, literatura y artes occidentales (a su vez influidos por las de Mesopotamia y Egipto), y el griego fue lingua franca del Mediterráneo durante más de medio milenio, incluso de los romanos, hasta ser paulatinamente desplazada por el latín. Igualmente nuestro alfabeto latino derivó del griego (y este del fenicio, basado en los jeroglíficos egipcios).

 El mundo se está complejizando cada vez más, a la vez que, por un lado, organizando más, por otro lado, desorganizando, haciendo más difícil la comprensión de sus procesos y la toma de posición al respecto.

La catástrofe griega y el rescate europeo de su economía es un caso emblemático. Grecia se encuentra en un estado lamentable y terrible para su población. De una parte, por responsabilidad propia de sus grandes empresarios (campeones del no pago de impuestos), y, aún más, de sus estamentos dirigentes en las últimas décadas, al haber descompuesto por politiquería un Estado antes más basado en la meritocracia y luego haberse farreado los recursos recibidos de Europa y del FMI; de otra parte, por responsabilidad de los organismos europeos que la integraron a la Eurozona, a pesar de claramente no reunir las condiciones necesarias (con falseamiento de estadísticas), de los bancos europeos que alimentaron con préstamos exuberantes un comportamiento y una política económica y social insostenibles. Esto fue agravado por el condicionamiento de los dos enormes salvatajes financieros previos, a una austeridad extrema, incluso criticada por el FMI, que llevó a una debacle de la economía, con enorme contracción y continuada depresión, que agravaron la terrible situación de las mayorías de menores o nulos ingresos.

El resultado es una situación en que cualquier solución tiene consecuencias negativas para todas las partes, de impacto difícil de medir y sopesar, pero siempre más desfavorable y dramática para las personas de menores ingresos. Se trata de encontrar el camino, lleno de imponderables, de menor costo y mayores probabilidades de desenlace final positivo tanto para Grecia como para la Unión Europea, con la menor intensidad y duración del sufrimiento para el pueblo griego, evitando lo más posible los errores cometidos en los muy difíciles y dramáticos, pero menos complejos, salvatajes previos de Islandia, Irlanda, Chipre, Portugal y España, y en las privatizaciones apresuradas de empresas del Este de Alemania tras su reunificación.

Me inclino a pensar que lo negociado recientemente a solicitud del gobierno griego es la salida menos mala, por puntos, no categóricamente. Si bien una sólida mayoría de la ciudadanía respaldó con su voto el pedido del primer ministro, Tsipras, de rechazar con el No las condiciones impuestas por las autoridades económicas europeas y del Fondo Monetario Internacional, hay una amplia mayoría ciudadana y de los partidos más sensatos, de todo el espectro político, según encuestas un 70% de la población, que prefiere mantenerse en la zona del euro, seguramente tanto recordando el descalabro de la antigua dracma (casi como en el Perú, del inti) y la incesante devaluación de la nueva, como por el temor a que se debilite el respaldo europeo frente a Rusia y a Turquía, percibidos como amenazas.

Tsipras ha usado ese referéndum para lograr la aprobación, por la troika (la Comisión Europea -CE, el Banco Central Europeo -BCE y el Fondo Monetario Internacional -FMI), del rescate económico -algo también recomendado por el gobierno de los Estados Unidos-, con condiciones un poco menos duras que las exigencias previas, pero siempre durísimas, frente a un desastre económico y social muy probablemente aún mayor, y encaminar a su país a una senda de estabilización y crecimiento sostenible, una posición que puede estar equivocada, pero es valiente, aunque, como afirma el economista Krugman, no tan responsable como él originalmente creía; ojalá resulte siendo una solución y no un problema aún mayor, como tras los dos rescates previos.

Tsipras ha logrado ya la aprobación, por amplias mayorías en el Parlamento (con excepción de pequeños partidos antieuropeos y de una minoría del propio, la nueva Coalición de izquierda radical), de gran parte del paquete de medidas iniciales exigido como condición para el acuerdo definitivo. Una gran incógnita es cómo un Estado casi fallido, que, bajo otros gobiernos, no ha podido ni querido cumplir con las condiciones anteriores, puede llevar a la práctica cambios tan complejos, lastrado como está por corrupción, clientelismo, ineficiencia, sistema tributario totalmente inequitativo, además de elevados gastos militares y desmedidos peso e intervención de la Iglesia Ortodoxa, así como por una economía de muy baja productividad, a pesar de tener más horas de trabajo semanales que Alemania, y casi el doble de las prósperas Holanda y Suecia.

