miércoles, 7 de enero de 2009

WALTZ WITH BASHIR Y LA FRANJA DE GAZA / Liuba Kogan


Lo único que me queda totalmente claro sobre los acontecimientos en la Franja de Gaza, es que la violencia que sufre la población civil (palestina e israelí) es un asunto moralmente condenable y penoso. En segundo lugar, la incapacidad y/o desidia de los políticos –locales, regionales y mundiales- para construir y mantener interlocutores válidos que puedan establecer pautas mínimas para la convivencia pacífica. Los fundamentalistas de ambos bandos, han entorpecido permanentemente la posibilidad de encontrar medidas que puedan generar una convivencia pacífica en la región –asunto que siempre la población de a pie, anhela con fervor-.

En casos tan complejos como los que tenemos al frente, pensar en buenos y malos es un asunto ilusorio y a la vez una trampa que impide desenredar la madeja para ir vislumbrando modos civilizados de diálogo y de reconocimiento mutuo. Este conflicto no admite una lectura sencilla: tiene una historia densa en términos económicos, culturales y sociales; a la vez que una serie de reveses políticos contemporáneos de los cuales muchas veces tenemos información parcial.

Olvidamos –cuando se trata de conflictos bélicos- que los hechos de la realidad siempre son interpretados (aunque no son admisibles todas las posibles interpretaciones, como que el Holocausto no existió, por ejemplo). Y que lecturas transparentes sobre lo que realmente pasa, son imposibles. Con el transcurso del tiempo, se van fijando interpretaciones políticamente correctas y consensuadas sobre lo que realmente aconteció. He escuchado argumentos igualmente convincentes sobre la justicia e injusticia de la intervención armada israelí en la Franja de Gaza y sobre la práctica de Hamas de atacar permanentemente a Israel con proyectiles; como argumentos a favor y en contra sobre si se debe aplicar la norma de la proporcionalidad en el conflicto. Yo me declaro incapaz de pronunciarme con cabalidad sobre esos asuntos que debaten los expertos en Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Sin embargo, lo que creo urgente, -muy urgente- es el cese de violencia contra la población civil y la asistencia humanitaria en la Franja de Gaza.

A la vez, es apremiante preguntarse si es posible y si es deseable arrancar de raíz el terrorismo, con este tipo de intervención militar, con consecuencias tan devastadoras para la población civil. ¿Es realmente la última opción? ¿Qué consecuencias a mediano y largo plazo traerá esta situación a la región? ¿Estamos frente a una situación similar a la de la guerra contra el terrorismo emprendida por los Estados Unidos frente a los Talibanes?¿Qué sucede con los organismos internacionales y sus mandatos de asegurar la convivencia pacífica mundial?

Entre tanto, en pleno conflicto en la Franja de Gaza, el documental de animación israelí - Waltz with Bashir – sobre la Guerra del Líbano, compite por un Globo de Oro a la mejor película extranjera con “The Baader Meinhof Complex” (sobre el grupo terrorista alemán) y la italiana Gomorrah, (adaptación del libro del periodista Roberto Saviano sobre la mafia napolitana). Es bueno constatar que artistas jóvenes están tratando de representar y entender fenómenos complejos como la guerra, el terrorismo y las mafias.


Los trailers:

http://es.youtube.com/watch?v=ylzO9vbEpPg

www.youtube.com/watch?v=hky53gXyjX0

http://es.youtube.com/watch?v=KnvKTOkD2wM



1 comentario:

liuba kogan dijo...

Hola Liuba. Vi tu artículo y el de Fernando Rospigliosi sobre Gaza.

En medio del bombardeo de opiniones, entre inteligencias y ciegas, sobre la actual situación en Gaza, quisiera dar a conocer el punto de vista del notable pianista y director de orquesta Daniel Barenboim. Argentino de nacimiento, judío e israelí por ascendencia y nacionalidad, y desde hace unas semanas palestino por nacionalidad honoraria. Que se sepa es la única persona en el mundo con ambas nacionalidades. Con Edward Said fundó hace 10 años una orquesta sinfónica formada por jóvenes israelíes y árabes, además de españoles. La sede de la orquesta estuvo en Andalucía, en memoria de la convivencia que lograron en cierto tramo la Edad Media cristianos, musulmanes y judíos (Véase el documental "En el Conocimiento está el Comienzo", transmitido por el canal Film and Arts.) Aquí va una muestra más de su independencia de criterio y de su lucidez histórica, entre otras cualidades. Tomo la versión de "El País", pero la he cotejado y corregido según la versión de "The Guardian". (Guillermo Rochabrún S.)

