martes, 28 de febrero de 2012

ESTRATEGIA DESNUDA/ Gustavo Carrión Zavala

En los últimos días, y con fundadas razones, hemos asistido y participado del entusiasmo que nos suscitó la captura del delincuente Florindo Flores Hala, conocido en el mundo del crimen como “Artemio”.
Qué duda cabe que se trata de un inmenso positivo atribuible exclusivamente a la policía, a pesar, que como no podía ser de otra forma, se subieron al crédito del éxito las fuerzas armadas, particularmente el Ejército, cuando queda totalmente esclarecido, que su actuación en el VRAE no ha sido todo lo auspiciosa que quisiéramos y se niegan a aceptar que lo suyo no es la persecución del delito.
Debemos igualmente resaltar la ponderación de los altos mandos policiales, al no evidenciar detalles de la captura ni la larga ruta que se siguió para capturar al esquivo líder de una de las facciones de Sendero Luminoso, que había derivado en un vulgar narcotraficante y sicario de las firmas dedicadas a esta ilícita actividad. Y entendemos la prudencia policial, pues todavía quedan algunas facciones que desarticular y capturar a su líderes, como son las que operan en el VRAE y que obviamente no resulta para nada inteligente, que en un exceso de entusiasmo y triunfalismos ligeros, componer epinicios, que alerten a los todavía activos delincuentes de lo que hace la policía para ponerlos a recaudo de la justicia.
Lamentablemente, la prudencia y recato de los altos mandos policiales, se han visto traicionados, por quiénes con afanes de pretender demostrar que ellos tuvieron mucho que ver con el largo trabajo de inteligencia, han aparecido en cuantos programas de televisión y radio han podido, y describir con lujo de detalles lo que hicieron los policías en temas de inteligencia, desde la utilización de equipos sofisticados de interceptación telefónica, penetración en los círculos cercanos a Artemio, captación de lo que llaman “topos”, que fueron los que estando en el entorno inmediato del delincuente, colaboraron con las fuerzas del orden, para capturar sistemáticamente a los mandos cercanos a “Artemio”, culminando con la captura de este delincuente, originalmente parte del comité central de Sendero Luminoso, derivado en vulgar narcotraficante. Lo que han hecho con esta irresponsabilidad, es noticiar a  “José”, “Raúl”, “Alipio” y colaboradores cercanos, que desconfíen de los que tienen alrededor, que cuiden sus comunicaciones, que eviten ser infiltrados, que eliminen  a cuanto sospechoso de ser “topos” se trate, y en síntesis, han procurado que la estrategia policial que llevó a la captura de “Artemio”, quede tan desnuda, que será prácticamente imposible poder utilizarla en lo que queda por perseguir a los grupos  que todavía actúan en el VRAE.
Preguntarnos por qué lo hicieron, pues tendríamos que buscar respuestas en los niveles de vanidad, falso orgullo, personalismo, blindaje frente a investigaciones en las que podrìan verse implicados, y por qué no, fríos cálculos de actuación política futura.
Les hubiese quedado mejor, esperar al final de esta persecución del delito de narcotràfico y terrorismo en el VRAE, y , haciendo gala de su locuacidad, escribir un libro del balance de esta extendida actuación policial, y ponerse , si asì lo consideran oportuno, como grandes artìfices del triunfo. A lo que no tenían derecho es a evidenciar el trabajo policial y con ello alertar a los delincuentes del VRAE, de lo que tienen que cuidarse y como neutralizar la acción policial.
Le toca a la policía ahora, diseñar una nueva estrategia y guardarla de tal manera, que no surjan nuevos intérpretes que por afanes totalmente personales, traicionen a la institución y saquen a la luz , lo que profesionalmente se debe reservar. No sería exagerado recomendar, a quiénes han desnudado la estrategia de la policía, se hagan amigos de Baltasar Gracián y asimilen una alta dosis de prudencia (oráculo manual y arte de prudencia).

miércoles, 15 de febrero de 2012

Colaboración desde España/ ESTADO DE BIENESTAR Y ESTADO DE NECESIDAD / Guillermo MEDINA

El Partido Popular da constantes muestras de dominar la estrategia de comunicación y llevar la iniciativa. En la oposición al Gobierno anterior sus líderes convencieron a una mayoría de electores de que el problema era Rodríguez Zapatero y de que si Rajoy llegaba al poder  se restablecería la confianza y comenzaría el fin de la crisis. Era “el cambio” como taumatúrgico bálsamo de Fierabrás. Fue una siembra de expectativas sin apenas concreción o incluso prometiendo lo que no se podía cumplir.

