He tenido dos problemas para hacer esta entrega al blog. En primer lugar, nunca me he sentido cómodo con el concepto neoliberal, pues, como algunos saben, yo soy schumpetereano. Joseph Schumpeter sostiene la teoría que la innovación es el motor del crecimiento económico; y ella requiere de un amplio clima de libertad, en el mercado, en la investigación, en la cultura, en la sociedad entera. Por ello, me resistía a utilizar este calificativo, pero se ha empleado tanto, que ha terminado imponiéndose.
El segundo problema fue separar a los yuppies de los neoliberales, pues se trata de dos conjuntos que en buena parte se superponen. Opté por poner las actitudes y valores en la cancha de los yuppies (espero haberlo logrado en mi anterior entrega), y la ideología y las ideas económicas en la cancha de los neoliberales. Vayamos a ellas.
En estos meses se ha hablado y escrito mucho, con razón, sobre las ideas económicas equivocadas que han estado a la base de la crisis financiera norteamericana devenida en recesión mundial; la mayoría de las cuales, no es sorpresa, vienen de la cantera neoliberal. Aún a riesgo de ser parcial y sesgado trataré de hacer una síntesis: el mercado librado a su suerte produce desarrollo; el Estado es un obstáculo para el crecimiento, y es por lo general, ineficiente; beneficiar a los ricos, reduciéndoles los impuestos (entre otras políticas), a la larga beneficia a los pobres porque la riqueza chorrea (trickle down); las corporaciones son las organizaciones más eficientes e innovadoras que ha creado el hombre; el interés de las grandes empresas corresponde con el interés del país (lo que es bueno para la general motors es bueno para USA); las pequeñas empresas son ineficientes y se convierten en una traba para al desarrollo (los perros del hortelano); los sindicatos son un obstáculo para el bienestar general; los financistas son los mejores capitalistas, los más audaces y los más exitosos; los millonarios son los ganadores y se merecen sus ingresos, los pobres son los perdedores y merecen su pobreza; la mejor política industrial (o cualquier política de promoción y fomento del Estado, como por ejemplo la de ciencia-tecnología-innovación) es la que no existe.
En Estados Unidos, y en el resto del mundo, se viene desarrollando un intenso e interesantísimo debate sobre la crisis económica y sus repercusiones en la política y la sociedad. Todos los medios de comunicación participan, y se convoca a las mejores mentes. El público interviene y mete su cuchara, como cuando la indignación del pueblo norteamericano impidió que el gobierno de Bush le regalara los 700 mil millones del paquete de estímulo a los mafiosos ejecutivos de los bancos. Las páginas y las pantallas están llenas con Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Paul Samuelson, Nouriel Roubini, Thomas Friedman, y varios más, que vieron venir la crisis, tienen magníficas explicaciones, y sobre todo, proponen soluciones para salir de la misma. Incluso se escuchan voces de los propios responsables de la crisis, como Alan Greenspan y algunos ejecutivos de empresas, que reflexionan sobre sus errores.
Pero aquí en el Perú no pasa nada; los medios de comunicación están dominados por las ideas de los noventas, por el pensamiento único neoliberal, como si la historia se hubiera congelado. Salvo Humberto Campodónico, algunos economistas de la PUCP que escriben en La República, y alguno que otro artículo en La Primera, la crisis mundial sólo nos llega como amenaza, como maldición divina. No hay responsables, ni errores, ni políticas equivocadas, ni ideas que se han estrellado contra la realidad. Lo único que he escuchado de los predios neoliberales ha sido echarle la culpa de la crisis al Estado (a la reserva federal por bajar demasiado las tasas de interés-en eso de que la “la ocasión hace al ladrón”); o que se trata de un “problema de confianza” y que las explicaciones hay que buscarlas en la psicología.
No puedo creer que gente seria y que respeto mucho (no hablo de los políticos conversos o de los empleados de las corporaciones que hace rato han renunciado a pensar), como Roberto Abusada, Fritz Du Bois y Jaime de Althaus, no se hayan preguntado qué falló, en qué se equivocaron, qué hay que corregir. ¿No conocen la palabra autocrítica? ¿No se les ha ocurrido hacer un diplomado sobre la economía del siglo 21 en la China o en la India para renovar su pensamiento? ¿Estaremos asistiendo a una especie de suicidio intelectual colectivo de los neoliberales peruanos?
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Hace 18 horas
8 comentarios:
Señor Villarán:
Y si usted pensaba así, ¿cómo es que pudo participar de un gobierno que pregonaba esas ideas?
La verdad, su artículo confunde a cualquiera que ha seguido su trayectoria de caviar convertido a neoliberal.
¿Cuál es el verdadero Villarán?
Muchas gracias.
Estimado Luis Enrique,
Muchas gracias por sus comentarios. Para responder a su pregunta (¿Cuál es el verdadero Villarán?), me obliga a explicar mi evolución intelectual y política.
