domingo, 1 de febrero de 2009

SOBRE NEGOCIOS, VENGANZAS Y CONSPIRACIONES / Carlos Basombrío Iglesias


Luego de la difusión de los 86 nuevos petroaudios por Pablo O’Brien la tesis de que detrás de todo esto hubo una conspiración contra la democracia ha entrado con de nuevo con fuerza en la discusión pública. Lo hizo de la mano de las denuncias del congresista García Belaúnde, recogidas por el propio Alan García y se refuerzan luego del atentado contra la Fiscal de la Nación.

Como se sabe “Vitocho” denunció hace unos días que detrás de los chuponeadores podía haber habido un complot contra la democracia (llegó a hablar, incluso, de un intento de golpe de Estado) en donde estaba metida la Marina, con Giampietri a la cabeza. La hipótesis fue inmediatamente desechada por altos funcionarios del gobierno y del partido con excepción de uno que la recogió explícitamente: Alan García.

Lo que dijo Víctor Andrés García Belaúnde no fue sino una nueva elaboración sobre la vieja versión de que, detrás de los chuponeadores, lo que había era un intento de vacar a García y colocar a Giampietri en la presidencia. El argumento de fondo han sido los vínculos estrechísimos entre el vicepresidente y el hoy preso y degradado Ponce Feijóo. Quienes sostienen esta tesis se apoyan en que dadas las estrechas relaciones entre ambos personajes es imposible que Giampietri nunca hubiese sabido de las grabaciones y que, en el mejor de los casos, le ocultó lo que sabía a García. Si el escándalo escalaba y el presidente aparecía involucrado, el único potencial beneficiario era él. García Belaúnde sólo agregó dos datos: el primero que tenía evidencias de que Ponce se reunía con Giampietri en el Congreso y el segundo que había escuchado reiteradamente que habían tenido lugar reuniones de marinos en las que se daban vivas al “presidente Giampietri”.

El giro espectacular, pero poco resaltado por la prensa, que le da relevancia a lo que dijo el congresista viene más bien después, con las declaraciones del propio Alan García, quien en Madre de Dios, el viernes 30, sostuvo “estar convencido que, como ha dicho el congresista Víctor Andrés García Belaúnde, detrás de esos audios había un ánimo de destrucción de todo el sistema político”.

Ya en otras ocasiones García había llamado a los chuponeadores conspiradores contra la democracia. En esta ocasión fue mucho más explicito: “Todo empieza con dos facinerosos que están tramando algo, pero eso se extiende, y esos bárbaros en algún momento esperaban que el jefe del Estado levantase el teléfono para hablar con ellos. En ese caso hubieran podido derrumbar el sistema político completo”.

En otras palabras, lo que nos dice el presidente es que si hubiese existido una conversación suya con Rómulo en la que le dijese algo así como: “dile a Fortunato que no se preocupe que todos sus proyectos marchan sobre ruedas”, la vacancia habría estado a la vuelta de la esquina.

Las declaraciones de Alan García le dan carta de ciudadanía a la tesis de la conspiración. Ello no quiere decir que esta necesariamente hubiese tenido lugar. Pero si da cuenta de algo casi tan importante como ello, a saber, que el mismísimo presidente de la República pensó y piensa que ella existió.

Esto explicaría por qué (y en visible contraste con la investigación a Rómulo y compañía que languidece en la peor rutina judicial) la Fiscal de la Nación Gládiz Echaíz si recibió un discreto (¡Hernani no sabía nada!) pero valiosísimo apoyo del presidente para la investigación que llevó a la captura de los chuponeadores. Una operación impecable operación cuyos resultados podrían explicar el cobarde atentado del que ha sido víctima; por cierto, un hecho muy grave que no se veía en el Perú desde los tiempos de Sendero Luminoso.

Pese a todo lo anterior, y en base a toda la información que sigue saliendo (el blog Desde el Tercer Piso es una fuente diaria de nueva información y notable análisis), sigo pensando que el tema de fondo detrás de los chuponeos no fue la política, sino los negocios y las venganzas.

Mucho más verosímil que la del complot, parece la hipótesis de que grupos económicos locales trataban de vengarse y poner en evidencia el favoritismo ilegal de altos funcionarios del Estado, encabezados por Hernán Garrido Lecca, a favor de negocios de capitales mexicanos que los perjudicaban y que fue por allí que terminó cayendo Rómulo León, probablemente el tentáculo más chuponeable de todo un esquema de corrupción más amplio y menos bocón.

Claro que siempre cabe la posibilidad de que en el camino otros vieran en el río revuelto ganancia de conspiradores y decidieran entrar en aguas más movidas. La pregunta más inquietante detrás de esta hipótesis sigue siendo la de si Giampietri se enteró de lo que hacía su amigo y protegido; y, en ese supuesto, por qué no alertó a García.

A estas alturas el escándalo de los petroaudios se ha convertido ya en uno de los hitos más importante de la segunda administración de García. Sus ramificaciones e implicancias continuarán repercutiendo en la escena política peruana de distintas maneras y afectando los destinos de justos y pecadores. Uno de ellos, sea lo uno o lo otro, el del almirante Giampietri.

1 comentario:

Alex dijo...

Carlos:
No creo que las dos teorias del chuponeo sean excluyentes; la mision de los chuponeadores era llegar hasta lo mas alto del poder y demonstrar corrupcion (una de las virtudes del APRA) y luego tirarse al gobierno; la pantalla es decir que esto es puramente espionaje industrial (para desviar la atencion); me parece sospechoso que Bussiness Track siguiera operando desde Octubre (cuando estallo el escandalo) hasta Enero, cuando fueron capturados; teniasn la "venia" (o proteccion) de alguien bien poderoso para seguir trabajando sin problemas y que les pudiera avisar de cualquier problema a venir? asi se explica porque fue la Dinandro y la Fiscalia por, orden directa de Alan, los que los investigaron (buen faenon de Alan).
Yo creo que el Almirante (r)Chumbiauca, defenestrado director de Inteligencia de la Marina en el 2007 por haber "interferido" con Bussiness Track de manera directa, tiene mucho que decir; quizas el nos pueda decir si otras dependencias de la Marina pudieran estar involucradas (como la DOES; el nombre lo dice: division de "operaciones especiales"; a lo mejor alli estan los equipos de chuponeo que no pueden encontrar).
Por ultimo, llama la atencion lo calladitos que estan (o estaban) los conocidos operadores del Opus Dei, que no han hecho ni una sola alusion a este escandalo; digo estaban porque ayer nuestro querido Cardinal declaro que esperaba la pronta recuperacion de su amigo el Almirante Giampietri. (que casualidad de hacerse un chequeo cardiaco 1 semana despues de haber tenido una operacion a la cadera; los chequeos cardiacos se hacen ANTES de las operaciones, y se llaman Riesgo Quirurgico o RQ en el argot medico peruano); quiere que se recupere pronto para poder asumir sus funciones plenamente (la de Presidente?)
Los "peones" del Opus (Comercio, Peru 21, Correo, RPP, Expreso) si han estado ocupados tratando de desviar la atencion en el escandalo.
Total, si ya tienen un Cardinal, porque no aspirar a tener a un Presidente (casi tienen a una Contralora)