Como era de esperarse, César Hildebrandt respondió a la crítica que le hice el domingo pasado en La República (“Premio a la incompetencia”) con un artículo plagado de insultos y falsedades. Es una técnica que le permite amedrentar a muchos, que prefieren no meterse con él, no importa las tonterías que diga, por temor a ser víctimas de sus diatribas.
El punto de discusión es el siguiente: ¿las Fuerzas Armadas deben seguir al frente de la lucha contra SL en el VRAE a pesar de todos los errores que están cometiendo? Más concretamente ¿deben recibir mucho más dinero y un 5% del canon minero por tiempo indefinido con la justificación de su intervención en el VRAE?
Mi respuesta es NO. Voy a resumir mis argumentos, desarrollados en Espacio Compartido (El Mito de Viscatán, 29.12.08; Excusas para el VRAE, 18.4.09; Más plata para los militares, 27.4.09) y La República (Desastre en el VRAE, 19.4.09; Premio a la incompetencia, 26.4.09):
1. Los militares se están encargando directamente del VRAE, con un general instalado específicamente para eso en la base de Pichari, desde diciembre de 2006. En casi dos años y medio, sus resultados son nulos: ni un senderista abatido ni capturado, medio centenar de muertos de las fuerzas del orden, decenas de heridos. La acción militar contra SL en el VRAE hasta el momento es un fracaso, por la incompetencia de los mandos militares.
2. Poner a los militares a cargo en una zona de narcotráfico es peligrosísimo, por el riesgo de la corrupción. Por supuesto que la Policía también se corrompe. La diferencia es que los militares tienen poder político y la Policía no. Es decir, si se descubre un policía corrupto, se le denuncia y encarcela. En cambio, casi nadie se atreve a hacer eso con un militar. Esa es una diferencia sustancial. Ya ocurrió en las décadas de 1980-90 en el Alto Huallaga, cuando la extensa corrupción militar llegó hasta los más altos niveles.
3. Eso ya está sucediendo ahora. Incluso la revista “Caretas” ha señalado que, según fuentes militares, la patrulla emboscada el Jueves Santo, iba a cobrar cupos a los narcos. (“El Calvario”, 16.4.09). No es novedad. El 16 y 28 de octubre de 2007, el Ejército emboscó y mató a 7 y 2 mochileros respectivamente, en Putis (Ayacucho) y Puriayaco (Huancavelica). El Ejército dijo que eran “narcoterroristas”, aunque en realidad eran transportadores de la droga que sale del VRAE. Versiones de la zona indican que se trataba de una “firma” que no había pagado.
4. La ocupación militar de Viscatán es una barbaridad desde el punto de vista militar. Lo dije desde el principio y lo repito ahora. Han pasado 8 meses desde que empezó la operación “Excelencia” y el resultado es que sólo hay numerosas bajas del lado de las fuerzas del orden y ninguna de los senderistas, que además se han apoderado de más de 30 fusiles, varias ametralladoras, lanzagranadas y una bazuca antitanque RPG. Las bases instaladas en el Viscatán no sirven para nada (salvo para cobrar cupos a los narcos, si le creemos a “Caretas”) y son difíciles y costosas de abastecer.
5. El problema principal del VRAE es el narcotráfico, que es una amenaza a la seguridad nacional. Los senderistas, unos 120-150 (no 600 como dicen los militares ahora, para justificar sus derrotas), son una amenaza local. Ni crecen ni se expanden. Han abandonado sus objetivos de toma del poder y se han convertido en sicarios del narcotráfico, aunque conservan un discurso político, y una estructura de mando y organizativa que viene de sus inicios. No son, ni mucho menos, “dos veces más peligrosos” que las huestes de Abimael Guzmán, como ha sostenido Hildebrandt.
6. Por todo lo anterior, creo que la Policía debe estar a cargo de la lucha contra el narcotráfico y contra el terrorismo en el VRAE, con el apoyo del Ejército en ciertas tareas, como ocurrió hasta mayo del 2004.
7. Hildebrandt repite la acusación de los narcotraficantes y cocaleros ilegales, que soy un agente del imperialismo norteamericano. No explica porqué sostener un punto de vista como el mío significa eso. Es contradictorio, por ejemplo, con lo que dice Ollanta Humala, que asegura que el imperialismo quiere que los militares sean los que se encargan de la lucha contra las drogas, “policializando” a las Fuerzas Armadas. Por tanto, afirma Humala, la Policía debe hacerse cargo del VRAE, conclusión con la que concuerdo. Así, el antiimperialista Humala y yo –supuestamente proimperialista-, coincidimos. Y el antiimperialista Hildebrandt coincide con el imperialismo en que –según Humala- sean las Fuerzas Armadas las que se encarguen.
Finalmente, Hildebrandt, tratando de denigrarme, ha insultado a todo el equipo de civiles y policías que trabajamos en la reforma policial, la seguridad ciudadana, el orden público y la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo en el Ministerio del Interior a principios de esta década. Todo lo que se hizo fue malo, dice quién jamás se ha atrevido a hacerse cargo de una responsabilidad pública (salvo cuando trabajó para el gobierno militar de Juan Velasco). Por cierto, eso no es un delito. Hay mucha gente que prefiere mantenerse al margen. Pero no es en absoluto deshonroso tratar de mejorar las cosas en el Estado.
Yo no me arrepiento, aunque ahora tenga que soportar las acusaciones de Jorge Mufarech –respaldado por apristas y fujimoristas en el Congreso-, y las invectivas de César Hildebrandt.
(NOTA. Para algunas referencias de lo que hizo el Ministerio del Interior en el VRAE, sin un centavo adicional de presupuesto, ver la respuesta a un comentario que puse en el artículo “Excusas para el VRAE”, 18.4.09 en este blog).
3 comentarios:
Sugerencia: esas respuestas ponlas como actualizacion del post, para que no sean pasadas por alto.
Acabo de leer el texto de C. Hildebrandt (el viejo) sobre el tema que ambos discuten: Cómo enfrentar el narco-sendero-terrorismo del VRAE.
Y no encuentro lo que Ud. alude: Insultos e infundios a su labor profesional, gestión gubernamental pasada y posición política.
Encuentro sí bastante bilis y golpes bajos, impropios de periodistas "líderes de opinión" con egos mellados y hasta quiñados ( ya que ningún escribiente ni escribidor puede en la politiquería peruana preciarse de estar virginal) como siempre.
¿Es que los argumentos y la dialéctica no son harto conocidas para quedarse cortos ante los grandes problemas del momento? ya no hablemos de las propuestas, investigación, debate, etc. etc.
Ni el rating los une.
Qué pretenden con su pelea de pekineses?
Mientras tanto; el delincuente "José" avanza.
Qué decepción de dos "grandes" de la pueblerina prensa de Chichalandia.
Los salva la campana de la fiebre porcina... a todos.
Efectivamente, yo tampoco he encontrado ni insultos ni infundios.
Sólo me queda decir: "Dios los cría y ellos se juntan pero no se revuelven"
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