miércoles, 17 de junio de 2009

LOS DESAFÍOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO / Francisco San Martin Baldwin (invitado)

El cambio climático representa el mayor desafío de la humanidad para la sobrevivencia de los seres vivos del planeta. Nuevas investigaciones no dejan duda que el cambio climático es consecuencia del quehacer humano (informe Stern). El modo de vida de la sociedad industrial con alto uso de energías contaminantes (emisión de gases de efecto invernadero) produce un constante aumento de la temperatura del planeta. Un aumento mayor a dos grados generará efectos incontrolables y catastróficos sobre el planeta: 40% de las especies naturales en peligro, sequías que afectarán la seguridad alimenticia de millones, inundaciones por deshielos, desaparición de bosques etc. Tendencias actuales evidencian un aumento de la velocidad en las transformaciones climáticas y por tanto serias restricciones en el tiempo a nuestra disposición para poner en marcha urgentes reformas (Dirk Messner, Director del Instituto Alemán de desarrollo). Esto quiere decir que la cantidad de carbono que podemos emitir en el futuro inmediato es cada vez menor. El cambio se ha acelerado de un modo hasta hace poco impensable.

En este contexto ya no es posible seguir actuando como hasta ahora. La transformación hacia una sociedad de bajas emisiones exige cambiar patrones políticos, económicos, sociales y alcanzar acuerdos de largo alcance con resultados medibles y verificables. Aunque los países desarrollados y los países en desarrollo aun debaten en torno a responsabilidades y estrategias politicas, es cada vez más clara la urgencia de un acuerdo global que incluya tanto la mitigación como la adaptación, integrando el cambio climático con los desafíos del desarrollo. Los países deben incluir por eso las politicas de adaptación al cambio climático en sus estrategias de desarrollo e implementación. Este es el tema central de la conferencia de Copenhaguen en diciembre próximo.

La política esta llamada a actuar. De modo similar a las rápidas medidas de los países para enfrentar la crisis financiera, el cambio climático exige una reacción inmediata. Mejor aun será integrar ambas politicas ya que es posible aprovechar los recursos financieros orientados a la crisis para mitigar y adaptarse al cambio climático. El sustento es simple. Una crisis financiera puede pasar, el cambio climático no. Un reciente informe (Towards a global green recovery, Stern/Postdam) invita a percibir la crisis financiera internacional como una oportunidad para la transformación económica y social, invirtiendo por ejemplo en tecnologías limpias, infraestructura, investigación, desarrollo de capacidades y prepararnos así para la gran transformación.

La transformación de la sociedad implica orientarla hacia tecnologías y procesos de producción y gerencia limpios no contaminantes que al mismo tiempo aumenten la eficiencia en el uso de los recursos. Aquí existen enormes opciones para el sector privado a fin de invertir en energías renovables (solar, eólica, hidráulica), aumentar la eficiencia en el transporte (vehículos de bajo consumo), la construcción (diseño de espacios verdes, uso de materiales amigables con el medio ambiente, reciclaje) la industria, agricultura etc. Un eje central consistirá en diversificar la economía de modo que no sea fácilmente vulnerable. Esto también plantea un serio desafío a las politicas de competitividad que tradicionalmente han recomendado la especialización y el crecimiento sin límites.

La Buena noticia es que las tecnologías limpias existen, los nuevos acuerdos globales del cambio climático van a facilitar además los recursos financieros necesarios para su transferencia e implementación en países en desarrollo. El desafío consiste en la implementación. Dada la urgencia y la velocidad de decisión a causa del poco tiempo disponible es urgente modificar los procesos de toma de decisión tradicionalmente lentos y pesados en la política para actuar inmediatamente. Lo mismo vale naturalmente para el sector privado y los hábitos de consumo. La nueva sociedad debe orientarse al bienestar y superar el crecimiento económico absoluto que ha sido la religión destructiva que nos ha llevado a un afán inagotable de consumo. Somos víctimas de una especie de pensamiento único dominante que afirma categóricamente que solo vale la pena el crecimiento infinito. Así como se han gerenciado los bancos, las empresas y los estados no se podrá sobrevivir. En los últimos 30 anos se ha multiplicado el dinero por 40 veces, en cambio la producción solo por 4. Esto quiere decir que hemos vivido más allá de nuestras posibilidades. Necesitamos volver a las raíces de nuestras vidas para aumentar nuestra calidad de vida. El dinero es necesario para cubrir nuestras necesidades, superar la pobreza, pero es erróneo pensar que más dinero es igual a más felicidad. Acaso comprar un auto nuevo es superior a aprender un idioma o tocar un instrumento musical? Mucha gente piensa que si, pero como al final no alcanzan nunca las cosas para hacernos felices, queremos siempre algo más que jamás alcanzaremos. No todo se puede medir en función al crecimiento, al mercado y al PBI: la cultura, la educación, la música, la convivencia, los espacios de vida. Una ciudad es eso, un espacio de vida en el que la gente de encuentra, se siente bien, se comunica. Una ciudad debe ofrecer espacios públicos, no solo supermercados y malls o casas sin áreas verdes. La búsqueda de calidad de vida no siempre implica upgrading (el ultimo celular, mp3), sino también downgrading (slowfood, gastronomía de calidad, áreas verdes para caminar, trabajo decente).

