Una propuesta que llama
seriamente la atención, es la esbozada por el candidato de Alianza para el Progreso,
César Acuna, al ofrecer conformar una fuerza compuesta por 50,000 (cincuenta
mil) efectivos, captados entre licenciados de las fuerzas armadas, reservistas
y rondas campesinas, rentados por el Estado para que se integren a la lucha
contra la inseguridad.
En términos concretos, lo que
propone es la creación de una milicia en el ámbito del Estado. Ya el hecho de
ofrecer una milicia oficial, constituye una seria afección al estado de derecho
y un riesgo para la incipiente democracia y se agrava cuando estaría compuesta
por licenciados de las fuerzas armadas, reservistas y ronderos, ninguno de los
cuáles tiene habilitación para actuar con propiedad en asuntos de protección de
vidas, bienes y ejercicio de libertades y derechos de los ciudadanos.
Los licenciados son personal de
tropa del Ejército que culminaron con el servicio militar obligatorio o
voluntario, según la fecha en la que sirvió; los reservistas son los que no
integraron el activo del Ejército, pero que fueron entrenados fines de
semana como soldados para integrarse a filas,
cuando se produzcan enfrentamientos con ejércitos de otros países, es decir,
ambos grupos habilitados básicamente para la guerra. En cuanto a ronderos, la
mayoría de ellos pasó también por el servicio militar, y si bien es cierto
jugaron un papel importante en la lucha contra Sendero Luminoso, su actuación
después de la violencia subversiva, ha sido sumamente cuestionable, en razón a
haber desarrollado una suerte de justicia popular que deviene obviamente en
hechos criminales.
Otro aspecto alucinante de la
propuesta, es lo que costaría el sostener una milicia de 50000 hombres, pagados
con presupuesto público y a los que obviamente tiene que dotárseles de armas de
fuego. ¿No sería mucho más sensato y legal, utilizar esos recursos en mejorar
los ingresos de los policías para poder recuperar la exclusividad del servicio
policial o invertir recursos en formar mejores policías?
Lo más grave de la propuesta, es
la de crear una fuerza que pueda tornarse inmanejable y que llegado el momento,
se enfrentarían a los propios policías. Podremos imaginarnos de qué lado se
pondrían estas milicias si se produjeran conflictos como los de Conga y Tía María.
La propuesta no resulta tan
original, pues la actual administración, antes de asumir el poder el 28 de
julio del 2011, ofreció constituir la policía rural, sobre la base de rondas
campesinas y organizaciones de autodefensa, felizmente llegados a gobernar se
olvidaron de este disparate.
A todas luces, la oferta de una
milicia no sólo es impracticable, ilegal y peligrosa, pero qué duda cabe que
suena bonito, electorero y capta la atención de quienes apuestan por una suerte
de justicia popular.
2 comentarios:
Excelente analisis. En epoca electoral abundan las propuestas disparatada
Muy de acuerdo, parece inspirado en Trump, lamentablemente los disparates son peligrosos.
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