Y, si bien el rescate contradice el categórico No del referéndum, una amplia mayoría de la población, seguramente en parte no la misma, sigue apoyando a su Primer ministro.

Quienes critican el rescate como una imposición humillante y una claudicación, olvidan o prefieren no considerar que la alternativa es una catastrófica cesación de pagos (recordemos sus terribles efectos en Argentina, en 2001) y el colapso de su sistema bancario, con consecuencias aún más duras y duraderas que la dramática situación esperable ahora.

 

El rescate lo es simultáneamente de varios bancos europeos, que reciben la mayor parte de las decenas de miles de millones en juego, lo que disminuye a la eurozona tanto el elevado riesgo de una crisis del sistema financiero, de consecuencias imprevisibles para una economía mundial que aún no logra superar la crisis desencadenada en 2008, como el de un desgarramiento que acentúe también en lo económico las peligrosas tendencias centrífugas en lo político. Eso sí, tendrá que encontrar una vía democrática de la eurozona para reestructurar la deuda griega (y otras), algo a lo que la política Merkel, primera ministra de Alemania, parece estar dispuesta, en contraste con su economicista ministro de economía, Schäuble, con muchos políticos europeos y con la opinión de una ligera mayoría de la población de Alemania (país que, junto con gran corresponsabilidad en la generación de la situación, carga también con el mayor peso del rescate).

Mejor hubiese sido que Grecia no entrara a la eurozona, pero ya es parte de ella, y una salida de la misma tiene consecuencias económicas y políticas imprevisibles, también para Europa. Lo que está en juego es la existencia misma de una Europa amplia y sólida como uno de los polos de desarrollo mundial, capaz de contener las fuerzas antidemocráticas, racistas y xenófobas internas y contrapesar el neo expansionismo ruso, además de garantizar su estabilidad económica.

Si fuera fácil salir de la eurozona y volver a su moneda nacional, el dracma, seguramente Tsipras lo hubiera preferido. Pero el cambio de moneda, además de otros costos enormes, también entrabaría la economía por interminables litigios respecto de contratos previos, y, como escribe el ahora famoso economista Picketty, la salida de Grecia del euro sería además (preciso, podría ser) el principio del fin de la zona euro. Frente a la excesiva dureza del paquete de salvataje propone una conferencia que permita reestructurar todas las deudas de la zona euro (aclaro, algo que la normativa actual no permite, siendo la griega la punta de un iceberg colosal) y una reforma institucional con la creación de una cámara parlamentaria (agrego, que le dé una base más democrática y más fuerte).

 

El Salvador y Ecuador, que han adoptado el dólar como su moneda, en la cual tienen aún menos injerencia que Grecia en el euro, demuestran que usar una no propia funciona, con menoscabo de una soberanía monetaria que habían usado mal, a cambio de una estabilidad que les ha facilitado retomar la senda del crecimiento. En el Perú tenemos una situación intermedia, con uso, tanto del nuevo sol como del dólar como monedas de amplia aceptación, casi a la par. Hemos aprendido, a un costo altísimo, que la estabilidad macroeconómica y monetaria es una condición indispensable –aunque no suficiente- del crecimiento económico sostenido, que es a su vez uno de los pilares del desarrollo sustentable.

Lamentablemente la salida de Grecia del euro sigue siendo una espada de Damocles en el horizonte.

La buena noticia es que las autoridades europeas están siendo obligadas por la crisis –como otras, también una oportunidad- de replantearse la organización política de la eurozona, hacia una mayor representatividad democrática, y de seguir fortaleciendo la normativa y los mecanismos de control del sistema financiero para disminuir los riesgos de colapso. A tal punto obligadas, que según el economista Jeffrey Sachs, que considera al sistema de gestión de crisis europeo inepto, extremadamente politizado y poco profesional, si no son capaces de salvar ahora a Grecia, no serán capaces de salvar la eurozona. Francia, del centroizquierdista Hollande, y Alemania, de la centrista Merkel, parecen haber comprendido el reto y estar dispuestas a enfrentarlo.