Cada día que pasa el mal olor que emana del lado oscuro del poder en este país es más intenso y alarmante. Esta semana dos nuevos hechos dan cuenta de que cosas muy extrañas y turbias siguen ocurriendo en las alcantarillas del poder.
De un lado está la revelación de El Comercio, en el sentido que la Fiscalía que investiga el robo de las 838 cajas de documentos del archivo del Ministerio de Salud tiene como principal implicado a Víctor Guevara Florián, un controvertido medico aprista muy cercano al ex Ministro de Salud Hernán Garrido Lecca (lo iba a nombrar viceministro, según el propio involucrado), cesado por el ministro Ugarte y re-contratado de inmediato por ESSALUD, que preside el también aprista Fernando Barrios.
La coincidencia en el tiempo del robo de los archivos con las crecientes evidencias que el dominicano Fortunato Canán tenía al tope de la agenda de su “Proyecto Perú” la construcción de hospitales, le dieron una connotación particular al robo de toneladas de documentos. El argumento de que había archivos de años muy distintos no elimina la sospecha. Ningún criminal en su sano juicio se robaría sólo los archivos que más le preocupan, dejando con ello una evidencia tan obvia de sus objetivos; al contrario, haría una recolección más amplia para dificultar la investigación posterior. ¿Actuó solo Guevara o lo hizo por encargo? Hernán Garrido Lecca que ha enmudecido por completo desde los petroaudios, no ha dado aún su versión de lo sucedido.
Del otro lado estuvo la súbita y extraña formación de la Comisión investigadora en el Congreso del “caso Petrotech”.
Lo de Petrotech, en general, es inquietante y sospechoso. Desde que se conocieron los petroaudios, dos de los involucrados el ex presidente de Petro Perú César Gutiérrez y el todavía presidente de Perú Petro, Daniel Saba, acusaron directamente a Petrotech de ser los chuponeadores. No recuerdo que haya salido evidencia alguna que lo respalde, pero la acusación ha sido repetida tantas veces por varios medios cercanos al gobierno y por el propio presidente García que muchos ya la dan por probada.
El tema Petrotech tiene una resonancia especial porque el gerente legal de Petrotech, Alberto Varillas es esposo de la periodista Rosa María Palacios, una de las pocas voces incómodas con el poder que quedan en la televisión. El acoso de la prensa cercana al gobierno contra Varillas ha sido impresionante. Incluso La Razón -el pasquín fujimorista, casi siempre funcional al régimen aprista- llegó a poner una portada en la que acusaba a Palacios de haber fugado del país para “evadir la justicia”, cuando ella viajó unos días de vacaciones con su esposo y sin sus hijos. La denuncia por difamación está hecha, pero en medio de tanta confusión el daño también.
No me queda duda que los operadores fujimoristas y apristas disfruten complicándole la vida a Palacios embarrando a su esposo, pero pareciera que detrás de esta obsesión sobre el tema Petrotech pudiera haber más cosas.
¿Qué puede encontrar la comisión investigadora? César Luna Victoria experto en temas tributarios escribe en Semana Económica (El Derecho al Revés):
“La empresa será investigada de casi todo por casi nada. Primero, por evadir impuestos, porque la casa matriz realizó una ganancia fuera del país para evitar la jurisdicción peruana. ¡Pero si se hubiese realizado en el país tampoco habría estado gravada porque está exonerada según ley de este Congreso! Segundo, por deber otros impuestos. Ya fueron pagados. Tercero, por los “petro audios”. ¿Y qué tiene que ver? ¡Que el Poder Judicial encuentre a los culpables y los meta a la cárcel!
“Cuarto, que la venta del control requería un OK previo de Perupetro. No es cierto, el OK sólo se requiere cuando se “cede” el contrato. Quinto, que el contrato de licencia de Petro Tech requería un Decreto Supremo. Esa posible irregularidad es responsabilidad del gobierno y no se pueden invocar actos propios para anular contratos… ¡después de 15 años! Sexto, que hay incumplimientos contractuales. ¡Que los acoten!”
Siendo así, la urgencia del APRA de tener esa Comisión Investigadora, además con integrantes todos cercanísimos al oficialismo- parece tener otras motivaciones.
