Aun hoy en día, muchos creen que la pequeña agricultura en el Perú es un lastre que nos heredó la Reforma Agraria de Velasco. No ha bastado con que más del 90% del café que exportamos provenga de pequeños productores, que casi el 50% de ellos este organizado y además de producir, exportan directamente su producto. No ha sido suficiente con saber que el mejor café del mundo en el 2010 provino de un pequeño caficultor organizado en una cooperativa de Puno, que casi el 90% del cacao que exportamos proviene también de pequeños productores y que han sido las cooperativas y asociaciones de pequeños productores de cacao quienes más han hecho por mostrar al mundo la calidad de nuestro cacao –véase la campaña “el cacao de Oro Verde pone”, de BBVA y los premios al cacao peruano en el Salón del Chocolate de París-; no ha sido suficiente con que el boom exportador de banano orgánico peruano haya sido a partir de la asociatividad de los pequeños productores de Sullana (más del 50% de las exportaciones actuales de banano proviene de organizaciones de pequeños productores exportadores); a pesar de todos estos avances, y de otros muchos en diversos productos, aun muchos piensan que la pequeña agricultura en el Perú es un problema, un cáncer que nos impide desarrollar nuestro sector agrario, algo que hay que acabar, casi una mala palabra.
Felizmente para el país y para la inmensa mayoría de productores con menos de 5 has (más de las 2/3 partes del área agrícola del Perú está en manos de ellos), existe algo llamado asociatividad que inicialmente les fue impuesta, que fracasó, que cambió de formas, que volvió y que ha demostrado ser el arma con que la pequeña agricultura en el Perú puede ser exitosa y transitar hacia la modernidad de nuestro golpeado sector agrario.
Hoy podemos contar por decenas las experiencias exitosas de asociatividad agraria en diversos productos, que muestran que sí es posible y que deberían ser el punto de partida de la política agraria en el país, la referencia para la clase política dedicada al sector; no sólo como fuente y matriz para la política agraria, sino también como modelos de desarrollo que permiten activar las economías rurales y mejorar las condiciones de vida y de inclusión de miles de familias que fueron condenadas a la pobreza por un modelo económico que las relegó a ser sólo sujetos pasivos de las gotas de riqueza que el modelo generaría y que nunca llegaron.
Sin embargo, la asociatividad entre los pequeños productores no es fácil. No es una simple cuestión de juntar dos o más productores y “crearles” una organización. No se trata de una suma de ingredientes como cuando se hace un pastel o un chaufa. Se trata de un complejo proceso de conjunción de objetivos, de mezcla de intereses colectivos y particulares también, de coyunturas especiales, de búsqueda de empatías, de compromisos, de liderazgos, de recursos; es decir, de una serie de factores que se van amalgamando para finalmente configurar una organización de productores.
La organización nace frágil, necesita ser guiada adecuadamente por un liderazgo responsable y democrático, una dirigencia que entienda que su principal activo son los socios y que a ellos se debe. Que entienda que no van a manejar únicamente una organización social ni únicamente una empresa, van a manejar las dos cosas a la vez!!! Este es el gran desafío de este tipo de organizaciones y es lo primero que hay que entender de ellas y que en realidad marca todas las acciones que esta organización desarrollará en el futuro, todo lo que haga en adelante estará signado por esta doble y a veces contradictoria “personalidad”: son organizaciones sociales y son empresas al mismo tiempo.
Pretendemos alentar este debate sobre la asociatividad, tratando de analizar e ir colocando en agenda algunas de estas complejidades como por ejemplo;
- Cooperativas o asociaciones, cuál es el mejor modelo?
- Lo social y lo empresarial en la organización.
- Líderes dirigentes, continuidad de los liderazgos en la dirigencia.
- Rol de los directivos y de la gerencia; búsqueda constante de equilibrio.
- Gerencias y/o presidencias omnipotentes.
- Los directivos y los fiscalizadores; relaciones sensibles.
- Hasta dónde crecer?, crecimiento y desarrollo.
- Recambios generacionales; complejo proceso.
- Recambios dirigenciales y formación de nuevos cuadros.
- La planificación y la acción; frecuentes incoherencias.
- La incursión política en las organizaciones.
- Lo laboral en las organizaciones de productores.
- La lealtad y el compromiso; valores ficticios?
- La honradez del dirigente y las tentaciones del poder.
Son algunos de los temas que proponemos debatir. Como vemos, la asociatividad es compleja y encierra un gran número de desafíos, de preguntas aun sin respuesta, se está haciendo camino al andar y ningún modelo es totalmente bueno ni totalmente malo, estamos en una etapa de prueba aun, de aprendizaje. Pero estas experiencias debemos irlas recogiendo para que nos sirvan a las actuales organizaciones y a las que se vienen, sólo así podremos ir consolidando esta aún frágil asociatividad.
Piura, Enero 2012
Email: manuel.oficial@gmail.com
1 comentario:
Cooperativas o asociaciones, cuál es el mejor modelo?
Un tema importante que merece un análisis desde la experiencia y tomando en cuenta la perspectiva de los actores, en este caso de los productores.
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