El miércoles 11 la Comisión de Defensa del Congreso aprobó por 8 votos a 3 un proyecto de ley que, si se convalida en el Pleno, se constituirá en una significativa ayuda al narcotráfico.
El proyecto permite la libre comercialización de la hoja de coca para supuestamente ser transformada y comercializada como harina y saborizante. De hecho, la coca puede ser usada hoy día para eso, solo que hay que comprársela a ENACO (Empresa Nacional de la Coca).
Es decir, por tratarse de un producto que puede usarse para producir cocaína, la comercialización para usos legales está supervisada por ENACO.
Lo que quieren los cocaleros ilegales, representados por la Congresista Nancy Obregón, es que cualquiera pueda hacerlo. Como es obvio, eso sólo servirá para favorecer al narcotráfico, encubrir las ventas que se hacen para la producción de cocaína y dificultar la labor de las autoridades.
El asunto es que esa ley permitiría hacer pasar la coca que va para producir droga como coca para usos legales. ¿Cómo diferenciarla? No hay forma, hasta que llega al laboratorio.
Todo, por supuesto es una gran farsa, porque la coca no sirve para saborizante ni para harina para consumo humano. La única gracia de la coca es el alcaloide que contiene. Eso explica el 99% del uso que se da a las 116,800 toneladas de coca que se producen en el Perú año año, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). (“Perú. Monitoreo de cultivos de coca”. Junio 2008).
Me explico. De esas 116,800 toneladas, sólo unas 9,000 toneladas (es una cifra máxima, por todo lo alto) se dedican a lo que se llama el consumo tradicional. El resto, más de 100,000 toneladas, va para la producción de pasta básica y cocaína.
De las 9,000 toneladas de consumo tradicional, más del 90% la consumen los chacchadores habituales, definidos como personas que chacchan coca entre uno y siete días a la semana.
Esos chacchadores habituales están identificados. Son casi todos campesinos pobres o extremadamente pobres, que viven sobre los 2,500 metros sobre el nivel del mar, con nulos o bajos niveles educativos. Esto lo constató un estudio del INEI, dirigido por Farid Matuk, en 2003-2004.
Esos campesinos chacchan la coca no porque tenga buen sabor o porque huela bien o porque alimente, sino porque el alcaloide que contiene los ayuda a sobrellevar duras jornadas de trabajo, a gran altura, en clima crudo y con escasos alimentos.
El alcaloide que suelta la hoja de coca sometida al chacchado junto con cal (o ceniza) y la saliva, “levanta” al que lo hace. No lo alimenta, como dicen falsamente los defensores de la coca y el narcotráfico. Si fuera así, esos campesinos no sufrirían de desnutrición.
Esto es así desde el siglo XVI, cuando los colonizadores españoles difundieron masivamente el consumo de la coca –antes reservado a la élite y los soldados en campaña- entre los indígenas conquistados, por dos razones.
La primera, hacerlos trabajar en condiciones extremas con poca comida, dado ésta escaseaba porque la estructura agrícola y productiva del imperio Incaico se había derrumbado. La segunda, proporcionar a los nuevos colonizadores españoles una manera rápida de enriquecerse, otorgándoles tierras donde se producía coca que luego vendían.
Esa es pues, la gracia de la coca, el alcaloide, consumido en pequeñas cantidades por los chacchadores de hoja de coca y concentrado, por los consumidores de cocaína y pasta básica.
Los otros usos de la coca son absolutamente irrelevantes estadísticamente. Aproximadamente un 1% de la producción nacional de coca se usa para mates, harina, pago a la tierra, etc.
Y no es porque no se haya intentado. Hace más de 50 años se viene tratando de encontrar alguna utilidad diferente a la hoja de coca. Se fabrican galletas, pasta de dientes e infinidad de productos. Todos fracasan, porque la coca sabe mal, huele mal y no alimenta.
Pretender ahora, como lo han hecho una coalición de congresistas humalistas, apristas y fujimoristas que la coca se venda libremente para esos usos, es simplemente favorecer al narcotráfico y dificultar aún más la acción de las autoridades.
