En nuestro país, las autoridades de Gobierno están acostumbradas a tomar muchas veces medidas extremas cuando se producen hechos político sociales de connotación, o cuando se incrementan éstas y no hay forma aparente de contenerlas. Para minimizar sus efectos, tratan de establecer culpabilidades, crear nuevas estructuras o normas, como por ejemplo, criminalizar- aún más- las penas carcelarias; evitar responsabilidades en temas de seguridad pública; reorganizar instituciones del Estado, hasta militarizar zonas cocaleras, en la esperanza de que, con estas medidas, cual “varita mágica” vamos a solucionar los problemas que enfrentamos.
En este abanico de medidas y propuestas deberíamos situar la posición de Rafael Rey Ministro de Defensa, que seguramente guiado por un afán pragmático y de buena voluntad, manifiestó su predisposición para que el Instituto de Defensa Civil dependa directamente del Comando Conjunto de
Muchos ciudadanos no estamos de acuerdo con esta perspectiva, porque la defensa civil es un mecanismo de participación ciudadana liderada por alcaldes y presidentes regionales, es decir, un voluntariado poblacional, que bien liderado, puede llevar a cabo, con o sin mucho presupuesto, acciones efectivas y de valor, como lo demuestran innumerables ocasiones donde vecinos y pobladores, adecuadamente capacitados por promotores municipales y policiales, enfrentan cotidianamente diferentes amenazas provenientes de la naturaleza.
Es cierto que el Instituto Nacional de Defensa Civil, en estos últimos tiempos, no ha sido la panacea para enfrentar casos de extrema gravedad, como las relacionadas con el sismo en Pisco y las recientes inundaciones en el Cuzco y en otras regiones del país. En todo caso las autoridades deberían poner la mirada acusadora a los conductores del sistema, que en su mayor parte han sido y son militares en actividad o en retiro, que han debido prever, con la debida anticipación, acciones de coordinación más efectivas con el Comando Conjunto para apoyos y evacuaciones con sus respectivos medios de transporte.
Militarizar el INDECI, es, crear a corto plazo, un cuarto instituto, dependiente del Comando Conjunto, esta vez, con autoridades civiles en las regiones, provincias y distritos del país, subordinados al poder militar, precisamente la antítesis que persigue nuestra emergente democracia, que es el de consolidar una fuerte relación de la sociedad civil con el Estado. Yo creo que debemos dejar de lado, en la práctica, los resabios de esquemas autoritarios, que intentaron en el pasado maniobrar, con fines políticos, las actitudes y conductas ciudadanas.
En todo caso, si la decisión es ubicar al INDECI en algún organismo de alcance nacional, el ámbito natural donde podría estar ubicado es en el Ministerio del Interior, que tiene como funciones principales mantener el orden y la tranquilidad en el interior del país. De ser así, la defensa civil marcharía de la mano con la seguridad ciudadana en actividades preventivas, incluso fusionando en una sola secretaría técnica las actividades que realizan los alcaldes provinciales y distritales del país, para educar a la niñez, juventud y a los ciudadanos en general, para llevar a cabo respuestas preventivas ante probables desastres y frente al incremento delictivo en sus respectivos territorios.
1 comentario:
HOLA, SUPONGO QUE ESO QUIEREN TODOS LOS QUE VOTARON EL NUEVO GOBIERNO,A VECES LA CLASE MEDIA ALTA TIENE QUE SUFIR EN CARNE PROPIA PARA QUE LUEGO SE DEN CUENTA DEL ERROR QUE COMETIERON, NO SE SI ES MALO O BUENO, PERO POR LO QUE EL DIJO EN TVN. QUE ACONSEJO AL GBNO ACTUAL A MILITARIZAR, ESPERO QUE NO OCURRA LO DE HONDURAS, QUE LESA LEVE, SALUDOS A TODOS LOS PIÑEIRISTAS Y A LOS QUE NO LO SON TAMBIEN Y FUERZA CHILENOS A RECONSTRUIR EL PAIS JUNTO A PIÑERA
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