XIV.
Otros positivos y los complementos tolerables
151.
La miel de abejas es un alimento
excelente, la chancaca/panela es integral (pero ambas pueden también favorecer
caries); las mermeladas por lo general contienen alrededor de un 50% de azúcar
refinada (blanca o rubia), y por lo tanto son poco saludables.
152.
Es recomendable agregar a las
comidas, en cantidades moderadas, mejor sólo una o dos cada vez, frescos o
deshidratados, hierbas, ajíes y sus parientes, condimentos, y vinagretas -lo
que sea apreciado y bien tolerado por los comensales-, que propician tanto el
apetito como, en general, aportan diversos micronutrientes valiosos, además de
tener propiedades digestivas y medicinales.
153.
Destacan por sus propiedades el
ají, el ajonjolí/sésamo, la albahaca, la canela, el comino, el culantro, la
hierba buena, el jengibre, el laurel, la linaza, la menta, el orégano, el palillo/cúrcuma,
el perejil, el pimentón, el tomillo, en orden alfabético; la cúrcuma parece
necesitar la compañía de algo de pimienta, como en el curry, para desplegar más
sus aportes.
154.
Las aceitunas -mejor las más
maduras, o sea negras, no verdes ni verdes ennegrecidas artificialmente, que
son más chicas- son un buen complemento frecuente y parte de aderezo (es
recomendable disminuir su contenido de sal teniéndolas en agua en la
refrigeradora); contienen aceite insaturado, vitaminas y oligoelementos, y
favorecen tanto la digestión y absorción como el metabolismo a nivel celular.
155.
En general es muy positivo
tomar infusiones, sin o con un mínimo de azúcar refinada, mejor, endulzadas con
miel o chancaca/panela, si se siente la necesidad de que sean dulces –uno se
acostumbra a tomarlos y apreciarlos sin edulcorante.
156.
Los hongos (por ejemplo
champiñones, setas y shitakes) son un buen complemento nutricional, tanto
crudos como en cebiche o cocidos (además contribuyen a una mayor saciedad).
157.
El cacao en bebida o en
chocolates, de bajo contenido de azúcar, es beneficioso ocasionalmente y en
pequeña cantidad -son ampliamente preferibles los bitter o amargos, con menos
azúcar y leche.
158.
También lo pueden ser, con
consumo moderado, los tés y el café (no muy cargado), y, muy moderado, las
chichas, el vino tinto y las cervezas (con abstención de bebidas alcohólicas al
menos dos días a la semana para evitar dependencia; tomar un vaso al día sin
interrupción ya es considerado por algunos un alcoholismo leve, pero tolerable).
159.
El nivel tolerable es menor en
mujeres que en hombres, puede ser la mitad.
160.
El consumo ocasional de otras
bebidas alcohólicas en pequeña cantidad suele no ser dañino; pero hay estudios
que asocian todo consumo de alcohol a una reducción de la esperanza de vida, y
también a un aumento de grasa en el hígado y de colesterol malo y glucosa en la
sangre.
161.
Es adecuado el consumo limitado
de vinagre, mejor de manzana o el tinto de vino, pero, para aderezos, siempre
es preferible el limón.
162.
Es aceptable consumir muy
pequeñas cantidades de encurtidos, en particular pepinillos, siempre que se
tenga en general una dieta baja en sal.
XV.
Los mayores enemigos
163.
Lo más nocivo, en caso de
consumo regular, es el azúcar refinada (incluida la rubia), cuyas calorías son
calificadas como vacías, por carecer de vitaminas, minerales y fibra.
164.
Es dañino el consumo regular de
bebidas con azúcar o con edulcorantes químicos, y no son saludables las
gaseosas, colas o carbonatadas; las peores son las light, que inducen a tomar
más y a descuidar otros aspectos de la alimentación, además de tener por lo
general edulcorantes artificiales.
165.
La sal es indispensable en muy
pequeña cantidad, entre dos y tres gramos al día (una cucharita contiene unos 6
gramos, lo máximo permisible); es muy dañina en exceso, por lo que es
generalmente muy negativo echar sal adicional a los platos; es útil no tener
salero en la mesa.
166.
Es mejor la sal marina no
refinada, y es positivo alternar ésta o la sal industrial con la sal de mina).
167.
La sal en exceso es adictiva,
lo que lleva a la mayoría de la población a un sobreconsumo, que además induce
la ingesta de más líquidos, en muchos casos poco saludables.
168.
En la mayor parte de la comida
industrial, desde pan hasta conservas y comidas preparadas, hay un exceso de sal;
en las etiquetas de alimentos la mención a la sal es sustituida por su
principal componente, el sodio, para confundir a los compradores y consumidores
sin incurrir en una mentira; la cantidad de sodio, multiplicada por 2.5, da más
o menos la cantidad de sal.
169.
Es dañino el consumo excesivo
de condimentos muy picantes, que puede causar graves daños al sistema
digestivo, en especial a las mucosas del esófago y estómago.
170.
Está comprobado que algunos
transgénicos causan daños a la salud de al menos algunos consumidores, y no
está comprobada la inocuidad de otros (además de efectos negativos para la
agricultura orgánica y para la convencional más responsable, así como para el
ambiente); hacemos bien en aplicar el principio de precaución.
171.
También hay comida chatarra con
ingredientes orgánicos, por ello menos dañina; pero no puede ser base de una
buena alimentación.
172.
Las personas con intolerancias
o alergias tienen que identificar a sus peores enemigos específicos.
173.
Un gran enemigo de la salud son
también otras costumbres alimentarias inadecuadas o perniciosas: comer
demasiado rápido sin masticar bien ni saborear cada bocado; combinar el consumo
de alimentos, peor si son ricos en azúcar y sal, con actividades como el cine,
ver televisión, usar computadora o conversar; hacer dieta intensa; tratar de compensar
situaciones de estrés, disgustos, aburrimiento, preocupaciones o depresión con
comida.
174.
La mala alimentación induce atrofia
de los sentidos del gusto y del olfato, lo que a muchas personas les dificulta
o impide apreciar las características de la comida saludable, que a su vez
contribuye a perpetuarla, lo que exige su paciente recuperación.
175.
Es recomendable ir cambiando
las costumbre alimentarias poco a poco, pero de manera sistemática, para
facilitar su asunción plena (aunque aceptando, por circunstancias, o concediéndose,
por placer, excepciones ocasionales).
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