miércoles, 10 de agosto de 2011

EL MEOLLO DE LA LUCHA CONTRA LA INSEGURIDAD/FRANCISCO BELAUNDE MATOSSIAN




Carlos Basombrío dice en su columna de ayer en Perú 21: “Necesitamos que los patrulleros, patrullen y no estén estacionados, porque la gasolina se quedó en el camino; que el dinero de inteligencia no se lo lleven los avivatos; que la plata del rancho para los policías se gaste en comida y no engorde algunos bolsillos; que el dinero para las medicinas y la salud de los policías se gaste en ellos.”
Sin duda, se requiere de liderazgo en el ministerio del Interior para poner coto a las malas prácticas mencionadas, pero también de vigilancia de los ciudadanos y de los medios de comunicación.
No perdamos el tiempo reiterando una y otra vez la inútil liturgia de los pedidos de incremento de las penas de cárcel o de restauración de la pena de muerte; concentrémonos más bien en tratar de vigilar, hasta donde sea posible, el uso correcto de nuestro dinero
Un camino para ello podría ser, entre muchos otros, que el ministerio del Interior publique en su página web, las partidas diarias, semanales o mensuales, destinadas a la gasolina, por comisaría, y por patrullero, así como las horas de patrullaje efectivamente realizadas y con precisión de las zonas recorridas. Un programa informático debería poder cruzar los datos para que organismos como Ciudad Nuestra o Ideele Reporteros, los procesen y lancen alertas a la opinión pública cuando las cifras no cuadren.  Los reporteros de los medios de comunicación, podrían también verificar fácilmente in situ y de manera aleatoria que los patrullajes señalados se realizan efectivamente.
Obviamente, es la idea de un lego absoluto en cuestiones de seguridad,  por lo que no sería sorprendente que los especialistas la consideren inviable; en todo caso, puede ser vista como el grito de un ciudadano indignado, que considera, en concordancia (en este punto sí) con los especialistas, que no se podrá avanzar realmente en la lucha contra la inseguridad, si no se combate la corrupción en la policía, la fiscalía, el Poder Judicial, y todas las demás instituciones competentes en la materia.  La sociedad civil y los ciudadanos tenemos que ser mucho más proactivos e imaginativos en términos de vigilancia. Ya estuvo bueno de sólo escandalizarnos de cuando en cuando, con ocasión de determinados destapes periodísticos que rápidamente quedan en el olvido.  

4 comentarios:

Metro Press and Photo dijo...

El problema señor Belaunde Matossian referente al artículo del señor Basombrio, no se soluciona con poner más patrulleros, mas policías armados, mas serenos desarmados. El problema es social.
¿Sabe usted que en un país nórdico de Europa Creo que Suecia) se hizo una investigación profunda entre los reos en cárcel? Bueno, los resultados son públicos y los puede buscar en la red.
El 95% de los presos sentenciados habían sufrido abusos de niños (descuido, mala alimentación, castigo a golpes, falta de cariño e interés, mal abrigado, maltratos físicos constantes y abusos sexuales por algún familiar o un allegado a la familia).
Si por un milagro de Dios, todos estos abusos violentos o de dejadez dejaran de existir, nos sobrarían las cárceles en el Perú y los delitos y pandillas.
¿Sabía usted que en Chile (odio comparar con ellos) no hay pandillas?
Está clarísimo que los problemas de inseguridad ciudadana no se solucionarán, por lo menos, en dos décadas pero cuando antes comencemos a trabajar con las pandillas y delincuentes ocasionales (arrebatadores y otros), antes se solucionará el problema.
Problema que no es policial, ni de fiscales y jueces corruptos, sino de las familias mal integradas o totalmente desintegradas.
Vivo en La Victoria, antes de la Plaza Grau. Donde ahora pasa el metropolitano, se reunía todas las noches decenas de chiquillos y algunas chiquillas (pirañitas, todos) a oler Terokal. El portero nocturno y yo, todas las noches bajábamos dos inmensos termos con sopa de todo (verduras, diferentes carnes y menestras) y vasos grandes de plásticos.
En una oportunidad se nos acercaron dos patrulleros a la puerta del edificio; el oficial a mando nos dijo: “no hagan eso porque están estimulando el problema”.
Los niños que superaron esa edad y no murieron de hepatitis, neumonías, tuberculosis y SIDA, ahora son “pirañones” asaltantes y delincuentes de todo tipo que consumen PBC y se sientan a beber licor en un bar clandestino, que ha sido cerrado y tapiado muchas veces en el pasaje Alarcón (detrás del grifo de la Plaza Grau). Me conocen y me saludan afectuosamente, pero la única familia que han tenido, son ellos mismos. Allí está el problema.
Mis amigos clasemedieros ven el problema, como lo ve usted. Claro, hay que reprimirlos, pero ¿cómo? Empezando con las familias. El Perú debe ser el único país en el mundo donde ser “madre soltera” es casi un galardón. Comencemos por allí, ¿Qué le parece?
Jorge Enrique (Coco) Seoane
press@metroperu.com
Metro Press & Photo

alfredo dijo...

Aún cuando el comentario del señor Seoane es pertinente, no lo vamos a solucionar adjetivizando si uno es de clase media o no.
Comparto con el señor Belaunde, además de ser, tambien como él, lego en la materia, que la solucuión empieza utilizándose el sentido común. Los recursos que se asignan deben ser aaplicados correctamente. Tan simple como eso.

Amador Merino-Reyna M. dijo...

Por que integramos la Sanidad de la Fuerzas Policiales al sistema de Essalud?, ambos brindan los mismos beneficios, tendriamos una sola administracion, menos gasto menos corrupcion o por lo menos identificada en un solo lugar. Por que no le damos la responsabilidad de la administracion de los patrulleros a las municipalidades (en las que se pueda) que ya cuentan con un servicio de serenazgo mas o menos efectivo, de esta manera dejaria de "quedarse" el combustible en el camino. Soluciones rapidas, economicas.

Metro Press and Photo dijo...

Hoy, 14 de Agosto del 2011, leo en la página política (8) del diario Expreso (diario que me disgusta por ser comandado por quien no es santo de mi devoción, ni mucho menos), reconozco que algunos de sus articulistas son excelentes.

A lo que voy: Juan Luís Cardenal Cipriani (del gusto de mucho y el disgusto de otros) dice: “Me parece muy interesante el tema de la seguridad ciudadana, pero esta arranca en corazón de cada familia, de cada persona; no es un problema punitivo, no es un problema solo de delincuentes, es un problema de educación en valores morales”.

Algunos, de principio, están siempre en contra de lo que dice el Arzobispo de Lima. Nadie tiene razón siempre ni nadie se equivoca continuamente. Lean lo que opina el Cardenal.
Yo, estudioso y factor del problema no podría estar más de acuerdo con él, en el tema.
Jorge Enrique Seoane
Metro Press & Photo
press@metroperu.com