XVI.
Alergias e intolerancias
- Natural no es garantía de ser inocuo; alimentos naturales, no
contaminados, pueden contener toxinas o antinutrientes; muchos alimentos
tienen sustancias que pueden provocar reacciones alérgicas en algunas o
muchas personas, y ante muchos alimentos se manifiesta dificultad de
digestión o intolerancia (no confundir con aversión sicológica).
- La presencia de toxinas y antinutrientes puede variar según la
madurez, incluso según la variedad y la tierra de cultivo, y puede deberse
también a su forma de preparación y modo y tiempo de conservación; dos
ejemplos son la papa, cuya cáscara, cuando está verdeada, es venenosa por
la solanina (también la vainita/judía verde cruda), y la quinua, que, sin
lavado adecuado, puede tener un exceso de saponina, dañina; tomates
inmaduros o madurados artificialmente, crudos, también tienen solanina
(tomatina), pero en menor proporción, que no alcanza a causar daño con un
consumo moderado.
- Los mismos alimentos que para muchas personas son tolerados o
incluso especialmente positivos, pueden causar problemas a otras, como
alergias, intolerancias o la enfermedad celíaca; igualmente, aditivos artificiales
que para la mayoría son inocuos, al menos en muy pequeña cantidad, y por
ello autorizados, pueden tener el mismo efecto en una minoría.
- Una pequeña minoría de personas es sensible a alérgenos (menos
del 5%, porcentaje que está aumentando rápidamente), que desencadenan casi
de inmediato reacciones inmunológicas desde leves o complicadas, como
asma, tos, irritación de la garganta y rinitis, picazón, ronchas,
urticaria y dermatitis, eczemas, conjuntivitis, dificultad para respirar, y
trastornos digestivos, según el grado y tipo de sensibilidad, hasta shocks
anafilácticos, que pueden ser mortales, con frecuencia a partir de solo
trazas del alérgeno por haber sido procesado un producto sin alérgenos con
la misma maquinaria que uno anterior con alérgenos (por eso la indicación
en etiquetas de los más comunes).
- Son particularmente propensas a alergias las personas con
padres alérgicos, mucho más si lo son ambos; algunas alergias e
intolerancias pueden desaparecer con el tiempo, especialmente en la
infancia, pero por lo general son persistentes, y también pueden
agravarse.
- Personas alérgicas a algún alimento pueden serlo además al
polvo, al pelo de animales o al polen.
- Los alimentos con alérgenos naturales más frecuentes y en
general de efectos más graves, son mariscos y moluscos, pescado y maní; en
general de efectos menos graves entre los más frecuentes, lactosa, gluten,
soya, mostaza y pimienta, huevos, chocolate, frutos secos (almendras,
nueces, pecanas); algunos, en tanto son proteínas, se descomponen, al
menos parcialmente, con cocción o fermentación.
- Los alérgenos menos frecuentes son otros cereales, semillas de
sésamo, incluso (a partir de alergias a polen) algunos vegetales (tomate,
apio, perejil y zanahoria) y legumbres, los aceites de palma y de soya, el
polvo; hay mucho más de cien otros alimentos identificados como alérgenos
y otros que pueden causar alergias a una cantidad muy reducida de
personas.
- Son
alérgenos para algunas personas los aditivos artificiales, particularmente
los colorantes, conservantes (en especial los sulfitos) y saborizantes
-incluido el glutamato monosódico (quinto sabor, umami), conocido bajo la
marca Ajinomoto.
185.
Después de una reacción
alérgica leve hay que esperar al menos una semana antes de volver a consumir cualquier
alimento con potencial alergénico.
- Las
intolerancias son mucho más frecuentes, incluso pueden afectar a la gran
mayoría de la población, pero, salvo la enfermedad celíaca por el gluten,
no son reacciones inmunológicas sino fallas metabólicas debidas a la falta
de alguna enzima necesaria para la digestión o a la presencia de
sustancias activas con efectos como fármacos, y pueden manifestarse tanto
rápida- como lentamente; algunas sustancias pueden provocar alergia en
algunas personas e intolerancia en otras.
