miércoles, 14 de marzo de 2012

CONTINÚAN LAS IMPRECISIONES RESPECTO DE ANTAURO HUMALA/ Gustavo Carrión Zavala

Después de la presentación del ministro de justicia y del presidente del INPE ante la comisión de justicia del Congreso, de las declaraciones del padre del interno Antauro Humala y de sus defensores, considero pertinente alcanzar algunas reflexiones:
Las declaraciones que pretenden considerar la clasificación original de Antauro Humala al penal de régimen cerrado especial conocido como “Piedras Gordas”, como un hecho ilegal, atendiendo a su condición de delincuente primario, se han olvidado de algunas razones que tienen que ver con lo que señalan las normas clasificatorias de los internos a los diferentes regímenes y establecimientos correspondientes y que van mas allá de la simple calificación de su condición de primario. Algunas de estas normas señalan que serán clasificados al régimen de máxima seguridad (en cualquiera de sus etapas, a, b o c), si el interno es procesado por delitos cuyas penas superan los 15 años de reclusión; si en los actos criminales por los que se le procesa se han producido múltiples muertes; si el procesado es integrante de una organización criminal; si el procesado no acusa domicilio conocido o pertenece a una familia disfuncional, además de otras consideraciones.  Sólo con las referidas, Antauro Humala fue originalmente correctamente clasificado y recluido en el único penal de régimen cerrado especial en lima (sin contar el penal de la base naval). Es cierto también, que si el interno demuestra arrepentimiento por los actos que cometió, acepta el régimen penitenciario y acusa buena conducta, cada seis meses debe ser evaluado para comprobar si ha progresado en el tratamiento, y si así fuese, ir gradualmente cambiándolo a etapas y regímenes menos severos. Pero, si caso contrario, el interno no demuestra signos de arrepentimiento alguno, viola recurrentemente el régimen penitenciario, adquiere la condición de difícilmente readaptable,  conseguirá que cada seis meses la evaluación lo regresione en el tratamiento y agravarle gradualmente el régimen o la etapa. Por lo visto, Antauro Humala debió ser regresionado y clasificado en la etapa “a” del régimen de máxima seguridad, con las mayores restricciones que incluyen la visita por locutorio, atendiendo a lo dicho por el presidente del INPE, que el interno ha sido sancionado por violar el régimen y por las denuncias periodísticas de las acciones contrarias al régimen penitenciario cometidas por este interno, y que más allá de las investigaciones por actos de corrupción de los agentes penitenciarios, la sanción debe aplicarse  al interno por las trasgresiones al régimen. También es oportuno aclarar que el único penal con capacidad para administrar visitas por locutorio, es precisamente “piedras gordas”, por cuanto no se entiende que lejos de aplicarle mayores restricciones, se le traslade a un penal, originalmente usado como CENIN y para albergar a militares procesados o sentenciados por la justicia penal militar.
En lo declarado por el doctor Isaac Humala, pretendiendo liberar de la calidad de delincuente a su hijo Antauro, con el argumento que los policías asesinados fueron caídos en actos de armas en lo que llama, una suerte de guerra civil, quisiera alcanzarle algunas precisiones. El ataque de la banda criminal que lideró Antauro Humala, atacó la comisaría de Andahuaylas y las comisarías en forma alguna pueden calificarse como instalaciones militares. Son dependencias al servicio de la ciudadanía y abiertas a la concurrencia del público en búsqueda de las condiciones que aseguren la convivencia pacífica y ordenada. La policía es una institución que cumple una función de naturaleza civil, y una de sus responsabilidades es recuperar el orden cuando este sea alterado, y es en esas circunstancias, cuando la policía intentaba cumplir su labor de recuperar el orden, que fueron cobardemente emboscados y asesinados. No se ha puesto a pensar, cuáles fueron las razones de atacar una comisaría y no un cuartel militar. Se trataba de un acto cobarde de aprovechamiento de la condición de instalación abierta al público de la comisaría. Si convalidáramos el argumento del señor Humala, los que atacaron no hace mucho la comisaría de Santa Rosa en Jaén y que asesinaron policías y ciudadanos que se encontraban en dicha instalación, pudiesen también considerar que los policías cayeron en hecho de armas. Los policías , señor Humala, no participan en hechos de armas o de guerra como Ud. quiere hacer creer, excepción hecha de los regímenes de excepción o de guerras declaradas contra otros países, los policías fueron asesinados por la banda criminal que lideró su hijo, en el cumplimiento de sus funciones al servicio de la ciudadanía, en un régimen democrático ,ergo, el calificativo aplicable a quiénes cometen delitos es precisamente, delincuentes, y así lo ha confirmado el Poder Judicial con la sentencia.
El ministro de Justicia y el presidente del INPE, manifiestan sentirse sorprendidos e indignados, por las denuncias periodísticas respecto a las facilidades y privilegios con los que habría venido contando el interno Humala. Esta sorpresa resulta patética, si tenemos en cuenta que el presidente del INPE ha visitado el penal de “Piedras Gordas” y no se percató de estas facilidades ni fue noticiado de las mismas. Este funcionario ha venido reportando con valentìa que los trabajadores penitenciarios están afectados de un serio proceso de corrupción, empero, no desplegó las acciones de inteligencia para poder detectar los actos de corrupción que favorecieron a Antauro Humala, pero si lo hizo para enterarse que este corría riesgos contra su integridad, riesgos que  supuestamente se extendían a sus familiares. El interno en carta enviada a un medio de comunicación ha relativizado los informes de inteligencia y justifica su traslado en su condición de delincuente primario, que como aquì se explica, no es la única consideración para clasificarlo. Todo ello hace pensar que los reportes de inteligencia, pueden haber sido totalmente dedicados.
En el caso del presidente Ollanta Humala, de no haber conocido sobre el traslado del interno Antauro Humala, en su condición de jefe supremo de la Policía Nacional, ha debido indignarse al saber  que, quién lideró las acciones que culminaron con el asesinato de cuatro policías era trasladado a un penal que no reúne las condiciones para albergar a un interno de difícil readaptación, con características de un evidente favorecimiento y obviamente con la indignación, no sólo de los deudos de los policías asesinados, sino de todos los policías que considerar que sus vidas están totalmente relativizadas, y que su jefe supremo, no dice nada respecto a las ventajas que se estaría acordando al que lideró la banda que cometió los asesinatos.

1 comentario:

jehry dijo...

Creo que este tema escapa(PARA OLLANTA) del circulo politico ya que para el presidente este es un tema ETICO, ponganse en su lugar, es su hermano, sin embargo nadie debe de gozar de privilegios en la carcel ya que en donde quedaria el PRINCIPIO DE IGUALDAD pero no le competen las cristicas al PRESIDENTE, concidero entonces que todas laS criticas deben ir directamente al que preside el IMPE(José Luis Pérez Guadalupe) YA QUE ES UN ENTE TOTALMENTE AUTONOMO y por lo tanto esta en sus manos en donde se domicilie Antauro Humala.