En su columna en La República ¿Watergate criollo? , Augusto Alvarez Rodrich ensaya una hipótesis: “…la creación de la indefendible comisión formada para investigar sabe Dios qué en la transferencia alrededor de Petrotech, al igual que la participación de Pastor en el embrollo, son indicios de que hay preocupación en el gobierno por lo que pueda significar la secuela de los ‘petroaudios’ y de que, dentro de su voluntad de enjuague de este asunto engorroso, está dispuesto a todo. O a casi todo”.
Para Álvarez Rodrich podría ser una cortina de humo que desvíe la atención sobre los indicios de que la vinculación de Business Track con el APRA sería mayor de la que se acepta y que, específicamente, podrían haber recibido su “apoyo” en la segunda vuelta de la campaña electoral, chuponeando a Humala y su entorno. (Por cierto, de ser ese el caso, los humalistas estaban en lo mismo o por lo menos querían estarlo, como se conoció con la difusión de una conversación de Daniel Abugattás de esa misma época). Habría que agregar a esos vínculos Business Track- APRA, el contrato de la presidencia del Congreso con esa empresa para los ya famosos barridos electrónicos y los “discretos” ingresos de Ponce al Congreso, para hablar con Cabanillas.
El olor a podrido no se disipa.
De un lado está la revelación de El Comercio, en el sentido que la Fiscalía que investiga el robo de las 838 cajas de documentos del archivo del Ministerio de Salud tiene como principal implicado a Víctor Guevara Florián, un controvertido medico aprista muy cercano al ex Ministro de Salud Hernán Garrido Lecca (lo iba a nombrar viceministro, según el propio involucrado), cesado por el ministro Ugarte y re-contratado de inmediato por ESSALUD, que preside el también aprista Fernando Barrios.
La coincidencia en el tiempo del robo de los archivos con las crecientes evidencias que el dominicano Fortunato Canán tenía al tope de la agenda de su “Proyecto Perú” la construcción de hospitales, le dieron una connotación particular al robo de toneladas de documentos. El argumento de que había archivos de años muy distintos no elimina la sospecha. Ningún criminal en su sano juicio se robaría sólo los archivos que más le preocupan, dejando con ello una evidencia tan obvia de sus objetivos; al contrario, haría una recolección más amplia para dificultar la investigación posterior. ¿Actuó solo Guevara o lo hizo por encargo? Hernán Garrido Lecca que ha enmudecido por completo desde los petroaudios, no ha dado aún su versión de lo sucedido.
Del otro lado estuvo la súbita y extraña formación de la Comisión investigadora en el Congreso del “caso Petrotech”.
Lo de Petrotech, en general, es inquietante y sospechoso. Desde que se conocieron los petroaudios, dos de los involucrados el ex presidente de Petro Perú César Gutiérrez y el todavía presidente de Perú Petro, Daniel Saba, acusaron directamente a Petrotech de ser los chuponeadores. No recuerdo que haya salido evidencia alguna que lo respalde, pero la acusación ha sido repetida tantas veces por varios medios cercanos al gobierno y por el propio presidente García que muchos ya la dan por probada.
El tema Petrotech tiene una resonancia especial porque el gerente legal de Petrotech, Alberto Varillas es esposo de la periodista Rosa María Palacios, una de las pocas voces incómodas con el poder que quedan en la televisión. El acoso de la prensa cercana al gobierno contra Varillas ha sido impresionante. Incluso La Razón -el pasquín fujimorista, casi siempre funcional al régimen aprista- llegó a poner una portada en la que acusaba a Palacios de haber fugado del país para “evadir la justicia”, cuando ella viajó unos días de vacaciones con su esposo y sin sus hijos. La denuncia por difamación está hecha, pero en medio de tanta confusión el daño también.
No me queda duda que los operadores fujimoristas y apristas disfruten complicándole la vida a Palacios embarrando a su esposo, pero pareciera que detrás de esta obsesión sobre el tema Petrotech pudiera haber más cosas.