6 comentarios:
Me parece poco serio tratar de resolver el problema del narcotrafico de cocaina por el lado mas débil. ¿Por que no controlan los acceso a los otros insumos que se requieren para su elaboración.
En 1580 la coca fue reconocida científicamente por sus virtudes curativas y fue incluida en el Primer tratado de plantas medicinales de América .
En 1794, el valor científico de la coca fue reconocido en un artículo escrito por el Dr. Hipólito Unanue, padre de la medicina peruana, y publicado en el Mercurio Peruano, la primera revista científica de América. El artículo proporcionaba información agrícola y comercial de la planta, así como una lista de sus propiedades medicinales. Este mismo artículo fue reproducido posteriormente en 1821 por la prestigiosa revista científica “American Journal of Sience and Arts of New Haven” .
En 1865, después de intensivos estudios en su laboratorio de Paris, el científico corso Ángelo Mariani, extrajo productos de la hoja coca incluyendo un anestésico de uso local que, posteriormente, fue usado para aliviar el dolor de la laringe por el Dr. Charles Fauvel en su clinica de Paris.
Muy poco después, el producto se volvió popular en todas partes. El Dr. Morrel Mackenzie en Londres y el Dr. Louis Elsberg en los Estados Unidos empezaron a usarlo. Por más de 25 años la hoja de coca fue utilizada con propósitos analgésicos mucho antes que la cocaína fuera descubierta.
Después de su descubrimiento como anestésico, el Dr. Mariani creó una bebida llamada “Vino Mariani” que pronto se volvió popular al extremo de que el Papa León XIII le envió una medalla de oro con su aprobación
En 1878 una nueva bebida aparece en Estados Unidos, “Coca Cola”, una infusión de hojas de coca con cola de nuez y azúcar, que muy pronto se volvió popular. En 1914, el gobierno de los Estados Unidos promulgó una Ley prohibiendo el uso de la hoja de coca con excepción de su uso medicinal.
Entre 1891 y 1944, El gobierno peruano descubrió que podía recaudar dinero de la hoja de coca y promulgó mas de 30 leyes imponiendo impuestos al cultivo de la hoja de coca .
Finalmente en 1949, después de mas de 3,400 años de cultivo libre de la coca, el Gobierno Peruano promulgó la Ley N°11046 creando el “Estanco de la Coca” que decretaba el monopolio estatal del cultivo y comercialización de la coca. Esta Ley incluía penas de prisión para los cultivadores de coca aún para uso propio.
En la actualidad se habla de la erradicación del cultivo de la hoja de coca, sin examinar el potencial alternativo que esta tiene independientemente del de la cocaína.
Andrew T. Weil, del Museo Botánico de la Universidad de Harvard, ha escrito:
“La hoja de coca es buena para el tratamiento gastrointestinal, afecciones locomotiva y de la laringe. Puede ser usada como parte de programas de reducción de peso y puede ser eficiente como antidepresivo natural de acción rápida. Es valiosa en el tratamiento de la adicción a las drogas.
La hoja de coca regula el metabolismo de los carbohidratos únicamente y puede promover un acercamiento terapéutico a la hipoglicemia y la diabetes. En pequeñas dosis puede normalizar las funciones del organismo. La hoja de coca no produce adicción o intoxicación.
En la actualidad existe una creciente demanda por agentes terapéuticos naturales que no contengan efectos secundarios. La hoja de coca puede ser administrada como goma de mascar o tabletas que contengan sus nutrientes y sabor natural.
Después de miles de años de experiencia humana, la hoja de coca es usable y segura” .
Nilo Pereira del Mar
Cineasta
Es cierto lo que dice Nilo Pereira, la coca puede ser usada como anestésico y de hecho se utilizó así en décadas pasadas. Ahora no se usa porque hay otros anestésicos más baratos y mejores.
En cuanto a otras propiedades, tampoco puede competir con productos similares que no contengan alcaloides.