Una vez en el Gobierno, el PP utilizó el desfase del déficit presupuestario en 2011 (el 8% en vez del 6% previsto), de sobra percibido anteriormente como inevitable, y debido principalmente a la mala gestión de las CCAA, junto con la entrada en recesión, para justificar la subida del IRPF. Hubo contrariedad de los ciudadanos pero sobre todo resignación ante lo que parecía inevitable. A partir de entonces, el Gobierno del PP no ha ocultado la gravedad de la situación sino al contrario. Los mensajes han sido que “los datos son espeluznantes” (ministra Báñez), que las cifras de paro “no van a mejorar en el corto plazo. Es más, durante 2012 empeorarán” (Rajoy en el Congreso el 8 de febrero) y que la salida de la crisis será muy dura y llevará tiempo.

El razonamiento del Gobierno parece claro: cuanto peor sea la percepción de los ciudadanos sobre la situación y las perspectivas, más dispuestos y resignados estarán para asumir sin rebeldía las reformas, en primer lugar la anunciada como “dura y profunda” reforma laboral. Si además el susto se nos mete en el cuerpo al principio del mandato, las culpas se remitirán instintivamente al debe del Gobierno anterior.

Hasta ahora, esa estrategia se está mostrando eficaz para impedir lo que en otro caso podría significar una caída dramática del apoyo popular al Gobierno. Así lo indican las encuestas, incluida la última del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que refleja una exigua pérdida de apoyo popular.

El lado malo, para todos, de esa estrategia política  es que se vuelve contra las posibilidades de recuperación. En efecto, esa sociedad resignada, conformista y, sobre todo, amedrentada (cada vez más se escribe sobre el miedo como factor de manipulación social), estará preparada para aceptar las reformas que el Gobierno quiera. Puede que incluso haga inviable una huelga general en estos momentos. Pero desde luego el pesimismo no ayuda al clima propicio para que los empresarios empiecen a contratar y los ciudadanos se animen a gastar.

El Gobierno puede caer en la tentación de sustituir el concepto “estado de bienestar” por el de “estado de necesidad”. Este último sería la reducción de aquél a las críticas posibilidades de la actual situación y a la visión de un Estado jibarizado por imperativo de la crisis. Una necesidad (necesariedad) que todo lo explica y justifica, desde la sustitución de Gobiernos legitimados electoralmente por equipos técnicos, a la subordinación del estado de bienestar a funcionalidades políticas oportunistas. La crisis impone como verdad establecida el estrecho paradigma de la rentabilidad de los servicios y políticas sociales, lo que abre doctrinalmente la puerta a las reducciones y privatizaciones de los mismos. Así, la  crisis como oportunidad (de mejorar y avanzar todos juntos) es sustituida por la crisis como pretexto (el avance de unos y el estancamiento o retroceso de otros en una sociedad cada vez más dual).

Naturalmente, el PP ha sostenido, en la oposición primero y ahora en el Gobierno, su fidelidad inquebrantable a los distintos componentes reales del estado de bienestar. Faltaría más, tratándose del “partido de los trabajadores” (María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP). Pero esperen y verán. Hay síntomas de que lo que comienza como una “reestructuración del estado de bienestar para hacerlo viable” puede terminar siendo, por causa de un visión reduccionista y tecnocrática de la crisis, una profunda redimensión del mismo a la baja.
La instalación entre nosotros de la idea según la cual la necesidad ha llegado para permanecer –el estado de necesidad- se ve reforzada, y utilizada, cuando los Estados y los Gobiernos ni siquiera pretenden ocultar su impotencia ante la crisis, y renuncian a la política en beneficio de la nebulosa de inversores que llamamos mercados. Lejos de rebelarse contra la hegemonía de éstos, encuentran en su poderío el manto que cubre sus propias culpas, errores e inepcias. Y por si algunos protestan ante tal deriva degradante de la propia democracia, ahí está otra de las herramientas anestésicas: la culpa de nuestros males es nuestra por haber querido vivir por encima de nuestras posibilidades. Así, genérica y colectivamente, participamos en unas responsabilidades colectivas que diluyen las graves culpas de las minorías verdaderamente culpables.
¿Cuáles van a ser las consecuencias sociales y políticas de todo esto a medio plazo? ¿Ese estado de necesidad va a dar lugar a un estado de resignación? He escuchado opiniones en el sentido de que el Gobierno tiene vía libre para realizar su proyecto, incluso la parte no manifestada, sin que haya de temer una reacción social significativa. Puede que sea así en esta etapa. Pero el Gobierno haría mal en confundir resignación con inhibición, y menos aún con conformidad y respaldo. La resignación nunca es un estado psicológico  permanente sino que suele incubar la rebeldía. Confío en que, confundido por lo limitado de la protesta social activa, el Gobierno no desactive, en aras de sus objetivos fiscales, los mecanismos de cohesión y solidaridad social que permiten la paz social en tiempos de crisis. No hay que olvidar que el estado de bienestar, aunque atemperado por las circunstancias adversas, no es sólo una necesidad social -ni siquiera un concepto “de izquierda”-, sino también, desde el fin de la segunda guerra mundial, un elemento necesario para el funcionamiento equilibrado del sistema y para el progreso económico de las sociedades democráticas europeas.


