miércoles, 7 de julio de 2010

LOS VIVOS Y LOS SONSOS DE LA CRISIS FINANCIERA / Fernando Villarán

 
Debo a Luis Pásara y Alberto Gonzales haber entrado en contacto con este magnífico cuento que circula en la Internet española:

Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran.

Buena parte de la población le vendió sus animales.

Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y
otro tanto de la población vendió los suyos.

A continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos
burros.

Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito,
dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.

Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma
aldea para que ofreciera los burros, esta vez a 400 euros cada uno.

Ante la posible ganancia a obtener la semana siguiente, todos los aldeanos
compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió
prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.

Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y
nunca más se les vio.

De inmediato, la aldea quedó llena de burros y de endeudados.

Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron
pagar el préstamo.

Quienes habían prestado dinero recurrieron al Ayuntamiento diciendo que si
no cobraban, se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y
se arruinaría todo el pueblo.

Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar
dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los
propios prestamistas. Pero éstos, ya cobrada gran parte del dinero, no
perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado.

El Alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también
endeudado.

Entonces se pide dinero a otros ayuntamientos; pero éstos le dicen que no
pueden ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar
después lo que le presten.

Resultados:

Los vivos del principio, forrados de dinero.
Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la
que seguirán cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso
adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a
cubrir toda la deuda.
Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida.
El Ayuntamiento, igualmente arruinado.

Así funciona el libre mercado y así viene a salvarlo la socialdemocracia española.

No se quién es el autor de esta cuento, pero ciertamente ha logrado presentar de manera simple y jocosa, las complejidades de la crisis financiera iniciada en Wall Street, que explotó en setiembre del 2008, llevando al mundo a la mayor recesión desde la segunda guerra mundial.

La moraleja, es clara: los mercados financieros no pueden funcionar solos, sin regulación. Desde siempre han existido vivos que le han vendido el monumento de San Martín, de la plaza que lleva su mismo nombre, a los incautos recién bajados de la Sierra. Sólo tenemos que recordar a Carlos Manrique que embaucó a miles de compatriotas con la promesa de altas tasas de interés por sus “inversiones”. Y desde siempre, también, han existido sonsos que son capaces de embarcarse en supuestos negocios maravillosos sólo para terminar perdiendo su dinero.

En el caso de la crisis actual, el sector financiero entero se prestó como el terreno perfecto de esta gigantesca estafa. Los vivos de los bancos de inversión se aprovecharon de que la mayoría de los ahorristas, inversionistas, especuladores de corazón y “futuros millonarios”, no conocen ni dominan los vericuetos de los instrumentos financieros opacos, que ellos crearon y vendieron a todo el mundo. Los sonsos abundan, como en el caso del cuento, que pensando que van a hacer el negocio de su vida (en este caso comprar los burros a 400 euros para venderlos al precio prometido de 500 euros), son capaces de arriesgar los ahorros de toda su vida, o de endeudarse, comprometiendo sus ingresos futuros.

Tanto los vivos como lo sonsos actúan en el “libre mercado” y son llevados por su “interés particular”, como nos lo dijo desde hace muchos años Adam Smith. Ambos creen que están haciendo un buen negocio, con la diferencia que los sonsos no tienen información de todo el esquema, y los vivos sí la tienen, además de controlar la situación.

Por ello, se necesita una institución que mire el conjunto de la situación, que defienda el interés general, por encima del interés particular; y esa institución es ciertamente el Estado. Un Estado regulador del mercado, sobre todo, del mercado financiero. Esto es lo que está tratando de hacer Barack Obama en Estados Unidos, y por intentarlo, el partido republicano y los conservadores de su país lo están acusando de “socialista”, de querer acabar con la libertad en el mercado, alentados por no pocos medios de comunicación que defienden los intereses de los banqueros (los vivos). Es decir, los sonsos están pidiendo a gritos, que el Estado no se meta, para que puedan seguir siendo engañados por los vivos. En los próximos meses vamos a ver si se salen con la suya.

2 comentarios:

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Señor Villarán:

1. Toca usted el fondo y pone el dedo en la herida: ¿qué es entonces el Capitalismo?

2. Desde Smith, Ricardo, Keynes, Samuelson, sin olvidar por supuesto a Marx, y todos los estudiantes del mundo de alguno u otro modo hemos evaluado, criticado y defendido al Capitalismo, "el sistema", como antes se decía.

3. Y el tema central siempre era el mismo: el papel del Estado. Liberales y neoliberales, supuestamente los triunfadores en la disputa, se aferran a la visión clásica de que es el policía, un ente que asegura que el mercado fluya de acuerdo a sus reglas. Y la principal regla: la desigualdad.

4. Lo que ahora usted propone es consecuencia de una crisis pero ¿será acaso la famosa crisis anunciada por el marxismo desde siempre (casi como el Apocalipsis de la Biblia)? ¿Justificará ella el asignarle un nuevo rol al Estado en contra de los intereses de las transnacionales, las verdaderas "manos invisibles" que son las que finalmente inclinan la balanza?

5. Lo que usted pide (que se parece mucho al debate que hoy hay en EEUU) apunta directamente a la línea de flotación de la Sociedad de Mercado y me imagino que eso lo colocará inmediatamente aquí, en Perú, en la lista de los "caviares" o post comunistas, al menos desde la óptica de quienes han asumido al neoliberalismo como una religión fundamentalista tipo Fukuyama I. Veremos qué dicen la CONFIEP o PPK al respecto.

Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Estimdo Luis Enrique,

gracias por su comentario. No hay duda que el capitalismo está en crisis; la pregunta es si ésta es terminal y estamos frente a un cambio de sistema. Yo pienso que estamos ante cambios significativos dentro del mismo sistema. No nos olvidemos que en 1989 murió el socialismo realmente existente, y no hay visos de que vuelva a resucitar; sólo hay que mirar a China para darse cuenta de ello.

Lo que si va a cambiar dentro del capitalismo es la mayor presencia del Estado, con una mayor regulación, promoción de la actividad económica y planificación moderna. Esto no le gusta al neoliberalismo criollo e internacional, que quiere que las cosas regresen a como estaban antes de la crisis del 2008, pero esto no va a suceder.

Los cambios en el capitalismo podrían ser muy grandes, por lo que podría llegar a ser una sombra de lo que es hoy día, y en ese momento, probablemente se pueda discutir cambiarle de nombre.

Saludos

FV