No tiene propiedades nutritivas, como dicen algunos. Las proteinas y otras sustancias que posee no son asimilables por el organismo humano, al igual que el de otras plantas.
La Coca Cola sigue utilizando una muy pequeña candidad de coca (después de haberle extraido el alcaloide) para sus bebidas.
El asunto es que a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho, no se han encontrado usos alternativos. Nadie puede mostrar algún producto lícito que tenga mercado, que utilice grandes cantidades de hoja de coca.
Por ejemplo, el mate de coca, que se puede consumir libremente en el Perú, no puede competir con el café y el té, aunque algunos consideran que tiene propiedades medicinales y curativas. El mate de coca consume una pequeña fracción de ese 1% que se dedica a funciones que no están relacionadas con el alcaloide.
Por último, aunque se encontraran algunas propiedades en la medicina no tradicional ¿cuánto consumiría eso? ¿Una tonelada al año? ¿Dos toneladas? ¿Diez toneladas? Lo que fuera, muy poco en relación a las 116,800 toneladas al año que se producen en el Perú según las Naciones Unidas.
Fernando Rospigliosi
Tengo varias atingencias al artículo de Fernando.
En primer lugar, la hoja de coca ya se ha granjeado un lugar en el mercado local. Si bien no se ha hecho una encuesta al respecto, basta ver la cantidad de marcas de harina que pululan ahora en el mercado. La venta de mates de coca sería mucho mayor si ENACO y ahora DIGESA no impidieran su registro normal.
En cuanto a que no se ha desarrollado productos suficientes, es un tema cuestionable. Nosotros hemos tenido que descontinuar nuestra COCA IMPERIAL bajo la marca Wawasana porque DIGESA no nos quiere renovar los Registros -supuestamente en atención a la Convención de Viena- y hubiéramos desarrollado una bebida si no fuera porque K-Drink fue malamente retirada del mercado luego de una enorme inversión que nadie reconoció. Los empresarios no somos locos: si las condiciones son demasiado negativas o arriesgadas la mayoría no juega. Si mejoran, hacemos cola para entrar. La hoja de coca no se puede exportar. Si se pudiera sería cuestión de hacer un estudio de mercado internacional para responder la pregunta de cuánta hoja se le puede quitar al narcotráfico (imaginemos por un instante que pasaría en el mercado si pudiéramos sacar una bebida como Red Bull con Coca integral como uno de sus componentes).
No sé si Fernando tiene algún conocimiento de marketing, pero creo que estamos dejando pasar una linda oportunidad y echando el bebe con el agua sucia. Si bien la posibilidad de que esta propuesta se aprovechada por el narcotráfico -que por otro lado no necesita de ese tipo de "ayuda" para manejar las 116,000 TM que ya maneja- puede sonar plausible, mejor haríamos en desmontar la caduca y decimonónica estructura monopólica de ENACO -que ejerce ademas flagrante posición de dominio frente a sus "clientes"- y cambiarla por una estructura moderna en la que las empresas privadas que no puedan ser acusadas de narcotráfico ayudemos a quitarle la mayor cantidad de hoja a ese negociado y hagamos negocios en los que lo alternativo no sea el producto sino su uso de mercado (y su precio: lo que pagamos a ENACO es mucho más que lo que paga el narcotráfico). Si la hoja no sirve para nada salvo para lograr un high como se afirma aquí, es tema para especialistas y no soy uno de ellos, como tampoco lo es Fernando Rospigliosi, por lo que supongo que sus alusiones al asunto no deben ser tomadas a pie juntillas. Lo que si sé es que hay muchas investigaciones científicas dentro y fuera del país que lo contradicen. Sería cuestión de ver si tienen o no razón, pero más allá de eso, el mercado debería ser el que elimine o encumbre un producto que no hace daño y no el temor al narcotráfico o la intervención de una Convención que definió el destino legal de uno de nuestros recursos naturales a partir de modelos científicos que tienen más de 100 años de viejos -la psiquiatría de mediados del s. XX es, electroshocks más o menos, la misma que la del s XIX.