- Las intolerancias más frecuentes a alimentos naturales por
falta de enzimas son a la lactosa (leche y derivados lácteos), al gluten
(trigo, avena, cebada y centeno) y a otros componentes del trigo; por
sustancias activas, la cafeína o teína, que aumentan con la cantidad
consumida de café, té y algunas gaseosas y energizantes; otras por la
histamina, tiramina, triptamina y serotonina, como el vino tinto, queso,
levadura, paltas o aguacates, plátanos o bananos.
- Estos alimentos pueden en algunas personas producir urticaria,
rubor y dolores de cabeza, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia,
enfermedades reumáticas y articulares, psoriasis, diarrea, estreñimiento,
meteorismo y flatulencia.
- En el caso de los chocolates la intolerancia o alergia suele no
deberse al cacao sino a otros ingredientes.
- Los aditivos alimentarios pueden interferir con procesos
metabólicos y con la flora intestinal, y pueden significar una sobrecarga
del hígado.
- Los aditivos son causa de intolerancia en no pocas personas,
con intensidad dependiente de la cantidad ingerida, más frecuente y grave
en personas asmáticas.
- En especial los sulfitos, conservantes muy útiles y efectivos,
E220 hasta E228, presentes en gran parte de los alimentos industriales,
pueden causar problemas en la piel, digestivos o respiratorios, a veces
graves; por eso debe figurar en las etiquetas su presencia y su cantidad;
los hay en particular en cervezas, vinos y refrescos, galletas, masa de
pizza y de pastel, fruta seca, conservas, papas fritas y puré de papas
instantáneo, jugos envasados, jarabes, encurtidos, aceitunas, aderezos,
sopas en sobres, etc.
- Otros aditivos como la tartracina y el benzoato sódico, pueden
provocar urticaria, rinitis y asma; las levaduras pueden producir una
serie de reacciones en algunas personas, sobre todo alteraciones en la
piel; también el aspartame.
- Hay que evitar considerar intolerancia lo que puede ser el
resultado temporal de una combinación inadecuada de alimentos, de
alimentos en mal estado o contaminados, de una enfermedad, la
interferencia de medicamentos o suplementos, o un rechazo sicológico.
XVII.
Alimentos contaminados o con sustancias nocivas en general
- Por
sus efectos acumulativos y de potenciación recíproca son muy dañinos los
contaminantes químicos, sea por el uso y abuso de agroquímicos, sea por
contaminación ambiental, sea por su presencia en alimentos industriales, sea,
ocasionalmente, por fuentes naturales.
- Es errónea la idea de que eliminar las cáscaras evita los
residuos químicos, ya que estos en general son distribuidos por las
plantas en todo el fruto -aunque sí en mayor proporción en las cáscaras.
- Hay con frecuencia elementos tóxicos en la comida provenientes de
bolsas plásticas o del revestimiento interior de conservas de metal (en
especial el bisfenol A, prohibido en algunas partes, cuyos efectos se
potencian al combinarse con los muchos otros disruptores endocrinos de
nuestra alimentación, que alteran el equilibrio hormonal; pero también de
plomo, usado en la soldadura de latas de conservas).
- También hay elementos tóxicos en envases usados para preparación
o almacenamiento de comida; si son plásticos, mucho más los más baratos, así
como las micropartículas de aluminio de ollas de baja calidad (aunque
ninguna está totalmente exenta de esto) y de acero de mala calidad.
- Ningún plástico es totalmente inocuo con uso prolongado; debe
desecharse los envases de plástico visiblemente deteriorados; y, en
general, los envases que están en mal estado, por golpeados, rajados,
oxidados o viejos; eso también vale para ollas y conservas de metal.
- Algunos mohos en alimentos (una diversidad, generalmente de
hongos, muy pequeños, hasta microscópicos, que forman filamentos como una
telaraña, entre grises y verdosos) pueden causar reacciones alérgicas e
incluso ser muy tóxicos; es necesario desechar alimentos que han sido
atacados por mohos, ya que, excepto en los lugares de acumulación, suelen
ser invisibles y no es posible saber su grado de infiltración y de toxicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario