miércoles, 11 de agosto de 2010

¿MATAR AL PADRE? / Carlos Basombrío Iglesias

Es extremadamente fácil, aprovechando el dolor de las víctimas y la indignación que sentimos todos ante las bárbaras acciones criminales de los últimos días, mentir y hacer demagogia con la pena de muerte, diciendo que es una alternativa frente la inseguridad ciudadana.


El tema se ha discutido en el Perú y el mundo hasta el cansancio. Incluso el propio Alan García quiso usarla al comienzo de su gobierno para reforzar su popularidad y la propuesta fue desechada por este mismo Congreso.

No entro aquí a discutir la cantidad de argumentos que hay para oponerse a esa bárbara e ineficaz medida. Quiero solamente expresar la náusea que me produce que candidatos hambrientos de votos, la usen para ver si se ganan alguito con un tema tan serio. Como no podía ser de otra manera, los fujimoristas están a la cabeza en esto y ya Keiko ha propuesto que haya pena de muerte en el Perú. En mi opinión lo hace no por convicciones, ni por ideas (la verdad que no le conozco hasta ahora ninguna, en ningún campo), sino porque está segura de que algunos puntitos le puede dar en las encuestas.

Si la manipulación del miedo y la indignación de la gente en este tema, por parte de los políticos en general es abominable, no quedan palabras para describir lo que ocurre tratándose de Keiko Fujimori.

-Señora Fujimori: ¿está segura de lo que propone como solución?
-Ahh, se ratifica, pues entonces le pregunto: ¿debe haber pena de muerte específicamente para el homicidio calificado y el secuestro agravado?

Me imagino que, consecuente con su “defensa de la sociedad”, no le queda duda alguna que sí, tratándose ambos de delitos monstruosos.

Una preguntita más que me da vueltas por la cabeza:

-Señora Fujimori: ¿usted cree que se debe matar a todos los condenados por homicidio calificado y secuestro agravado o sólo a los que no son conocidos o parientes de uno?

Señora Fujimori: ¡cómo puede usted olvidar que si la pena de muerte hubiese estado vigente cuando juzgaron a su padre, no hubiese sido condenado a 25 años, por homicidio calificado y secuestro agravado, sino que hubiese enfrentado al pelotón de fusilamiento!

Señora Fujimori, no tenga duda alguna, en ese horrendo supuesto, muchos hubiésemos hecho hasta lo imposible por salvar la vida de su padre. ¿Usted también?

4 comentarios:

Orlando dijo...

Respetando su opinión, considero muy limitado el universo en una sola persona (Keiko Fujimori). Tal vez Ud. pueda reprimir su voluntad de abogar por el asesino de su madre o su padre.
Hoy leí en la columna de Aldo Mariategui (diario Correo), algo que tiene sustento y que es: aquel que comete un acto aberrante en contra de un ciudadano y es condenado a muerte, la sociedad puede estar segura de que ese asesino, no volvará a cometer una nueva aberración. Así como existe la idea de que nadie puede disponer de la vida de ninguna persona, el asesino si puede gozar de el derecho de matar. La Ley del Talión no es buena para paises con cultura, porque no suceden actos dignos de salvajes, pero para los paises emergentes que precisan de 50 años, para ponerse a la par con los primeros, considero que es JUSTA. Los paises de primer orden llegaron a ese sitial, aplicando la Pena de Muerte y cuando no la necesitaron la eliminaron de su Código Penal. Si algún maldito asesino, atentara contra la vida de cualquiera de mi familia, lo menos que le exigiría a la sociedad, es que lo elimine. Ninguno de éstos delincuentes tienen la firme voluntad de redimirse, salen de la cárcel para volver a asesinar gente inocente. Es mi opinión.

Amador Merino-Reyna M. dijo...

Señor Basombrio, si la pena de muerte es disuasiva o no, se puede discutir por años, pero lo que si es cierto es que los muertos ya no cometen mas delitos.

WILSON ALFREDO RONCAL GARCIA dijo...

Es lamentable que en Perú por campaña política se saque a debate el tema de la pena de muerte, cuando en el mundo son cada vez más los países que borran de sus leyes esta forma de castigo. Se dice que cada país tiene como representantes a personas que se merecen, esperamos los peruanos tener representantes honorables de quiénes sentirnos orgullosos y no autoridades o representantes que avergüenzan por sus hechos o que terminan corridos de la justicia hasta que sus delitos prescriban o presos en alguna cárcel, como la historia nos muestra en un sinfin de ocasiones. Ojalá que políticos como los que hasta ahora tenemos, salvo raras excepciones, queden fuera del quehacer nacional.

Anónimo dijo...

Lamentable la opinion de Basombrio.En una situacion como la actual en la que la sociedad peruana se desangra todos los dias victima de la inaccion de las autoridades y la apatia irresponsable de los politicos mas alla de cualquier consideracion de indole academicista la pena de muerte siempre sera un mecanismo mas de castigo frente a la crueldad insana de la delincuencia.
De igual forma me parece una exageracion comparar al ex Presidente del Peru,Ing,Fujimori con los viles y despreciables victimarios de Romina quienes no solo la dejaron cuadraplejica a ella sino a toda la conciencia moral y politica de este pais.