domingo, 12 de febrero de 2012

LA CARTA DEL AHOGADO /Augusto Ortiz de Zevallos

El diario Correo celebra en carátula del sábado que quien escribe sería un “ahogado político” y conjetura que debido a ese “olón” de fin de año, que también celebraron, y a los “errores cometidos por el arquitecto” se me habría cesado de presidir la Costa Verde, y afirma que todos estos hechos “terminaron por dejarlo fuera de la comuna capitalina”. Estoy, pues, en la calle, celebración a la que se suma algún regidor para quien yo oigo jazz pero no formo parte de la “gente capacitada”. Que, según él y otros, (que hay que suponer que sí son gente capacitada), Susana Villarán no tiene.  Supongo que haya algunas despistadas celebraciones más.  A las que, según con quién, agradeceré que me inviten.Porque yo celebro que este político esté ahogado, y por tanto, muerto, porque además nunca estuvo vivo. 

No he sido político nunca, ni quiero serlo, salvo que recuperemos etimologías. No fui, con Susana Villarán,  candidato a nada, sino un urbanista y arquitecto invitado que aportó contenidos importantes al plan de gobierno, y que, como tal, explicó y expuso en la campaña ante “la gente capacitada”, ésa  que perdió los debates, esos proyectos que ya se empezaron a materializar : la Costa Verde, el Rio Verde, principalmente.

La única vez que fui regidor fui un independiente invitado por Alberto Andrade, y no por ser político, sino porque Alberto creía que el Gran Parque de Lima, que propuse y diseñé, era la mejor obra de su gestión. Y creía también, para organizar su tercera gestión, que no tuvo, en un documento sobre proyectos estratégicos que preparé, proponiendo cómo recuperar el río y el litoral,  articular la Lima central con la Lima periférica, así como potenciar los parques zonales, entre otros temas.  

Tampoco por político me encargó el primer alcalde después de la recuperación de la democracia, Eduardo Orrego el proyecto para la Quinta Heeren, como  me invitaron todos sus sucesores: Barrantes, a la recuperación de los colores del centro; Del Castillo, a liderar el Plan del Centro de Lima, Belmont, a formar el IMP; Andrade, a diseñar ese parque y luego a escoger los proyectos estratégicos. Y para mi sorpresa, después de haber sido su opositor y crítico, Luis Castañeda, a cambiar el proyecto del Costa Verde, de un proyecto principalmente inmobilario, que algunos extrañan, a ser uno con clara prioridad en el espacio público, que es el que se hará. Así me temo que este muerto vive. 

Y sobre la causa de mi celebrada muerte por ahogo, aunque  siempre incomoda hablar de uno mismo supongo que si soy motivo de carátula en un diario, algún interés tiene esta carta en que el 18 de Enero le pedí a la Alcaldesa asumir ella la presidencia de la Costa Verde,   ésa de la cual Correo celebra que he sido choteado. 

LIMA, 18 DE ENERO, 2012

SRA SUSANA VILLARÁN
ALCALDESA DE LIMA METROPOLITANA.

DE MI MAYOR CONSIDERACION.

ESCRIBO A USTED LA PRESENTE ANTE EL NUEVO ESCENARIO PARA ESTE AÑO 2012, SEGUNDO DE SU MANDATO.

SE QUE SE REDEFINE TAREAS Y FORMAS DE GESTION EN SU EQUIPO, Y QUE HAY UNA NUEVA GERENCIA MUNICIPAL QUE DEBE ORQUESTARLO, Y EN ESE CONTEXTO CREO OPORTUNO PEDIRLE QUE CONSIDERE, SI ES EL CASO Y ELLO AYUDA A SUS OBJETIVOS, QUE EL CARGO DE PRESIDENCIA DE LA AUTORIDAD AUTONOMA DE LA COSTA VERDE, QUE A INVITACION SUYA  EJERZO DESDE HACE POCOS MESES, PUEDA SER REASIGNADO, Y SEA AHORA ASUMIDO, YA SEA DIRECTAMENTE POR USTED , QUE ES LA TITULAR  DE ACUERDO A LA LEY Y SU REGLAMENTO, O POR OTRA PERSONA QUE MEREZCA ESA CONFIANZA SUYA, QUE LE AGRADEZCO, EN ESTE Y OTROS TEMAS.

