domingo, 9 de mayo de 2010

POLEMICA SOBRE EL CEPLAN / CARMEN OSORIO - HECTOR COLLANTES - FERNANDO VILLARAN



I. ¿Cómo se definen las prioridades de un país?

Carmen Osorio, estudiante de la Maestría en Desarrollo Internacional de la Universidad de Oxford y miembro de Gobierno Coherente

En un reciente artículo, el ex presidente de la Comisión Organizadora del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), Fernando Villarán, ofrece una opinión sobre el documento titulado “Lineamientos Estratégicos para el Desarrollo Nacional 2010-2021”. El artículo en mención cuestiona la posición ideológica del documento, pero lo curioso es que la misma crítica se basa parcialmente también en principios y valores propios de una "ideología". Esto resulta bastante lógico, pues uno debe ser capaz de reconocerse siempre en una posición determinada, elaborada y explícita, escapando de la presunta neutralidad en la que uno suele ubicarse para establecer una opinión. Resulta entonces errado plantear que cualquier medida política pueda basarse "sólo" en indicadores objetivos, y criterios técnicos, pues nuestra interpretación de ello responderá siempre a una valoración específica que -en la medida en que seamos conscientes de ella- podremos defender sin temores.

Coincido con Villarán -y creo que se enmarca dentro de la línea política coherente- en concebir el bienestar del ser humano como el fin último de toda acción pública, y/o colectiva. Amartya Sen (
Development as Freedom 1999, The Idea of Justice 2009) provee fundamentos filosóficos claros y -a mi juicio- contundentes para defender esta posición, y plantea la expansión de libertades reales para hacer lo que uno valora o tiene razón de valorar como medio para lograrlo.

En torno a ello las políticas sectoriales y las territoriales no son excluyentes, el reto está en encontrar el balance adecuado. Personalmente creo que competentes representaciones territoriales -en democracias- ayudan a tomar mejores decisiones colectivas, difundir información y formar valores; sin embargo, las políticas sectoriales son fundamentales también para guiar prioridades de orden nacional que ya están consensuadas públicamente: Educación, Salud, Nutrición, Justicia, Seguridad.

Finalmente, llamo la atención de lo que para mí resulta una inconsistencia en la crítica del ex ministro Villarán. Él afirma que el crecimiento económico sostenido debe convertirse en la primera prioridad de un plan estratégico de desarrollo, y esta afirmación debería reconocerse como propia de una ideología particular, de connotaciones económicamente más liberales, especialmente al decir primera prioridad, y no considerarla como otro objetivo importante. Sin embargo, aún sin vincularlo con ideologías particulares, es importante reconocer también que existen evidencias claras que demuestran que el acceso al desarrollo económico no ayuda necesariamente a solucionar problemas sociales como la falta de oportunidades fundamentales para el desarrollo humano como Salud, Democracia, entre otros. Por lo tanto, si no es causa suficiente, como él mismo refiere, ¿por qué ponerlo como primera prioridad? ¿Por razones técnicas? La evidencia lo rebate. ¿Razones ideológicas? Para responder esa pregunta entonces hay que reconocer e incorporar esas razones a nuestros juicios de valor.
Así, creo que el crecimiento económico es importante y debería estar contemplado en un plan de desarrollo país, sin embargo, de ninguna manera debería ser la primera prioridad puesto que "ideológicamente" para mí es solo uno de los tantos instrumentos para lograr el verdadero y último objetivo.

Héctor Josué Collantes, economista y miembro de Gobierno Coherente.

La crítica a la postura ideológica del CEPLAN no es el cuestionamiento más importante que hace Fernando Villarán en su Crítica a los Lineamientos 2010-2021, a propósito de lo mencionado por Carmen Osorio en un artículo anterior.

Éste es, más bien, lo reducido y poco ambicioso que resultó el documento del CEPLAN. Reducido por no demostrar que ha considerado -o no- a los esfuerzos anteriores. Poco ambicioso por reducirse al diagnóstico del pasado en lugar de enmarcarse en el futuro y atreverse a definir prioridades. Así queda tibio, soso y romo.

Los objetivos sectoriales no necesariamente se contraponen a los territoriales. En esto tiene razón Carmen Osorio.

Donde discrepo con ella es en la subestimación que sugiere a la importancia del crecimiento económico. Intuyo que hay una confusión entre medios y fines. Aunque coincide en señalar que ambos -Villarán y ella- sitúan al concepto seniano de desarrollo liberador de capacidades como fin, desestima la defensa de Villarán del logro del crecimiento económico sostenido como condición necesaria más importante. O, más bien, como "prioridad", "eje estratégico" o "garantía", como también lo refiere Villarán. Creo que Osorio entendió que en el artículo de Villarán el crecimiento es el fin, pero para él, es el medio más importante. Como fin, nada vale y eso ya lo dijeron ambos en la referencia a Sen.

