LOS OSCARES DE OBAMA / Fernando Villarán

A diferencia de lo que piensan varios amigos y muchos escépticos, que la elección de Barak Obama en la presidencia de los Estados Unidos va a ser más de lo mismo, creo que se vienen cambios importantes y positivos. Basta mirar con cierta atención lo que pasó en la reciente, y como siempre super difundida, ceremonia de entrega de los premios Oscar. Las señales políticas fueron reveladoras.

 Para no dejar ninguna duda, Sean Penn, al recibir su estatuilla como mejor actor por su rol en la película “Milk”, dijo que agradecía a los comunistas y pro-gays de la academia por el premio. También dijo que estaba orgulloso de pertenecer a una sociedad que había elegido a un caballero tan elegante como Obama.

 Premiar a un actor contestatario que hace el papel de un activista por los derechos de los homosexuales en USA no es poca cosa en un país en el que existen cuáqueros, la asociación del rifle, los cabeza rapadas, los terroristas patriotas, la tortura, las operaciones encubiertas. Otra película, Easy Rider, con Peter Fonda y Dennis Hopper (de 1989), nos pintó muy bien esa parte de la sociedad norteamericana que Reagan y Bush alentaron y multiplicaron, pero que felizmente no pudieron convertir en mayoría. .

El premio al mejor actor de reparto, otorgado a Heath Ledger, en el rol de Joker de la película The Dark Knight-Batman, que se había suicidado en su departamento hacía algunos meses, tampoco es poca cosa. Como en el caso de Penn, había varias opciones entre los nominados al Oscar, que lo hubieran ganado con igual o mayor mérito. En esto hay mucho de subjetivo, y de político. Pero, premiar a un suicida; es el primero en la historia de Hollywood (el otro premio póstumo fue para Peter Finch, actor británico que murió de causa natural en 1977).

 

La tercera señal fueron los ocho premios que alcanzó la película Slumdog Millionaire, incluyendo la mejor película, y el mejor director; la verdadera triunfadora de la noche. Para comenzar, esta película es extranjera, y le da un nuevo giro al calificativo de Bollywood, pues fue filmada el Bombay y comercializada por Hollywood. Me ha hecho recordar al magnífico y entrañable neorrealismo italiano (40s a 70s), presentando problemas sociales desde la perspectiva de los de abajo, sin maquillajes de la realidad (tanto es así que una parte de la sociedad de Bombay ha protestado por el film), y con fuerte contenido ético.

 Los artistas, y Hollywood, a pesar de todo el dinero, está llena de ellos, son los que logran captar primero las señales de cambio. No es casual que fuera el blanco principal del macartismo en los años 50s. Hoy percibe el aliento progresista, democratizante y universal que trae Obama al país, mucho antes que cualquier otro grupo o sector social. Sería una exageración decir que Hollywood se ha alineado con Obama; lo que sí se puede decir es que con los tres premios otorgados están señalando al mundo y a la sociedad norteamericana, que se vienen nuevos y mejores tiempos.

 Los militantes y simpatizantes de las sectas religiosas y políticas conservadoras que pululan en nuestro país, incluyendo a los recientes conversos, deberían comenzar a pensar muy bien si siguen eligiendo a Estados Unidos como el destino de sus próximas vacaciones.