19. La mejora de la nutrición exige profundos cambios culturales, de
concepciones y conductuales -que suelen ser procesos lentos-, en especial una
valoración positiva, tanto para la salud como para el disfrute, de la
diversidad de alimentos, del sabor y olor por encima de las apariencias, así
como la revalorización de la cocina casera y la inclusión de niños y hombres en
esta.
20. A esto contribuye poderosamente, por ejemplo en el Perú, el
movimiento de creatividad y reivindicación gastronómica, de unión entre
cocineros y productores primarios, y de llegada masiva al consumidor (APEGA
–Asociación Peruana de Gastronomía-, y su Festival anual Mistura),
desencadenado por Gastón Acurio, que con apoyo de algunos medios de
comunicación difunde conocimientos sobre el valor nutricional de los diferentes
alimentos, la valoración de productos y variedades propios de diferentes
regiones, su más fácil, sabrosa y beneficiosa preparación, el rescate o
descubrimiento de opciones menos costosas, así como sus mejores combinaciones y
formas de consumo.
21.
Para los pequeños productores rurales
una parte de la canasta alimenticia variada puede ser cubierta por diversidad
de su propia producción y por el mercado local, pero los habitantes urbanos y
los trabajadores agrícolas dependen enteramente de la diversidad en sus
mercados, complementada eventualmente por agricultura urbana en jardines,
azoteas y macetas.
22. Una mejor alimentación encuentra un apoyo importante en el
movimiento Slow Food -de comida lenta-, en contraposición al Fast Food –comida
rápida-, movimiento internacional nacido en Italia que se opone al menosprecio y
estandarización del gusto en la gastronomía, y busca combinar en ella el
conocimiento con el gusto por la preparación y el placer de la ingesta, y, con
implicancias también para otras dimensiones de la vida social, tanto por su
efecto en el bienestar personal como por servir de estímulo general a la
creatividad social.
23. La preferencia por alimentos naturales no implica desconocer la
utilidad de los agroindustriales en diversas circunstancias, tanto de la vida
diaria como de viajes, por su mayor garantía de inocuidad por ausencia de
patógenos –por ejemplo, importante para personas con sistema inmunológico
debilitado por enfermedad o convalecencia, en entornos con los que no se está
familiarizado, o en el contexto de alguna epidemia por agua de riego
contaminada, como el cólera-; también por la posibilidad de su disponibilidad en
todo momento, su más fácil almacenamiento y transporte, y su mayor duración,
pero deberían ser consumidos como complemento o como sustituto temporal, no
permanente, de los naturales.
24. Dado el peso abrumadoramente dominante de los alimentos
industriales, son sensatas algunas medidas de enriquecimiento artificial frente
a determinadas enfermedades, como hierro en harinas y cereales preparados, y
yodo en la sal industrial.
25. En situaciones de desastres naturales o causados por los seres
humanos suele ser indispensable contar con alimentos industriales, de
distribución más fácil y menos costosa.
26. También son útiles los alimentos refinados por su más fácil y más
rápida digestión, algo importante, ocasional y temporalmente, para personas con
el sistema digestivo afectado, con necesidad de ganar peso rápidamente o que se
encuentran en una situación de requerir rápidamente de energía suplementaria,
por estrés físico o mental.
27. Sin embargo son por eso mismo peligrosos para diabéticos, porque, a
diferencia de los alimentos integrales de asimilación lenta, aumentan muy
rápidamente el nivel de glucosa en la sangre.
28. La soya es un tema muy controvertido, que enfrenta a los poderosos
intereses de productores e industrias de lácteos y de carnes y los relacionados
con el cultivo de la soya (a escala mundial el principal de aceites) y la
producción de sus derivados (apoyados por veganos que los necesitan para
compensar el no consumo de lácteos), que financian estudios que se descalifican
mutuamente; por lo general es transgénica, además muchas veces con elevados
residuos de pesticidas.
29. Los pocos estudios independientes documentan una serie de efectos
secundarios, incluidos alergias, problemas hormonales y relativos a la
digeribilidad, por lo que es aconsejable la precaución en su consumo,
especialmente por niños y adolescentes; estos efectos son en parte disminuidos
por el consumo simultáneo de cereales integrales.
30. Al igual que en la gestión empresarial e institucional, y en la
doméstica, también en alimentación aprender exige desaprender, algo nada fácil,
pero muy beneficioso y, a la larga, gratificante; y, al igual que en otras
gestiones, también en lo personal es provechoso combinar cambios ocasionales
más profundos con mejoras continuas, ambos, de efectos acumulativos.
31. El consumo racional de alimentos sanos, libre de consumismo, puede
ser relativamente barato si no se sigue un calendario personal de alimentación
rígido y se opta siempre por productos frescos de la estación y por los de
menor precio relativo, con aprovechamiento de ofertas, así como de otros
insumos de igual calidad pero menor prestigio social o menos acostumbrados; a
pesar de su valorable precio bajo es preferible no recurrir a comer pollo todos
los días.
32. En la vida diaria hay que optar, entre los alimentos industriales,
por los que son menos perjudiciales, debido a una mejor tecnología de
procesamiento, al uso de preservantes menos dañinos, al no uso de colorantes y
saborizantes artificiales, por incluir cantidades reducidas de azúcar refinada
(incluida la rubia) y de sal, por no contener aceites o grasas refinados ni
trans (producidas éstas por elevadas temperaturas –fritura u otros procesos
industriales, especialmente de galletas y snacks, y por la hidrogenación de
aceites para producir margarinas), por no contener aceite de soya, y, por
ejemplo, en el caso de las conservas de pescado, preferir las que vienen con
agua en vez de aceite refinado –o eliminar éste; en general el procesamiento
mecánico es preferible al químico (pero no todo lo químico ni todo lo artificial
es perjudicial, y nos puede ser indispensable).
33. La presentación como natural o sano en una etiqueta, y estar en una
tienda o sección de alimentos saludables, no es una garantía de calidad
nutricional.
En un siguiente texto resumo los consejos
más útiles para una buena alimentación, que se diferencian de las indicaciones
de muchas escuelas específicas de nutrición sana, generalmente vinculadas a
determinadas concepciones ideológicas o religiosas, que tienden a comportarse
como sectas, porque trato –al igual que algunos otros promotores de una
alimentación más sana- de orientar y favorecer comportamientos asumibles por el
grueso de la población sin necesidad de modificar sus convicciones en otros
campos, al menos no a priori, aunque por supuesto cambios en una dimensión
importante de la vida van generando también cambios en otros.
Siempre es preferible un alimento orgánico,
garantizado por una certificación,
especialmente para niños.
Si este texto le parece útil, difúndalo entre su
familia y amistades.
Autorizo
su reproducción parcial o total con fines no comerciales.
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