viernes, 19 de febrero de 2010

EL ANARQUISMO DE DERECHA/ Patricia De Souza


Ayer mirábamos (con Olivier) la televisión por Internet, los programas de Jaime Bayly en el Perú, El francotirador, y otros más, donde aparece entrevistado como futuro candidato a las elecciones presidenciales del Perú en el 2011. Empezó como una broma, pero se ha convertido en una candidatura oficial con propuestas aparentemente progresistas: legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto; separar la iglesia del Estado, suprimir las fuerzas armadas y reducir el Congreso (a 25 congresistas, lo que sería una concentración de poder y negación de la representación popular) etc. Jaime Bayly es un personaje que seduce a varios niveles por un cierto carisma, maneja un lenguaje culto y al mismo tiempo navega en los lugares comunes del vox populi, pertenece a la alta burguesía y sin embargo está cerca de un gran sector popular a través de la televisión y de la prensa en general, es por eso un personaje cercano, o que pasa por cercano. Entre los jóvenes proyecta la imagen de iconoclasta y rebelde, y sin embargo hay algo que es contradictorio en él, es decir, por un lado parece muy progresista y abiertamente libertario en su forma de pensar, y por otro (en sus expresiones, valores, conductas, y discurso) es sumamente conservador. Su visión del Perú es neo-colonial, como si se tratase de una república bananera que hay que modernizar a fuerza de ridiculizar a los políticos y a las instituciones que pasan por piezas caducas de un sistema democrático que no existe, en realidad, tal vez es una forma de no creer en ninguna democracia . Es lo que se podría llamar un "anarquismo de derecha", es decir, fundo mi crítica en un nihilismo, en una desconfianza profunda en la democracia y, desde una especie de neo-dandysmo (posición, amaneramientos, poses que delimitan una distancia y un cierto cinismo) aspiro a aristocratizar a las masas, o en otras palabras, a hacerlas pensar que votando por mí pueden aspirar a ser como soy, o tener la libertad que poseo, fenómeno básico de identidad que funciona en todas las esferas. Pero, la pregunta es si esto es posible y dónde está la autoestima del elector, o el ciudadano en general, que considera que necesita de Jaime Bayly (aunque sea el primero que se ha atrevido a hablar de los temas que mencioné y proponerlos como campaña, lo que obligará a los otros candidatos a presentars sus propias propuestas) para poder ser un país moderno donde los temas de actualidad, laicidad, educación, salud, puedan ser discutidos seriamente. Creo que de alguna manera, Bayly es un fenómeno de esta época y representa los valores que una gran mayoría comparte, una simplificación de la realidad, casi una especie de vaudeville (cuando la realidad es dramática puede convertirse en una gran comedia), o novela picaresca como si los lazarillos estuviesen al acecho de las minucias. No sé, pero hay algo de terrible y de patético en esto, que sea en serio y que al final queden como contrincantes Jaime Bayly y Humala... ¿Qué historia es esta y por qué sucedería algo así en el Perú? la respuesta no es sencilla, pero creo que existe. La fragilidad de la democracia tiene que ver con la fragilidad económica y con las enormes necesidades sociales, pero también con una educacíón que aliena, adoctrina y conduce a una especie de servilismo en la forma de pensar, y no a hacerlo con libertad y madurez. Por otro lado, la prensa cumple también una función de alienación, no cuestiona, no equilibra, no regula, sirve. No me imagino a Michel Houellebecq de candidato en Francia (porque en algo se parecen-no precisamente como escritores-, sino en ese nihilismo cínico, y al mismo tiempo irónico,y hasta divertido), pero sí sucede en el Perú que, después de varios años de crecimiento, necesita pensar seriamente en su futuro, sin tardar.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Interesante artículo de Patricia de Souza, sobre Jaime Baily, no tránsita por los lugares comunes del periodismo político, tiene imaginación sociológica.

Manuel Piqueras

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Estimada Patricia:

1. Entra las muchas contradicciones que ese señor representa está la de su doble nacionalidad, gracias a que existe una "generosa y oportuna" ley peruana que lo ampara y permite, y que no excluye de poder ejercer funciones públicas al que la tenga (se puede ser ciudadano norteamericano mientras se es presidente del Perú, algo que ya ha pasado sin que se haya hecho público).

2. Ciertamente que
Bayly es de las personas que poseen la otra visión de país: no es la nación que nos da la vida sino la chacra que se explota y enriquece. Cuando piensan en el Perú no piensan en su gente sino en su suelo, en su petróleo, sus riquezas, su mar o su gas. Para ellos la patria es una fuente de recursos, no su casa. Su hogar lo tienen en Norteamérica, en Europa. Allí donde les late el corazón producto de su herencia extranjera (y de su nueva nacionalidad adquirida).

3. Claro, dirán -como la clase alta de Haití- que la ciudadanía norteamericana es fundamental para hacer negocios. Pero no mencionan que eso implica adquirir también compromisos de lealtad con dicha nación. Nada es gratis.

4. El Perú le es tan lejano como un pueblo natal para el provinciano. Lo malo es que así piensa la mayoría de los jóvenes actuales, para quienes esa actitud cínica y pragmática les parece la correcta, la moderna, la que más se ajusta a la actual filosofía de vida que es el "preocúpate por ti mismo y olvídate del resto".