Luego de mi formación como ingeniero industrial en la UNI, hice un curso de post grado en Chile en Escolatina, donde aprendí economía política (marxismo). Enseñe economía política en la PUCP, San Marcos y la U. del Pacífico. Me alejé de la izquierda, más o menos al mismo tiempo (mediados de los 80) que me metí a estudiar economía convencional en la PUCP, obteniendo un master. Mis primeros libros (uno editado por la UNI y el otro por la Fundación Ebert) fueron sobre innovación tecnológica, sobre la base de la teoría de Schumpeter. Luego me dediqué a investigar a la pequeña y micro empresa, escribiendo varios libros y artículos. El cuerpo teórico para encarar este tema son las tesis de Piore y Sabel (The second industrial divide), que proponen un nuevo modelo de producción: la especialización flexible. Una derivación de las PYMEs me llevó al tema de empleo. Luego participo en una investigación internacional sobre el tema del emprendedorismo, donde retomo las tesis schumpetereanas y las de otros autores modernos. Más adelante evolucioné hacia temas que tienen que ver con la articulación productiva y clusters competitivos, siguiendo las teorías de Michael Porter y otros. El último tema que estoy trabajando es del planeamiento estratégico, sobre las propuestas de Mintzberg y Medina.
Estos autores e ideas son difícilmente las favoritas de los neoliberales. Y el hecho de haber participado en el gobierno de Toledo, junto con PPK y otros, no hace sino confirmar la tesis de “todas las sangres”.
Muchos saludos
FV
Señor Villarán:
Le agradezco mucho la gentileza de su respuesta lo cual demuestra la calidad de persona que es usted.
Yendo al fondo del tema, si bien es cierto que lo que usted me dice responde en parte a mi pregunta, sin embargo hubiera sido completa si, además de sus estudios, hubiese puesto también cuál es su visión política y social del Perú. No en la extensión que se expone en un libro sino en la síntesis que revela el pensamiento profundo de la persona, sobre todo, su posición ante la historia de su propio país, no solo del devenir del mundo contemporáneo.
A lo que me refiero es que una persona no es solo lo que sabe, sino también lo que piensa. Usted conoce muy bien que hoy el gobierno se ha rodeado de "masters, doctores y PhD" de Harvards y compañía, lo más selecto de la clase alta peruana. Pero también sabe que esa clase alta ilustrada tiene una visión del mundo que no quita en nada sus capacidades mentales y curriculares. Se puede ser un premio Nóbel acusando al sistema o alabándolo. El conocimiento es una herramienta, un instrumento, como la energía atómica, y puede ser usado de maneras diametralmente opuestas. Creo que ya me entiende.
Hoy a ustedes los llaman, con burla, los "caviares", por haber tenido un pasado socialista en la era de los 60s y haber renunciado a él para ser, hoy, altos funcionarios de ONGs vinculadas al capital extranjero. Pienso que si aún quieren tener participación en el futuro de nuestra nación tienen que recapacitar acerca de cuál debe ser el mejor camino por donde deberíamos andar.
Tanto el socialismo como el neoliberalismo han fracasado y han llevado al pueblo a verlos como simples discursos distractores de la realidad. Creo que estamos tal vez ante la oportunidad para los creadores, los pensadores honestos que realmente quieran encontrar soluciones; pero como dijo Mariátegui: "sin calco ni copia, creación heroica". ¿Podremos los peruanos liberarnos de las dictaduras filosóficas de Occidente y reparar en nuestra condición humana, tan capaz de reflexionar como cualquiera?
Le paso a usted el reto y espero que tenga el mayor de los éxitos.
Nuevamente, muchas gracias.
Estimado Luis Enrique,
Gracias por sus comentarios; coincido con varios de los puntos, como el fracaso del comunismo y el neoliberalismo, y la necesidad de retomar el llamado de Mariátegui, hacia la creación heroica, pero quisiera concentrarme en las discrepancias, por esta vez.
Conozco a varios PHDs y masters peruanos que vienen de comunidades campesinas, y que han llegado a los mas altos niveles de la academia, la administración pública y la empresa privada; lo que prueba que la educación es el mejor vehículo de ascenso económico y social que existe; es verdad que hay muchos de clase alta, pero no se puede generalizar así. Hay que buscar que se amplíen las oportunidades para todos los peruanos y peruanas, mejorando radicalmente la educación pública, cosa que no se está haciendo. No ayuda mucho cerrarle esta puerta a los que no son de la clase alta.
El tema de los caviares me tiene hinchado. Si bien comenzó como una crítica benevolente de los obreros franceses a la izquierda ilustrada de su país; en el Perú, la principal fuente para insistir con este calificativo viene del APRA, que no supera el trauma de la polémica Haya-Mariátegui, y de los fujimoristas, quienes no perdonan a los que los metieron a la cárcel. Su uso extendido en diarios como Correo, no hace sino demostrar la alianza entre el APRA y el fujimorismo. El utilizarlo de manera indiscriminada como lo hace usted, le hace el juego al APRA y al fujimorismo, y crea una división entre peruanos que no contribuye al diálogo y la polémica alturada.