El desafío del Peru consiste en construir una visión de país que incluya como sustento de desarrollo su milenaria cultura, la biodiversidad, la agricultura sostenible, los bosques amazónicos. Todo esto puede ser una enorme fuente de inspiración y creatividad para movilizar energías y diseñar un futuro que asegure una vida digna, de calidad y sostenible para todos.

San Martin Baldwin trabaja en Bonn en el Instituto Alemán de Desarrollo

1 comentario:

Edgardo Alarcon Leon dijo...

Está científicamente probado que los cambios climáticos naturales son eventos cíclicos. Sin embargo desde los inicios de la revolución industrial, especialmente los últimos 60 años, debido a la acción del ser humano quienes han generado industrias que aceleradamente han incrementado la producción y emanación de gases invernaderos, el equilibrio climático ha sido afectado. En relación a ello, como Francisco indica, muchas zonas observan fenómenos climáticos extremos (ej. abundante lluvia, sequías, deshielos, etc) que están afectando en el balance físico-químico de la naturaleza, los modos de vida (animal, vegetal y biota), la salud de los pobladores y la capacidad productiva de las tierras.
Los efectos que se implican, obviamente han sido generados debido a una industrialización desmedida fundamentada en una economía mayormente extractiva con un componente transformador que ha considerado al medio ambiente como medio de uso privado en donde los recursos naturales son interminables y su explotación no causa efecto. Desafortunadamente, estos métodos económicos netamente consumeristicos, han generado una serie de efectos que han alterado la relación intrínseca entre el medio ambiente - evolución humana – y equilibrio climático. Es por ello, para contrastar este proceso la humanidad primeramente necesita rectificar su concepto de medio ambiente y necesariamente modernizar sus medios de producción para garantizar el bienestar de nuestra generación sin perjudicar la vivencia y sostenimiento de los recursos que dinamizan nuestra economía.
En el Perú, el gobierno y la población en general, tienen un papel fundamental que jugar en este proceso de cambio. El gobierno en base a probados evidencias científicas necesita reformar sus estructuras económicas y priorizar la buena administración de nuestros recursos naturales y coma tal prevenir efectos nocivos que generan daños al medio ambiente y consecuentemente afectan el equilibrio climático. Para ello, primeramente necesita legislar para que los procesos extractivos de recursos naturales consideren, como parte estratégica de la industria, el cuidado proactivo del medio ambiente. Esta nueva visión debe sustentarse en implementación de legislaciones modernas, inversión en educación, modernización de los centros de investigación y desarrollo, y adquisición y transferencia de tecnologías limpias de punta. La sociedad, es decir los normalmente pasivos actores, necesitamos generar ideas que beneficien un sostenido manejo de nuestros recursos naturales estratégicos y como tal pedir nuestra inclusión en los procesos de cambio que el gobierno concatena (ej. el pedido de los hermanos amazónicos). Al igual las instituciones científicas que se relacionan con energía, medio ambiente y cambios climáticos necesitan primeramente modernizarse y enforzar su dinamismo para ser participes activos en las nuevas regulaciones que velan con la conservación y potencialmente remediación de los muchos parámetros que componen el medio ambiente. Es decir, el Perú integral, necesita emprender nuevos modelos económicos en donde las tecnologías limpias y de avanzada jueguen un papel preponderante. Ello coadyuvara el cuidado del medio ambiente y generara nuevos tipos de empleo