Después de los comentarios de Nilo, Fernando debería, creo, informarse un poco y si quiere volver a la carga luego, correcto. Lo que no me parece es que después de las citas que ha hecho Nilo siga empecinado en defender algo que a todas luces no conoce. Yo soy amigo personal de Andrew Weil (The Doctor of America) y doy fe de la seriedad científica de esté médico y divulgador científico -creador de la cátedra de Medicinas Integradas que se dicta en más de 15 universidades en USA. Si tengo que rebatirlo, prefiero conocer del tema muy bien antes...
En cuanto a la desnutrición de nuestros campesinos, no hay ninguna posibilidad de que tenga que ver también con sus pésimos hábitos alimenticios y su pobreza? O alguien dijo que la coca puede sustituir la alimentación o suprimir los efectos perniciosos del alcoholismo y de la marginalidad más frustrante y demoledora?
Me parece que saltar a conclusiones tan ligeramente no es la mejor manera de llegar a la verdad en un tema que es todo menos simple.
Por último, es que acaso pensamos que la idea es solucionar el tema de un plumazo? Es que si la industrialización de hoja de coca no soluciona totalmente e inmediatamente el problema no es siquiera digna de ser considerada? Si seguimos pensando así y animando a otros a hacerlo seguiremos igual y peor que ahora las próximas décadas. Caminando se hace camino.
Más informativos e interesantes son los comentarios que el mismo artículo y su posterior defensa.Bastan y sobran.
lamentable que este tema como tantos otros no se debata en la gran prensa arrastrada que únicamente se dedica a satanizar o silenciar a todo aquel que venga con alternativas.
ocurrió con el acta de tocache, un acuerdo del ex ministro salazar con los campesinos cocaleros que recibió la artillería pesada de los "expertos en temas de narcotráfico" (o "expertos financiados por la dea / cia") así como de la prensa corrupta para presionar y conseguir la renuncia del ministro que se atrevió a transar con estos campesinos tan ciudadanos como el sr rospigliosi y cualquiera de nosotros.
no pues don rospi, recuerde que este es el país del "si se puede", si se puede industrializar la coca, si se puede luchar contra la corrupción policial, militar, de la dea, y de otros peces gordos que sostienen el narcotráfico(¿o no sr rospigliosi?), si se puede volver a la interdicción, si se puede combatir a esos medios envilecedores y a esa publicidad que incentivan el consumo de drogas (permitidas y no permitidas), si se puede desenmascarar a esos "expertos en temas de narcotráfico, si se pueden muchas otras cosas..
La hoca de coca tiene, en efecto, ciertos usos. Creo que eso nadie lo duda. Tomarse un mate de coca tampoco debe asustar a nadie. Hasta allí todo bien.
Lo que los defensores de la coca nunca explican es por qué la necesidad de seguir cultivando cantidades excesivas, que sobrepasan inmensamente la demanda de sus posibles usos legales.
Algo que aquí no se ha señalado y vale la pena agregar es que la coca es un cultivo sumamente dañino para la tierra. Se cosecha varias veces al año y como resultado la tierra pierde su calidad y ya no sirve para otra cosa.
En esa tierra se podrían realizar muchos otros cultivos con productos nutritiva y medicinalmente mucho más valiosos que la coca y con mejores precios dentro del mercado legal (el café, por ejemplo).
La única razón por la que se insiste en cultivar coca es, digámoslo claramente, debido a los mejores precios que ofrece el mercado ilícito. Ni sus usos tradicionales o medicinales producirían la suficiente demanda para compensar el empobrecimiento de aquella tierra.
El uso de la coca no es, tampoco, tan milenario como se suele decir. Era un producto que el Inca redistribuía a las élites como algo especial. Los españoles en el XVI rápidamente se dieron cuenta del valor de la coca y la popularizaron a fin de congraciarse con los indios y porque sabían que ayudaba a soportar el trabajo excesivo. La coca se convirtió, pues, en un instrumento de dominación pero nuestros "indigenistas" que nada saben de historia la quieren poner ahora como una planta que simboliza la resistencia. Esto es realmente indignante.
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