SABEMOS ADEMAS QUE EN LA COSTA VERDE LAS OBRAS YA EMPEZARON Y SEGUIRAN Y QUE LA TAREA CENTRAL ES MATERIALIZARLAS. COMO SABEMOS Y HEMOS CONVERSADO, EL EJE PRINCIPAL DE MI APORTE A SU GESTION ES LA ASESORIA PROFESIONAL A USTED Y SU EQUIPO EN LOS PROYECTOS ESTRATEGICOS COMPROMETIDOS EN LA CAMPAÑA Y QUE RECIBIERON EL RESPALDO DEL ELECTORADO. Y ESA TAREA CENTRAL ES TRADUCIR, EN EL ESPACIO DE LA CIUDAD, Y EL TERRITORIO DE LA METROPOLI,  LA TRANSFORMACION DE LIMA HACIA SER UNA CIUDAD PARA TODOS DEBEMOS ORGANIZAR  LA RECUPERACION DE SU RIO,  DE SU LITORAL Y DE SU CENTRO, ASI COMO CONSTRUIR  UN PLAN ESTRATEGICO DE ESCALA REGIONAL QUE ORGANICE Y REEQUILIBRE EL PAISAJE Y EL ESPACIO URBANOS, PARA MEJORES CALIDADES DE VIDA Y OPORTUNIDADES. EN ESE DISEÑO DE RESPONSABILIDADES, SEÑORA ALCALDESA, LE PIDO QUE SE SIENTA EN PLENA LIBERTAD DE REDEFINIR DONDE SOY MAS UTIL. A SU GESTION Y A LA CIUDAD DE LIMA.CON MI MAYOR APRECIO POR USTED Y SU EQUIPO, ATTE

Augusto Ortiz de Zevallos, arquitecto y urbanista.

martes, 7 de febrero de 2012

HUEVOS DE ESTURIÓN / Con el agua al cuello / Fernando Rospigliosi


Los participantes de la “marcha por el agua” tuvieron una grata sorpresa el lunes 6: el cielo se abrió y descargó una torrencial lluvia, que los hubiera empapado si en realidad hubieran venido caminado, como algunos ingenuos creen. No, los marchantes vienen en ómnibus y automóviles, y se bajan para desfilar en los pueblos que atraviesan.
        No es que el ex clérigo Marco  Arana se haya convertido en sacerdote de un oculto rito que ha logrado, mediante secretos conjuros, que los cielos se abran. Se trata simplemente que estamos en época de lluvias donde el exceso de agua se convierte en un problema muy serio: desbordes de ríos, acequias y lagos, huaycos y muchos desastres.
        Y luego, cuando termina la temporada de lluvias, volvemos a la escasez y, en muchos lugares, a la sequía. De eso se aprovechan los izquierdistas y antimineros disfrazados de ambientalistas para atribuir falsamente a la minería la falta de agua.
        En realidad, lo que se necesita es inversión en infraestructura para poder acumular el agua en época de lluvias y utilizarla cuando escasea, así como para canalizarla. Para eso se requiere mucho dinero y la principal fuente de impuestos del Estado peruano es la minería.
        Si no hay minería, habrá mucho menos dinero de impuestos y será imposible construir las obras que se requieren para represar y canalizar el agua que el Perú necesita.
        En el caso de Cajamarca, por ejemplo, el gobierno ha prometido construir la represa de Chonta, que cuesta más de 300 millones de soles. Eso lo hará con los impuestos recaudados, la mayoría de los cuales proviene de la minería.
        Los proyectos mineros también contribuyen directamente a proporcionar más agua para la gente. Conga, por ejemplo, construirá cuatro lagunas que filtrarán agua a la napa freática y acumularán agua para ser usada en los meses en que escasea, reservorios además que contendrán más del triple del agua de las lagunas que serán afectadas por la construcción de la mina. Por donde se le mire, es ganancia, beneficio para la población pobre de la zona.
        Las lagunas actuales, como se sabe, no filtran a la napa freática porque están sobre suelo impermeable y no pueden ser usadas en la época de escasez porque no hay manera de extraer el agua. Tampoco son turísticas, situadas en parajes a más de 4000 metros, sin carreteras ni nada alrededor.
        ¿Por qué se oponen los antimineros entonces a un proyecto que desde todo punto de vista beneficia a la población y proporciona mucho más agua de la que hay ahora? Sencillamente porque el agua para ellos es un pretexto. Se disfrazan de ambientalistas para atacar a las empresas privadas. Son izquierdistas ideologizados que quieren expulsar a la “minería colonial depredadora”, como dice el ex guerrillero trotskista Hugo Blanco, convertido en ambientalista y promotor de la “marcha por el agua”.
        Los izquierdistas antimineros de la “marcha por el agua” no dicen nada, por ejemplo, de la situación de Ica, donde la agricultura moderna está agotando las fuentes de agua. Como no pueden culpar a la minería, obvian el problema.
        Tampoco una palabra por la grave situación de una de las maravillas del mundo, el lago Titicaca, contaminado por la minería ilegal, los desagües de las poblaciones circundantes y la agricultura.
        Es muy obvio que a los izquierdistas antimineros de la “marcha por el agua” solo les interesa atacar a la minería moderna, la que paga impuestos, da empleos formales y bien remunerados, que proporciona mucho más agua de la que usa y que ha sido el principal  motor del crecimiento económico de la última década.
        

