Integro un grupo
de ciudadanos preocupados por la
creciente marea criminal y la inseguridad ciudadana (Ver http://gruposeguridadciudadanaperu.blogspot.com/).
Nuestro grupo
quiere promover un debate que dé luces para resolver el principal problema de
la población. Por ello en nuestro primer pronuciamiento , se plantearon algunas
cuestiones básicas a ser , por lo menos, abordadas por el presidente Humala en
su mensaje al Congreso de la República y a todo el país, con ocasión del
aniversario patrio.
En los austeros
seis minutos que dedicó a la seguridad ciudadana anunció, entre otros aspectos,
que al culminar el ano, el efectivo de la Policía Nacional se
incrementaría en treinta mil policías nuevos,
egresados de las veintisiete escuelas de suboficiales desplegadas a lo largo
del territorio nacional. Al margen de lo confuso del anuncio, de si se trataba
de treinta mil policías más o se refería a policías nuevos, o si la cantidad
anunciada se compadece con la realidad, expreso preocupación porque pareciera
que la referencia está hecha en relación
a metas cuantitativas de policías, relevando a posiciones subordinadas por no
haber sido mencionado, la calidad de estos nuevos policías.
Diera la
impresión que se tratara de una “fabrica” de suboficiales a ritmo acelerado en
las escuelas con fines únicamente de satisfacer o cumplir una promesa inicial,
de lo que no estamos seguros es si los treinta mil nuevos policías (de ser el
número real), habrán logrado a través de su formación policial modificar la
conducta de ingreso y alcanzado el perfil diseñado para ejercer función
policial como suboficial de tercera.
Nuestras dudas y
preocupaciones, se refieren básicamente a la incapacidad de la Policía para
sostener uniformemente una formación de calidad en la diáspora de escuelas
instaladas en las diferentes regiones del país y que la delicada formación que
requiere el agente policial que se encargará de mantener la indemnidad de las
personas en su vida, bienes y ejercicio de libertades y derechos, difícilmente
se logrará a pasos forzados y con infraestructuras educativas sumamente
débiles.
El pensum que corresponde a la formación de
suboficiales, en la mayoría de escuelas, es desarrollado por los oficiales que
laboran en la jurisdicción donde se ubica la escuela, ergo, en la mayoría de
casos se trata de policías que no necesariamente están habilitados para el
ejercicio docente y que compensan su falta de capacidad para formar nuevos
policías, con la incidencia en formación militar, propia para el entrenamiento
de soldados, pero no para policías que deben actuar en cumplimiento de una
función de naturaleza civil y al servicio del ciudadano.
Son comunes las
ausencias de los instructores designados en
las aulas, al tener que privilegiar el cumplimiento de la función
policial a la cual están asignados, optando por delegar en policías bajo su
mando para que los reemplacen, leyendo los reglamentos a los alumnos, sin mayor
dimensión crítica de la enseñanza.
La trascendencia
de esta formación improvisada, es que artificiosamente se hace creer a la
ciudadanía que la mayor presencia de policías logrará reducir la incidencia
criminal y devolverá niveles apropiados de seguridad. Ello obviamente no viene
sucediendo, y si el presente año se completarán los anunciados treinta mil, obviamente han venido egresando desde el
2011 y que estamos en el tramo final, por tanto deben haber en servicio más de
la mitad de la cantidad anunciada, sin
que esta mayor presencia de policías haya logrado revertir la inseguridad que
se ha convertido en el principal problema reconocido por la población.
La formación de
nuevos policías debe acreditarse y comprobar si alcanzaron el perfil, antes de
salir a ejercer una función tan delicada como la que le toca cumplir a la
policía y los que ya están en el servicio, comprobar a través de las entidades
educativas de la sociedad civil (universidades), si están realmente calificados
para seguir cumpliendo la función o requieren de una complementación formativa.
Como un
acercamiento a lo que se viene sosteniendo, y basados en estadísticas
oficiales, en el caso de una escuela en el norte del país, de la cual han
egresado desde el 2011 a la fecha más de trescientos nuevos policías, en el
mismo período la violencia se ha duplicado año a año , especialmente en los
asesinatos por sicariato, robo agravado y asaltos a personas. Consultados
algunos de los nuevos policías sobre su formación, acusan serias deficiencias y
confiesan que en todo su período de formación no han disparado más de cinco
cartuchos en el mejor de los casos.
Es a estos
suboficiales a los que se asignan y/o venden armas de fuego para cumplir su
función, sin estar habilitados técnicamente en el manejo de armas ni en la
determinación del momento y condiciones de su empleo, habiéndose producido
graves incidentes por impericia en el uso de armas.
No se debe
perder de perspectiva, que estas coyunturales medidas de incremento apresurado
de número de policías, están provocando que estos mal formados policías, no sólo
se conviertan en un riesgo de seguridad, ellos permanecerán en la institución
treinta años, por tanto lo coyuntural se va convirtiendo en estructural.
La
reorganización o refundación de la policía debe entrar a cuestionar el actual agotado
modelo de policía militarizada, para dar paso a una institución que responda a
las características ciudadanas de la función que le toca cumplir a la policía,
entendiendo finalmente que es la policía una institución que promueve la
convivencia pacífica y sin puntos comunes con la tarea que corresponde a las
fuerzas armadas, que no es otra que la de mantener incólume el territorio
nacional, frente a intereses y fuerzas externas.
2 comentarios:
Estimado amigo Gustavo Carrión
Comprendo su inquietud y quisiera decirle que me me agradaría participar en este tipo de discusión, mi preocupación es también sobre el mismo tema, el mensaje no contiene algunos otros aspectos que considero deben estar incluidos así como algunas deficiencias de las actual Política Criminal y de Seguridad Ciudadana.
Por ello le hago llegar mis saludos y mi disposición en colaborar en un dialogo sobre este tema
Estimado Gustavo Carrion
Ya hemos conversado antes por este medio pues sigo con interes sus documentos.
Estoy de acuerdo con su planteamiento, pues el tema no es MAS POLICIAS sino policias MEJOR ORGANIZADOS Y POTENCIADOS, donde el aumento o decrecimiento de su numero no influirá nunca en la superación del clima de violencia y el combate a la criminalidad organizada: tema del que la Policia conoce desde antes del 2006, pero que NUNCA ASUMIÓ ESTE RETO sino que sacó provecho personal a la situación, el caso mas claro es el de la Red Orellana por ejemplo.
Por ello es conveniente conocer y discutir publicamente los Planes de Formación y Capacitación diseñados por el Minsiterio de Interior, dejados de lado a consecuencia del ingreso del Gral. Urresti. Creo que es una forma de aportar en este proceso, y no solo denunciar, que está bien pero poco eficiente.
saludos
bernardo alayza mujica
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