Saludos
FV
Señor Villarán:
Nuevamente muchas gracias por su gentileza al contestarme. Créame que jamás empleo el término "caviar" porque no coincido para nada con la intención que se halla detrás de él, como usted lo dice correctamente en su respuesta. Lo mencioné solo como ejemplo de lo que a ustedes les dicen por tal y cual razón, buscando resaltar la manera cómo se plantea este tipo de discusión a nivel público y saber cuál es la reacción de aquellos a quienes involucra.
Tengo el más grande de los respetos por personas como Javier Diez Canseco, con quien no coincido en plano de las ideas, pero que es innegable su entereza y principismo. Lo mismo con todos aquellos que fueron una vez de izquierda y que todavía no renuncian a ella. Por ahí iba mi inquietud y tal vez no me hice entender. Quería saber si usted aún permanecía con ese espíritu y por qué sí y por qué no. Disculpe si le hice pensar lo contrario.
Con respecto a lo de los estudios, en realidad no estaba calificando a todos en general sino me refería a que el gobierno actual, del APRA, se ha esmerado especialmente en escogerlos dentro de la clase alta, cosa que usted no me podrá negar. Entonces mi crítica iba al por qué tenía que ser esto así, ya que los estudios, por muy buenos que sean, no hacen que uno se vuelva honesto ni que deje de favorecer a su familia y a su entorno social. Estoy seguro que si llevaran al gobierno a aquellos otros que usted menciona no estaríamos ante el penoso inicio de un APARTHEID, donde estar arriba no es cuestión de mérito sino de pertenecer a una clase social determinada.
Esto último, que es más extenso en realidad, es lo que creo que puede ser el detonante de una eclosión social profunda con consecuencias que no se pueden predecir. Siento que la clase alta peruana se ha "atrincherado" en "Eisha" como si vivieran en un mundo aparte, protegidos por un Alan dispuesto a hacer lo que ellos quieren, y muy parecido a lo que leía en Basadre cuando comentaba que, mientras los chilenos amenazaban Lima, los "pituquitos" de aquella época estaban muy entretenidos en saraos y reuniones sociales, confiados en que, llegado el momento, sabrían negociar con el invasor para mantener sus privilegios.
Esta noche, mientras le escribo, en "Eisha" se vive intensamente como si fuese la Costa Azul europea. La tranquilidad y alegría son desbordantes. Nunca vi a la clase alta peruana tan alegre, feliz y confiada en el presente y el futuro. Parece que hubieran acumulado tanto dinero en estos veinte años (desde Fujimori) que se sintieran inmunes e intocables ante la historia. Como cuando Leguía, el "gigante de América", se preparaba a postular por tercera vez poco antes de la crisis del 29 que lo llevó a la tumba. ¿Tanta gente tan inteligente puede vivir así, de espaldas a la realidad del mundo y del resto del país? ¿Tantos amigos míos con una preparación extraordinaria pueden beber tan seguros de sí mismos, como cuando María Antonieta escribía en su diario "nada" el día de la toma de la Bastilla?
Sospecho, señor Villarán, que algo se cuece en este Perú. Algo muy raro que lo siento en el ambiente pero que es un tema tabú del cual nadie quiere hablar (por el riesgo de ser acusado de pesimista o humalista). Me hace acordar el final de la novela "Rebelión en la granja", cuando los chanchos brindaban felices en la casa, ignorantes que afuera se acercaban todos los animales para acabar con ellos.
¿No siente usted que podríamos estar cerca de ello?
Muchas gracias por su atención y disculpe nuevamente si alguna de mis palabras hayan podido hacerle pensar que lo tengo en poca consideración, pues es todo lo contrario.
Esimado Luis Enrique,
disculpe la demora. No pude entrar antes a este articulo. Estoy de acuerdo en la grave fractura economica y social que tiene el Peru. Si bien no es el de la peor distribución de ingreso en América Latina (Brasil y Chile estan peor), si es bastante mala. Pero lo mas grave son las distancias, sociales, culturales, educativas, de oportunidades, de relacion con el Estado; de alli que la alusion a "Eshia" resulta pertinente. Creo que eso va a cambiar, ya hay un pueblo emergente que se expresa en Gamarra y el cono norte, asi como un movimiento campesino como los Yashashiks, que estan cambiando las cosas desde abajo. Es de esperar que los de arriba se den cuenta y cambien tambien, para evitar mayores traumas.
Saludos
FV
que luis enrique publique su propio blog.
Jajaja... esto es una novela...
leeré para ver cómo sigue...
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