sábado, 4 de febrero de 2012

HUEVOS DE ESTURIÓN / Morales Bermúdez / Fernando Rospigliosi


                 La orden de captura internacional dictada por un juez argentino contra el general (r) Francisco Morales Bermúdez no tiene sentido y debería ser rechazada, no solo por el gobierno sino por la sociedad.
                Es verdad que FMB presidió una dictadura militar y que deportó en 1978 a 13 ciudadanos peruanos a la Argentina, pero es falso que eso fuera parte del plan Cóndor, una operación de secuestro, tortura y asesinatos coordinada por las brutales dictaduras del Cono Sur del continente.
                La dictadura peruana izquierdista no se llevaba bien con sus colegas de Sudamérica y para 1978 el Plan Cóndor estaba casi extinguido sin su principal animador, el chileno Manuel Contreras, en el poder. Incluso durante la primera mitad de esa década y algo más, el Perú se convirtió en país de refugio para izquierdistas del continente que escapaban de la persecución de sus gobiernos, al tiempo que la dictadura peruana deportaba a opositores de derecha e izquierda.
                FMB fue ministro de Economía en el primer gobierno de Fernando Belaúnde -un caso insólito de un militar en actividad ocupando ese puesto en un gobierno civil- y después ocupó puestos importantes en el gobierno militar del general Juan Velasco. Como Comandante General del Ejército, ministro de Guerra y Primer Ministro, FMB encabezó un golpe en agosto de 1975 contra Velasco, que enfermo y asediado, se mostraba incapaz de controlar la situación en medio de una crisis económica.
                En 1977, después de fuertes movilizaciones sociales y un paro nacional, los militares decidieron abandonar el poder, con una "transición ordenada". Para eso convocaron elecciones para una Asamblea Constituyente en 1978.
                No obstante, la convulsión social no amainó, incentivada sobre todo por la crisis económica. En esas circunstancias, la dictadura de FMB deportó a loos 13 ciudadanos a la Argentina. Fue, por supuesto, un acto arbitrario y repudiable. Pero finalmente, todos regresaron rápidamente al Perú, sanos y salvos. Varios de ellos, además, electos como diputados a la Asamblea. Por primera vez en la historia del Perú, grupos de extrema izquierda pudieron participar en una elección democrática y ocupar curules.
                A diferencia de los que se capturaban en el plan Cóndor, que eran torturados, desaparecidos y asesinados, los peruanos deportados corrieron una suerte distinta.
                FMB cumplió con la transición a la democracia y en en julio de 1980 le entregó el poder a un candidato que los militares no querían, Fernando Belaúnde, precisamente el gobernante que habían derrocado en 1968. Ellos realizaron elecciones democráticas.
                Luego de un frustrado intento de participar en la política, el general Morales Bermúdez ha mantenido siempre una posición moderada y democrática. En julio de 2000 estuvo en el estrado de la Marcha de los 4 Suyos con Fernando Belaúnde y Alejandro Toledo.
                A los 90 años, Francisco Morales Bermúdez sigue siendo un referente de rectitud y honradez, cosa que pocos ex gobernantes pueden exhibir.
                Es una injusticia que se pretenda extraditar y juzgar a FMB. Hay que rechazar firmemente esa pretensión.