"Carta abierta del director de orquesta hispanoargentino Daniel Barenboim ante los bombardeos de Israel en Gaza
DANIEL BARENBOIM
31-12-2008
Sólo tengo tres deseos para el próximo año. El primero de ellos es que el Gobierno israelí se dé cuenta de una vez por todas de que el conflicto en Oriente Próximo no puede ser resuelto por la vía militar. El segundo es para que Hamás tenga presente que sus intereses no se imponen con la violencia, y que Israel está aquí para quedarse. El tercero es para que el mundo reconozca que este conflicto no tiene parangón en la Historia. Es singularmente intricado y sensible; es un conflicto humano entre dos pueblos profundamente convencidos de su derecho a vivir en el mismo y minúsculo pedazo de tierra. Es por esto que ninguna diplomacia o acción militar puede resolver este conflicto.
Los hechos de los días pasados me preocupan en exceso por muchos motivos humanos y políticos. Es evidente que Israel tiene el derecho a defenderse, que no puede y no debe tolerar los continuos ataques con misil en contra de sus ciudadanos, pero el incesante y brutal bombardeo del Ejército israelí en Gaza me ha despertado algunas preguntas importantes.
La primera pregunta es ¿tiene derecho el Gobierno israelí a culpar a todos los palestinos por las acciones de Hamás? ¿Debe ser responsabilizada toda la población de Gaza por los pecados de un grupo terrorista? Nosotros, el pueblo judío, debemos saber y sentir más agudamente que otras poblaciones lo inaceptable e inhumano que es el asesinato de civiles inocentes. El Ejército israelí ha argumentado muy débilmente que la franja de Gaza está tan superpoblada que es imposible evitar la muerte de civiles durante los ataques.
La debilidad del argumento me lleva a formular nuevas preguntas: ¿Si la muerte de civiles es inevitable, ¿cuál es el propósito del bombardeo? ¿Cuál es -si la hay- la lógica detrás de esta violencia, y qué espera lograr Israel a través de ella? Si el objetivo de la ofensiva es destruir a Hamás, la pregunta más importante es si esto es una meta alcanzable. Si no, todo este ataque no es sólo cruel, bárbaro y reprensible, sino también insensato.
Si, por otro lado, es realmente posible destruir a Hamás con operaciones militares, ¿cómo imagina Israel la reacción en Gaza después de ello? Un millón y medio de residentes de la Franja no se arrodillarán reverentemente ante el poderío del Ejército israelí. No debemos olvidar que antes de que los palestinos eligieran a Hamás, Israel los apoyaba en una táctica para debilitar a Arafat. La historia reciente de Israel me lleva a creer que si Hamás es bombardeado hasta su desaparición, otro grupo ocupará su sitio; un grupo más radical, más violento y más lleno de odio hacia Israel.
Israel no puede permitirse una derrota militar por miedo a desaparecer del mapa, pero la Historia ha probado que toda victoria militar ha debilitado políticamente a Israel debido a la aparición de grupos radicales. No subestimo lo difíciles de las decisiones que diariamente debe de tomar el Gobierno israelí, ni subestimo la importancia de la seguridad de Israel. No obstante, me aferro a mi convicción de que el único plan viable para la seguridad de Israel es ganarse la aceptación de todos sus vecinos. Deseo que en 2009 regrese la inteligencia que siempre ha sido atribuida a los judíos. Deseo el regreso de la sabiduría del rey Salomón para que aquellos que deciden en Israel la usen para entender que los palestinos e israelíes tienen los mismos derechos humanos.
La violencia palestina atormenta a los israelitas y no sirve a la causa de los palestinos; la venganza militar de Israel es inhumana, inmoral, y no garantiza su seguridad. Como he dicho anteriormente, los destinos de los dos pueblos están ligados inextricablemente, obligándolos a vivir lado a lado. Son ellos los que deciden si quieren hacer de esto una bendición o una maldición."