Para resumir esa discusión sobre medios y fines -pues un mismo concepto puede verse de ambas formas- me gusta lo que dice Hans Rosling, profesor de Salud Pública de la institución sueca de dónde se escoge el premio Nóbel de Medicina y cofundador de la herramienta Gapminder:

Dimensiones del desarrollo

(Como medios)
Derechos humanos +
Medio ambiente +
Gobernanza ++
Crecimiento económico +++
Educación ++
Salud ++
Cultura +

(Pero como fines)
Derechos humanos +++
Medio ambiente ++
Gobernanza +
Crecimiento económico "0"
Educación +
Salud ++
Cultura +++

El crecimiento económico es un fin inútil, pero sí es el medio más importante para alcanzar los fines que valen. Veámoslo defender estas ideas en TED (en el 15:30 de este video):




III. Respuesta de Fernando Villarán

Muchas gracias a ambos por sus comentarios, resultan muy estimulantes. Paso a mis respuestas:

1. Estoy de acuerdo con la crítica de Carmen a mi cuestionamiento de la posición ideológica del documento del CEPLAN. Efectivamente, no hay posturas asépticas, sin contenido ideológico, y la mía ciertamente lo tiene. Lo que quería decir es que los lineamientos del CEPLAN se “pasaban” de políticos, o si se quiere, no tenían un enfoque y contenido más neutro o “técnico” (con todo lo complicado que resulta este concepto), pues se trata de un documento de Estado que debería recoger consensos de varias tendencias.

2. Estoy de acuerdo con Héctor, y la propia Carmen, en el sentido que los objetivos territoriales no deberían contraponerse a los objetivos sectoriales; pueden y deben ser complementarios. Sin embargo, mi crítica a lo sectorial, va más allá de los planes de gobierno, cuestiona la filosofía moderna de sectorializar y compartimentalizar la realidad, lo que ha llevado a destruir la naturaleza y a varios desastres sociales; el enfoque territorial permite una aproximación más holística e integradora.

3. Discrepo con Carmen cuando dice que la priorización del desarrollo económico significaría una ideología “de connotaciones más liberales”. En realidad el que puso a la economía en el tope de la agenda política fue Marx, pues llegó a decir que determinaba todas las otras esferas de la existencia humana, incluyendo la ideología. Es decir, esta tesis viene de la vereda de enfrente, como lo prueban las experiencias históricas de la Unión Soviética, fallida, y la de China, exitosa, por lo menos en el campo económico.

4. El tema de fondo es la ubicación del crecimiento económico, o si se quiere, del proceso de creación de riqueza, dentro de una agenda nacional de desarrollo. El ponerlo como primera prioridad, por cierto, no significa dejar de lado, los otros objetivos del desarrollo; en mi caso, debí decir más bien, el crecimiento económico es una “condición necesaria” para el resto de objetivos. En ese sentido el modelo de Hans Rosling, que presenta Héctor, resulta muy útil: el crecimiento económico es el principal medio, y la cultura y los derechos humanos son los principales fines.

5. Este enfoque nos permite decir, por ejemplo, que la Constitución Peruana y el propio Acuerdo Nacional, son documentos que se refieren a los “fines” del país, mientras que el Plan Nacional de Desarrollo 2010-2021 es un documento sobre los “medios”. De manera que resultaría lógico que los enfoques y los contenidos de ambos sean diferentes, y no iguales (o muy parecidos), como mencioné en mi crítica al CEPLAN.


3 comentarios:

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Al respecto del tema:

1. Ciertamente que cada época tiene su filosofía, su verdad y sus utopías, y la nuestra no puede excluirse de ello, pues toda humanidad es un reflejo de su tiempo.

2. Por ello no puede resultar extraño que las propuestas establecidas hace 30 años sean hijas de su momento, como también lo son las actuales. Antes de la caída del socialismo de Estado soviético las ideologías izquierdistas eran hasta cierto punto un ideal que estaba por encima del utilitarismo del capitalismo.

3. Hoy en cambio vivimos un nuevo apogeo del liberalismo puro y un retroceso en cuanto a alternativas se refiere, habiendo dejado el campo libre para el predominio de una sola ideología, la del capital, con la correspondiente creencia de que ésta es el único camino posible.

4. Sin embargo hay cosas que van más allá de los deseos y proyectos y se trata de las realidades. Mientras que en Latinoamérica el debate está entre los que buscan la vía alterna y los defensores a ultranza del sistema (el “modelo” como se llama en Perú) en los países desarrollados la cosa va por otro lado.

