miércoles, 2 de septiembre de 2015

¿CHAPA TU CHORO? / Gustavo Carrión Zavala

Estamos asistiendo a un alarmante estado de crispación popular, frente a la inseguridad , la violencia empleada por los criminales y a la falta de respuesta eficaz de las agencias que tienen que ver con la persecución del crimen, que ha promovido peligrosas iniciativas de justicia popular, acercándonos a la barbarie en términos de institucionalidad y civilización.
Entendemos que la población esté crispada y cansada de ser un número en las estadísticas de victimización, cansada de tener que reducirse a espacios menores para no exponerse al peligro, cansada de resignar su vida ciudadana en una democracia que cada vez se aleja mas de ser tal, habida cuenta que no pueden ejercer sus derechos y libertades, cansada de los discursos que dan cuenta de una inexistente política de seguridad ciudadana, cansada del juego del “gran bonetón”, por el cuál las agencias que deben mantener la indemnidad de las personas, se acusan recíprocamente de las fallas del sistema.
No queremos significar que las fallas de las agencias de seguridad (Policía, Ministerio Público, Poder Judicial, Inpe), sean causantes de la acción criminal, pero qué duda cabe, que la corrupción que impera en ellas está directamente vinculada al crecimiento del crimen por los espacios de impunidad que se generan. Todo lo dicho, no justifica en forma alguna, la adopción de medidas punitivas por la misma población, ello además de configurarnos como una sociedad primaria, retaliará la violencia en un espiral sinfín.
La experiencia nos dice claramente, que ni el aumento de sanción penal, ni la supresión de beneficios penitenciarios han logrado frenar la acción criminal. Tampoco el extremo ilegal, de ejecuciones extrajudiciales que se habrían adelantado en Trujillo y de las cuáles fuese acusado quién hoy ejerce la alcaldía provincial de esa ciudad, entonces oficial en el activo de la policía nacional.
En otro extremo, las anunciadas medidas disciplinarias para policías que incurran en actos de corrupción, ya se han efectuado con anterioridad sin que las mismas logren disuadir a los policías ganados por la sub cultura delictiva. En cuanto a ministerio público y poder judicial, los órganos de control no logran contener la actuación corrupta de muchos fiscales y jueces, lo que denotaría que resulta casi inoficioso pretender corregir por mano propia y los responsables de estas instituciones, siempre dirán que se trata de algunos miembros de la institución equivocados pero que no la comprometen, convirtiéndose en argumento tautológico y sin sustento en la realidad.
Con las anotaciones precedentes, lo que pretendemos es orientar la crispación popular, para que no incurran en sanciones directas a los delincuentes en una suerte de justicia popular, y que orienten la energía de la protesta a denunciar públicamente a policías, fiscales, jueces y agentes penitenciarios que incurran en actos de corrupción y generen espacios de impunidad con ellos, para que los órganos de control se vean obligados a limpiar las instituciones. Una suerte de veeduría ciudadana que simbólicamente signifique: “chapa tu policía, fiscal, juez o agente penitenciario corrupto”.

2 comentarios:

Washentela dijo...

Buena iniciativa. Quizás un poco tarde. La hubiera propuesto cuando era director general. ¿No? ¿Miedo a que lo "chaparan" primero? Es por lo menos cómodo luchar contra la corrupción desde el retiro. ¿Qué opinarán sus ex subordinados?

Unknown dijo...

A pesar del necio comentario de un tal washantela (pseudonimo o chapa)los comentarios de Gustavo Carrion siempre han sido certeros.
La veeduría ciudadana es un componente de la Seguridad Ciudadana por lo que es positivo, pero tambien la participación vecinal comprometida es otro factor importante que las fuerzas policiales han tratado anteriormente de subordinarla, cuando quien debe subordinarse a ella es la Policia. Me parece que hay muchos aspectos de la Norma que se desconoce o que NO SE QUIERE APLICAR sin llegar a los extremos de la autojustícia: la veeduría y la participación vecinal permite orientar a la Policía al logro de sus objetivos, siempre que no sean subordinados a ella.