viernes, 14 de septiembre de 2012

LA CRISIS CARACOL/ Alfredo Stecher


A veces me pregunto, qué sentido tiene que escriba sobre la crisis mundial, cuando abundan las noticias y artículos al respecto, en muchos casos de personas con mucha mayor autoridad en el tema. Y me contesto que quizá algunas personas que leen mis artículos no sigan los otros tanto como yo y que a algunas les puede interesar mi opinión. De modo que insisto.

De casualidad tropiezo con una cita de Albert Einstein en un anuncio a toda página, con buena argumentación, de oferta de acciones de La Polar, el cuarto actor del retail chileno (sí, el que está saliendo, con una nueva y al parecer eficiente gestión, de la crisis por el destape del cerca de un millón de repactaciones fraudulentas de deudas y de engaño al Estado): “La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera a la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.” No deja de ser curioso que una cadena de tiendas cite a Einstein en la propaganda para vender acciones, pero en su caso particular, como en el de otras grandes empresas que mencionan como antecedentes exitosos, entre ellas LAN, el dicho del sabio puede tener directa aplicación.
Estas poéticas palabras recuerdan al telegráfico “Crisis es oportunidad”, de los chinos, evocado, hace lustros, si no me equivoco, por uno de nuestros mejores economistas, Richard Webb. Debo decir que me gusta y resulta estimulante el optimismo que estas citas expresan, pero que es bueno recordar que, al lado de algunos que la superan exitosamente, suele haber una mayoría que sufre fracasos y con frecuencia indecibles penurias y hasta muerte, y, especialmente en las crisis económicas, éstos pueden ser la inmensa mayoría y hasta el mundo entero, como en la Gran Depresión de 1929 a 1933, que contribuyó decisivamente a facilitar el ascenso del fascismo y al desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial. La oportunidad no es solo para la creatividad positiva, sino también para la negativa. Soy de quienes creen que, a pesar de todo, el mundo es ahora mejor que hace medio siglo y, en general, todo tiempo previo, pero también de quienes tememos que un mal manejo de la crisis nos pueda llevar otra vez a grandes catástrofes, mucho mayores aún que los efectos inmediatos que ya viven millones de personas en la forma de desempleo, pérdida de niveles de bienestar y de esperanza, aumento de conflictos y depresiones, y agresiones racistas y xenófobas.
El proceso de la actual crisis económica puede ser visualizado como caracol, no por su lentitud, aunque algo de eso tiene, sino como escalera de caracol, por la que vamos descendiendo. Esta incluye descansos, momentos en los que parece estabilizarse la economía, pero también peldaños sueltos o debilitados, por los cuales de repente tenemos pequeñas o grandes caídas bruscas. No sabemos cuántos peldaños de bajada faltan – aunque con seguridad muchos - cuántos de ellos traicioneros, y adónde exactamente nos llevan. Y, lo peor, hay intereses privados y políticos así como miopías que llevan a la destrucción de peldaños y empujan a saltar otros hacia el siguiente descanso con la ilusión o engaño de que ya será el último (a la vez que protegen intereses propios y cercanos) y que más pronto podremos subir por la siguiente escalera de caracol.
Estamos en uno de esos descansos, más grande que otros, pero en el que no nos quedaremos mucho tiempo, quizá semanas, a lo más algunos meses: el brindado por la decisión del Banco Central Europeo, BCE, bajo la batuta de Mario Draghi, hasta con el respaldo de Ángela Merkel, con la ahora solitaria oposición de uno de los dos representantes alemanes, de comprar bonos de los países en problemas de liquidez, ilimitados en cantidad, pero limitados por la condición de pedir previamente un rescate – obviamente con condiciones, afinadas – al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera o al Mecanismo Europeo de Estabilidad, que está reemplazando al anterior - y en duración, a no más de tres años. Con ello ha disminuido – por un tiempo – la presión de los mercados que había elevado las tasas de interés de los bonos soberanos en Europa del Sur (es decir, de los Estados) a niveles insostenibles. A esto se agrega, convergentemente, el mecanismo de facilitación cuantitativa QE3 (quantitative easing) de la Reserva Federal de Estados Unidos de compra de hipotecas inmobiliarias por hasta 40 mil dólares al mes y de bonos de largo plazo para bajar los intereses de las hipotecas y de los bonos, que busca contribuir a evitar una recesión.
Al cumplir Draghi su promesa de hacer todo lo posible por sostener al euro y respaldarlo Merkel en función de su compromiso con el euro como mecanismo fundamental de la Unión Europea, han aumentado las probabilidades de supervivencia del euro y han ganado tiempo para las decisiones políticas necesarias para mantener al euro a la larga. Esto no significa ni que la continuidad del euro esté garantizada ni menos que la crisis esté superada. Todavía quedan muchos peldaños por bajar, tanto por factores económicos como, crecientemente, por factores políticos disgregantes en forma de corrientes y partidos políticos euroescépticos y eurofóbicos.
Quiero acá expresar, coincidiendo en gran medida con la opinión de Vargas Llosa, mi reconocimiento a Ángela Merkel como líder política, a pesar de estar en desacuerdo con su línea política general y su defensa a rajatabla de la austeridad. Si bien en sus tomas de posición lógicamente juegan un rol central los intereses económicos de Alemania, le creo y valoro cuando plantea un ideal europeísta de paz, valores y bienestar, en defensa de todo aquello que asegura el futuro de la humanidad: la dignidad humana, la libertad de opinión, la libertad de prensa, el derecho de manifestación, la gestión económica sostenible, la protección del clima, con una visión de la unión política de Europa como política interior.
Más bien discrepo de la desafortunada y gratuita crítica al economista Paul Krugman que Vargas Llosa cree tener que hacer en defensa de Merkel, por sus fundadas críticas a las políticas de austeridad extremadas.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Interesante articulo, pero no creen que Alemania está jugando su propio partido en sostener en control a través del poder monetario?

No soy partidario de posiciones extremas, y menos con lo avanzando en la EU. Pero creo que Europa tiene que dar un salto mayor, y no lo monetario, y facilitar una mejor posición política. Muchos de los países en crisis en la EU están sujetos a exigencias de Alemania. Estamos sujeto a posiciones partidarias, nacionales, regionales o globles?

Al no estar claro el fin de las medidas sugeridas, no está claro el fin. Eso es algo que debe discutirse.

Alfredo Stecher dijo...

Agradezco el comentario. Alemania claro que persigue su interés económico, pero éste está estrechamente vinculado al de la eurozona y toda Europa, además de las consideraciones políticas y de algunas convicciones.