miércoles, 9 de junio de 2010

LLANTA DE PRENSA/ Augusto Álvarez Rodrich, Mirko Lauer, Fernando Rospigliosi

I. OEA desarmada



II. El año de Bagua



III. Siempre en el ascensor

1 comentario:

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Señores:

1. Con respecto a su último comentario, es irónico, por decir lo menos, que siendo los tres periodistas consideren este hecho solo como responsabilidad de la prensa (maten al mensajero) y no responsabilidad de los actores.

2. En primer lugar, soslayan intencionalmente que hoy, en el mundo actual del terrorismo por sobre todas las cosas, ya no existe la “vida privada” (y la Ley Patriot así lo especifica) por cuanto, por encima de todo, está la seguridad del sistema (¿no han escuchado el discurso de Hillary Clinton ante la OEA: seguridad y solo seguridad?).

3. Tanto en EEUU como en Europa nadie tiene derecho a reclamar una violación de su intimidad si es por SU SEGURIDAD y la seguridad de la nación. Solo en Londres, por ejemplo, hay una cámara por cada 14 personas, haciendo casi imposible que alguien no sea filmado ni en el baño (pues debajo del water es el lugar ideal para poner bombas y el sitio más adecuado para grabar).

4. Aquí mismo en Perú sabemos que en casi en todos los lugares importantes (hoteles, casinos, restaurantes, lugares residenciales) hay cámaras que enfocan nuestra intimidad (y no sabemos hasta qué punto) de modo que reaccionar como se ha reaccionado es poco más que un acto de ignorancia.

5. Por otro lado, en Perú, cuando esto sucede con una persona cualquiera, sirve solo de alimento para las páginas de chismes, pero cuando toca a personas importantes como Roque Benavides, Alex Kouri, Rafael Rey y varios más saltan las autoridades escandalizadas por esa “invasión”. ¿Entonces es cierto lo que dice Alan García que en el Perú hay ciudadanos de segunda clase y, por supuesto, también de primera?

6. Parece que sí, puesto que, por ejemplo, todo el asunto de Bussiness Track lo inició la familia Rizo Patrón (dueños de Cementos Lima) y nadie les ha pedido rendir cuentas de ello. Peor aún, nadie se atreve en los medios a mencionar su nombre, como si decir los apellidos de las familias más importantes del Perú fuera un sacrilegio. ¿Están ellos por encima de la ley y de Dios?

7. Finalmente ¿por qué nadie se atreve a denunciar y a criticar al señor Levy como debería ser en estos casos? ¿Por qué todos culpan a la esposa y no al responsable de todo el lío? ¿Será por es Levy justamente?

Muchas gracias.