5. Allá nadie habla de la “modernidad” o “modernización”, como aún se pregona por estos lares, puesto que lo que están viviendo es la plena crisis del capitalismo, reflejado en la crisis del sistema económico que apunta a hacer desaparecer aquella sociedad de bienestar que tanto se ha admirado en nuestros países no desarrollados.

6. Es como si viéramos que los carros que van delante de nosotros (los países desarrollados) se estuvieran cayendo porque el puente está roto. Ante este ejemplo, insistir en el “modelo” cuando éste está siendo desactivado y está demostrando su fracaso allí donde se implantó con anterioridad, es poco más que un suicidio.

7. De modo que persistir en copiar “la sociedad feliz” occidental cuando Occidente no sabe qué hacer con ella sería por lo menos algo desafortunado o absurdo. Las crisis norteamericana y europea, más la correspondiente tragedia de las incursiones militares para detenerlas, nos revelan claramente cuál sería el futuro de nuestras sociedades si siguiéramos creyendo en el dogma economicista.

8. La economía es buena cuando sirve al hombre, no cuando sirve al sistema o a los que se benefician de él. Esa sería la moraleja que nos deja el capitalismo. La solución sería entonces no buscar en el pasado socialista ni en el presente capitalista sino en un futuro que todavía se nos presenta incierto. Pero si los llamados países desarrollados no la encuentran no podemos esperar sentados y moribundos a que lo hagan: tenemos que buscarla nosotros también. Para ello contamos con nuestras capacidades y recursos, que los tenemos, cómo no.

Muchas gracias.

MIGUEL ANGEL CHECA BERNAZZI dijo...

Estimado señor Villarán:

Observo que este interesante debate se origina por su opinión sobre el documento titulado “Lineamientos Estratégicos para el Desarrollo Nacional 2010-2021”, que data del año 2009.

Tengo en mi poder tanto la versión física como la versión digital, de la primera edición (marzo del 2010)del documento PLAN PERÚ 2021 Plan Estratégico de Desarrollo Nacional (Proyecto para la discusión) que, entiendo, recoge gran parte de lo que contiene “Lineamientos Estratégicos (...)".

De la lectura del PLAN PERÚ 2021, se desprende que -en efecto- hay un exagerado encomio al actual modelo económico, tanto que se describen posibles catastróficos escenarios si es que algún gobierno decide aplicar un modelo distinto al vigente; por lo que recomiendan su permanencia.

Oportunamente, hice llegar mis sugerencias al CEPLAN para las mejoras que considero deben hacerse al PLAN PERÚ 2021. Dichas sugerencias fueron posteadas en mi blog DESDE LA AMAZONÍA LORETANA. ENSAYOS Y COMENTARIOS (http://desdelamazonialoretana.blogspot.com/2010/04/plan-peru-2021-del-ceplan-sugerencias.html) en siete entregas, para ser compartidan con las personas interesadas en el desarrollo de nuestro país.

Ciertamente que hay errores estructurales como formales en este interesante documento, y que deben ser corregidos previa participación y mayor y mejor consulta a la población; pero, destaco que se ha dado un importante paso para obtener una Hoja de Ruta que el país necesita ante tan reiterada improvisación y preocupante carencia de visión en quienes nos han estado y están gobernando.

Un cordial abrazo,

Miguel Checa

Anónimo dijo...

Gracias por los comentarios, paso a responder:

Luis Enrique: estoy de acuerdo que han caído todas las "recetas" fáciles y que no podemos esperar seguir el ejemplo de USA o Europa que han sido responsables de la crisis. Por ello es muy importante discutir a fondo las causas y consecuencias de dicha crisis, pues alli hay lecciones muy importantes (ver mi serie: Hijos de la Crisis). Desgraciadamente en el Perú, no hay mayor discusión, salvo algunas excepciones como el valioso libro editado por CENTRUM-PUCP y NORMA, pues el gobierno y los periodistas neoliberales asumen que no pasa nada y todo sigue igual. Las soluciones no van a estar en el pasado (Socialismo soviético o capitalismo salvaje), sino tenemos que buscar una salida global para todos, y ésta puede venir del tercer mundo.

Miguel: Es cierto que ya ha salido una versión más reciente del Plan Peru 2021 elaborada por el CEPLAN, pero no tiene mayores diferencias con los Lineamientos, por lo que las críticas realizadas se mantienen. Concuerdo en que la existencia del CEPLAN y el propio Plan 2021 son pasos positivos para el País, y que sirven de base para mejorar y perfeccionar nuestras propuestas y hoja de ruta para el largo plazo.

Saludos

FV