5. ¿Será esto lo que queremos realmente: una caricatura de país para que cualquiera pueda hacer lo que le venga en gana con tal que tenga dinero? Me parece que va a hacer falta una revolución urgente de valores.

Muchas gracias.

Unknown dijo...

La imaginación sociológica es un contrasentido, Manuel. La sociología transita por canales objetivos, no por la emoción. Es muy fácil calificar a otros de derechistas, neo colonialistas y gamonales desde París (ciudad del mundo desarrollado) al costado de Olivier. Y, Luis Enrique, bajo tus argumentos no sería éticamente correcto escribir tus blogs en francés o inglés, como veo que lo haces. Lo tuyo no es izquierda, sino un nacionalismo aburrido que jamás llevará a nada a nuestro país. Gracias a Dios, la nación no me da la vida, como a Mister Addie hace muchos (y tristes) años. Mucho cuidado: cuando superemos esos conceptos atrasados, creceremos.

Merci beaucoup.

Luis Enrique Alvizuri dijo...

1. Justamente una de las causas del cinismo contemporáneo, que Bayly refleja en toda su expresión, es esa idea de que puede existir un ser humano neutral, desraizado, sin patria ni nación. Como decían los griegos antiguos: ciudadanos del mundo.

2. Pero esta concepción, no muy nueva como vemos, nunca ha funcionado porque es un sinsentido. No existe ser humano que no pertenezca a una comunidad, a una nación o a un país. Hoy nadie puede viajar sin ese requisito, el cual se refleja en el pasaporte. No hay un ser humano que no la tenga, que no posea nacionalidad, así no la desee.

3. Por lo que la idea de nación sigue siendo inherente al ser humano. Es tan importante que el país más poderoso de la Tierra, Estados Unidos, la considera un valor máximo, por encima incluso de los Derechos Humanos y los de las Naciones Unidas (algo que solo quienes han vivido allá pueden entender qué tan importante es, a diferencia de lo que significa acá, en Perú). Cuando los gringos aplican sus normas o hacen la guerra, aún en contra de la voluntad de todo el planeta, lo hacen “en nombre de los intereses de Estados Unidos”. ¿Puede haber nación más nacionalista que ésta?

4. Porque si no es nacionalismo el ver su bandera hasta en los calzoncillos de los luchadores de televisión, sin excluir toda su parafernalia llevada casi al paroxismo y la sacralización, entonces no sé qué puede serlo. En ese sentido el señor Vargas Llosa, un antinacionalista acérrimo, hasta ahora no aclara qué nacionalismo es bueno y qué malo, puesto que no menciona ni con el pétalo de una rosa el ultranacionalismo norteamericano. ¿No lo habrá notado o tal vez lo considera tan superior que está por encima de la misma idea de nacionalidad? Yo creo que no lo menciona simplemente por miedo a enfrentarse a ellos.

5. De modo que no darle importancia al origen, a la patria y a la nación no solo atenta contra la estructura filosófica humana sino contra la realidad que nos dice que, sin ella, ningún ser humano se puede definir a sí mismo ni puede incorporarse a la especie. Todos pertenecemos a algo y somos herederos de alguna cultura, lo cual implica sentimientos y valores. No existe hasta ahora la cultura universal, aunque sí es una quimera que siempre han perseguido distinguidos filósofos e intelectuales.

6. Entonces decir que esto es propio de izquierdistas está fuera de contexto; es minimizar el problema de fondo el cual es que todos siempre nos inclinamos hacia un lado de la balanza, querámoslo o no; y quien tiene nacionalidad norteamericana, habiendo jurado fidelidad total a su bandera, difícilmente va a defender los intereses de su patria de origen. Ese señor ya renunció a nuestra patria por otra que piensa que es mejor. Decir que esto es algo afiebrado y sin importancia, que solo es un simple documento sin valor, es justamente pensar, sentir y expresarse como lo haría el mismo Jaime Bayly. O sea, hasta sus críticos piensan y actúan como él mismo.

Muchas gracias.

Patricia De Souza dijo...

No critico el "cosmopolitismo" de Bayly, lo que he tratado es comprender este fenómeno, sobre todo por qué seduce al público elector y cuáles es ese contexto. Sobre el Estado-Nación, es un tema de actualidad, pero que de alguna manera, la Comunidad europea trató de plantear de otra manera sin muchos resultados, además de algunas críticas de Hannah Arendt. Podríamos decir que la nación la conforman individuos (ciudadanos independientes) que comparten el mismo idioma y los mismos valores culturales, y es ese justamente el lado débil en nuestro caso que esos valores son frágiles y delatan un sistema de dominación y alienación.
Patricia de Souza
www.palincestos.blogspot.com

eqqusenlinea.blogspot.com dijo...

Aleccionador e instructivo este articulo sobre Bayly. Pasado por el laboratorio, analizado, prensado, envuelto y etiquetado.
Creo que Jaime se levanto un dia y descubrio que se podia divertir con este pais hasta la ultimas consecuencias.
Un provocador por naturaleza que debe reir de buena gana viendo como cosecha dia a dia frases,dichos,lemas,exabruptos y como no tambien serios ensayos de su dislocada vida, que solo consigue reposar en sus empastillados suenos de diez horas diarias con cinco medias en cada pie.