¿Qué puede encontrar la comisión investigadora? César Luna Victoria experto en temas tributarios escribe en Semana Económica (El Derecho al Revés):
“La empresa será investigada de casi todo por casi nada. Primero, por evadir impuestos, porque la casa matriz realizó una ganancia fuera del país para evitar la jurisdicción peruana. ¡Pero si se hubiese realizado en el país tampoco habría estado gravada porque está exonerada según ley de este Congreso! Segundo, por deber otros impuestos. Ya fueron pagados. Tercero, por los “petro audios”. ¿Y qué tiene que ver? ¡Que el Poder Judicial encuentre a los culpables y los meta a la cárcel!
“Cuarto, que la venta del control requería un OK previo de Perupetro. No es cierto, el OK sólo se requiere cuando se “cede” el contrato. Quinto, que el contrato de licencia de Petro Tech requería un Decreto Supremo. Esa posible irregularidad es responsabilidad del gobierno y no se pueden invocar actos propios para anular contratos… ¡después de 15 años! Sexto, que hay incumplimientos contractuales. ¡Que los acoten!”
Siendo así, la urgencia del APRA de tener esa Comisión Investigadora, además con integrantes todos cercanísimos al oficialismo- parece tener otras motivaciones.
En su columna en La República ¿Watergate criollo? , Augusto Alvarez Rodrich ensaya una hipótesis: “…la creación de la indefendible comisión formada para investigar sabe Dios qué en la transferencia alrededor de Petrotech, al igual que la participación de Pastor en el embrollo, son indicios de que hay preocupación en el gobierno por lo que pueda significar la secuela de los ‘petroaudios’ y de que, dentro de su voluntad de enjuague de este asunto engorroso, está dispuesto a todo. O a casi todo”.
Para Álvarez Rodrich podría ser una cortina de humo que desvíe la atención sobre los indicios de que la vinculación de Business Track con el APRA sería mayor de la que se acepta y que, específicamente, podrían haber recibido su “apoyo” en la segunda vuelta de la campaña electoral, chuponeando a Humala y su entorno. (Por cierto, de ser ese el caso, los humalistas estaban en lo mismo o por lo menos querían estarlo, como se conoció con la difusión de una conversación de Daniel Abugattás de esa misma época). Habría que agregar a esos vínculos Business Track- APRA, el contrato de la presidencia del Congreso con esa empresa para los ya famosos barridos electrónicos y los “discretos” ingresos de Ponce al Congreso, para hablar con Cabanillas.
El olor a podrido no se disipa.
3 comentarios:
Carajo!
Con 20 César Hildebrandt más; le ganamos a Chile!
Disculpen la expresión; pero en estos tiempos de olores feos, pudriciones y regresos de muertos vivientes; se extraña la irreverencia de ese periodista, sin miedos ni complejos.
Chile está más cerca que nunca. Mientras aquí; muchos plumíferos, leguleyos y traficantes reencauchados se hacen de la vista gorda.
No pierda el norte (ni el sur) Sr. Basombrío.
Desgraciadamente para quienes esgrimen la tesis de que la investigación a Petrotech es una cortina de humo, anoche Hildebrandt ha mostrado documentos que dejan muy mal parada a la empresa.
Se trata de un informe de la Contraloría que encuentra serias irregularidades en las propias actividades de Petrotech, operando en el Perú como una empresa extranjera y exonerándose del pago de impuestos al acogerse al trato deferente que le dio el fujimorismo entreguista.
El riesgo es que, si se deja de investigar a Petrotech, habrá quienes critiquen “al gobierno que encubre a los poderosos”; y si se la investiga, pues la grita será “atentado contra la libertad de prensa”.
De una cosa estoy seguro: si Limamanta huele a podrido, lo de Petrotech huele a yuca malograda.
En el Peru ya nos desmovilizamos, ya vivimos en "democracia" por lo tanto no hay de que quejarse. Donde estan esas epocas donde se veia estudiantes reclamando, empleados reclamando. Ahora solo vemos gente reclamando desalojos, mineros. No hacemos politica seria, solo nos quejamos de todo. No hay instituciones civiles luchando por nada. Las ONG no tienen liderazgo ni trato con el pueblo, es mas un bussines. Ya nos ganaron la calle y eso es peligroso. Mientras solo sean los medios de comunicacion que informen la corrupcion y el pueblo no diga nada esto seguira. No hay nuevos lideres honrados.
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